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1288/05
Argentina
Silencio
sanitario ante riesgos del sol
El agujero de ozono tuvo una extensión récord sobre territorio
austral argentino en septiembre. Pero no hubo medidas especiales para alertar a
la población sobre las peligrosas radiaciones
ultravioleta.
BUENOS AIRES.- El debilitamiento de la capa de
ozono sobre el hemisferio Sur y la Antártida alcanzó este mes un nuevo récord, y
develó la pasividad de las autoridades de Argentina para alertar del peligro a
la población más expuesta a la radiación solar.
Según el Instituto
Antártico Argentino, que mide la concentración de gas ozono en la estratosfera,
el adelgazamiento de ese escudo que protege la tierra de los rayos ultravioleta
alcanzó una extensión de 28 millones de kilómetros cuadrados en septiembre sobre
la región austral, ocho por ciento mayor que el máximo alcanzado en septiembre
del año pasado.
La densidad de la cubierta de ozono, que se considera en
rojo cuando es menor a 220 unidades Dobson, cayó a 87 a mediados de septiembre.
El registro más bajo en 2004 fue de 95 unidades.
"Son valores récord para
septiembre", dijo a Tierramérica Jorge Araujo, director del Departamento de
Ciencias de la Atmósfera del Instituto Antártico.
Por factores
climáticos, el adelgazamiento de la cubierta de ozono sobre el polo sur se
manifiesta especialmente durante la primavera austral, que acaba de
comenzar.
La ausencia de la capa protectora deja a la vida terrestre y
acuática inerme ante las radiaciones solares más nocivas, que pueden causar en
los humanos afecciones en la piel, la vista y el sistema inmunológico. Las
poblaciones de Argentina y Chile son las más expuestas a la radiación, por la
ubicación austral de sus territorios.
Pero el Ministerio de Salud de la
Nación no parece haber tomado ninguna medida. Tierramérica intentó
infructuosamente y por varias vías obtener materiales informativos sobre los
peligros del sol, que la cartera asegura tener.
Tatiana Petcheneschsky,
de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud del ministerio, se excusó
varias veces por la imposibilidad de acceder a ese material.
La pediatra
María Vaccaro, delegada de la Sociedad Argentina de Pediatría en la austral
provincia de Tierra del Fuego, dijo a Tierramérica que allí solo se emiten
avisos radiales para recordar a la población que debe protegerse del
sol.
"Acá en primavera todavía hace frío, y la gente se expone menos.
Pero los niños son siempre los más vulnerables porque salen a jugar y porque
nacieron con el agujero de ozono que no existía en la infancia de los que ahora
somos adultos", remarcó. El alerta por televisión se difundirá en enero, cuando
la capa gaseosa comience a recuperarse.
En una encuesta realizada en
Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, 81,6 por ciento de los consultados aseguró
conocer el fenómeno del agujero de la capa de ozono. Pero ante la pregunta sobre
el período de "depleción" (agotamiento), apenas 15 por ciento contestó "en
primavera".
El mismo estudio indicó que sólo 34 por ciento de los
habitantes de esa ciudad conoce la existencia de filtros solares con
graduaciones recomendados para proteger la piel expuesta al sol.
Entre
los males cutáneos provocados por la exposición al sol se cuentan el eritema
--inflamación y enrojecimiento superficial de la piel-, el envejecimiento
prematuro y el cáncer. La predisposición a contraer estas enfermedades es mayor
en personas rubias, de piel blanca y ojos claros, que se exponen al sol sin
protección.
La radiación también puede provocar
cataratas.
En este país, una piel bronceada sigue percibiéndose
como "un signo de buena salud, imagen estética y estatus social alto", dijo a
Tierramérica el presidente de la Asociación Argentina de Medicina Ambiental,
Alberto Tolcachier.
Este error de percepción se debe en parte a que la
correlación entre la mayor exposición al sol y sus efectos más graves nunca es
inmediata. Las cataratas o el cáncer de piel tienen un largo período de
latencia, dijo Tolcachier.
Además, la composición de la población que
vive en las zonas más vulnerables de Argentina es cambiante, y los habitantes no
están expuestos a la radiación a lo largo de toda su vida.
El mayor
riesgo está en las bases antárticas y en Tierra del Fuego. En la Antártida, la
población (principalmente militares y científicos) rota permanentemente, y en
Tierra del Fuego, apenas 35 por ciento de los habitantes nació allí.
A
pesar de estas atenuantes, Tolcachier aseguró que el agujero de ozono
"constituye un problema grave de salud pública. Dado que la exposición en los
primeros cinco años de vida produce el mayor daño, el riesgo es para los niños",
alertó.
La agudización del adelgazamiento de la capa de ozono sorprende
si se toman en cuenta los 16 años de vigencia del Protocolo de Montreal,
ratificado por más de 180 países. Ese tratado establece la obligatoriedad de
eliminar el consumo y la producción de sustancias agotadoras de la capa de
ozono, como los clorofluorocarbonos, los halones y el bromuro de
metilo.
Aunque los países han avanzado en la sustitución de esos
productos contaminantes, éstos permanecen muchos años en la atmósfera y
continúan destruyendo las moléculas de ozono.
* La autora es corresponsal
de IPS.
Gentileza de Marie-Christine LACOSTE,
CNRS, Information Scientifique, "RUMBOS".
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