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Asunto: | NoticiasdelCeHu 1250/01 - Argentina - SOBRE LAS MANIFESTACIONES DE RODOLFO CASAMIQUELA | Fecha: | Miercoles, 28 de Septiembre, 2005 21:55:06 (-0300) | Autor: | Centro Humboldt <humboldt @...........ar>
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NCeHu
1250/05
Una polémica abierta en la Patagonia
Colegas y amigos: los investigadores y becarios de
la Unidad de Investigación de Antropología y Arqueología del
CENPAT-CONICET realizamos un pronunciamiento que se publicó ayer en el
Diario de Madryn, con referencia a las recientes declaraciones públicas de
Rodolfo Casamiquela. Es probable que muchos
de ustedes ya hayan recibido información relacionada a través del Resumen Diario
"CONICET en los Medios":
Adjunto las dos notas: la nuestra y la de
Casamiquela del pasado 7-9-05.
Saludos a todos. Chechén Boschín
María Teresa Boschín UI Antropología y
Arqueología CENPAT-CONICET Puerto Madryn. Chubut
Diario de Madryn, 20 de septiembre de
2005
SOBRE LAS MANIFESTACIONES DE RODOLFO
CASAMIQUELA
Los investigadores y becarios de la Unidad de Investigación de
Arqueología y Antropología del Centro Nacional Patagónico (CONICET) queremos
manifestar nuestro desacuerdo con las declaraciones formuladas por Rodolfo
Casamiquela al Diario del Chubut el 7 de septiembre de
2005.
En nuestra condición de antropólogos, arqueólogos,
biólogos e historiadores nos proponemos hacer público que sus expresiones en
relación con las comunidades indígenas, mapuches y tehuelches, no son
representativas del consenso actual de los científicos, y omiten la producción y
los avances de la investigación antropológica e histórica de las últimas
décadas.
Las declaraciones de Rodolfo Casamiquela
fomentan la confrontación, estimulando la intolerancia y los prejuicios al
erigir barreras étnicas y nacionales de carácter arbitrario entre las personas,
y al desconocer el derecho de los individuos y los colectivos humanos a
construir su propia identidad. Cuando denomina “piqueteros” a las agrupaciones
indígenas que repudian sus opiniones, y las acusa de políticas, las incrimina,
negándoles el derecho a manifestarse y defender sus reivindicaciones. La
incriminación es doble ya que también agrede la legitimidad de las protestas
sociales, estemos o no de acuerdo con ellas.
Como
miembros de la comunidad patagónica y científicos valoramos muy especialmente
los saberes comunitarios sobre el pasado y el presente de los pueblos de
la
Patagonia, sean o no indígenas. Por lo tanto promovemos un tipo
de relación diferente entre los que hacemos ciencia y la comunidad: una relación
basada en el diálogo, la aceptación del disenso, y la colaboración.
Puerto Madryn, 19 de septiembre de 2005
Unidad
de Investigación de Arqueología y Antropología del Centro Nacional Patagónico
(CENPAT-CONICET) – Lic. Julieta Gómez Otero, Lic. María T. Boschín, Dra. Silvia
Dahinten, Dr. Rolando González-José, Dr. Eduardo Moreno, Lic. Analía Andrade,
Lic. Florencia del Castillo Bernal, Dr. Julio Vezub, Lic. Blanca
Videla.
DIARIO EL CHUBUT
7 de septiembre de
2005
Casamiquela, duro con los
mapuches que lo "escrachan" Dice que no tienen verdadero interés en
velar por la cultura indigenista, sino que son más bien piqueteros. Un reportaje
a fondo con el mayor estudioso de la cultura aborigen patagónica El profesor
afirma que a la
Argentina le queda sólo una generación que puede hacerlo. Y
que eso le preocupa mucho más que los escraches que recibe por parte de los
Mapuches cuando quiere hablar de la historia. Hizo una promesa de recuperar la
lengua y trabaja en eso desde su juventud. El 30 de julio pasado, un escrache
al doctor en Ciencias con mención en Biología, antropólogo y paleontólogo del
Conicet, Rodolfo Casamiquela; generó un nuevo conflicto entre descendientes
indígenas e historiadores. Antes le habían hecho otros en Esquel, El Bolsón y
San Martín de Los Andes. En Bariloche, algunos jóvenes interrumpieron una de sus
conferencias, en una facultad, para manifestar su disgusto por la teoría del
historiador sobre el verdadero poblamiento de la Patagonia y el origen de
los pueblos mapuches. Los jóvenes, que se identificaron con el grupo de Mapuches
Autónomos Independientes y el de Ruka Mapuche Bariloche, lo calificaron de
racista y expresaron su rechazo cuando el antropólogo indicó que eran oriundos
de Chile. Así, por un lado los Mapuches alegaron ser dueños de su propia
historia y memoria, y que por lo tanto tenían la "obligación de protegerla de
todas aquellas personas que la ensucien y tergiversen", porque afirman que "son
varios los historiadores que indican que nosotros fuimos los que invadimos y
exterminamos a los pueblos originarios de la Argentina actual". Pero los
historiadores, por otro lado, entre ellos Casamiquela, sienten que se trata de
un grupo político de reivindicación territorial y que el Mapuche es oriundo de
Chile. Estas divergencias ya tienen su historia, por ello, EL CHUBUT, dialogó al
respecto con el profesor Rodolfo Casamiquela, quien explicó por qué trabaja
sobre este tema. Él considera que ya no quedan "indígenas culturalmente puros.
Pero están los nietos, bisnietos y tataranietos de los que fueron mis maestros.
Cuando tenía 15 años -dijo- descubrí que en mi pueblo, quedaban los últimos
cuatro o cinco tehuelches. Entonces, me di cuenta de cual era la historia del
poblamiento. -¿Qué lo llevó a estudiar sobre esto? -Mi inquietud por lo
indígena empezó cuando tenía 14 años. Me fui a estudiar a Buenos Aires y un día,
en la Biblioteca
Nacional, empecé a leer mapuche, sin saber que en mi pueblo
(Ingeniero Jacobacci) la mitad de los chicos de mi edad hablaban esa lengua,
porque entonces ellos ocultaban su origen. Ni los maestros lo sabían. Entonces,
cuando volví, fue una grata sorpresa descubrir que los peones que enfardaban la
lana en una casa comercial donde trabajaba mi padre eran de origen indígena. Con
ellos pasé un verano fantástico, porque empecé a anotar las primeras cosas sobre
su lengua. A los 16 años, siempre acompañado por los indígenas, ya estaba
haciendo el primer museo referido a su historia. -¿Qué ha podido conocer de
ellos? -He conocido centenas de indígenas y a todos los hablantes de tehuelche
de la Patagonia.
Estudié y aprendí que primero vino el mundo tehuelche
paleolítico, muy antiguo. Los antepasados de sus antepasados se remontan a 10
mil ó 12 mil años atrás y evolucionan en la Patagonia. Mucho
después de la llegada de los Españoles, alrededor del 1600, el caballo permite
que los Tehuelches copen todo el ámbito pampeano y Neuquén. En esa misma época
empieza la mapuchización. Existen diferencias entre unos y otros. Los gigantes
patagones no son una fantasía, sino los Tehuelches, que alcanzaban casi los dos
metros de altura y una corpulencia de 150 kilos, de tez oscura y ojos asiáticos,
que vivían de la caza y se vestían con pieles. Los Araucanos o Mapuches, sin
embargo, son una raza de estatura mediana, cultivadores de cultura andina, que
tenían casas de madera y paja y trabajaban en forma maravillosa el tejido y la
platería; ellos tenían una trayectoria cultural superior, que los Tehuelches
imitaron. -¿Qué pasaba con la lengua? -Con la llegada de la religión y la
onomástica se va produciendo una transformación en ella. Entonces, los
hombres tehuelches, especialmente los caciques, en el norte de la Patagonia, empezaron a
ser bilingües. Pero las mujeres siguieron hablando tehuelche, incluso algunas
familias pasaron del tehuelche al castellano, sin pasar por el mapuche. Hubo un
sincretismo religioso y lo tehuelche se mapuchizó. Pero el Mapuche como pueblo
estaba del otro lado de la
Cordillera. -¿Los descendientes conservan la lengua indígena?
-Hoy hay descendientes vivos de grandes caciques tehuelches. Sólo son algunas
familias, los otros son descendientes de Mapuches. Los Ñanco, por ejemplo, son
descendientes de Sacamata, uno de los caciques más serios del norte de
la
Patagonia, nacido entre 1870 y 1880. Uno de mis maestros, fue
quien salvó la lengua tehuelche, ya que era el último que la hablaba. Se llamaba
José María Cual (que en tehuelche quiere decir cuello). Él murió en
1960, a
los 90 años. Cuando lo conocí, yo era un muchacho y él estaba ciego. Durante
muchos años nos dedicamos a la lengua tehuelche y por él quiero rendirle el
máximo homenaje a este pueblo, descendiente de los habitantes más antiguos de
América entera. -¿De qué forma? -Un día juramenté hacer un homenaje a este
pueblo único, salvando todo lo que se pudiera de su historia. Lamentablemente
estoy solo en todo esto. Los descendientes no estudian a sus antepasados, porque
eso significa leer a los blancos y hay una especie de rechazo, una negación que
es como hacerse trampa en el solitario de la vida. No se puede avanzar. Entonces
soy un maestro ciruela, vale decir un científico, que dice la historia como la
cuenta la ciencia, la antropología. No hago concesiones de tipo demagógico. Por
ello, si digo que acá no había ningún Mapuche en 1865 y que recién llegaron en
1890, digo lo que es la historia, no lo invento. Sólo que otros no lo dicen o lo
dicen distinto. Entonces soy el malo. -¿Por eso le hacen escraches? -Sí. Pero
esa gente no es indigenista en el sentido cultural, lo es en el sentido
piquetero. Son políticos. -¿Qué le cuestionan? -No hay cuestionamientos. Eso es
un pretexto. Hay que pensar qué buscan. Si se definen como Mapuches son chilenos
y si son chilenos no tienen derecho sobre la tierra de la Argentina. Esta es
la clave. Entonces, como yo explico que son chilenos, soy el enemigo. Cualquier
chileno sabe que los Mapuches son chilenos. Los líderes también lo saben. Pero
la juventud no. El 99 por ciento de los que se definen como mapuches son de
origen Tehuelche. Pero se han dado muchas confusiones por la lengua o el
apellido. Asíse va perdiendo la identidad. -¿Por qué tendrían la necesidad de
sentirse Mapuches si no lo son? -Porque la palabra mapuche es muy atractiva.
Quiere decir gente de la tierra. Si se usa como símbolo es correcto. Yo también
soy gente de la tierra. En 1960, como un homenaje, el Primer Congreso del Área
Araucana Argentina propuso que a los Araucanos se les dijera mapuche como en
Chile. -¿Cuál sería la respuesta si alguien pregunta quiénes eran los
originarios? -Habría que ver con respecto a qué. A la llegada de los españoles
es una cosa. A la constitución del Estado argentino es otra. Porque en 1816
no habían mapuches en Argentina. Los primeros se radican en el centro de
La Pampa en 1820
y en 1890, al sur del Limay Negro, los primeros pobladores de origen chileno
fueron los mapuches y los chilotes. Hay que distinguir muy sutilmente todo este
asunto. -¿Por qué menciona la pérdida de la identidad? -Eso es lo más terrible.
Los nietos de mis maestros, que sabían lo que eran, hoy son todos mapuches. Es
decir, el abuelo es tehuelche puro, pero el nieto es mapuche. Entonces
la Patagonia
perdió su identidad. Esta es tierra de aluviones, porque todos los días llega
gente desde otros lugares. Entonces, los maestros no son de aquí y es muy
difícil recrear esa identidad maravillosa que -hasta hace 30 años- fue la
palabra, la casa abierta, la hospitalidad, la seguridad y la base indígena,
ahora desteñida por toda esta confusión que hay con los mapuches. Pero hasta
hace unos años atrás la historia era clara. -¿Qué pasa con la lengua tehuelche?
-Es una lengua muerta. Murió en 1960. Y no hay interesados en aprenderla. Yo lo
hice porque era consciente de que mi maestro, José María Cual, era uno de los
últimos que la hablaba. Se comunicaba conmigo en español y podíamos hacer
traducciones del mapuche al tehuelche, revisarlas durante varios años y pasarlas
en limpio. Él tenía la conciencia que era el único que iba quedando para hablar
esa lengua. Pero murió antes de ver la gramática. Hoy se pierde la cultura. Los
descendientes, en su mayoría, no mantienen la lengua. Incluso, los nombres
que hay por acá, en los comercios, son falsos. El vocabulario es equivocado y
ese es mi sufrimiento. Esto me preocupa mucho más que los escraches. Los
indígenas tienen que perfeccionarse y profesionalizarse sin perder su lengua de
origen. En Argentina a la lengua indígena le queda una generación y nadie se
preocupa por recuperarla. -¿Qué siente cada vez que dice que está solo en esto?
-Se siente impotencia, porque es difícil llegar a la docencia y a quienes tienen
decisión política sobre ella. Cuando voy a dar clases a las escuelas los chicos
y los maestros se asombran. Al terminar las charlas, los chicos que tienen
apellidos indígenas que se mantenían tímidos, pasan al frente y se sienten bien,
porque son descendientes de los grandes caciques. Lo mismo ocurre cuando saben
cuáles son los significados de sus nombres en mapuche, porque los tehuelches no
tienen significados. Todo eso se puede hacer, pero quién le pone el cascabel al
gato. -¿En qué trabaja ahora? -En la gramática del Tehuelche, que me permite
descifrar un mundo increíble. En este momento estoy terminando el borrador de un
libro, de 500 páginas, que se llama "Guía en las creencias religiosas y las
ceremonias de los Tehuelches de la Patagonia", que tiene una riqueza fantástica. Pero
es muy difícil que lo pueda publicar. Si no puedo hacerlo realizaré tres copias,
para que de alguna forma la lengua se salve. Esto servirá para los descendientes
de Tehuelches. Aunque aprender la lengua es muy difícil, voy a tratar de
hacerla sobrevivir, porque debemos salvar nuestra cultura e inyectarla a nivel
nacional. ¿Quién es Casamiquela? Nacido en Ingeniero Jacobacci, Río
Negro, el 11 de diciembre de 1932, es doctor en doctor en Ciencias con Mención
en Biología (Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, Santiago), perito
minero nacional, paleontólogo de vertebrados, (con especialidad en reptiles;
pisadas fósiles), antropólogo (con especialidad en etnología patagónica;lenguas
indígenas regionales), investigador principal del CONICET(jubilado en 2000),
investigador en el Centro Nacional Patagónico delCONICET, Puerto Madryn (hasta
el presente); profesor de distintasuniversidades e instituciones académicas, de
Chile y Argentina,conferencista (sobre temas paleontológicos y,
especialmente,antropología: poblamiento indígena de la Patagonia y
la
Pampa),profesor emérito de la Universidad
Nacional de la Patagonia Austral,coordinador del Área de
Identidad Cultural de la Universidad Nacionalde la Patagonia "San Juan
Bosco", presidente de la Fundación Ameghino, director de los Museos
Naturalístico, Antropológico e Histórico de Ingeniero Jacobacci, (Río Negro) e
Indígena Regional de Leleque (Chubut). A lo largo de su carrera ha sido asesor
cultural de las provincias del Chubut, Río Negro y Santa Cruz, de las
Municipalidades de Viedma y Patagones y creador de distintos museos regionales y
centros culturales (Puerto Madryn, Gaiman, Leleque, Ingeniero Jacobacci). Es
autor de alrededor de 400 publicaciones científicas y de divulgación (en
paleontología, geología, antropología, lingüística, historia) y editor de
numerosos libros y revistas, científicos y de divulgación.
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