NCeHu
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Las lecciones del
huracán
En una de los geografías por antonomasia del
"Neoliberalismo" una rastrera "patria contratista" hace su agosto.
Así, el "capitalismo de amiguetes", la aparente forma impura de
reproducción del capital vinculada, supuestamente, a regiones bastardas, se
enseñorea en el mismísimo santuario de la "pureza de mercado", según la
catequesis "liberal", o del "mercado salvaje" de acuerdo
con la feligresía "progre".
El devastador
paso de Katrina
Los contratos para la
reconstrucción en EE.UU., bajo sospecha
Denuncian que no hubo licitaciones
Según la prensa, la Casa Blanca designó "a dedo" a las empresas encargadas de
reconstruir Nueva Orleáns Bush anunció que podría hacer uso de las reservas
estratégicas de petróleo
NUEVA YORK.- Después de las fuertes críticas por la lentitud
y la falta de previsión de la Casa Blanca para enfrentar el desastre que provocó
el huracán Katrina, el presidente George W. Bush se encuentra nuevamente en el
banquillo de los acusados por haber concedido "a dedo" -y no mediante un
concurso transparente- gran parte de los contratos millonarios para la
reconstrucción de las zonas de Nueva Orleáns devastadas por el ciclón.
Entretanto, mientras continúa el retorno de los evacuados por el paso del
huracán Rita y son restablecidos los servicios básicos, como luz, agua y gas en
el estado de Texas, Bush anunció ayer que está dispuesto a recurrir por segunda
vez en este mes a las reservas estratégicas de petróleo, para compensar las
consecuencias de la paralización de la actividad en varias refinerías del Golfo
de México.
Al igual que sucedió en la reconstrucción de Irak tras la guerra, muchos de
los contratos concedidos por la administración de Bush no cumplen los requisitos
legales y una importante partida del gasto público para la reconstrucción se la
ha adjudicado una filial de Halliburton, el grupo que dirigía el actual
vicepresidente Dick Cheney.
En un artículo publicado ayer por el diario The New York Times, que tuvo
acceso a los contratos, aparece el primer balance detallado del gasto de las
distintas agencias federales en la reconstrucción, que incluye más de 15
contratos que exceden los 100 millones de dólares, entre ellos cinco de 500
millones o más.
"Más del 80 por ciento de los contratos, por un monto de 1500 millones de
dólares, firmados sólo por la criticada Agencia Federal para la Gestión de
Emergencias (FEMA), fueron adjudicados sin licitación o mediante concurso
restringido", precisa el diario neoyorquino.
Entre los contratos en revisión está el asignado a la empresa AshBritt, que
fue cliente de una antigua firma del actual gobernador del estado de
Mississippi, el republicano Haley Barbour.
Esta empresa ha firmado un contrato por 568 millones de dólares para retirar
escombros, monto que la industria considera muy elevado, según el diario,
especialmente porque las tareas serán llevadas a cabo por compañías
subcontratadas a un precio muy inferior.
Este hecho "ha levantado preocupación entre los revisores de cuentas y
funcionarios del gobierno ante las posibilidades de favoritismo o abusos",
indica The New York Times.
El diario ha denunciado que dos de las empresas que participan en la
reconstrucción -el Shaw Group y Kellogg, Borwn & Root- son filiales de
Halliburton, lo que pone de nuevo en evidencia las conexiones políticas de este
grupo, al que años atrás el Pentágono le concedió contratos por 7000 millones de
dólares para reconstruir Irak.
"Gran inquietud"
El inspector general para el Departamento de Seguridad de la Patria -del que
depende el FEMA-, Richard Skinner, dijo que "cuando se hace una cosa así [por la
concesión a dedo de los contratos], aumenta la vulnerabilidad ante el fraude, el
despilfarro común y la mala gestión". Skinner, cuyos empleados están revisando
los contratos, afirmó sentir una "gran inquietud" ante lo que está viendo.
El Congreso norteamericano autorizó el desembolso de 62.300 millones de
dólares para hacer frente a los daños causados por el huracán Katrina, de un
total previsto de unos 200.000 millones. A esta cantidad habrá que añadir
decenas de miles de millones tras la destrucción ocasionada en los últimos días
en Texas y Louisiana por el huracán Rita, que dejó siete muertos.
En tanto, en un intento por calmar a los norteamericanos preocupados por el
aumento del precio de la nafta, Bush decidió utilizar, de ser necesario, las
reservas estratégicas de petróleo y así compensar las consecuencias del paso de
dos huracanes por la principal zona nacional de producción y refinado. La
producción de aproximadamente 1,7 millones de barriles diarios de petróleo
podría haber quedado bloqueada a causa del paso de Rita, y 900.000 barriles
diarios siguen suspendidos por culpa de Katrina.
Agencias EFE, AP y ANSA
Fuente: diario La Nación, de Buenos Aires, Argentina; 27 de
septiembre de 2005.