NCeHu
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Argentina
Belgrano y la Marcha de los
Chicos del Pueblo Geografía niña
Carlos del Frade
El 20 de junio comenzará la tercera marcha por la
vida, una idea impulsada por el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo.
Arrancará en Tucumán y continuará por los territorios de Catamarca, La Rioja,
Córdoba, Rafaela, Santa Fe, Entre Ríos y terminará en la Plaza de Mayo el
próximo 1º de julio. A propósito de esta necesaria recorrida por la geografía de
la niñez argentina, lo que sigue es una serie de postales históricas
relacionadas con cada uno de los estados provinciales. Una geografía niña. Un
atlas de las consecuencias del saqueo histórico que sufrieron las mayorías
argentinas y que tienen sus principales estragos en los cuerpos de los chicos.
Aquellos que iban a ser los únicos privilegiados y se convirtieron en los
primeros perjudicados.
Las banderas de Don
Manuel
El 20 de junio es el día de la bandera porque alguien
recordó que en esa fecha, allá por 1820, moría en medio de la pobreza, el olvido
y el ninguneo de sus urgencias, Manuel Joaquín del Corazón de Jesús
Belgrano.
Ese mismo día, cientos de pibes partirán desde Tucumán, cuna de
la primera e inconclusa independencia argentina y hoy vidriera obscena de los
pibes hambreados en el país de la carne y el pan, para exigir terminar con la
pobreza inventada por unos pocos.
Don Manuel está inquieto. Con ganas de
que llegue este veinte de junio.
Porque de la mano de esos pibes que
recorrerán la geografía íntima del país volverán a flamear sus otras
banderas.
Esas que hacen al presente de la nación saqueada.
Las
banderas de Don Manuel.
'Otro mal imponderable al labrador y a los
pueblos es el de los usureros, enemigos de todo viviente, a estos que tragan la
sustancia del pobre y aniquilan al ciudadano, se les debe considerar por una de
las causas principales de la infelicidad del labrador, y como mal tan grande, no
hay voces con qué exagerarlos', escribió Belgrano en el 'Telégrafo Mercantil,
Historiográfico, Rural y Político del Río de la Plata'.
'...la
repartición de las riquezas hace la riqueza real y verdadera de un país, de un
estado entero, elevándolo al mayor grado de felicidad, mal podría haberla en
nuestras provincias, cuando existiendo el contrabando y con él el infernal
monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo
de la patria y la reducen a la miseria', sostuvo con fenomenal
precisión.
Si no hay distribución de riquezas habrá una pocas manos que
'arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria'.
Las banderas
de Don Manuel.
'He visto con dolor sin salir de esta capital una
infinidad de hombres ociosos en quienes no se ve otra cosa que la miseria
desnuda; una infinidad de familias que solo deben su subsistencia a la feracidad
del país que está por todas partes denotando la riqueza que encierra, esto es,
la abundancia; y apenas se encuentra alguna familia que esté destinada a un
oficio útil, que ejerza un arte o que se emplee de modo que tenga alguna más
comodidad en su vida. Esos miserables panchos donde ve uno la multitud de
criaturas que llegan a la edad de pubertad sin haber ejercido otra cosa que la
ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto', se desesperaba Belgrano
en torno a los pibes empobrecidos como consecuencia de la riqueza acumulada en
unos pocos.
Usureros, riquezas en pocas manos, eran las principales
causas de los males del país para Belgrano el creador de la bandera oficial pero
el desconocido impulsor de otras banderas vitales para un país libre y que tenga
en el trono de la vida cotidiana a la noble igualdad que repite el gastado y
falsificado himno nacional.
Por eso Don Manuel espera por la marcha de la
vida del próximo 20 de junio.
Porque el presente es una comprobación de
sus advertencias.
Dice el indispensable economista y diputado nacional,
Claudio Lozano, al hablar sobre las desigualdades en la Argentina: 'Las razones
de la injusticia en el reparto de los ingresos pueden intuirse (siguiendo los
datos completos del 2003) con solo señalar que mientras el PBI crece
aproximadamente un 20 por ciento anual en términos nominales; los salarios
crecieron como máximo un 10 por ciento y las ganancias de las principales firmas
exhiben porcentajes mucho más pronunciados. Mientras las principales cien
exhiben un aumento mayor al 170 por ciento las primeras diez muestran un
crecimiento de su rentabilidad superior al 400 por ciento. En suma, en un
contexto de reanimación de actividad económica la distribución se hace más
regresiva aún. Situación esta que a su vez se reproduce al interior de los
propios sectores populares', afirmó Lozano.
Por eso el 20 de junio los
pibes que recorrerán el país desde Tucumán harán homenaje a Belgrano y sus
viejas banderas todavía sepultadas por la deliberada construcción de olvido que
pesa sobre sus ideas.
Porque los pibes y Belgrano necesitan que se frene
la voracidad de esas pocas manos que 'arrancan el jugo de la patria' y la
condenan a 'la miseria'.
Santa Fe
'La
mitad de los delitos en la provincia son cometidos por menores. Así que por eso
decidimos crear una policía de niños, niñas y jóvenes', dijo la doctora Leyla
Perazzo, actual jefa de La Santafesina SA, o sea, la policía de la provincia de
Santa Fe. La doctora Perazzo tiene una larga experiencia en tratar chicos desde
la fuerza. Entre 1976 y 1978 estuvo en la llamada 'policía de menores' de
Rosario y recibió, en aquellos tiempos, 'sesenta hijos de desaparecidos', como
confesara públicamente.
La provincia que presenta el mayor misterio del
país, la que más exporta y la que más chicos pobres tiene en su ciudad capital,
en lugar de multiplicar espacios de educación, trabajo, arte y juego, decide, en
cambio, crear una policía especial para luchar contra los niños.
En esta
tierra pródiga en climas, paisajes y riquezas millonarias, hay casi 120 mil
pibes menores de veinticinco años que no trabajan ni estudian. Y, sin embargo,
solamente hay seiscientos detenidos de esa edad por delitos probados. Una
fenomenal demostración de la resistencia y obstinación de los valores en chicos
excluidos del sistema educativo y laboral. No caen en el delito como pontifican
las profecías del fracaso, sino que inventan formas para gambetear ese supuesto
destino.
En la geografía dominada por multinacionales como Cargill y
Dreyfuss, que llegan a facturar 16 mil pesos cada sesenta segundos, hay casi
treinta mil pibes menores de catorce años que trabajan, según las proyecciones
de la UNICEF a principios del tercer milenio.
En los años noventa, en la
provincia que acaba de ser noticia nacional por su novedosa creación de una
policía de 'niños y niñas', la llamada deserción escolar se duplicó, pasó del 17
al 35 por ciento. Deserción, en realidad, es una palabra cómplice. Se trata de
la decidida expulsión de la escuela que produce un sistema que condena a las
familias a producir bienes materiales para empatar a fin de mes.
En los
últimos días, la ministra de Educación, declaró que las denuncias de los
maestros que protestan porque las escuelas se caen a pedazos y que no hay baños
ni patios para los chicos, son la prueba de 'una militancia sobre la falta', que
sería más justo decir también lo que se hace. Curiosa queja de una ministra que
dice formar parte de una administración que dice ser justicialista. La identidad
histórica que cobijó a una mujer llamada Evita y que sostuvo que 'allí donde hay
una necesidad, hay un derecho'. Es decir que allí donde existe una falta, una
carencia, el agujero dejado por un saqueo, debe aparecer la política a favor de
los hijos del pueblo.
Militancia de la falta condenada desde el
ministerio de Educación.
En la provincia del trigo, la soja y la carne,
falta alimentos para los pibes.
Hay 14 mil chicos desnutridos, sostienen
los números oficiales del ministerio de Salud y la tasa de mortalidad infantil
se encuentra en un 14 por mil según dicen las cifras nacionales.
En esta
provincia, la Marcha de los Chicos del Pueblo pasará y juntará las rebeldías,
las ganas y las risas de aquellos que se niegan a sobrevivir y aspiran a ser
felices en una sociedad con memoria, verdad e igualdad, con sabor a caramelo,
barriletes y chocolate.
Tucumán
Cuna de la
independencia nacional, obscena vidriera de los pibes estragados por el
sistema.
En la provincia del azúcar y las batallas populares de los que
seguían a Belgrano, la dulzura está exiliada para las mayorías. Los pibes con
los ojos más tristes del mundo, como los describiría el escritor tucumano,
Eduardo Rosenvaig, habitan la amarga tierra de las pesadillas impuestas por las
minorías.
La tasa de mortalidad infantil trepa al 24,3 por mil nacidos
vivos y la desnutrición avanza como si se tratara de una postal del siglo
XIX.
El 69 por ciento de los chicos menores de catorce años son pobres en
la provincia que parió al dos veces presidente de la Nación, Julio Argentino
Roca, el mismo que aparece en el mayor símbolo de poder económico que muy rara
vez entra en el bolsillo de los tucumanos, el billete de cien pesos.
Hoy,
en el llamado Gran Tucumán, que compone la ciudad capital y Tafí Viejo, la
población desocupada llega al 14,2 por ciento y la subocupación trepa al 18,5
por ciento. Quiere decir que la tercera parte de tucumanos en condiciones de
trabajar no lo puede hacer de manera estable y según marcan las leyes laborales.
A lo que hay que agregar un universo grande de planes sociales que disfrazan los
números. Casi la mitad de los tucumanos no pueden hacer sinónimos las palabras
trabajo y futuro.
Córdoba
En la tierra de
los comechingones, donde la vida era festejada en las cuevas de piedras, hay
intendencias que estrenaron sistemas de cámaras para filmar a los sospechosos de
siempre, los pibes que gambetean la miseria poniendo el cuerpo en las
calles.
En la provincia que ardió en mayo de 1969, dando por tierra con
los sueños de perpetuidad de la entonces llamada 'revolución argentina'
encabezada por el general Juan Carlos Onganía, a través de la unidad casi mágica
de obreros y estudiantes y con la figura mítica de Agustín Tosco, la vida de los
chicos se parece más a una pesadilla que a una esperanza surgida del paisaje
único de sierras y manantiales.
El Gran Córdoba tiene hoy una
desocupación del 12,4 por ciento y una subocupación del 12,2 por ciento. Casi un
cuarto de mujeres, hombres y muchachada no tiene empleo y son más si se sumaran
los que llegan a fin de mes con los planes sociales.
En el territorio que
alumbró la Fundación Mediterránea a mediados de los años setenta, casi treinta
años después, seis de cada diez pibes menores de catorce años son pobres. Tienen
necesidades básicas insatisfechas, según muestran los números
oficiales.
Los cordobeses, orgullosos de sus cuartetos y su memoria
colectiva, deben enfrentar un presente en el que la tasa de mortalidad infantil
asciende al 14,8 por mil.
Números que representan impunidades
cotidianas.
Concentración de riquezas en pocas manos y delincuentes de
guante blanco que no son filmados ni
juzgados.
Catamarca
Cerros azules, nido de
águilas, tierras de caudillos que expresaban la rebeldía de un interior que no
quería ser sojuzgado por los que establecían las primeras relaciones carnales
con el imperio del siglo XIX.
En Catamarca, el corazón de un cristiano
siempre reinventa el misterio del reino de los cielos para todos, acá en la
tierra, porque aquí se ama, se sufre, porque en esta tierra azul se sueña de
manera concreta y se necesita de la justicia tan largamente esperada. Por eso el
corazón de Fray Mamerto Esquiú es la síntesis de la historia catamarqueña que
siempre se rebela contra el designio de los poderosos.
Catamarca, pueblo
cuerpo de María Soledad. 'No nos van a callar', dice con luz en los ojos la mamá
de María Soledad, Ada Morales. Y ya no parece hablar de su piba adolescente,
sino de miles de chicos y chicas catamarqueñas, hijos todos de los cerros azules
y los nidos de águilas, significado primero del cerro Ancasti.
En el
aglomerado denominado Gran Catamarca, el 61,3 por ciento de las chicas y chicos
menores de catorce años son pobres. Más de cien mil pibas y pibes que no pueden
soñar con pronunciar la palabra futuro sin miedo, sin angustias.
En la
tierra apabullada por la prepotencia de las empresas mineras que solamente dejan
tres pesos de cada cien que envían a sus países de origen, sede de sus casas
matrices, hay cunas vacías como consecuencia de una tasa de mortalidad infantil
que se resiste a descender. Las cifras oficiales dicen que en la provincia de
cerros azules, la tasa de mortalidad infantil es del 20,6 por mil.
Por
allí pasará la Marcha por la Vida de los Chicos del Pueblo, porque como dice Ada
Morales, no hay que callar. Hay que gritar la bronca y también la esperanza.
Casi sinónimos, casi urgencias.
La
Rioja
Los ojos claros de Angel Vicente Peñaloza siguen
abiertos. Su cabeza cortada en Olta no terminó con sus sueños. Desde los llanos
viene bajando el reclamo de una vida para todos los gauchos riojanos que
sangraron en la lucha por la libertad y que ahora reclaman la felicidad que
deriva de la independencia conquistada.
Dicen que el Chacho se convirtió
en cura y que los pasos del pastor repitieron sus caminos. Y que la gente
también lo siguió a Angelelli como supo hacer con Peñaloza. 'Un oído en el
pueblo y otro en el evangelio', decía el pelado. 'El mayor ejemplo de
cristianismo en la Tierra', supo decir Vicente Zazpe, arzobispo santafesino
cuando desde Roma lo mandaron a investigar a Angelelli.
Los pibes
riojanos buscan un presente distinto.
En La Rioja, tierra invadida por
aeropuertos privadísimos y hacendados que llegaron a presidir el país en dos
turnos de saqueo, la tasa de mortalidad infantil llega al 20,8 por mil.
Y
36 de cada cien chicas y chicos de la provincia de Facundo, no llegan a
satisfacer sus primeras necesidades. Son pobres en un lugar cuyas riquezas
hicieron que los ingleses crearan una empresa para sacarles los minerales del
cerro Famatina y todavía no lo lograron del todo, a casi doscientos años del
intento.
Entre Ríos
Si alguna vez la
Argentina pudo tener un destino distinto, eso fue germinado entre las cuchillas
y los cursos de agua de Entre Ríos.
Allí apareció el proyecto político de
la Confederación, cuya máxima expresión fue Justo José de Urquiza, el hombre que
eligió un palacio y no ser el constructor de un país con felicidad para sus
mayorías.
Un siglo y medio después, las principales ciudades de la
provincia son noticia en los diarios nacionales por el aumento de la pobreza, la
desocupación y los índices que golpean a los pibes entrerrianos.
Sin
embargo, no hace mucho, el gobierno provincial decidió levantar el primer
monumento nacional a la policía. La misma que no pudo establecer qué pasó con
una nena secuestrada y luego derivada a las tenebrosas redes de prostitución
infantil que proliferan por la zona del litoral argentino.
Ni escuelas ni
lugares para el encuentro intergeneracionales. Un monumento nacional a la
policía.
¿Qué harán las chicas y chicos entrerrianos con ese
monumento?.
¿De qué servirá ante el crecimiento de la pobreza entre los
más bajitos y el índice de la tasa de mortalidad infantil?.
En la
provincia que hoy parece ser el lugar elegido para que papeleras internacionales
exploten el medio ambiente, la tasa de mortalidad infantil llega al 16,5 por
mil.
Mientras que la cantidad de chicos menores de catorce años pobres,
supera al 75,7 por ciento en bellas y saqueadas ciudades como Concordia y en el
Gran Paraná, en los alrededores de la coqueta capital provincial, el 49,1 por
ciento no tienen resueltas sus necesidades básicas. La realidad existencial de
los pibes entrerrianos es el cuerpo del ultraje, la continuidad de aquella
traición al proyecto de la Confederación Argentina.
Por eso la Marcha por
la Vida de los Chicos del Pueblo pasará por allí, para abrazar, jugar y escuchar
las historias de las familias entrerrianas.
Para volver a caminar el
sueño de un país hecho a imagen y semejanza de sus mayorías.
Fuentes: Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos. Instituto Provincial de Estadísticas y Censos
(Santa Fe) Ministerio de Salud de la Nación. Ministerio de Educación de la
Nación. Diarios nacionales y provinciales. 'El Rosario de Galtieri y
Feced', de Carlos del Frade, Rosario, 2000. UNICEF
Argentina.
Fuente:
www.argenpress.info , 5 de junio de
2005. |