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Cumbre de Cancilleres en Vladivostok Encuentro ministerial Moscú-Pekín-Nueva Delhi:
modestas esperanzas
Dmitri
Kósyrev
(RIA
NOVOSTI)
El encuentro de ministros de Exteriores de Rusia,
China y la India a celebrarse el 2 de junio en Vladivostok, se cataloga entre
los acontecimientos que incentivan la fantasía geopolítica más desenfrenada.
Máxime que se trata de la primera cita, a la que los ministros de tres grandes
potencias de Asia acudirán especialmente, en vez de entrevistarse en los
pasillos de una conferencia internacional. Vale recordar que dos encuentros
anteriores tuvieron por sede Nueva York donde cada septiembre se reúne la
práctica totalidad de los más altos diplomáticos del mundo para asistir a la
ceremonia de apertura de la Asamblea General de la ONU.
'China, Rusia y
la India crean en Asia una alianza antinorteamericana que presenta los programas
alternativos a los de Washington': tal es la evaluación clásica del sentido y
las perspectivas de los contactos entre Moscú, Pekín y Nueva Delhi, adelantada
por los medios de comunicación rusos. Clásica pero distante por completo de la
realidad, si, naturalmente, no calificar de antinorteamericanos todos los
organismos internacionales o los encuentros no convocados por Washington. La
misión de Rusia, anfitriona de la reunión, no parece demasiado ambiciosa. Sobre
el telón de fondo del proceso de acercamiento chino-indio ya en marcha ha de
ayudar a elaborar un programa de sistemáticos contactos tripartitos, dicho en
otros términos: designar bien a las claras los temas que los diplomáticos - y
más tarde, por ejemplo, los hombres de negocios de tres naciones- estén
dispuestos, mejor dicho, obligados a discutir en el formato tripartito
precisamente. Repetimos: solamente esbozar la relación de temas y no adelantar,
ya el 2 de junio, ciertas resoluciones ya hechas sobre esos temas. Tales son los
modestos propósitos de quienes preparan el evento.
A juzgar por la marcha
de preparación de los documentos para la conferencia de Vladivostok, esta tarea
no es de las fáciles. La mera coordinación de los documentos para ese encuentro
entre los funcionarios rusos de diversos departamentos responsables por las
relaciones con la India y China, es un asunto que requiere tiempo. Esto se debe
a que durante varios decenios, estos dos derroteros de la política exterior de
Rusia se desarrollaban por separado. Además, los últimos meses se están
proliferando ideas sobre la agenda tripartita en las tres capitales, y muchos
departamentos ya se ahogan de ellas.
Es curioso señalar que se puede
considerar anfitriona a Rusia, pero en modo alguno promotora de este encuentro,
declara una fuente allegada a la cancillería del presidente de la India Abdul
Kalam que estos días visitó Moscú. Nueva Delhi, apunta la citada fuente,
adelantaba análogas iniciativas en esa cuestión tanto como Moscú.
A su
vez, los círculos oficiales chinos comentan escasamente sus esperanzas
relacionadas con Vladivostok, pero últimamente señalan bien a las claras que ha
aumentado la necesidad de coordinar los planes políticos y económicos de los
tres países.
Procede señalar que China está coordinando tan poco aún su
política con la India que resulta importante el papel que desempeña Moscú, sea
en esa materia.
En la presente fase de elaboración de los documentos
podemos señalar varios temas destinados a Vladivostok que en todo caso
resultarán por encima de cualesquiera agendas. Todos ellos parecen mucho más
modestos que las estructuras 'geopolíticas' sobre una supuesta alianza
tripartita de tres futuros líderes de la política y la economía
mundiales.
Tanto Pekín como Nueva Delhi dan prioridad a la cuestión
relativa a los recursos energéticos rusos y centroasiáticos necesarios para el
desarrollo de China y de la India. La mera confrontación de los proyectos de
oleoductos desde esta región al sur y sureste podrá devenir una tarea de
interés, lo que comprenden bien los chinos observando la coordinación de la ruta
del oleoducto 'oriental' que hoy se lleva a cabo en los departamentos rusos,
incluyendo los locales.
La reciente visita del presidente de la India
Kalam a Moscú demostró que, gracias al esquema de cooperación 'los agentes
energéticos rusos y armas a cambio de las inversiones y tecnologías indias', en
los 10 años el intercambio de mercancías de dos Estados podrá aumentar de los 3
mil millones de dólares actuales a 28 mil millones. El comercio ruso con China
que ya sobrepasó 20 mil millones, en muchos aspectos se basa en ese
esquema.
Las tres partes están unidas por la misma idea común: la
necesidad de evitar rivalidad en la lucha por el petróleo y gas rusos (o
kazajos), y en la medida de lo posible, hallar vías conducentes a los proyectos
conjuntos.
Según la información procedente de Nueva Delhi, la agenda
incluye encuentros de delegaciones de las Cámaras de Comercio de tres países que
discutirán los problemas de la energía y los relativos a las tarifas aduaneras y
no aduaneras.
Otro tema a discutir es la región situada en el triángulo
entre Rusia, la India y China: el Asia Central. Para las tres naciones éste
puede devenir fuente de posibilidades económicas y tal vez de
peligros.
La India cataloga en esa región el Norte de Pakistán y
Afganistán, lo que es justo, porque los recientes acontecimientos en Kirguizia y
Uzbekistán recuerdan, sin lugar a dudas, las realidades afganas y
pakistaníes.
La política rusa y china hacia el Asia Central se inscribe
en el proyecto denominado Organización de Cooperación de Shanghai. La India no
participa en ese proyecto. Sin embargo, el diálogo tripartito de Vladivostok
podrá ayudar a aclarar también este problema, demostrar a sus tres participantes
el papel que la India pueda desempeñar en el quehacer de la región
centroasiática.
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