El inminente fin de 40 años de cuotas textiles es un intento de
ayudar a las economías en desarrollo, pero algunos de los países más pobres del
mundo han seguido una estrategia diferente: buscar acuerdos especiales de
comercio que los protejan de la competencia indiscriminada que se puede producir
una vez que expiren las cuotas.
Los países pobres, encabezados por Mauricio y Bangladesh, harán
hoy un llamado de último minuto a la Organización Mundial del Comercio (OMC)
para que proteja a sus industrias, que pueden verse sacudidas por la producción
de potencias textiles de la talla de China e India. Temen que su negocio textil,
que en muchos casos representa entre la mitad y tres cuartas partes de sus
exportaciones, desaparecerá una vez que las cuotas expiren el primero de
enero.
El plan para poner fin al sistema de cuotas en 2005 fue acordado
por 123 países que participaron en las negociaciones comerciales de la Ronda
Uruguay en 1995, en buena parte a solicitud de los países en desarrollo, que
sostuvieron que los países desarrollados usaban las cuotas para proteger sus
industrias.
Pero en la última década, la gran mayoría de los países ricos han
subcontratado la producción a los grandes países en desarrollo, como China e
India. El ingreso de China a la OMC en diciembre de 2001 ha contribuido a
hacerla más competitiva de lo que buena parte de los países en vías de
desarrollo imaginaron cuando firmaron el acuerdo de 1995.
En los últimos doce meses, China ha pasado a dominar sectores de
los mercados textil y de confección donde las cuotas han sido paulatinamente
eliminadas. Según el Consejo Nacional de Organizaciones Textiles, los envíos
chinos a Estados Unidos se han multiplicado por once desde que se eliminaron las
cuotas en 2002, mientras que la cuota de mercado de otros 50 países se derrumbó
del 90% al 28%.
"Los afectados están perdiendo tanto que necesitan atención
urgente", afirma Sivaramen Palaythan, diplomático de Mauricio, una isla en el
Océano Índico. "Muchos van a quedar peor, aun cuando el sistema global se
beneficie".
Aunque sus costos laborales pueden ser tan o más bajos que los de
China, la mayoría de los países en desarrollo carecen de la base industrial, el
conocimiento sobre las modas y las conexiones para competir. Un estudio de la
OMC, por ejemplo, indica que China por sí sola podría capturar un 56% del
mercado de ropa estadounidense después de la eliminación de las cuotas, frenta
al 12% de 2001.
Las industrias de confección y textil son cruciales para algunos
de los países más pobres del mundo. Con un valor de US$350.000 millones, el
comercio mundial en confección y textiles representa un 8% del total del
comercio en bienes manufacturados. En países tan variados como República
Dominicana, Bangladesh, Nepal, Camboya y Sri Lanka los textiles y la ropa
representan más de la mitad del total de las exportaciones. Además, el corte y
la confección emplean a cientos de miles de trabajadores, que muchas veces
tienen dificultades para hallar empleo en otros ámbitos.
Pero convencer a los chinos de que tienen que hacer concesiones
será una tarea difícil. Cao Xinyu, vicepresidente de la Cámara China de Comercio
para la Importación y Exportación de Textiles, organismo estatal, dice que se
está culpando a China de un fenómeno internacional más amplio: un aumento en la
demanda de textiles de parte de empresas extranjeras que han trasladado su
producción a otros países.
"Una cosa es clara: si a China se le pide asumir compromisos
adicionales fuera de sus compromisos con la OMC, China no puede aceptarlo. Ya
hemos realizado concesiones para entrar a la OMC y no estamos dispuestos a hacer
concesiones adicionales", afiirma Xinyu.
Países o territorios que más dependen de
exportaciones textiles; % de las exportaciones de mercaderías compuesta por
confecciones y textiles
Bangladesh, 85,9%;
Macao, 84,4%; Camboya, 72,5%; Paquistán, 72,1%; El Salvador, 60,2%; Mauricio, 56,6%; Sri Lanka, 54,3; Rep. Dominicana, 50,9%; Nepal, 48,7%; Túnez,
42,4%.
Fuente: www.wsj/Américas.com ,
30 de septiembre de 2004.