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Asunto: | NoticiasdelCeHu 1598/04 - Míguel Enriquez Espinoza | Fecha: | Jueves, 7 de Octubre, 2004 02:10:46 (-0300) | Autor: | Centro Humboldt <humboldt @...............ar>
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NCeHu
1598/04
Chile
EN EL CEMENTERIO GENERAL DE
SANTIAGO EMOTIVA EVOCACION DE MIGUEL
ENRIQUEZ
Ernesto
Carmona 05/10/2004
Unas doscientas personas rindieron hoy tributo a la memoria
de Miguel Enríquez Espinoza, congregándose frente a la modesta tumba del extremo
norte del Cementerio General de Santiago en que el líder del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR) fue sepultado después de morir combatiendo a los
esbirros de la dictadura de Augusto Pinochet, hace exactamente 30 años, el 5 de
octubre de 1974.
A la ceremonia asistieron algunos de sus amigos y
camaradas de hace tres décadas y muchos jóvenes que nacieron después de su
muerte. Fue un acto modesto pero sincero, efectuado sin propaganda y con una
cálida carga emocional que traspasó a todos los presentes en una tarde nublada e
inusualmente fría. Estuvieron ausentes prácticamente todos los ex miristas que
hoy ocupan cargos en los partidos y el gobierno de la Concertación por la
Democracia y otros que han prosperado en los negocios.
No hubo un acto
formal de homenaje, sino gente que habló espontáneamente a micrófono abierto,
cantantes populares, payadores, militantes de los años 70 e hijos de luchadores
desaparecidos o muertos. La mayoría de los presentes no se conocía entre sí.
Entre las personas que asistieron y/o hablaron se encontraban, entre muchos
otros, Carmen Castillo, su compañera al momento de perder la vida a los 30 años;
la periodista Gladys Díaz, que sufrió los rigores del campo de exterminio de
Villa Grimaldi; y Andrés Pascal, quien lo sustituyó como Secretario General del
partido y hoy es vicerrector de la Universidad Arcis.
Sin embargo no fue
un acto triste. Algunos asistentes precavidos depositaron un clavel rojo sobre
su tumba, situada en el sector del cementerio donde descansan los más pobres. La
ubicación de la tumba fue decidida por la dictadura, pero sus padres, familiares
y amigos más cercanos prefirieron dejarlo allí para siempre, asumiendo que ése
hubiera sido su deseo.
Hubo canciones 'a capella', sin acompañamiento
musical. 'Santiago' improvisó payas acompañándose de una guitarra que apareció
entre el público, 'Víctor ' entonó una suerte de rap de hondo contenido
político. Todos los presentes, tanto los que hablaron como quienes cantaron o se
quedaron oyendo callados, rescataron la vigencia de las ideas por un mundo mejor
que Enríquez defendió con su vida en otra tarde triste de octubre. En este acto
nada formal o tradicional la sola presencia fue suficientemente
elocuente.
La memoria de Miguel Enríquez crece tanto como el recuerdo de
Salvador Allende. Por coincidencia, ambos fueron médicos, al igual que Che
Guevara, tres intelectuales que supieron combinar la teoría política con la
dignidad de una práctica revolucionaria que no trepidaron en sostener con la
propia vida, a pesar de que tanto la amaban.
El viernes 8 de octubre
habrá un acto recordatorio en el Estadio Víctor Jara, llamado antes Estadio
Chile, el lugar donde los militares asesinaron al cantante cuando lo hicieron
prisionero en septiembre de 1973. Esta misma tarde se presentará un libro y se
estrenará un documental en la Universidad Arcis, principal escenario de los
actos conmemorativos en honor del dirigente desaparecido.
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