Existe, según Armand Mattelart, una "nueva doctrina
estratégica de la comunicación" (2), donde "la hegemonía de la
hiperpotencia se da a través del "softpower", el poder blando: pensar que se
puede atraer a la gente fijando una agenda". Esa agenda es efectivamente el
último bastión de defensa de los monopolios anquilosados que pretenden el
control de la información y del conocimiento. El Foro Social Mundial no es
ajeno.
La agenda de la "sociedad de la información" marca que la
conectividad y el acceso a las nuevas tecnologías de la información y
comunicación son la "panacea" del desarrollo y la democratización pero a
la vez, esa "panacea" sólo sería posible en un "entorno propicio"
para la inversión (3). Y así se entroncan los discursos y acciones de los
actores de esta historia.
Sin dudas, la fuerza bélica y económica sigue siendo la forma
más visible de dominación política, pero mientras tanto, otra forma de dominio
se teje de manera silenciosa, compulsiva, amenazante y con la venia y a pedido
de quienes deberían resistir: las ONGs de la sociedad de la información, un
cúmulo de organizaciones que piden más acceso, más conectividad y más
inversión.
Imposible no preguntar: ¿En qué punto de la historia estamos
para que partes y contrapartes reclamen esencialmente lo mismo, sólo divergente
por matices discursivos lógicos de la función de cada uno en el juego
socio-político?
Muchos han alertado sobre las trampas detrás del concepto de
sociedad de la información, pero muy pocos han indagado los discursos que
se esconden detrás de quienes aparecen como contrapartes. La misma agenda
delineada en los últimos años por los países y las organizaciones más poderosas
del planeta para defender sus decadentes intereses, trae en paralelo la
conformación de un cuerpo de voces de lo "socialmente aceptable" en
materia de sociedad de la información y conforma, con fondos de financiación y
eventos públicos, su cuerpo de "interlocutores".
¿Será el Foro Social Mundial de Porto Alegre un ámbito
complementario para la creación del proyecto de "Sociedad Global de la
Información" que delinearon los países del G8 durante la Cumbre de Okinawa
del 2000? Si el manejo de la política informática del Foro sigue en las mismas
manos que hasta ahora, la respuesta es SI.
Revisemos la historia
El concepto de "sociedad de la información" apareció
alrededor del año 1975 y fue cobrando fuerza apoyado por los países más ricos
del planeta. En paralelo, las tecnologías libres se desarrollaron a la luz de la
comunidad científica y universitaria generando un tejido distribuido y abierto
de redes. Esa revolución sustantiva dio rienda suelta a la posibilidad de
compartir, construir y distribuir libremente conocimiento. Esa es la revolución
que se anticipa al proyecto reaccionario de sociedad de control (4).
La misma red, ubicua, anónima y libre es hoy la mayor estaca en
el corazón de los gigantes (5).
Pero la complejidad técnica y conceptual jaquea nuestra lucha.
En un mundo de confusión, los poderes afectados por la libre distribución y la
red libre pujan por retomar el control a través de:
- Control y regulación de las redes
- Refuerzo de copyrights (derechos de propiedad
intelectual).
- Patentamiento de software, seres vivos y métodos de
negocios
- Control monopólico del conocimiento
- Vigilancia global y arquitecturas de control
silencioso a través de hardware y software
- Violación de los Derechos Humanos: claramente el derecho a la
privacidad, el derecho a la libertad de expresión, el derecho al libre acceso a
la cultura y el conocimiento
- Prohibición por ley de cooperar: compartir es delito.
Hablar de "empoderamiento de las comunidades a través de las
TICs" sin reparar en estos ejes es trabajar para quienes los impulsan.
¿Qué más puede pedir una empresa como Intel que tener
movimientos de base reclamando a sus gobiernos que hagan inversiones monstruosas
en hardware?
¿Qué más puede pedir Microsoft que tener organizaciones
y escuelas públicas capacitando clientes cautivos - el marketing de sus
productos - en nombre de la "inclusión digital"?
¿Qué más pueden pedir que tener las redes de comunicaciones de
las organizaciones del tercer sector, alternativas y locales en muchos casos, en
formatos que sólo ellos controlan?
El sitio del Foro Social Mundial de Porto Alegre, sus bases de
datos y toda su información corre sobre servidores Microsoft que nadie puede
fiscalizar y en formatos que sólo esa corporación de software controla.
Esto no ha sido impuesto por la empresa ni por ningún gobierno
sino decidido y montado por la organización que controla gran parte de la
información del tercer sector en Brasil y de los Foros de Porto Alegre: RITS.(6)
RITS, tal como menciona su sitio en Internet, está financiada
por IBM y Fundación Ford (7). Recibe fondos de Fundación Kellog, Infodev
(Programa de información para el desarrollo del Banco Mundial), la Interamerican
Foundation y la Open Text Corporation (una corporación de software privativo).
Hasta hace poco había créditos a la firma Microsoft, pero fueron retirados del
sitio.
RITS es parte de la red global APC (Asociación para el Progreso
de las Comunicaciones). Esta organización comprometida con la lucha de género y
la democratización de las nuevas tecnologías es una red de nodos que trabajan en
forma local, pero global en sus políticas y posiciones. Un claro ejemplo de lo
que Mattelart denomina "sociedad civil global".
Sus principales fuentes de financiación son la Fundación Soros,
el Open Society Institute, brazos filantrópicos del financista George
Soros, la Fundación Ford, el Commonwealt of Telecommunications Organization, el
Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC), la
Fundación Rockefeller y el Banco Mundial
APC trabaja en empoderamiento de comunidades de pueblos
indígenas, activistas de género y movimientos de base. Pero en paralelo,
desarrolla materiales educativos con los que enseña políticas de TICs a sus
activistas. Gran parte de estos fueron escritos personas que publican artículos
para el Departamento de Estado Norteamericano.
Un ejemplo sirve para ilustrar estos hechos: estos programas
abordan los temas críticos ya mencionados, pero con textos de la organización
Bridges.org y de su Directora Ejecutiva, Teresa Peters. (8) Elegida Global
Leader of Tomorrow por el Foro Económico Mundial (Davos), ella redactó los
conceptos estratégicos sobre "propiedad intelectual", de los materiales de
capacitación con los que APC presentó su taller sobre Sociedad de la Información
en el Foro Social Mundial de Mumbai en enero del 2004.
Esto no quiere decir que estas organizaciones sean
conscientemente cómplices. Sólo pretende llamar la atención sobre las dualidades
y peligros en juego.
La gran mayoría de estas organizaciones tiene algo en común:
sus discursos "progresistas" y financiación de algunos actores clave: La
Fundación Soros, la Fundación Ford, el IDRC de Canadá y el Banco Mundial.
En la mayoría de los casos no es difícil comprender lo que
pasa: comparten la ideología de la utopía técnica que indica que acceder a las
tecnologías de la información y la comunicación es un bien en si mismo y por
tanto, se debe trabajar en ese sentido.
Esa es la trampa de la sociedad de la información. Que las
tecnologías de información y comunicación son un monstruoso avance para la
humanidad es indudable. Pero las decisiones que se tomen en ese sentido nos
ponen frente a dos posibles caminos: el camino del control o el camino de la
libertad.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no
son neutrales. Su construcción forma parte de la ideología, la ética y la
cultura de la sociedad libre del conocimiento que pergeñaron los hackers
hacedores de la red.
Existen roles claros: Las grandes corporaciones y algunos
gobiernos planifican cómo controlar las redes de todo el planeta, tratando de
recuperar el control del conocimiento en pocas manos.
Mientras, algunas organizaciones globales hacen el trabajo de
divulgación pidiendo a los Estados Nacionales que adquieran hardware y licencias
de software para "democratizar" el acceso. Llevando a las comunidades remotas
terminales para el control (en tanto llevan hardware y software de esas mismas
corporaciones).
Múltiples sectores hacen lobby sobre gobiernos para "armonizar"
las legislaciones sobre estos temas para facilitar las "inversiones". (Armonizar
con las leyes norteamericanas principalmente, fuertemente regresivas en materia
de derechos ciudadanos: basta citar la Digital Millenium Copyright Act, la
Patriot Act y las legislaciones que habilitan el patentamiento de software).
Los ataques del 11 de septiembre del 2001 contra las Torres
Gemelas en Nueva York y la nueva doctrina global de la seguridad aceleraron el
proceso. Los flujos de comunicaciones y la ciudadanía deben ser sometidos a más
control.
Para los estudiosos de la Sociedad de la Información (o del
conocimiento o de las comunicación, según la preferencia conceptual) no ver esta
realidad es pecar de inaceptable ingenuidad. Para el Foro Social es renunciar a
una lucha crítica.
Iniciativas de ciberseguridad, ciberterrorismo, control de las
comunicaciones electrónicas y vigilancia global se suman a las campañas de
dominio de la información y control monopólico del conocimiento. Todos colaboran
en la estrategia de vigilancia de la ciudadanía en nombre de la prevención
del delito (9) y el terrorismo.
"Democratizar" las tecnologías acríticamente es ir radicalmente
a la "democratización del control": control y sometimiento equitativo para todos
y todas.
Hasta aquí, parece difícil encontrar vías de escape. Una
decisión elemental sería: tecnologías Si o tecnologías No. La respuesta es que
el "luddismo informacional" es tan funcional a las posiciones del poder
como la "tecno-utopía".
La única salida a este brete es luchar contra la ignorancia,
denunciarla y apelar al conocimiento construido. Mostrar que otro mundo es real.
El trabajo de años de la colectividad de hackers (10) le ha legado a la
humanidad una red abierta y el software necesario para ser independientes y
libres. Pero hoy esa red y ese software están en riesgo, ya que son la única
esperanza de libertad en un mundo hiper-conectado donde los más poderosos pugnan
por la dominación.
Eben Moglen, miembro del directorio de la Fundación del
Software Libre (11) habla de "la revolución práctica" basada en dos cosas: la
comprobación del concepto de construcción colectiva libre y distribuida y el
código resultante en funcionamiento. Esto es: desarrollar primero y mostrar al
mundo que no necesita mendigar a los poderosos ni entregar sus derechos para
usar tecnología.
La tecnología en si misma es irreversible una vez desarrollada.
Esto que hemos hecho es nuestro, no es un sueño, funciona, lo usamos y es la
herramienta de nuestra liberación. Esto que hemos hecho es Software Libre y
redes libres, bases elementales en la lucha.
El Foro Social Mundial no puede ignorar al movimiento por el
conocimiento libre ni pedirle favores a corporaciones para utilizar
herramientas tecnológicas. Mumbai 2004 dio el ejemplo: todas sus aplicaciones
informáticas fueron libres. Porto Alegre no tomó esa decisión.
El mundo libre existe, es un hecho y un derecho y el Foro
Social de Porto Alegre ha caído en la trampa de la ignorancia dejando su
política informática en manos de quienes no entienden, o no quieren entender,
que la libertad está en juego y que no da lo mismo la libertad que la
esclavitud.
Falta muy poco para el Foro del 2005: las bases de datos, la
política informática, el control de la información y los sitios web siguen
corriendo sobre software de Microsoft. El Foro de Porto Alegre sigue votando la
esclavitud, el control y la ignorancia, esperemos que no la
complicidad.
[2] Armand Mattelart - Historia de la Sociedad de la
Información. Paidos Comunicación. 1ra. Edición en Argentina. 2003. ISBN
950-12-7532-9
[3] Los documentos de la Cumbre del G7 de Okinawa en el 2000
sobre "Sociedad Global de la Información" y los documentos emanados de la Cumbre
Mundial sobre la Sociedad de la Información celebrada en Ginebra en diciembre
del 2003 son elocuentes.
[4] Diego Saravia y Beatriz Busaniche- Democracia vs. Fascismo.
Libertad vs. Control. La contradicción fundamental de la sociedad del
conocimiento. http://bo.unsa.edu.ar/docacad/softwarelibre/articulos/defasoco/
Nota de la Redacción de "Enfoques Aternativos" (NDLR)
Enfoques Alternativos, Buenos Aires, Septiembre 2004
Cada vez que una persona llena formularios en Internet, toda
esa información va a parar a una base de datos. Las inscripciones al Foro Social
Mundial se hacen habitualmente en la red y recopilan datos de miles de
activistas sociales.
Las inscripciones al Foro contemplan datos como: nombre,
apellido, género, edad, país de origen, número de pasaporte y dónde fue
emitido, a qué organización pertenece, qué tipo de actividades realiza la
organización, qué idiomas habla, si necesita traducción o no y hasta qué
tipo de comidas prefiere.
Vistos así, estos datos parecen normales para la organización
de cualquier evento. Pero en sí, constituyen una base de información de todos y
cada uno de los participantes registrados del Foro Social Mundial, una sola base
de datos que permite cruzar información, analizarla, localizar, individualizar,
ubicar política y estratégicamente a cada uno de los activistas que llenaron ese
formulario, con un detalle de sus organizaciones, campo de acción y objetivos.
La existencia misma de estas bases de datos es un enorme
peligro, en tanto no sea tratada con el resguardo y la seguridad que requiere
información crítica de ese tipo. ¿ cuál es la política de privacidad de las
bases de datos que recopila el Foro?
Los formularios de inscripción para los foros de Brasil son
manejados por la organización RITS dado que el sitio web de dichos foros
está en sus servidores. RITS es financiada por fundaciones como la Ford
Foundation y empresas como IBM cuya vinculación con el aparato de
inteligencia de Estados Unidos es bien conocida. Como ya dijimos, servidores que
corren sobre software privativo en formatos cerrados controlados exclusivamente
por Microsoft (en última instancia, quienes controlan esos servidores, son
quienes desarrollaron el software, no hay política fiable de privacidad que
pueda sostenerse sobre servidores de ese tipo).
Nos preguntamos una vez más: ¿ Quién recopila esos datos? ¿ Qué
política de privacidad se aplica a esa información? ¿ Quién maneja y administra
esos datos? ¿ En qué manos están? ¿ Quién tiene derecho a monopolizar semejante
información? y por último: ¿ Alguien imagina cuánto vale y lo que esa
información significa?