NCeHu
1316/04
De Duvalier a Aristide.
De Aristide a.............la "Misión Humanitaria"
HAITI UNA HISTORIA DE RESISTENCIA Y ORGANIZACION
POPULAR
Camille Chalmers
(ADITAL) 19/08/2004
En el Foro Social de las Américas ocurrido el pasado
julio, se entrevistó a Camille
Chamers, profesor de economía en la
Universidad del Estado de Haití, Coordinador de
Plataforma Comunal Haitiana para el Desarrollo Alternativo (PHAPDA),
una coalición creada en 1995 para luchar contra las planes de ajuste estructural
y las políticas neoliberales introducidas por Arístides, cuando volvió de los
EEUU. Recordó en su entrevista cómo la historia reciente de Haití estuvo marcada
por la resistencia y la organización popular, a pesar de la represión de Estados
Unidos.
- ¿Observando la historia más reciente de
Haití, ¿qué sectores sociales se estaban organizando cuando el golpe de 1991
sacó a Arístides del poder?
Camille
Chamers - En el 86 empezamos un movimiento popular muy profundo,
buscando la democracia, una posibilidad de construir otro país, salir de la
dominación extranjera, de las dictaduras, del dominio de los terratenientes.
Todo eso fue asumido por amplios sectores de la población. Sí, era un movimiento
que reunía a los jóvenes. Muchas organizaciones de jóvenes, en todas partes del
país, habían empezado a luchar desde el 84 y fueron un elemento clave en la
caída de la dictadura de Duvalier. Estaba también el movimiento campesino, con
muchas organizaciones ligadas a la iglesia, pero que tenían una visión distinta
de la jerarquía de la iglesia. Muchas organizaciones sindicales también, que
después de una lucha muy difícil, lograron constituirse en las zonas francas de
esta época. También las organizaciones de mujeres jugaron un papel destacado y,
en Haití, todos recordamos la gran manifestación de mujeres en octubre de 1986,
para protestar contra la desaparición de un agente de alfabetización que
asesinaron. Las mujeres organizaron una manifestación multitudinaria y fue un
momento para constituirse en actoras en el proceso de transformación de la
sociedad haitiana.
¿Al interior de ese movimiento vino la
elección de Aristides?
CC - Todo ese movimiento logró una victoria
electoral con la llegada de Aristides al poder en diciembre del 90, que ganó con
amplia mayoría, 67% de los votos. Realmente, se sentía la posibilidad de lanzar
el proceso de rupturas con lo que ha sido el estado haitiano, que siempre ha
sido antinacional, antipopular y ligado a los intereses imperialistas. Se puede
decir que durante los primeros 7 meses del gobierno de Aristides ya se fueron
cambiando muchas cosas, por ejemplo, las empresas públicas, que siempre tenían
déficit, ya habían empezado a recuperarse, con superavit y con una nueva
política para desarrollar una visión de distribución universal de los servicios
públicos. Pero todo ese proceso se detuvo brutalmente con el golpe de estado
financiado y apoyado por Estados Unidos, por la CIA y también por la oligarquía
tradicional.
Tuvo que llegar una fuerza de afuera, para
cortar el movimiento que estaba realizando una democracia más participativa y
una economía más popular.
CC - Sí,
eso sigue, hay muchas pruebas que pueden evidenciar la participación directa de
Estados Unidos en ese golpe de estado y en las manipulaciones que ocurrieron, el
financiamiento que se dio a través del ejército haitiano de esa época. Fue un
golpe muy duro para todo el pueblo y para el movimiento popular, porque durante
los tres años que duró la dirección militar en el país se hizo un trabajo
sistemático para eliminar al movimiento popular, realmente un trabajo
sistemático de represión, de asesinatos. Se calculan 5.000 muertes y una
persecución constante contra los dirigentes populares y la destrucción de las
infraestructuras de los movimientos. Como por ejemplo, el Movimiento Campesino
Papaya que trabajaba desde los años 70 y tenía mucha influencia estructural, con
cooperativa de exportación de miel, de reforestación, etc. Todo eso fue
destruido con empleo de una fuerza brutal.
También empezaron a utilizar técnicas más sutiles de
destrucción del movimiento popular, como son la corrupción, la compra diaria de
dirigentes y una cosa nueva, que no conocíamos en Haití: ofrecieron a los
dirigentes más destacados del movimiento popular, una visa de residencia en los
Estados Unidos. Se calcula que se distribuyeron 12.000 visas de residencia y
estábamos en el golpe militar, con los dirigentes perseguidos. Y la embajada
ofrecía, directamente, visa a los dirigentes y a toda su familia, y viaje a los
Estados Unidos. Eso se hizo bajo el pretexto de encuestas donde interrogaron a
95.000 personas que tenían que decir si fueron apresados, si en sus casas fueron
visitados por la policía, si fueron golpeados... De esas 95.000 entrevistas
hicieron una base de datos sobre el movimiento popular de Haití y seleccionaron
12.000 personas. En un estudio realizado, se percibe claramente que esos 12.000
dirigentes tenían un peso significativo y liderazgo en el proceso de la
organización popular.
Fue un trabajo científico y sistemático de
represión y corrupción para terminar con el movimiento.
CC -
Exacto, y con todo eso no pudieron instalar el poder militar porque se dio una
resistencia admirable del pueblo haitiano que, arriesgaba su vida muchas veces,
frente a masacres que se hicieron. Por ejemplo, se hizo una masacre en el barrio
popular de Gonair, donde, en un día, mataron a mucha gente, tanta que tuvieron
que huir por el mar nadando. A pesar de todo eso, el movimiento se quedó firme
en exigir el regreso, el retorno de Aristides, el retorno a la
constitucionalidad; frente a eso Estados Unidos tuvo que plegarse a esa
reivindicación, pero hicieron regresar a un Aristides disminuido.
Tal vez, ¿un Aristides completamente
equivocado?
CC - Sí,
y con otra visión, porque él vivió tres años en Washington, en este año de las
políticas de los politiqueros de los Estados Unidos. El había cambiado bastante,
ideológica y políticamente, su manera de concebir la política y lo más grave es
que ya su gobierno estaba un poco cortado de sus bases sociales. Y las bases
sociales ya no tenían la capacidad de intervenir en el debate político ya que
muchas organizaciones conservaban aún su nombre, pero eran cosas vacías, sin
mostrar realmente su capacidad de reflexión, de movilización, etc.
Aristides regresó con un plan económico bien claro y
EEUU organizó todo un cuadro para obligarlo a aplicar ese plan que era el plan
típico de ajuste estructural con la liberación acelerada del mercado financiero,
una liberalización comercial total que hace de Haití el país mas 'abierto' del
continente. Hubieron modificaciones substanciales en las políticas fiscales,
privatización de las nueve empresas más importantes del país, como también
modificaciones en las leyes, en la estructura jurídica para eliminar todo
obstáculo a la intervención extranjera. Así regresó, aplicando exactamente lo
opuesto del proyecto de la visión popular, del mandato popular que él tenía en
el 91. Mucha gente, en el momento del regreso, tenía cierta ilusión, que
Aristides regresando al país, juntándose de nuevo con el movimiento popular,
podría contrarrestar el plan imperialista. Pero fue una ilusión, realmente. Toda
la destrucción del movimiento popular permitió crear un nuevo ambiente, nuevas
reglas de juego político y Aristides desapareció, totalmente, como líder popular
y cada vez más se volvía un líder tradicional, utilizando las mismas tácticas,
técnicas políticas de exclusión, de represión, de matanzas, contra el pueblo y
contra el proyecto popular.
- ¿El pueblo haitiano tuvo la percepción de
ese cambio en Arístides?
CC -
Mucha gente, incluso gran parte del movimiento popular, demoró mucho tiempo en
entender lo que estaba pasando y, por ejemplo, en los barrios populares se puede
decir que Aristides conservó cierta popularidad hasta el 2003. Pero en el 2002 y
2003 hay tres eventos muy importantes que van a cambiar la coyuntura. Uno fue la
firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en abril de 2003, que
fue un acuerdo muy severo, restringiendo mucho los gastos públicos, disminuyendo
los gastos sociales, específicamente en educación, y liberalizando el comercio
del petróleo. Eso provocó una subida bárbara de los precios, de más de 130% en
un día, así es que es increíble. El petróleo tenía un efecto de referencial
sobre los precios, de manera que en ese periodo de 2002-2003 se manifestó un
deterioro de los niveles de vida, un empeoramiento de los niveles de pobreza
estupendos. Se calcula que gran parte de la población, incluso gran parte de la
clase media, se volvió muy pobre en una situación totalmente
insostenible.
- ¿Y el segundo evento?
CC - A partir del 2000 se organizó una
especie de embargo, donde Estados Unidos dio la orden, a todas las agencias
financieras, de boicotear a Aristides, a pesar del hecho de estar aplicando un
plan pro-imperialista, pero no le tenían confianza, porque tenía un pasado y un
discurso anti-imperialista, anti-oligárquico y siempre tenían miedo que en su
presidencia utilizara ese espacio político para reconstruir su capital político,
así es que era muy importante para Estados Unidos destruir el capital político
de Arístides.
-¿El narcotráfico se instaló también en ese
tiempo?
CC - Sí,
el narcotráfico juega un papel muy importante. El Departamento de Estado dice
que el 15% de la droga que llega a Estados Unidos pasa por Haití. Realmente, los
testimonios muestran que hay una circulación de plata muy importante, que no
corresponde a la cantidad de pedidos del sector productivo. Asistimos, en los
cuatro últimos años, a un crecimiento del sector bancario. Muchísimas,
muchísimas bancas en todo el país, lo que quiere decir que hay cierta liquidez
pero ¿de dónde sale esa plata? Se puede sospechar que mucha de esa plata está
ligada al comercio de narcotráfico que se intensificó y se aprovechó mucho del
deterioro institucional del país. También fue un elemento de desorganización de
los grupos de base, porque, en los barrios populares, lo que fue una
organización de barrios con sus líderes, que jugaron un papel político destacado
en el periodo 86-91, fue comprada, sea por Arístides directamente, sea por los
narcotraficantes. Muchas de las estructuras organizativas, en los barrios
populares, fueron destruidas o convertidas y los antiguos líderes se
convirtieron en una especie de clan de gansters, y fueron a recibir armas,
muchas armas y hacer un trabajo de control político al servicio de Aristides, de
represión política contra el pueblo. Hay un evento que se produjo en 2003 que es
muy importante...
- ¿Es este tercer evento el que quitó,
definitivamente, la confianza de los sectores populares en
Arístides?
CC - Fue
el asesinato de un líder de barrio popular que se llamaba Amiometei. Amiometei
fue uno de los líderes importantes de todo ese periodo 86-91... Bueno, siempre
fue considerado como el fiel de Aristides, y es un tipo que siempre tenía un
discurso crítico sobre el sistema, pero que en los años siguientes al regreso de
Aristides, empezó a entrar también, en cierto gansterismo. Fue apresado, en 2000
creo, y la población atacó el cuartel y lo liberaron. Atacaron el cuartel con
tractores y camiones, quebraron el cuartel y se fueron con él, y fue escondido
dentro de la población, dentro del barrio popular varios meses. Se sospecha que,
en las negociaciones de Aristides con la OEA, fue un elemento importante, porque
la OEA exigía que Amiometei fuese encarcelado de nuevo, como señal de que
Aristides estaba de acuerdo con el estado de derecho. En septiembre de 2003 fue
asesinado.
Mucha gente, cuando analiza los detalles de su
asesinato, dice que Aristides dio la orden de asesinarlo porque era un elemento
que le causaba dificultad en sus negociaciones internacionales. Ese asesinato
provocó una indignación en los barrios populares y es por la primera vez que
esos barrios se expresaron en contra de Aristides, abiertamente. Empezamos a
tener manifestaciones en la calle, de la gente de Rabotó que es el lugar donde
vivía Amiometei, y que van a mantenerse en la calle, prácticamente, en
manifestaciones casi diarias hasta la caída de Arístides. Aristides desarrollo
todo tipo de tácticas para comprarlos, para amenazarlos, incluso disparos,
hicieron, muchos disparos contra ese barrio popular en octubre, pero nada pudo
calmar esa indignación y fue el punto de ruptura de Aristides con el último
elemento de base popular que tenía. Eso tuvo un impacto muy importante porque
muchos de los líderes barriales, ligados a Aristides, cuando aprendieron del
asesinato de Amiomatei, se preguntaron sobre su futuro y se sentían amenazados
también, y eso ayudó mucho a que se creara un movimiento anti-Aristides desde
los barrios de las grandes ciudades.
- En febrero de este año, después que el
ajuste estructural fue aplicado y se produjo la destrucción de la economía del
país, llega Estados Unidos y sacan a Aristides, a través de unas bandas armadas
que salieron al frente del pueblo que no quería más a Aristides. Ahora, para
nosotros en Brasil, es muy importante evaluar lo que significa la presencia de
los ejércitos extranjeros en Haití. Primero Estados Unidos, Francia y Canadá, y
ahora, Brasil, Chile y Argentina, ¿que significa dentro del proceso de
rearticulación popular esa presencia armada?
CC - Sí
es una pregunta importante que hay que esclarecer porque hay mucha confusión.
Primero la decisión de Estados Unidos de invadir: es muy importante subrayar que
fue una decisión totalmente ilegal, que ni siquiera tenía cobertura del Consejo
de Seguridad de la ONU, porque llegaron el 25 de febrero y empezaron a actuar
con tropas militares sobre el territorio de Haití sin ninguna legalidad, sin
ninguna... Invasión, invasión total, claro... y en eso es importante subrayar
que la razón fundamental de esa invasión era parar la progresión del movimiento
popular. Hicieron dos cosas para parar la progresión del movimiento popular, la
invasión y el CCI, Cuadro de Cooperación de Interim.
- Sacar a Arístides y crear un nuevo rumbo
para el país era la decisión común.
CC - A
partir de la revuelta de los barrios populares y a partir de la revuelta de los
estudiantes, porque también en 2002 Aristides cometió un error muy grave. El
trató de eliminar la autonomía universitaria y eso provocó una indignación del
sector estudiantil que salió a la calle y exigió el retiro de esa ley, así es
que muchos sectores se estaban organizando, también se estaban organizando
sectores de la burguesía muy ligados a todo lo que es 'promoción democrática' de
Estados Unidos, que financia a ONGs a través de entidades de dudosa honestidad.
Así es que existía, realmente, un movimiento heterogéneo, pero muy amplio. Y en
ese movimiento estaba claramente creciendo el sector popular, con cada vez más
protagonismo, más capacidad de orientar los eventos. La intervención militar fue
para parar esa progresión del movimiento popular que iba a crear una nueva
unidad anti-Aristides, con presencia de actores que creían haber eliminado
totalmente después del golpe de estado del 91.
- Fueron los ejércitos de Estados Unidos, de
Francia y de Canadá...
CC - No
quieren el movimiento popular con un importante papel en el juego político. En
esa invasión una cosa importante se produjo entre Francia y Estados Unidos. El
ministro de asuntos exteriores de Francia, fue el primero en declarar
abiertamente que Aristides tenía que irse. Fue un regalo de Francia a Estados
Unidos, y jugó un papel importante en la reconciliación entre esas dos potencias
que, después de la guerra en Irak, tenían malos entendidos, problemas
secundarios, pero problemas serios. Haití fue un pretexto para esa
reconciliación, que resultó en que muchas empresas francesas pudieron ser
aceptadas con contratos importantes en Irak y Afganistán. Realmente un juego muy
sucio sobre Haití y esa invasión. A pesar de que Aristides había llegado a un
desgaste político total, pérdida total de credibilidad, pérdida de bases
populares, consideramos totalmente inaceptable ese tipo de gestión supra
nacional y donde una super potencia puede decidir en cualquier momento del
porvenir político de un país. El pueblo haitiano lo denuncia y denunciamos
también, los intentos de golpe contra Chávez y las amenazas de Bush contra el
régimen revolucionario de Cuba...
- ¿Y la misión de paz de las Naciones
Unidas?
CC -
Llamaron a esa misión de paz, Minusta: Misión de las Naciones Unidas para la
Estabilización Democrática. Es muy importante subrayar que esa misión se define
como misión a largo plazo, hablan de veinte años de ocupación y es una misión
que tiene como objetivo fundamental, realizar todas las transformaciones, las
reformas económicas dentro de la lógica neoliberal para, realmente, eliminar
toda posibilidad de soberanía nacional de ese país que juega un papel importante
en el Caribe, porque Estados Unidos ahora no quiere aceptar ningún tipo de
soberanía nacional en su patio trasero. Es muy importante subrayar que hay una
mistificación ideológica cuando se habla de cuerpo de paz, cuando se habla de
mantenimiento de la paz, cuando se habla de solidaridad, de ayuda al pueblo
haitiano, que de hecho esas fuerzas militares no están haciendo nada para ayudar
el pueblo de Haití. Si uno analiza la composición de la fuerza son 8.600
militares y 1.600 civiles de policía. Uno de los objetivos básicos declarados en
la resolución de Naciones Unidas, es la construcción de una nueva
policía.
Si eso es verdad, ¿porque tantos militares y tan
pocos policías? Y también, cuando uno analiza la situación social muy
deteriorada del pueblo haitiano, de destrucción, de analfabetismo en la mitad de
la población, de desnutrición de las mujeres embarazadas, de problemas básicos
de acceso al agua potable, de problemas de saneamiento, etc., preguntamos si el
ejercito tiene la solución de esos problemas. Nosotros cuando pensamos en
cooperación internacional tenemos por base las declaraciones oficiales de Lula,
cuando fue a una reunión en Europa, donde denunció las inversiones militares que
se hacen en el tercer mundo y propuso que muchas de esas inversiones militares
se podrían convertir en inversión social, para la salud, para la educación, etc.
Así es que nosotros pensábamos que una cooperación entre Haití y Brasil, debería
ser una cooperación básicamente sobre la reconstrucción social, sobre emergencia
social, sobre construir capacidades institucionales en Haití, para mejorar
servicios de salud pública, servicios de educación, servicios de saneamiento,
etc. Es evidente que ahora la composición de esas fuerzas, tienen su base,
totalmente, en el plan imperial de sometimiento de los países del Caribe. Eso se
comprobó, muy claramente, con el plan económico que acaban de adoptar en la
reunión que se hizo en Washington, entre el 19 y el 20 de julio: hicieron una
reunión con muchos donantes, Banco Mundial, Banco Interamericano del Desarrollo,
Unión Europea, etc.
- El llamado CCI
CC - Sí,
adoptaron un documento que llaman Cuadro de Cooperación de Interin, CCI, que fue
preparado bajo el mismo esquema de los ' join lide accesement' de Irak y de
Afganistán. Ya sabemos los resultados catastróficos de ese tipo de intervención
económica que fue preparada sin ninguna participación real del pueblo haitiano,
y fue preparada por expertos en hoteles de lujo, que hicieron un documento
definiendo prioridades para el pueblo de Haití y que son prioridades que no
tienen nada que ver con las necesidades reales básicas del pueblo. Es muy
importante informar sobre esto, para desmitificar el objetivo y el proyecto real
que esas acciones militares que están articuladas a un proyecto anti-popular, un
proyecto imperialista, un proyecto de seguir con la destrucción del pueblo de
Haití.
- Algunos sectores afirman que esa nueva
'fuerza de paz' de Brasil, Chile y Argentina es diferente, es una ocupación más
humana para alejar primero, a Estados Unidos y Francia, y después, para empezar
un nuevo trabajo. ¿Cómo evalúa Ud. esa
situación?
CC - No,
no hay ningún cambio y hay militares. Es un ejército con mucho armamento
sofisticado, tanques de guerra, misiles incluso, y no tienen ninguna posibilidad
de unirse a un proyecto de construcción de largo plazo. La población, por
ejemplo, vio con mucha desconfianza la llegada de todas esas armas en la primera
invasión de la fuerza multinacional, que después de tres meses se fueron del
país y, al mismo tiempo que estaban en Haití, Estados Unidos saca un comunicado
para decir que Haití es un país peligroso, que la gente en Estados Unidos no
tiene que ir a Haití, reconociendo el fracaso de su propia misión, que tenía
como misión restablecer la paz, la seguridad, etc. Y la población tenía la
ilusión de que la fuerza multinacional iba ayudar al desarme. Lo que tenemos
ahora es la situación de que en muchos sectores hay muchas armas de las antiguas
bandas de Aristides, armas de los antiguos militares armados por la CIA, que
entraron en el país en enero y que jugaron un papel importante en sacar a
Aristides. En algunas ciudades tú tienes tres 'fuerzas de seguridad'. Existe la
fuerza multinacional, existe la policía de la ciudad y antiguos militares del
ejército Duvalierista, muchos de ellos con un pasado bastante cuestionable, en
términos de derechos humanos, pero que se presentan ahora como defensores de la
libertad, porque lucharon contra Aristides, pero mucha gente sabe, y hay un
informe muy interesante de Amnistía Internacional, que salió hace tres semanas,
que establece, con documentación certera, la participación activa de esos
antiguos militares en violaciones graves de derechos humanos, incluso masacres
algunas veces. Así es, que si uno habla de paz, si uno habla de justicia, lo
primero sería un desarme real para restablecer un ambiente de paz y de
convivencia, en los barrios populares sobre todo.
- ¿Los grupos armados continúan en armas y
existe el peligro, en cualquier momento, de nuevas
violencias?
CC - Sí,
es claro, y los antiguos militares que habían prometido oficialmente el desarme,
decían que habían tomado las armas para sacar a Aristides del poder y que iban a
deponer las armas. Pero siguen armados y están negociando, ahora una
participación como fuerzas de seguridad institucional, lo que nos parece
totalmente inaceptable. Hay que recordar que durante ese proceso de lucha contra
Aristides, se cometieron crímenes graves contra la población, mataron a mucha
gente y todo eso con total impunidad, es inaceptable.
- Brasil dirige esa operación, porque tiene
un número mayor de militares. ¿Ud. piensa en la posibilidad de que la sociedad
civil intente un diálogo para hacer que la ocupación sea una ayuda para la
reconstrucción?
CC - Sí,
de hecho nosotros estamos muy abiertos para discutir, informar y... bueno, el
miedo que tenemos es que esas máquinas de mantenimiento de la paz de Naciones
Unidas, son máquinas burocráticas muy fuertes, con muchos intereses, incluso
económicos, porque por ejemplo, de julio a diciembre de 2004, se calcula un
presupuesto de 280 millones de dólares. Se puede señalar que con 280 millones de
dólares en Haití se podrían hacer muchas cosas en el campo social, en el sector
social. No sé si el gobierno brasileño, va a tener la visión, la lucidez
suficiente para contrarrestar esa maquinaria burocrática de Naciones Unidas, que
siempre está ligada a las multinacionales, siempre está ligada a Estados Unidos
y que realmente no está construyendo con una visión de solidaridad genuina con
los pueblos. Nosotros de la sociedad civil y organizaciones del pueblo, estamos
dispuestos a dialogar, a informar y a hacer todo lo que sea posible, colaborando
con organismos de la sociedad brasileña para, realmente, suministrar la
información correcta sobre lo que está pasando en Haití y sobre lo que son
realmente las necesidades urgentes del pueblo de Haití.
- Para terminar, ¿cuales son las perspectivas
que Ud. tiene a mediano plazo, a largo plazo, de que las fuerzas populares se
articulen más?
CC - Sí,
creo que estamos en una situación paradójica, que la experiencia de Aristides
fue una frustración tremenda, fue un golpe muy duro para el movimiento popular
que lo vio como una traición tremenda, pero también es una lección de política,
creo que el movimiento popular de Haití va a madurar mucho, va a entender que no
se puede confiar en una persona, que tenemos que exigir que un líder político se
presente frente al pueblo con programas, con objetivos económicos, con una
visión de futuro, con opciones en términos institucionales y políticos para que,
realmente, el líder sea líder porque se inserta en el proyecto popular de largo
plazo, viable, y que esté dispuesto a luchar por una conquista en favor de ese
proyecto popular, para una construcción mayor de ese proyecto popular y salir de
la visión carismática tradicional donde tenemos confianza en una persona por su
capacidad de hablar, por su capacidad de convencer, por elementos subjetivos y,
orientarnos hacia líderes que realmente pueden ayudar a acelerar el proceso de
construcción nacional y a acelerar el proceso de presentar proyectos populares
de cambio, que realmente pueden provocar transformaciones durables, duraderas y
serias en la sociedad.
|