NCeHu
1312/04
Geografía del Petróleo
RUSIA
BUSCANDO UNA VARIANTE ALTERNATIVA PARA LOS
ESTRECHOS TURCOS
Vasily
Zubkov
El ministro de Industria y Energía de la Federación
de Rusia, Victor Jristenko, afirma que hacia finales del año en curso se
extraerán más de 450 millones de toneladas de petróleo. El incremento será más
del 7 por ciento contra el año pasado, las exportaciones alcanzarán 260 millones
de toneladas, o sea que todo el aumento de la extracción de petróleo se dirigirá
para la exportación.
La infraestructura de transporte de Rusia que
garantiza los suministros de petróleo trabaja con mucha tensión, pero sin
fallos. Las dificultades surgen no por culpa de los sectores de petróleo ni de
transporte rusos. Uno de los problemas consiste en que los estrechos turcos
están sobrecargados hasta un nivel crítico. Ello afecta especialmente a los
buques cisterna que acarrean el petróleo ruso y kazajo. Por el mar Negro, en
2003, Rusia exportó 135 millones de toneladas de petróleo y sus derivados. Las
exportaciones del petróleo azerbayano se ven afectadas menos debido a su volumen
insignificante.
Aumentan los 'cuellos de botella' a ambos lados de
los estrechos, crece el costo del flete. Actualmente, una tercera parte del
precio del transporte de una tonelada de petróleo de Novorrossiisk a los puertos
italianos (19,3 dólares) corresponde al pago por el tiempo durante el cual los
buques cisterna que esperan su turno para atravesar el Bósforo y los Dardanelos
quedan inmovilizados. A causa de ello las pérdidas de los exportadores rusos
llegan a 400 millones de dólares. Para las exportaciones rusas, el tránsito por
territorio turco se ha convertido en un 'lugar estrecho' en el sentido tanto
figurado como literal de esta palabra.
El problema del tránsito por estrechos surgió no
solamente porque haya aumentado la intensidad de la navegación. En mucho grado
ello es resultado de la posición que mantienen las autoridades locales. Por
ejemplo, éstas han prohibido el tránsito de los buques cisterna en horas de
oscuridad y el tránsito simultáneo de más de un buque de día.
Es comprensible el recrudecimiento de la posición de
Ankara con respecto a la seguridad de la navegación en los estrechos. Las
autoridades turcas, que manifestaron hace poco a los dirigentes rusos que los
estrechos 'no son oleoductos', se dan perfecta cuenta del peligro potencial que
presentan para Estambul, con sus muchos millones de habitantes, cada uno de esos
innumerables buques gigantes que transitan a varios centenares de metros de los
distritos densamente poblados. Al reducir artificialmente la capacidad de
tránsito de los estrechos y disminuir con ello la probabilidad de una catástrofe
ecológica, las autoridades locales provocan el atascamiento.
Además, ya está claro que ese 'trombo' no va a
desaparecer ni después de ponerse en explotación el oleoducto internacional Baku
- Tbilisi - Jeihani (BTJ), por el que se prevé exportar decenas de millones de
petróleo azerbayano proveniente de nuevos yacimientos del mar Caspio. Verdad que
todavía hace falta extraerlos. Quizás porque las perspectivas del petróleo
caspio todavía sean nebulosas, los constructores del BTJ intentan atraer a dicha
tubería también a los exportadores de petróleo rusos y kazajos, al mismo tiempo
que limitan el tránsito de buques cisterna por el Bósforo.
¿Dónde está la salida de tal situación? ¿Existe una
alternativa para los estrechos turcos? En ello están pensando desde hace mucho
en la compañía Transneft, operaria número uno de las tuberías troncales de
Rusia. Entre varios proyectos alternativos de transporte de petróleo ruso
expertos del Instituto ruso Hiprotrubprovod destacan dos: la ruta turca Kiyikey
(mar Negro) - Ibrihaba ( mar Egeo) y la búlgaro-griega Burgas -
Alexandropolis.
En mayo del año en curso, el consejo de ejecutivos de
TRANSNEFT aprobó la participación de la compañía en el desarrollo del proyecto a
realizar en territorio turco. Se trata de una tubería con diámetro de 1220 mm y
de 193 kilómetros de largo, las plantas de trasiego central e intermedia, un
parque de reservorios, las terminales y los atracaderos de llenado. Las obras de
construcción van a llevar dos años, luego de lo cual la tubería alcanzará la
potencia de 60 millones de toneladas de petróleo al año, por lo que la
intensidad del tránsito por el Bósforo disminuirá un 50 por ciento.
Los autores del proyecto esperan que se pueda atender
a los buques cisterna oceánicos con el peso de carga útil hasta 300 mil
toneladas y organizar realmente la exportación en masa de petróleo ruso a la
costa del Este de EEUU. Según muestran los cálculos, el tiempo del transporte de
petróleo de los puertos del mar Negro a Houston se reducirá en unos 10 ó 11
días, mientras que el costo del flete disminuirá en 7 dólares por tonelada.
Actualmente, a los buques cisterna oceánicos les está prohibida la entrada en
los estrechos turcos.
Como operaria de la futura tubería actuará la
compañía rusa TRANSNEFT, la que participará también en su construcción. Esta
será la primera experiencia de este tipo, dicen sus directivos. Como su
partenaire e inversor se desempeña un grupo de empresas turcas llamado
Anadolu.
De momento las partes no han llegado a la opinión
unánime respecto al costo de la realización de ese proyecto. Las divergencias
son de un 100 por 100. La parte rusa sostiene que la obra costará 900 millones
de dólares, como mínimo.
Según el vicepresidente de TRANSNEFT, Serguei
Grigoriev, la parte rusa está preparada para acometer la realización del
proyecto, la palabra la tienen que decir los turcos. Es más, la participación de
las compañías rusas VR-TNK y TATNEFT en la realización del proyecto Kiyikey -
Ibrihaba es una especie de garantía del llenado de la tubería con materia
prima.
De momento se ignora la posición de la Unión Europea,
aunque a Bruselas difícilmente puede agradar el que los tres oleoductos que
parten de la ex URSS (uno marítimo y dos terrestres) y las respectivas
'válvulas' queden controlados por Ankara. La UE empieza a cabildear el tendido
de tuberías alternativas en los Balcanes, en lo que pueden participar Bulgaria,
Rumania, Albania, Macedonia, Grecia y Croacia. Permite esquivar los estrechos
turcos también el oleoducto ucranio Odesa - Brody, que ya está
construido.
Entre los proyectos en cuestión se considera el más
real aquel que fue diseñado hace diez años ya: es una tubería que parte de la
ciudad búlgara de Burgas y termina en la ciudad griega de Alexandropolis. En su
construcción insiste mucho la compañía rusa LUKOIL, que tiene sustanciales
intereses en Bulgaria y Grecia. Las perspectivas de su tendido se debatieron
durante la última reunión entre los presidentes de Rusia y Bulgaria. Existe la
decisión del Gobierno búlgaro de acometer su realización.
Como una tercera parte interviene Grecia en
condiciones de paridad. Aunque ya está redactado y coordinado el texto de un
memorándum tripartita intergubernamental respecto a la construcción de dicha
tubería, hasta hoy día no se ha especificado oficialmente qué parte va a poseer
cada uno de los participantes del futuro consorcio. Además, LUKOIL considera
excesivas las tarifas que pide establecer Grecia por el tránsito de
petróleo.
Si el proyecto llega a realizarse, por la tubería de
285 kilómetros de largo se trasegarán hasta 40 millones de toneladas de petróleo
ruso al año. El proyecto costará 700 millones de dólares y se resarcirá en 7 ó
10 años, si se mantienen los actuales precios y tarifas de petrolero.
Como se puede ver, existen varios proyectos reales
para que el petrolero ruso se exporte esquivando el Bosforo. Sólo queda empezar
a realizarlos. Moscú hará lo máximo para que la 'ventanilla' de los estrechos
turcos quede suplantada por un 'ventanal'.
Vasily Zubkov, comentarista en temas de economía de RIA NOVOSTI
Fuente: argenpress.info , 19 de
agosto de 2004.
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