NCeHu
1286/04
Argentina
La incorporación del maíz Transgénico RR profundizará el modelo
neocolonial de exportación de commodities y contaminará de manera
irreversible el ecosistema nacional, arrastrando a la Argentina a la catásfrofe
ambiental y social.**
Alberto Jorge Lapolla* (15/8/04)
Lo
peor puede ser aun más malo
‘La
Argentina enfrenta graves problemas agronómicos para los cuales no tiene ni los
recursos ni los expertos para resolverlos. El país ha adoptado la tecnología de
los OGM más rápidamente y más radicalmente que ningún otro país en el mundo. No
tomó las debidas precauciones de manejo de la resistencia y de protección de la
fertilidad de sus suelos. Basada en el extendido uso de la tecnología RR no creo
que su agricultura sea sustentable por
más que un par de años.’ Charles Benbrook
(1)
La autorización por la
Secretaría de Agricultura de la nación para la libre producción, del
maízRR -maíz transgénico resistente al herbicida Glifosato, patentado por
Monsanto- profundiza la línea
económica gubernamental, de insistir en el modelo de desarrollo llevado adelante
desde 1976, consolidado hasta el hartazgo por la etapa abierta en 1989 con el
gobierno del Infame Traidor a la Patria escondido en Chile.
De manera artera y por sorpresa
-ya que se hablaba de consultar al conjunto de la comunidad agronómica y
ecológica- el Secretario Campos tomó una medida de gravísimas consecuencias
futuras para la nación, reconfortando a la multinacional Monsanto por las
‘pérdidas’ que en la Argentina le acarreara el uso de la ‘bolsa
blanca’ de sojaRR -es decir semilla producida por los mismos productores o
intercambiada entre ellos sin pagar regalías a Monsanto por su ‘invento’.
También indemniza a la multinacional por haber permitido el ingreso de Glifosato
chino a mitad de valor del producido por los norteamericanos. De esta forma el
futuro de los productores quedará mucho más atado a Monsanto y demás
multinacionales de la biotecnología, que serán los propietarios del germoplasma
que comience a habitar el suelo argentino, ya que el maíz es una especie de
polinización abierta. A medida que
el maízRR se propague, -para tratar de hacer realidad el sueño del pool
sojero de llegar a las 100 millones de Tn de granos- los chacareros -los pocos
que quedan- deberán comprar anualmente su semilla, ya que por tratarse de una
especie de polinización cruzada el maíz cosechado perderá la propiedad de
resistencia RR. De tal forma se entrega al grueso de los productores al saqueo
de las multinacionales.
Los efectos sobre el ecosistema
serán enormes y la Argentina seguramente encabezará -así como lo hizo con las
políticas neoliberales de privatizaciones, destrucción del Estado,
desindustrialización y recolonización nacional impulsadas por el FMI y el BM,
que nos llevaron a la catástrofe del 2001 y de la cual aun no pudimos salir- el
grupo de países más devastados por las acciones irracionales y destructivas
sobre el ambiente y el hombre producidas por las multinacionales. Si la propagación
del monocultivo de sojaRR ya ha depredado a gran cantidad de variedades y
poblaciones de maíces nacionales
seleccionados por décadas de trabajo de nuestros técnicos y chacareros, por el
simple hecho de dejar de sembrarlos, o por
ser reemplazados por híbridos de menor valor adaptativo, aun cuando
posean mayor techo de producción -en cuanto a respuesta a fertilizantes y a
herbicidas, es decir que obligan al productor a mayor dependencia de las
empresas, aumentando la pérdida de soberanía alimentaria nacional e individual-
de ahora en más la contaminación transgénica de una especie de polinización
abierta y cruzada como el maíz será
irreversible y sus graves efectos los pagarán también las futuras
generaciones de argentinos y de latinoamericanos a quienes contaminaremos con
‘nuestro’ maíz RR, como ya lo hemos hecho con la sojaRR. Seguramente la
aparición de supermalezas resistentes, de nuevas alergias, enfermedades
autoinmunes o cánceres deberán ser cargados a los costos ‘externos’ de la
sojización-maización, de la misma manera que el hambre, la miseria y los
cien argentinos muertos por esas razones por día desde 1990, no son más que
parte de la ‘tasa de sufrimiento’ que los economistas del FMI
evalúan para los ‘cambios estructurales’.
Estábamos
mal....
‘Debido a inesperados problemas con malezas
resistentes al herbicida, Benbrook,
también encontró que ellos estaban aplicando glifosato en forma más
frecuente que sus colegas de los
EE.UU., 2.3, versus 1.3 aplicaciones
por año. Señalando que ‘la historia enseña que una excesiva
insistencia en una única estrategia de control de malezas o de insectos
fracasará en el largo plazo, en el aspecto de las respuestas ecológica y
genética’, advirtiendo a los chacareros argentinos a disminuir la
superficie sembrada con -soja-
RR en el orden de mas de la mitad
para reducir el uso de glifosato. Si ellos no lo hicieran advierte, que
correrían el riesgo de enfrentar serios problemas. Entre sus predicciones
figuran el cambio de la composición de las especies de malezas, la emergencia de
súpermalezas resistentes y cambios en la microbiología del suelo.’
(2)
A las ya graves consecuencias
producidas por la expansión incontrolada de la sojaRR con su sistema Siembra
Directa -es decir de no labranza del suelo- barbecho químico, aplicación de
dosis crecientes de herbicida y semilla transgénica de origen multinacional, se sumará ahora
la expansión de dicho sistema de características depredatorias sobre el
ecosistema y la sociedad, a otras extensiones rurales -particularmente de áreas
marginales y más frágiles- expandiendo los problemas principales que este
paquete tecnológico produce: el cese del empleo rural, la concentración de la
tierra, la expulsión de pequeños y medianos productores, produciendo una
agricultura sin agricultores y sin trabajadores ocupados. Expandiendo el
contradictorio sistema de crear ‘inmensa’ riqueza -al menos desde la
miopía de la mirada productivista y agroexportadora- para unos pocos -cada vez
más pocos- y una inmensa pobreza para la mayoría. Gracias a la expansión del
paquete tecnológico de la sojizacion hoy es sorprendente ver desocupados
entre los obreros rurales que habitan los poblados mas pequeños del país. A la terrible desocupación que produjo
la desindustrialización forzada del país, a partir de 1976, sumada a la
destrucción del Estado y la entrega de las empresas nacionales -solo FF.CC., e
YPF dejaron sin empleo 120.000 trabajadores, es decir casi medio millón de
personas considerando una familia tipo- que ya ha producido dos generaciones sin
empleo en el conurbano bonaerense y en el Gran Rosario, se le suma ahora la
masiva desocupación que produce la sojización.
Una reciente investigación de
la UNLP señala que el paquete tecnológico completo de Siembra Directa, deja
sin empleo 4 de cada 5 puestos de trabajo existentes, ya que su tiempo operativo
es 40 minutos/hombre/ha, contra las 3 Hs/hombre/Ha que ocupaba el sistema
tradicional(3). La extensión de este sistema al maízRR profundizará
inevitablemente la caída del empleo rural aumentando la miseria, la pobreza y la
marginalidad.
Pero la expulsión de mano de
obra agraria también se basa en que este sistema concentra la propiedad y la
extensión de superficie a trabajar. En el mismo informe se señala que bajo el
régimen de sojización el INTA Marcos Juárez -uno de los mayores
impulsores de la SD- señala que no son viables las producciones rurales
inferiores a las 190 has(3) Lo cual ha producido la expulsión de alrededor
de 150.000 productores en la última década, llevando la extensión media de la región pampeana
de 252 has de promedio en la década del ochenta (el promedio nacional era de 421
has) a 538 has en la actualidad, permitiendo que el 49.6% de la tierra de todo
el país se haya concentrado en sólo 6900 propietarios. En Pergamino, Martínez y
Dourignac(3) demostraron a partir
de las cifras de los CNA de 1988 y de 1999 que a partir de la expansión
de la sojización sólo cesa la expulsión de productores -es decir la
pérdida por inviabilidad económica de sus tierras o el cese de sus arriendos-
por encima de las 500 has. Es decir a mayor expansión de la sojización-maización habrá mayor
cantidad de desocupados y expulsados del campo que se sumarán a los de la ciudad en su reclamo
de trabajo para un sistema que se sigue basando en la expulsión y la destrucción
de mano de obra, como idea de progreso.
Desierto
verde...
En este momento, es sumamente importante para
la Argentina realizar un cambio en el sistema de producción, del monocultivo al
sistema de rotación, donde se combinan distintos cultivos con el agregado de
abonos orgánicos, maximizar la actividad de los microorganismos, y restaurar la
diversidad de la comunidades microbianas del suelo. (..) El monocultivo provoca el aumento y la expansión de los patógenos en
el suelo.(..) El
uso abusivo de agroquímicos incluso acelera el proceso. Aparte, las
investigaciones llevadas a cabo recientemente demuestran que en muchas zonas de
la Argentina se observan signos de deterioro a causa del uso excesivo de
pesticidas, fungicidas y fertilizantes, e indican que se tiende a una situación
preocupante en un futuro cercano.(..) Este sistema de cultivo es muy efectivo a
la hora de evitar la erosión del suelo, pero no es un buen
método cuando se trata de la protección de las plantas. La siembra directa, en
caso de soja, provoca el resurgimiento de las enfermedades, ya que deja las
raíces y los tallos infectados con hongos patógenos dentro del suelo hasta el
año siguiente, por lo que los productores deben acudir a una mayor cantidad de
pesticidas y fungicidas para combatirlos. Si se
persiste con este sistema de cultivo, no sólo se encontrará con la constante
amenaza de las enfermedades del suelo, sino que también existirá la posibilidad
de enfrentar su deterioro de las tierras y la destrucción del medio ambiente.
Kiroku Kobayashi.(5)
La otra parte de la
ecuación que acompaña la ‘segunda revolución de las pampas’(4) tiene
directa relación con lo ambiental. Por un lado por el efecto de desertificación
biológica que el sistema SD produce: muerte de lo vivo en el suelo,
disminución y cese de los procesos
de aireación y oxigenación del mismo, disminución de la nitrificación y la
humificación, fuerte alteración de la microflora y microfauna, desaparición de
liebres, lombrices, pájaros, aparición de nuevas plagas como caracoles y
babosas(6), y así de seguido. Llegando por resultado a un suelo estéril,
sustrato físico de tratamientos químicos -fertilizantes, herbicidas,
funguicidas, insecticidas, biocidas- con poca o ninguna expresión biológica,
olvidando un precepto fundamental de la ciencia agronómica que parte de
considerar al suelo un ser viviente; biológico, no químico. Hoy también sabemos -siempre lo supieron
los pueblos originarios de toda la tierra- que la tierra -Gaia- es en sí
misma también un complejo viviente único y
que lo que ocurra en un lugar repercutirá en todo el sistema. Sistema del
cual el hombre no es más que un otro habitante del mismo, por lo cual la
Gaia puede prescindir de él,
si resultara muy molesto, buscando otro equilibrio del sistema que anule el
factor de distorsión, aun cuando ello pudiera implicar por ejemplo el
congelamiento como respuesta al calentamiento global, pese a que los
‘científicos’ de Bush y del complejo petrolero traten de
‘demostrar’ que no hay tal calentamiento’ o que el mismo no es producto del efecto
invernadero.
La SD resuelve un problema, es
cierto, cual es el de la erosión y eso es bueno, pero nadie en su sano juicio
puede pensar que un sistema basado en la interrupción de los procesos biológicos
del suelo y en la anulación de los mecanismos naturales de restauración de la
fertilidad, por las labranzas, rotaciones, barbechos, rotación agrícola ganadera
y su reemplazo por un agregado continuo de biocidas -que conociendo las
repuestas biológicas de resistencia, selección y mutación obligarán a que sean
cada vez en dosis mayores y más enérgicos, con el fracaso como resultado final-
pueda ser viable a largo plazo. Como lo mostraron las gravísimas inundaciones de
Santa Fe en 2003, mirar sólo la tasa de ganancia individual -en cuanto a pérdida
de suelo por/Ha se refiere- no implica una ganancia para todo el sistema, es más
puede implicar una pérdida catastrófica, como la registrada en las tierras del
Reutemann-sojero. ¿Cuál fue el costo de las inundaciones de Santa Fe, para ser
agregadas a la ecuación de la
Siembra Directa y del pool sojero?
Aunque, claro en la Argentina algunas preguntas siguen sin respuesta.
¿Cuánto costará el agregado del maízRR al ecosistema
nacional?
Dada la alharaca que hacen los
defensores del sistema de la sojización y su estrecha vinculación con los
intereses empresarios que llevaron a la desindustrializacion de la Argentina y
su retorno al modelo agroexportador neocolonial, es dable pensar que su
entusiasmo no tiene tanto que ver con lo agronómico, sino con lo social, ya que
la sojización permite una agricultura sin agricultores y lo que se
oculta, pero es lo que más les gusta, permite una agricultura sin
trabajadores, por lo menos mientras no haya nadie que los defienda o ataque
el núcleo central del problema de la distribución de la riqueza generada en la
Argenttina y el retorno a un modelo de producción y distribución que incluya a
los 38 millones de argentinos y no sólo al 20% que se queda con el 54% de la
riqueza nacional.
Transgenia y más allá la
inundación...
Hace cuatro años, visité los campos de cultivo
de soja en el noreste de China. Recuerdo haberme horrorizado de las extensas
tierras áridas, donde se veía claramente la desertización, como resultado del
deterioro del suelo a causa del monocultivo. Esta
situación obligó a China a tratar el tema a nivel nacional, y desarrollar un
programa para frenar la expansión de los daños causados por el monocultivo de la
soja. (..)El 95% de los cultivos de soja en la Argentina son modificados
genéticamente. ¿Cómo deberíamos tomar esta realidad? La seguridad de los
alimentos transgénicos es un tema que se debate en todo el mundo. Para concluir
que estos alimentos son seguros o no para los seres humanos, se deberían
profundizar las investigaciones y justificar profundamente. También es cierto
que los consumidores de muchos países no están de acuerdo con la modificación
genética de los alimentos. Salvo en los EE.UU. y en la Argentina, el resto de
los países no permite el cultivo comercial de las sojas transgénicas. Cuando el
mundo entero muestra la tendencia hacia una mayor seguridad de los alimentos, la
Argentina parece ubicada contra la corriente, y opta cada vez más por los
cultivos transgénicos. Éste es el momento en que los productores y consumidores
argentinos deben pensar seriamente en la seguridad de los alimentos, ya que
nadie garantiza que los transgénicos sean seguros. Kiroku
Kobayashi.(5)
El agregado del maízRR,
a la superexpandida sojaRR, agravará todos los riesgos que implican
usar la tecnología de los OMG sin conocer sus efectos a largo plazo, sobre el
ambiente y el hombre. Riesgos graves seguramente, por lo que la ciencia genética
y biológica siempre supieron antes que la misma fuera atrapada por los intereses
de las multinacionales, produciendo de hecho una privatización descarada de la
ciencia, los recursos científicos y el conocimiento. No sólo contaminará transgénicamente de
manera irreversible los maíces nativos -el maíz es originario de América- como
ya lo hizo en México -centro primario de su origen- según denunciara el profesor
Giancarlo Delgado Ramos(7), sino que dado
el tipo de polinización abierta y la fuerte alogamia de la especie, su
efecto sobre el ecosistema será mucho más grave que el de la soja. Sobre los
riesgos de los OGM el mismo autor reportó 27 muertes y 1500 afectados
producidos, en los EE.UU., por una sojaRR de Pioneer que debió ser sacada
del mercado. En experiencias con papa GM se comprobó que alteraba el
sistema inmunológico y retardaba el crecimiento en ratones, y que las toxinas BT (de los OMG con
agregado del factor BT) producían toxicidad en células humanas, irritación de
piel, infecciones y debilitamiento del sistema inmunológico en función de la
cantidad consumida, según refería
un trabajo de Tabayali y Selis.(7)
Dado que toda la ingeniería
genética no es más que una técnica -y no una nueva ciencia- basada en una
simplificación de la teoría del ADN, cabe advertir que dicha teoría está en
serios problemas, por lo menos en cuanto a su reducción a la idea de ‘un gen
una proteína’. La aparición de enfermedades como la de la ‘vaca loca’
y sus priones, que no implican la existencia de ADN en su transmisión y
principalmente la conclusión del mapeo del genoma humano con sus 30.000
genes, pone en serios aprietos a la
teoría precedente, ya que por lo menos hay tres veces más proteínas y caracteres
hereditarios en juego, que los 30.000 que producirían los genes descubiertos, lo
cual hace improbable la real existencia de dicha simplificación. Si se agrega
que la diferencia entre el genoma de una mosca y el ser humano es del 50% y que
un ratón posee el 99% de los mismos genes que nuestra especie, es muy difícil
sustentar que la diferencia se debe sólo a los genes y que es más probable -como
siempre supimos los fitomejoradores- que la diferencia radique en otro lado,
fuera porque cada gen sea responsable de más de un carácter, como porque existan
otros mecanismos regulatorios para la producción de proteínas. Parece que ambos
mecanismos son ciertos, como siempre supusimos. Lo cual coloca a la ingeniería
genética y la biotecnolgía en serios aprietos.(8)(9) Cabría preguntarse porqué
esto no se discute. Es otra de las preguntas sin respuesta. Tal vez
maliciosamente podría pensarse en los miles de millones de dólares en juego. De
cualquier manera, esto permite suponer que en el agregado de un gen extraño a la
especie y a los mecanismos de selección que la originaron, que implica la
transgenia, no sólo agrega el carácter en cuestión -la resistencia a glifosato,
por ejemplo- sino otros factores desconocidos, alterando además la estructura
del ADN de manera aleatoria, lo cual seguramente también producirá otras
alteraciones de síntesis que desconocemos. Siendo así puede advertirse que toda
modificación transgénica tendrá efectos incalculados sobre el ambiente, la
selección natural y la generación de nuevas especies, pero también las tendrá en
forma directa sobre la salud de la especie humana por lo menos en tres
direcciones: alergias, enfermedades autoinmunes y cáncer. Esta es una de las
razones por las que las multinacionales biotecnológicas se refugian en el Tercer
Mundo y escapan al control de los países centrales. Autorizar el maízRR
es entonces un hecho de extrema gravedad e irresponsabilidad que profundizará el
grave estado de nuestra sociedad y su carácter neocolonial.
(1) El Dr., Charles Benbrook es un cosultor en Economía Agraria, del
Centro de Políticas Científicas y
Ambientales del Noroeste. Sandpoint, Idaho. EE.UU. Del artículo La Argentina
amarga cosecha, de Sue Brandford New Scientist.
17-04-04
(2) Del artículo La Argentina amarga cosecha,
de Sue Brandford New Scientist. 17-04-04
(3) G.Botta y D.Selis
Diagnóstico sobre el impacto producido por la adopción del sistema de Siembra
Directa sobre el empleo rural. Recopilación. UNLP. 3-04
(4) Frase con que Clarín Rural
define al sistema SD-Glifosato-SojaRR: sojización
(5) Kiroku
Kobayashi. Agencia de Cooperación
Internacional del Japón (JICA). Proyecto de
Cooperación Técnica INTA. El control biológico de las enfermedades de las
plantas, para el desarrollo de una agricultura sustentable. Informe
7-2003
(6)Reporte de Adolfo Boy,
03-04
(7)Giancarlo Delgado Ramos,
profesor de la UNAM. Daños producidos por transgénicos. Enfoques
Alternativos-Dic-03
(8) Barry Commoner. El truco de
la Ingeniería genética no funciona. Seadling 7-03
(9) Grain. Cegados por los
Genes. Revista de Biodiversidad. 01-04.
OGM.-
Organismos Genéticamente Modificados. GM.- Genéticamente
Modificado
Soja RR.- Soja Roundup Ready. SD: Siembra
Directa
*
Ingeniero Agrónomo genetista -ex Docente de la
UBA.
**Artículo publicado
por Indymedia Buenos Aires
Fuente : ListaEDI.