NCeHu 1273/04
El 'más alla de los noventa' del Banco
Mundial
El cambio del Banco
Mundial
Pablo Maas
Uno de los principales
instrumentos crediticios del Banco Mundial, los "préstamos de ajuste
estructural", que financiaron las privatizaciones en todos los países
subdesarrollados en las últimas dos décadas, ya no existirán más. Han sido
reemplazados por un nuevo criterio que hará énfasis en los créditos para
políticas de desarrollo, anunció oficialmente el Banco Mundial la semana
pasada.
La nueva política del BM, implementada después de dos años de
consultas con gobiernos, empresas, representantes de la sociedad civil y
académicos, reconoce que no hay una sola receta para hacer reformas que
funcionen en todos los países.
"Hemos abandonado el carácter prescriptivo
de las viejas políticas, que veneraban los objetivos y los métodos, diciendo:
'así se hacen las reformas, así se privatiza'", dijo el vicepresidente del
Banco, James Adams.
Según Adams, el Banco ha aprendido que hay una
amplia variedad de enfoques para hacer las reformas y, lo que es más importante,
que éstas no deben llevarse a cabo sin consultar con las partes involucradas y
sin una profunda comprensión de los impactos sociales y
ambientales.
Uno de los aspectos más controvertidos de la política
crediticia del BM, la condicionalidad, también ha evolucionado. Según los
funcionarios del Banco Mundial, es imprescindible que las políticas que financia
la institución sean propiedad de los países que las requieren y no
impuestas desde afuera. ¿Demasiado bueno para ser cierto? El tiempo dirá. Pero
más vale tarde que nunca.
Fuente:
diario Clarín, de Buenos Aires, Argentina; suplemento
Económico, p.3; 15 de agosto de
2004. |