NCeHu
1243/04
Se desplazan los polos de
poder
Autor: Henry
Kissinger
Fecha:
5/8/2004
Traductor: Elisa
Carnelli
Fuente: Tribune
Media Services
En una escena mundial mucho más fluida, la diplomacia estadounidense debe
crear los elementos de un nuevo orden, como lo hizo con éxito en la década
posterior a la Segunda Guerra.
Cuando se escriba la historia de esta
época, bien podría ocurrir que los titulares del momento —Irak y las
controversias que suscitó— palidezcan frente a otros movimientos tectónicos
internacionales que caracterizan a este período.
Paradójicamente, el
alejamiento estructural estadounidense de Europa se está produciendo en un
momento en que el centro de gravedad de la política internacional está
trasladándose a Asia, donde las relaciones han sido de mucha menor
confrontación.
Países como Rusia, China, Japón e India siguen teniendo
de la Nación la misma visión que tiene EE.UU. y que tenían los Estados europeos
antes de la Segunda Guerra Mundial.
Para ellos, la geopolítica no es
algo execrable; es la base de su análisis interno y de sus acciones externas. El
concepto de interés nacional todavía mantiene unida a la opinión pública y
dirigencial. El equilibrio de poder afecta sus cálculos, en particular en sus
relaciones recíprocas.
Como sus percepciones del interés nacional son
tan comparables a las nuestras, Rusia, China, India y Japón han tenido
relaciones mucho menos belicosas con los Estados Unidos que algunos aliados
europeos.
Si bien rechazan lo que consideran aspectos hegemónicos de la
política estadounidense, lo hacen caso por caso a través de la diplomacia
tradicional y prefieren un diálogo estratégico a un enfrentamiento de
voluntades.
Para estos países, Irak no es el papel de tornasol que
determinará la aptitud moral estadounidense sino la perseverancia estadounidense
en pos de sus visiones estratégicas. Afecta el juicio que se forman sobre la
confiabilidad de Estados Unidos como socio y nuestra capacidad para alcanzar
objetivos.
Porque cada uno de estos países tiene interés, como mínimo,
en alejar la posibilidad de una derrota estadounidense en Irak: India, por su
enorme población musulmana; Rusia, por su temor a convulsiones en su flanco sur
lindante con Oriente Medio; Japón, por su permanente interés en un Estados
Unidos fuerte y su alianza con él durante su período de transición; China,
porque piensa que una sociedad con Estados Unidos es el mejor camino hacia una
década de estabilidad.
Todos los países involucrados están redefiniendo
su identidad. A Rusia, habiendo regresado a fronteras que no conocía desde Pedro
el Grande, la descolonización de países situados en sus fronteras le resulta
particularmente dolorosa.
El surgimiento de China como gran potencia ya
es un elemento fundamental en el traslado del centro de gravedad internacional a
Asia. Conforme reinterpreta la premisa ideológica de su revolución, la tentación
del nacionalismo puede convertirse en un sustituto que dará a la cuestión de
Taiwán —resabio de la guerra civil— un aspecto simbólico.
La cuestión de
las armas nucleares de Corea del Norte es un buen ejemplo de la necesidad de un
enfoque de largo alcance. En un nivel, se la ha tratado como un problema de
control de armas provocado por un estado malhechor y, por lo tanto, se la ha
restringido al campo de los temas que conciernen a Norcorea y Estados Unidos.
Pero una solución de base debe ir más hondo. Exige un entendimiento
chino-estadounidense con respecto a la evolución política del nordeste asiático,
incluyendo el futuro de Norcorea, el ritmo de la unificación coreana y las
restricciones nucleares en el noreste asiático.
Quizá la transición más
compleja sea la que se está dando en Japón. Durante medio siglo después de su
derrota en la última guerra mundial, amparado por un tratado bilateral de
seguridad con los Estados Unidos, se concentró, con característica
autodisciplina, en su recuperación económica y el retorno a la respetabilidad
política.
Por primera vez en su historia milenaria, Japón subordinaba su
política exterior a otro país. Como su medioambiente internacional está en
rápida transición, Japón tenaz, sutil y sistemáticamente está ampliando el
margen de acción de que dispone y está en proceso de adaptar su papel de
auxiliar de los Estados Unidos y prepararse para ingresar a la arena
internacional como actor principal.
El ingreso de India a la categoría
de gran potencia es otro de los principales acontecimientos de la próxima
década. Con una población musulmana de 150 millones de habitantes, que en una
generación superará los 300 millones, India tiene un interés mayor que casi
cualquier otro país en que el resultado de la guerra de Irak —y, en un sentido
más amplio, de la guerra contra el terrorismo— no dé impulso al islamismo
radical, porque sus consecuencias no podrían ser detenidas en las fronteras
indias.
Por todo esto, la escena mundial es más fluida de lo que ha sido
en siglos. La tarea de los Estados Unidos es contribuir a moldear este fermento
que lleva años de formación y necesitará quizá décadas para cristalizarse. La
diplomacia estadounidense está llamada a crear los elementos de un nuevo orden
mundial así como hizo con éxito en la década inmediatamente posterior a la
Segunda Guerra.
Sin embargo, las condiciones actuales son más complejas,
porque la zona que debe integrarse es mundial en lugar de atlántica y porque los
síntomas de crisis a menudo enmascaran la realidad subyacente.
El poder
estadounidense es un hecho real; pero el arte de la diplomacia es traducir el
poder en consenso. Esto requiere, sobre todo, una visión unificadora,
especialmente en retos que afectan a todos los países: la proliferación, el
control de las epidemias, el desarrollo.
Un sistema internacional es
vital si sus miembros consideran que mantenerlo es más importante que las
inevitables dificultades que surgen en su funcionamiento y cuando está abierto a
las oportunidades de creatividad. La política exterior estadounidense debe mirar
más allá de las frustraciones inmediatas para alcanzar la visión de un mundo que
espera ser construido.
Publicado por Clarín
(Argentina)
Extraído de Panorama
Internacional ( en www.ft.org.ar )
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