NCeHu
855/04
Enfrentamiento EEUU-Consejo Gubernativo por la elección del
presidente
Las cosas claras: EEUU impone
a un hombre de la CIA como primer ministro de Iraq y desautoriza al enviado de
Naciones Unidas
Loles Oliván y Carlos
Varea
"La designación de Alawi, tomada
unilateralmente por la Administración Bush e impuesta al actual Consejo
Gubernativo iraquí, no solo reafirma el interés de los ocupantes en mantener
bajo su estrecho control un Iraq sin soberanía real, sino que pone de manifiesto
el nulo papel que EEUU pretende otorgar a Naciones Unidas: el limitado mandato
asistencial concedido a su secretario general, Kofi Annan, para facilitar la
designación de los miembros del futuro gobierno interino a través de su enviado
especial, Lajdar al-Ibrahimi, ha quedado abiertamente
ridiculizado"
EEUU ha decidido imponer la designación del iraquí
de nacionalidad británica Iyad Alawi como futuro primer ministro del gobierno
interino iraquí, a quien Paul Bremer, procónsul de la Autoridad
Provisional de la Coalición, traspasará el poder el próximo 30 de junio,
ceremonia meramente formal con la que la Administración Bush pretende legitimar
interna e internacionalmente las bases de una nueva etapa de dominación colonial
del país, tras la grave crisis abierta este año por la actividad insurgente, que
ha situado al borde del colapso el proyecto inicial de ocupación del
país.
Esta elección, tomada unilateralmente por la
Administración Bush e impuesta al actual Consejo Gubernativo (CG) iraquí, no
solo reafirma el interés de los ocupantes en mantener bajo su estrecho control
un Iraq sin soberanía, sino que pone de manifiesto el nulo papel real que EEUU
pretende otorgar a Naciones Unidas (NNUU): el limitado mandato asistencial
concedido al secretario general de NNUU, Kofi Annan, para facilitar la
designación de los miembros del futuro gobierno interino a través de su enviado
especial, Lajdar al-Ibrahimi, ha quedado abiertamente ridiculizado, al haber
impuesto EEUU la designación de Alawi al CG sin ni tan siquiera notificar
previamente al propio al-Ibrahimi tal decisión. El propio CG anunció
públicamente la designación sin advertir a su vez al enviado de Annan a Bagdad
[1].
Si bien es cierto que Alawi había tenido que ser
incluido en la lista de al-Ibrahimi como posible candidato a miembro del nuevo
gobierno interino por las presiones de EEUU y en contra del favorito del enviado
especial de NNUU (el científico iraquí Husain Shahristani, exiliado en
Inglaterra y ajeno al CG), NNUU ha tenido que asumir finalmente la designación
oficial de Alawi una vez efectuada y cuando la misión del enviado especial de
Annan estaba al borde del colapso precisamente por las injerencias y presiones
de EEUU en las deliberaciones para conformar una lista de candidatos. Ya en días
anteriores, la Administración Bush había desautorizado la decisión de
al-Ibrahimi de que el nuevo gobierno transitorio tuviera un carácter
tecnocrático, no político, y que sus miembros fueran distintos de los
componentes actuales del CG, preferiblemente residentes en el interior del país
-es decir, no llegados con las fuerzas de invasión- y no directamente
involucrados en la desastrosa etapa inicial de ocupación que ha ahora se
pretende cerrar.
La designación pública de Alawi, miembro del CG y
la aceptación sin rechistar y a posteriori de NNUU demuestran, una vez
más, la dependencia directa de la oficina del secretario general de NNUU
respecto de EEUU, y obliga a reflexionar sobre las condiciones en las que la
Administración Bush trata de imponer una nueva resolución al Consejo de
Seguridad (CS) para legitimar el "traspaso de poder" previsto para el 30
de junio [2].
Iyad Alawi, el perfil de un
colaboracionista
Iyad Alawi, iraquí instalado desde 1971 en Gran
Bretaña, se exilió de Iraq tras haber desempeñado un alto cargo en la dirección
de los servicios de inteligencia de su país. Promovido y financiado por los
servicios de inteligencia de Arabia Saudí y Kuwait, y por los británicos del
M-16, en 1990 formó un nuevo grupo opositor, el denominado Acuerdo
Nacional Iraquí (ANI), que en 1996, con la Administración Clinton, obtuvo
reconocimiento, respaldo y financiación directa de la CIA para colaborar con
otras organizaciones de exiliados iraquíes a sueldo igualmente del Pentágono o
del Departamento de Estado en el derrocamiento del gobierno de Sadam Husein, de
acuerdo con los planes previstos en la ley aprobada ese año por el Congreso
estadounidense, la denominada Iraq Liberation Act [3].
A diferencia de otros grupos opositores vinculados
a Washington y Londres, el ANI se nutrió en su constitución básicamente de
exiliados desertores de las Fuerzas Armadas y de los servicios de seguridad
iraquíes [4]. Debido a este perfil, los sucesivos gobiernos
estadounidenses y británicos, confiados en que el ANI pudiera promover un golpe
de Estado interno que les evitara la toma al asalto de Iraq, hizo de la
organización de Alawi el principal interlocutor de los servicios secretos de
ambos países, muy particularmente de la CIA ya los últimos años. Aportando
supuestos datos del interior de Iraq y el testimonios de desertores, se
considera que el ANI fue el principal alentador de la argumentación que la
Administración Bush y el gobierno Blair utilizarían para justificar a lo largo
de 2002 y 2003 la invasión de Iraq y el derrocamiento de su régimen: el
relanzamiento del programa de armas de destrucción masiva por parte de Iraq y la
amenaza inminente que ello suponía [5].
Desde comienzos de los años 90, el ANI y el propio
Alawi formaron parte activa en las reuniones de grupos iraquíes en el exilio
promovidas por las agencias británicas y estadounidenses, cuando no abiertamente
por el Foreign Office y el Departamento de Estado para preparar el asalto
definitivo contra Iraq [6]. Durante mucho tiempo, el ANI tuvo también una
base en Jordania.
En 2003, Iyad Alawi y el ANI retornaron a Iraq
bajo el paraguas de las tropas de ocupación y en abierta competencia y
enfrentamiento por los favores de EEUU y la Administración de ocupación con
Ahmed Chalabi, presidente del Congreso Nacional Iraquí (CNI), creado y
financiado por el Departamento de Defensa estadounidense. Alawi fue designado en
junio de 2003 por Bremer miembro del CG como uno de los representantes de la
comunidad shi'í de Iraq, así como presidente de su Comité de Seguridad. Desde
este cargo, Alawi ha colaborado con el mando militar estadounidense en Iraq y
con sus sistemas de inteligencia, poniendo al servicio de la ocupación
extranjera a los miembros de su propia milicia.
El 'shi'í'
adecuado
Alawi ha sido elegido por EEUU como primer
ministro por tener un perfil en el que confluyen las características que mejor
se ajustan a las previsiones para el mantenimiento de la ocupación y que
garantizan a priori que el gobierno de transición quede blindado y no
cuestione la tutela militar, política y económica de Washington.
Por una parte, Alawi, en su calidad de shi'í y a
pesar de su tradición laica, cumple con la formalidad de la
representatividad confesional de la más numerosa comunidad del país, de
acuerdo con la lógica sectaria y fragmentadora que EEUU quiere imponer en el
futuro político de Iraq. Pero sobre todo, cumple esa función representativa
fuera de la órbita de los grupos shi'íes que, tanto en el seno del CG (el
Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq y al-Dawla) como fuera de él
(el gran ayatollah as-Sistani), representan esencialmente, desde estratos
doctrinarios religiosos e igualmente políticos, los intereses de Irán en Iraq,
que por lo demás, para desesperación de EEUU y la APC, han sido incapaces -como
pretendían- de evitar que la comunidad bascule hacia las posiciones radicales
del clérigo Muqtada as-Sadr, quien representa asimismo un shi'ísmo
extremadamente conservador pero contrario al tiempo a la influencia iraní y a la
ocupación.
En este sentido, igualmente, se debe recordar que
Alawi ha sido el gran beneficiario de la retirada del apoyo de la Administración
Bush a Chalabi, aliado preferente del Pentágono y del Departamento de Defensa
desde 1990 hasta hace unos meses y caído en desgracia tras haberse conocido su
-supuesto- doble juego a favor de los servicios secretos de Irán.
En segundo lugar, la experiencia y la vinculación
de Alawi con las cuestiones de la seguridad y su interlocución privilegiada con
las agencias de inteligencia estadounidenses, británicas y regionales, hacen de
este personaje una figura proclive a manejar los resortes del poder tutelado en
Iraq desde los parámetros de la represión de la resistencia armada iraquí, la
neutralización de la disidencia política y social interna contra la ocupación, y
el control de las injerencias de fuerzas extranjeras (muy especialmente, de
Irán) que no sean las propias asociadas a los dictados de la metrópoli
estadounidense.
La designación de Alawi confirma así que EEUU no
tiene ninguna intención de devolver la soberanía a Iraq. El secretario de
Defensa estadounidense, Colin Powell, ya ha vuelto a reiterar, tras hacerse
pública la designación de Alawi, que las tropas estadounidenses (138.000
efectivos) permanecerán en Iraq indefinidamente "por consentimiento" de las
nuevas autoridades iraquíes [7]. Sin prestigio y sin reconocimiento en el
interior del país, Iyad Alawi representa a los ojos de la mayoría de los
iraquíes la figura del exilado colaboracionista, a sueldo primero de la CIA y
ahora de los ocupantes -por lo demás, la imagen que al-Ibrahimi decía querer
evitar. Por ejemplo, el portavoz de la Asociación de Ulemas Musulmanes, Muhamad
Ayash, ya ha declarado que esta designación no cambia nada sobre el
terreno:
"[...] El hecho de que los gobernantes de Iraq
sean designados por una fuerza de ocupación hace que la elección de Alawi esté
viciada. [Los iraquíes] [s]omos muy claros respecto a lo que queremos:
queremos que las fuerzas de ocupación lideradas por EEUU se vayan de Iraq para
que el pueblo iraquí elija a sus gobernantes libremente. Los iraquíes seguirán
sospechando de cualquier representante designado por la ocupación
estadounidense." [8]
La elección del presidente:
enfrentamiento Consejo/Autoridad de ocupación
La elección de Alawi deja poco que esperar del
resto de designaciones para ese "gobierno transitorio", cuya composición
definitiva se última entre importantes enfrentamientos y tensiones,
particularmente respecto a la elección del nuevo presidente del país
[9].
Por una parte, los miembros del CG rivalizan por
el reparto de las cuotas de un poder que habrá de ser limitado y que estará
supeditado a una Autoridad de ocupación transmutada a partir del 30 de junio en
macro-embajada de EEUU bajo la jefatura de Negroponte y con hasta 5.000
funcionarios.
En segundo lugar, la Autoridad de ocupación quiere
imponer sus propios candidatos, aquellos que mejor se ajusten a sus intereses en
esta nueva etapa de tutela discreta pero efectiva del país, mientras que los
miembros del Consejo Gubernativo iraquí pretenden, tratando sin duda de
legitimarse internamente y procurando distanciarse de unas fuerzas de ocupación
con la que se hunden, elegir figuras menos asociadas a los invasores. Es el caso
del enfrentamiento respecto a la elección del nuevo presidente del país, que
habrá de ser un sunní. Así, apoyado al parecer por el enviado de NNUU
al-Ibrahimi, el procónsul Bremer quiere también imponer para este cargo a
Adnan Pachachi, de 81 años, un exilado igualmente muy próximos a los círculos
occidentales y las monarquías del Golfo, mientras el Consejo opta por el actual
presidente de turno de esta instancia, el también sunní sheij Ghazi
Mashal Ajil al-Yawar, un empresario mucho más joven que Pachachi y algo más
distanciados que éste de los ocupantes... al menos en su indumentaria
[10]. Explícitamente, el domingo, políticos iraquíes del CG mostraban su
preocupación por que el nuevo gobierno interino tuviera un perfil claramente
asociado a EEUU y que ello restara credibilidad interior e internacional
[11].
Las carteras del nuevo gobierno sí parecen ya
pactadas entre EEUU y el CG, reservándose como compensación las de
Defensa y Asuntos Exteriores a kurdos. Un shi'í -Adel Abdul Mahdi- será ministro
de Finanzas [12].
Por último -pero esencial-, con la vista puesta en
la aprobación de una nueva resolución por el Consejo de Seguridad de NNUU en el
próximo mes, antes del 30 de junio, que otorgue un cierto barniz de
legitimación internacional de la nueva instancia iraquí y a la nueva etapa de
ocupación encubierta que se inicia, EEUU ha de conceder al propio al-Ibrahimi un
cierto papel tras el jarro de agua fría que ha supuesto la designación de Alawi
y una vez que con ello la indigna y subsidiaria labor de NNUU haya quedado
claramente retratada. La elección impuesta de Alawi no ha dejado de ser
considerada por gobiernos miembros importantes del Consejo de Seguridad como
demostrativa de la escasa voluntad de EEUU de ceder a NNUU o a los propios
iraquíes un protagonismo real en Iraq tras el 30 de junio.
Notas de CSCAweb:
1. Associated Press, 29 y 30
de mayo de 2004. 2. Véase en CSCAweb: Propuesta
de nueva resolución del CS: someter Iraq a la tutela colonial indefinida
salvando a EEUU del desastre - Texto del borrador de la nueva resolución sobre
Iraq 3. El contenido
de la Iraq Liberation Act en castellano y un análisis sobre su
contenido pueden verse en: Iraq: ¿Qué es el
INDICT? 4. Sobre los
distintos grupos opositores iraquíes vinculados a EEUU y Reino Unido, véase en
CSCAweb: La
oposición iraquí en el exilio 5. The Guardian, 30 de mayo de 2004. 6. Véase en CSCAweb:
Mientras
inicia el entrenamiento de mil exilados en Hungría y ante el fracaso de la
conferencia opositora de Londres, la Administración Bush se reafirma en la
opción de un gobierno militar propio tras la ocupación de
Iraq | EEUU y
Gran Bretaña vuelven a convocar en Londres a una enfrentada oposición iraquí
para diseñar el futuro de Iraq tras la guerra y ocupación del
país y enlaces
relacionados. 7. Associated Press, 30 de mayo de 2004. 8.
Al-Jazeera, edición electrónica, 29 de mayo de 2004. 9. Hendawi, H.:
"Iraqi Council Strugles with Presidency", The Guardian, 30 de mayo de
2004; y The Washington Post, 31 de mayo de 2004. 10. The
Guardian, 31 de mayo de 2004. 11. Opus cit. 12. Según Chalabi,
ABCNews Online, 31 de mayo de 2004.
Fuente:
www.cscaweb.
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