Como una primavera en silencio. Así planteó, hace décadas,
la vida en la Tierra la bióloga norteamericana Rachel Carson, autora del libro
que sentó las bases del movimiento ecologista a nivel mundial. En el escrito,
que recibió tantas críticas como adhesiones, habló por primera vez del peligro
del uso de productos químicos, de su capacidad para persistir en los organismos
acumulándose en tejidos grasos, y de su relación directa con enfermedades y
hasta con dificultades en la reproducción de las especies.
En 1962, Primavera silenciosa denunció la presencia de DDT y
otros químicos clorados en las reservas grasas de los osos polares y de otros
animales del Polo Norte. Esta investigación alertó no sólo sobre la toxicidad de
estas sustancias sino también sobre dos características fundamentales: su
persistencia en los organismos, por medio de la acumulación en tejidos grasos; y
su facilidad para propagarse por aire, agua y mediante la cadena alimentaria
hasta las regiones más remotas del planeta.
El DDT forma parte -junto con otros 11 compuestos químicos-
de la denominada docena sucia, los contaminantes prohibidos en todo el mundo por
su alta toxicidad: bifenilos policlorados (PCB), dioxinas y furanos, dieldrina,
endrina, clordano, hexaclorobenceno, mirex, toxafeno y heptacloro. Se los
denominó Compuestos Orgánicos Persistentes (COP), justamente por su capaciedad
de conservar sus propiedades tóxicas por mucho tiempo.
Muchos de estos COPs se generan en procesos industriales,
pero existen otros que aparecen de manera indeseada. Es el caso de las dioxinas
y los furanos, que se producen principalmente con la incineración de residuos y
la industria del cloro (ver 'La docena sucia').
No obstante, la mayoría de los COPs que acumulamos en
nuestro organismo llegan a él a través de alimentos, incluso de la leche
materna.
Algunos estudios
En 1940 comenzaron a desarrollarse en gran escala los
plaguicidas orgánicos de síntesis, como el DDT y otros similares, y su uso se
extendió hasta volverse casi doméstico. Durante la Primera Guerra Mundial,
sirvieron para combatir la malaria y otras pestes, que amenazaban con matar a
gran parte de la población. En esa década comenzó la primera gran exposición de
seres vivos al tóxico; sin embargo, las consecuencias en la salud aparecieron
años después.
Estudios realizados por investigadores de la UNL (1) dieron
cuenta de que la leche de vaca, la manteca y el sustituto lácteo de origen
vegetal destinado a bebés (leche maternizada) contienen residuos de biocidas
organoclorados utilizados en la agricultura, pese a estar prohibidos por
legislaciones mundiales en vigencia. El equipo de trabajo analizó muestras de
productos de primera marca comercializados masivamente y detectó que altos
porcentajes de ellos contenían al menos uno de los biocidas investigados, aunque
en ningún caso llegaron a superar los valores sugeridos por la FAO/WHO (World
Health Organization).
Concretamente, el 87% de las muestras de leche y el 79% de
las de manteca evidenciaron contenidos de clordano, DDT, dieldrina, eldrina y
heptacloro, en valores medios que no superan los recomendados. En el caso de los
sustitutos lácteos, no llegaron a alcanzar los límites de detección del
método.
Aunque pareciera estar excluida de cualquier forma de
contaminación, la leche materna también ha evidenciado rastros de clorados, de
acuerdo con una investigación realizada por docentes del INTEC-UNL (2). En el
86% de las muestras analizadas (recolectadas en el Hospital de Niños de Santa Fe
y en un hospital zonal ubicado al norte de la ciudad) se hallaron al menos uno
de los compuestos investigados (heptacloro, aldrina, clordano, dieldrina,
endrina y DDT).
En estas muestras, el heptacloro epóxido es el compuesto que
se presentó un mayor número de veces, siguiendo el orden de importancia la
aldrina, el DDE y DDT. En tanto, el nivel máximo detectado correspondió al DDT,
aunque también fueron relevantes las cantidades de dieldrina, endosulfan
(utilizado legalmente), DDE, aldrina y heptacloro.
Aunque los rastros hallados son menores a los que evidencian
estudios realizados en otros países (Brasil y México), las concentraciones de
clorados en leche materna son mayores a las encontradas en leche de vaca, debido
al proceso de bioacumulación de los químicos en el organismo de seres
vivos.
Pese a estar prohibidos, muchos de estos clorados continúan
vendiéndose habitualmente, sin ningún tipo de restricción, incluso para usos
domésticos. El heptacloro, la endrina y el clordano, son insecticidas
corrientes, empleados para combatir hormigas, termitas y otras plagas, y no
existe control en su expendio.
Por otro lado, y debido a su persistencia en los ambientes y
en los organismos, siguen hallándose residuos de organoclorados, aun cuando no
se los utilice masivamente.
Así lo comprueba un estudio realizado por el Laboratorio
Central FIQ y el Laboratorio de Endocrinología y Tumores Hormonodependientes
(LETH), de la FBCB (3), sobre tejidos grasos extraídos de la zona periférica de
cánceres de mama de mujeres de nuestra región: los datos mostraron la presencia
de DDE (un metabolito del DDT) en el 100% de las pacientes en niveles que
variaron entre 80 y 3900 ng/g (ppb). También hubo una elevada incidencia de
presencia de hexaclorohexano (91% de los casos con concentraciones de 20 a 2330
ng/g), hexaclorobenceno (87% de los casos y concentraciones de 10 a 140 ng/g),
oxiclordano (49 %), heptacloro epóxido (44%), heptacloro (22%), otros isómeros
de DDT (13%), dieldrin (2%) y PCB (2%). El estudio se realizó en mujeres pre y
post-menopáusicas de edad 57,9 ± 10,7 años, con el 36% de los carcinomas
benignos.
Si bien no se verificó correlación entre la presencia de
estos compuestos y el desarrollo de los tumores hormonodependientes estudiados,
es altamente llamativa la presencia masiva de estos compuestos, poniendo en
evidencia los efectos de acumulación verificada por la exposición indiscriminada
a los mismos producida en las décadas pasadas, sobre todo en el período 1940 a
1970, en que estos productos se utilizaron y dispusieron sin ningún tipo de
restricciones ni control.
Más recientemente se efectuaron en el período 2000-2001
estudios de residuos organoclorados en leche fluida de planchada extraída
directamente de un número representativo de tambos de la zona central de la
cuenca lechera santafesina con resultados más tranquilizadores: allí, la
presencia de estos compuestos fue marcadamente menor que las registradas en la
década anterior (4).
¿También en
alimentos?
Nuestras carnes y productos cárnicos presentaron
concentraciones en grasa de Hexaclorobenceno, Lindano, alfa y beta
hexaclorohexano, Heptacloro Epóxido, Clordanos, Lindano, Dieldrin, Endrin entre
los mas importantes, con altas frecuencias de aparición y para algunos de ellos
en niveles de violación de los Límites Máximos de Residuos establecidos por los
organismos internacionales sanitarios de USA y la UE, según estudios científicos
(5, 6, 7).
Las autoridades sanitarias del país informaron durante
varios años un nivel de violaciones del orden del 1% con respecto al total de
relevamientos efectuados. La situación tuvo una franca recomposición a partir de
la década del 90, en la que comenzó a ser mucho menor la incidencia de
apariciones de todos estos compuestos, evidenciándose así las primeras
consecuencias de la legislación surgida anteriormente sobre restricciones y
prohibiciones de uso severas para la mayoría de estos productos.
Según indican expertos, el proceso de erradicación de la
presencia de estos compuestos en los alimentos está en su última etapa pero aun
no ha finalizado, pues se siguen verificando usos clandestinos de productos no
autorizados y existen aún remanentes de productos cuya disposición final no ha
concluido, con el riesgo permanente de que sigan siendo introducidos en la
cadena alimentaria.
Pesticidas: especies de anuros, en
peligro
Está comprobado que los pesticidas afectan la reproducción
de los anfibios, influyendo particularmente en la movilidad de las larvas y
dando como resultado un decrecimiento de la población. Estudios realizados en
todo el mundo coinciden en señalar que distintas poblaciones de ranas se
encuentran en francos procesos globales de declinación, debido -entre otras- a
tres grandes causas: el cambio climático global, las radiaciones ultravioletas y
el uso indiscriminado de agroquímicos, que provocan alteraciones orgánicas, de
comportamiento y consecuentemente la muerte de las especies.
'No sólo la muerte de un animal es útil para comprobar el
impacto que tiene un agroquímico, sino también cualquier alteración, así sea
comportamental', indica el Doctor Rafael Lajmanovich, autor de una serie de
trabajos en los que se estudió la incidencia de biocidas comúnmente empleados en
agricultura, sobre distintas poblaciones de anfibios anuros de las provincias de
Santa Fe y Entre Ríos.
Las consecuencias de la exposición de animales silvestre a
los agroquímicos pueden verse en malformaciones y alteraciones de las tasas
reproductivas, evidenciadas a largo plazo. En este sentido, experimentalmente,
se comprobaron:
- Alteraciones en el sistema branquial de las larvas,
debido a la exposición aguda al herbicida Paraquat. La alteración de las
branquias, primera barrera de defensa de los organismos acuáticos (allí donde
se realiza el intercambio de oxígeno con el agua), significa prácticamente la
condena a muerte de las larvas (8).
- La inducción que produce la cipermetrina, que es uno de
los insecticidas más utilizados en el país, en la apoptosis (muerte) de
células nerviosas del cerebro de larvas de anfibios (9).
- Alteraciones y deformidades en el sistema respiratorio de
estadios tempranos de las larvas de anfibios, producto de su exposición al
glifosato, el herbicida más comúnmente empleado en cultivos de soja
(10).
- Alteraciones de comportamiento (formas de natación, por
ejemplo), las cuales son negativas para la fauna silvestre. Alterar el patrón
normal de comportamiento, multiplica las formas de predación de las especies,
lo que las lleva a reducir sus poblaciones (11).
Para los estudios mencionados se utilizaron larvas de
anfibios de especies con amplia distribución en la Argentina y Sudamérica, como
Scinax nasicus (modelo experimental en la evaluación del Paraquat y del
Glifosato), comúnmente conocida coma ranita de los baños. Esta especie se
encuentra en las provincias de Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos, Jujuy,
Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán; además, en el sur de Bolivia,
centro de Brasil, Paraguay y Uruguay. Su reproducción, en las provincias del
Litoral, ocurre en cuerpos de agua temporarios desde octubre hasta abril,
dependiendo del régimen pluviométrico, y pone huevos que se encuentran sujetos,
en forma de racimos gelatinosos, a plantas acuáticas.
En tanto, para los estudios de cipermetrina se utilizaron
larvas de Physalaemus biligonigerus o ranita llorona, otra especie de amplia
distribución geográfica, desde Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, hasta
el Litoral y Buenos Aires, además de Paraguay y Brasil.
'Las investigaciones sirven para evidenciar los daños que
provocan, sobre la fauna silvestre, el mal uso de los agroquímicos y otras
consecuencias del avance de las fronteras agropecuarias, como la fragmentación
de los hábitat, que consiste en una disrupción de la continuidad del sistema que
genera un paisaje de mosaicos con distintos grados sucesionales', mencionó
Lajmanovich.
Finalmente, en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos se
comprobó la influencia de las perturbaciones de los ecosistemas sobre la
riqueza, abundancia y distribución de los anfibios anuros, particularmente el
efecto de la fragmentación y pérdida de hábitats que hace que exista una menor
riqueza de especies en sitios con un mayor grado de alteración del paisaje (12).
Además, y como una evidencia muy importante, se realizaron los primeros
registros de residuos de pesticidas para anfibios de la Argentina (13),
mencionándose la presencia, entre otros, del endosulfan, clorado que se utiliza
para el combate de la chinche verde, especie perjudicial en los cultivos de
soja.
La docena sucia
- Dioxinas y furanos: Se generan como subproductos de los
procesos industriales en los que hay cloro, carbono y oxigeno. Las fuentes
principales de dioxinas son: la incineración de residuos (en especial por la
presencia del PVC) y la industria del cloro (fabricación de PVC, disolventes y
pesticidas clorados, o la industria papelera).
- Hexaclorobenceno: se ha utilizado como fungicida en
agricultura, también es un subproducto no deseado de la fabricación de
disolventes y otras sustancias cloradas, como el cloruro de vinilo y ciertos
pesticidas, y de la incineración de residuos urbanos.
- Bifenilos Policlorados (PCB): desde 1930 se han utilizado
en todo el mundo en transformadores eléctricos y condensadores, aunque su uso
ha sido restringido, en su mayoría, a sistemas eléctricos cerrados.
- DDT: desde los años 40 se ha estado utilizando como
plaguicida en agricultura, pesticida doméstico y en campañas sanitarias en
contra de la malaria.
- Dieldrina, Aldrina y Endrina: se utilizan principalmente
como insecticidas para el control de termitas y saltamontes. La endrina se
utiliza también para el control de roedores y pájaros.
- Clordano, se ha utilizado como insecticida y en el
control de las termitas. Es muy persistente: puede permanecer en los suelos
sin degradarse durante más de 20 años.
- Heptacloro: se ha utilizado para eliminar a las termitas,
hormigas y otros insectos del suelo.
- Mírex: se utiliza como pirorretardante, incorporándose en
pinturas, plásticos, equipos eléctricos. Como insecticida se ha utilizado para
eliminar hormigas, termitas y avispas.
- Toxafeno: es el nombre comercial de un insecticida que es
una mezcla de al menos 177 componentes.
Referencias
(1) Lorenzatti, E.;
Maitre, M; Lenardón, A; Serra, J. 'Residuos de plaguicidas en leche y derivados
en Argentina' - Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química
(INTEC), Departamento de Tecnología de Alimentos, Universidad Politécnica de
Valencia (España). Contactos: lenardon@ceride.gov.ar.
(2) A.
Lenardón, M.I. Maitre, E. Lorenzatti, S. Enrique. 'Plaguicidas organoclorados en
leche materna en Santa Fe, Argentina' - Instituto de Desarrollo Tecnológico para
la Industria Química (INTEC).
(3) Muñoz de Toro M., Beldoménico H.R., García
S.R., Kass L., Stoker C., Luque E.H. Presencia de organoclorados en tejido
adiposo adyacente a mastopatías benignas o a carcinomas de mama. Anales de la
Fundación A.J. Roemmers, (2001) Vol XIV, 325:337.
(4) García S.R., De Jesús
J.J., Repetti, M.R., Beldoménico H.R. Evaluación de la calidad de leche
producida en los departamentos centrales de la cuenca lechera santafesina.
Capítulo Plaguicidas. Publicación del Consejo Provincial de Lechería de Santa
Fe. 2001
(5) García S.R., De Jesús J.J., Repetti, M.R., Beldoménico H.R.
Informe sobre residuos de compuestos organoclorados y plaguicidas en alimentos
de origen animal (CREHA-SAGPyA Argentina; USDA-Estados Unidos). 1985 -1995.
Laboratorio Central de Servicios Analíticos - FIQ - E-mail: lcsa@fiqus.unl.edu.ar.
(6)
Beldoménico H.R.,García S.R., DeJesús J.J., Basso N., Cellino A.A. Plaguicidas
organoclorados en grasas animales, Revista Facultad Ingeniería Química, Vol.
XLVII (1988) 37-47.
(7) Beldoménico H.R., García S.R., De Jesús J.J.,
Screening multiresidue determination of organochlorine pesticides in foods. Part
1: Alúmina microcolumn cleanup of fat, High Res. Chrom. & Chrom. Comm., Vol
12 (1989) 411-412.
(8) Lajmanovich, R.C.; Izaguirre M.F. and Casco, V.H.
1998. 'Paraquat tolerance and Alteration of internal gills structures of Scinax
nasica tadpoles (Anura: Hylidae)' - Archives of Enviromental Contamination and
Toxicology, 34 (4):364-369 - INALI-CONICET-UNL, EES (FBCB), Facultad de
Bioingeniería (UNER). Contactos: lajmanovich@hotmail.com.
(9)
Izaguirre, M.F; Lajmanovich, R.C.; Peltzer, P.M., Peralta Soler, A. and Casco,
V.H. 2000. 'Cypermethrin-Induced Apoptosis in the Telencephalon of Physalaemus
biligonigerus Tadpoles (Anura: Leptodactylidae)' - Bull. Environ.Contam.
Toxicol. 65: 501-507 - Facultad de Bioingeniría (UNER), INALI-CONICET-UNL, EES
(FBCB). Contactos: microsc@fi.uner.edu.ar.
(10)
Lajmanovich, R.C.; Sandoval, M.T; Peltzer, P.M. 'Induction of mortality and
malformation in Scinax nasicus Tadpoles exposed to Glyphosate formulations' -
INALI-CONICET-UNL, EES (FBCB), Facultad de Ciencias Naturales
(Corrientes).
(11) Lajmanovich, R.; Lorenzatti, E.; Maitre, Ma. I.; Enrique
S. and Peltzer P. 2003. 'Comparative acute toxicity of the commercial herbicides
glyphosate to neotropical tadpoles Scinax nasicus (Anura: Hylidae)' - Fresenious
Environmental Bulletin 12 (4): 364-367. INALI-CONICET-UNL, EES (FBCB),
INTEC-CONICET-UNL.
(12) Peltzer, P.M.; Lajmanovich R.C. and Beltzer A.H.
2003. 'The effects of habitat fragmentation on amphibian species richness in the
floodplain of the middle Parana River' - Herpetological Journal 13: 00-00.
INALI-CONICET-UNL, EES (FBCB). Contactos: paolapeltzer@hotmail.com.
(13)
Lajmanovich, R.; Lorenzatti, E.; De la Sierra, P.; Marino, F. & Peltzer, P.
2002. 'First Registrations of Organochlorines Pesticides Residues in Amphibians
of the Mesopotamic Region, Argentina'. Froglog 54: 4. INALI-CONICET-UNL, EES
(FBCB), INTEC-CONICET-UNL.
Fuente: www.argenpress.info
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