Implicancias ambientales de la explotación
del recurso petróleo en áreas agrícolas bajo riego
Ciminari, Mabel
Jurio, Elsie
Kreiter,Analía
Torrens,Celia
Capua,Olga
Departamento de Geografía.
Universidad Nac.del Comahue
Neuquén. Argentina
Resumen
El presente trabajo analiza las implicancias
ambientales que la explotación del recurso petróleo genera en áreas agrícolas
bajo riego. El área de estudio se localiza en los valles inferiores de los ríos
Limay y Neuquén, - provincia del Neuquén -, donde la superposición espacial de
estas actividades genera riesgos ambientales permanentes para las economías
agrícolas, así como para todo tipo de asentamiento humano.
Introducción
La industria petrolera es la principal actividad
productiva que genera regalías y trabajo, pero también ocasiona diversos
problemas ambientales que pueden ser altamente perjudiciales y de compleja
recuperación. Este tema es analizado en el marco del proyecto de investigación
"Asentamientos y conflictos ambientales en los valles inferiores de los ríos
Limay y Neuquén", en el Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades
de la Universidad Nacional del Comahue.
El área de estudio corresponde a un oasis de riego
inserto en los valles inferiores de los ríos Neuquén y Limay. - Figura 1 -. Se
trata de la zona más poblada de la provincia del Neuquén donde se asientan las
localidades de Senillosa, Plottier, Centenario y Neuquén, las que registraron en
las últimas décadas, un crecimiento demográfico acelerado.
Figura 1: Imagen Landsat TM Año
1993
Dicho crecimiento en los últimos años, ha sido superior
a las medias nacionales. Particularmente la ciudad de Neuquén, a partir de los
años1970, crece a un ritmo inusual en el país y superior al resto de las
poblaciones valletanas.
Aunque la tasa de crecimiento medio anual ya es
importante desde 1947, es a fines de los años ¢ 50 y a
partir de los ¢ 60 cuando el crecimiento demográfico se
incrementa notablemente. Cuadro 1
Cuadro 1: Población por localidad. Años 1970, 1980 y
1991
Años
Ciudades |
1970 |
1980 |
1991 |
Neuquén |
43.070 |
90.037 |
167.078 |
Plottier |
2.587 |
7.951 |
16.768 |
Centenario |
4.291 |
10.496 |
21.418 |
Senillosa |
643 |
2.022 |
4.587 |
Fuente: INDEC. Censo Nac. de Población y Vivienda. Años 1970, 1980 y
1991.
El desarrollo del valle comienza en 1911 con la
construcción del dique Contralmirante Cordero - hoy Ingeniero Ballester - sobre
el río Neuquén. La posterior implementación de las obras de riego por parte de
la Compañía Ferrocarriles del Sud, finalizadas en el año1928, completa la puesta
en marcha del sistema integral de riego del Alto Valle del río Negro y el
proceso de subdivisión de la tierra. Los espacios aptos para las actividades
agrícolas fueron valorizados a partir de los períodos de postguerra sufridos por
Europa, por lo que esta Compañía y su subsidiaria, la Compañía Tierras del Sud,
de capitales británicos, vislumbraron el potencial económico de la
zona.
Hacia los años '30 se produce el cambio productivo de
la alfalfa y vid como dominantes, para convertirse al cultivo de frutales. Se
inicia a partir de ese momento, la exportación de frutas frescas a los mercados
internacionales. (Bandieri, S. 1993).
Hasta la década del ¢ 60, la
actividad frutícola fue la más importante en el sector neuquino. A partir de
esta fecha, se producen cambios en la estructura económica regional, como
consecuencia del impulso dado por el gobierno nacional a la utilización de las
fuentes de energía - sobre todo los hidrocarburos líquidos -, y a la
construcción de grandes represas hidroeléctricas. Es así que la provincia del
Neuquén recibió del Estado central, importantes aportes financieros en concepto
de regalías, que se distribuyó en obras de infraestructura social básica,
comunicaciones y en menor medida en algunas actividades productivas. Esto
provocó un gran dinamismo, generando expectativas y posibilidades de trabajo,
atrayendo población de otras provincias y del mismo interior neuquino hacia la
capital.
Las consecuencias derivadas de los cambios económicos y
de la dinámica demográfica se traducen en nuevas formas en el uso del suelo,
como es el avance de áreas urbanas sobre las agrícolas, lo que ocasiona la
retracción de las tierras de cultivo; la incorporación de actividades
agroindustriales, administrativas y de servicios, a las que se suman también
aquellas vinculadas a la explotación de petróleo y de gas.
La región es un importante proveedor de petróleo y de
gas, actividad que en muchos casos entra en conflicto por el uso y manejo que se
hace de los recursos naturales a partir del tendido de oleoductos, gasoductos,
lagunas de aguas de purga, plantas de bombeo y otras obras de infraestructura
conexas. Esto implica riesgos ambientales permanentes y significativos para las
economías agrícolas, así como para todo tipo de asentamiento humano en general.
La superposición espacial de actividades económicas tan
disímiles genera una serie de conflictos que son importantes de estudiar. Por lo
tanto el presente trabajo tiene como propósito analizar las implicancias
ambientales que la explotación del recurso petróleo genera en las áreas
agrícolas bajo riego, como así también, el marco normativo que regula la
actividad petrolera.
Marco legal
En el año 1918 se descubre la existencia de petróleo en
la Provincia al perforar el histórico pozo Nº 1 en Plaza Huincul. A partir de
allí comienzan las tareas de exploración y explotación petrolera que permitirán
ir conociendo la magnitud de las reservas hidrocarburíferas, al tiempo que se va
gestando la transformación socioeconómica y territorial de la provincia (Saint
Lary,B. 1995). La concentración de inversiones fue cada vez más gravitante,
generando principalmente en el departamento Confluencia, cambios en el uso del
suelo, crecimiento de los centros urbanos del área y efectos en el medio
ambiente.
El autoabastecimiento energético fue declarado una
urgente necesidad nacional (Ley 14.773 de 1958) a partir de la expansión
industrial que se impulsó en el país a mediados de la década del cincuenta
generando el desarrollo de las industrias básicas y de la producción petrolera.
A efectos de incrementar la producción de hidrocarburos líquidos y gaseosos se
implementó una política donde el Estado desempeñaba un rol fundamental,
declarándose de dominio nacional a los yacimientos. La empresa estatal YPF
(Yacimientos Petrolíferos Fiscales) creada en 1922, era la encargada de explotar
y comercializar los hidrocarburos estableciendo su monopolio en el mercado.
La Ley de Hidrocarburos 14.773/58 "limitó el derecho de
propiedad de las provincias sobre los recursos del subsuelo - en contraposición
con lo establecido por la Constitución Nacional - dando el control y manejo de
los mismos al Estado Nacional. Este fue el origen de la primera contradicción
entre el Estado provincial y el Estado nacional, que se expresó en la permanente
y principal reivindicación de los gobiernos provinciales: el reclamo sobre la
propiedad de los recursos y el consiguiente derecho al poder de decisión sobre
su explotación". (Saint Lary,B., 1995). Las sucesivas modificaciones a la Ley de
Hidrocarburos operadas después de 1958 (Ley 17.319/67, Ley 21.776/78
complementaria de la anterior) mantienen vigente la contradicción y reafirman la
participación cada vez mayor de los agentes privados en la actividad
petrolera.
Hasta fines de los años ochenta la actividad
hidrocarburífera se desarrolló bajo un sistema con fuerte predominio estatal, en
el que YPF producía aproximadamente el 80 % del crudo extraído y las empresas
privadas el porcentaje restante. Pero a partir de 1991 se originan cambios, en
la política económica implementada por el gobierno nacional con la Ley de
Reforma del Estado y la desregulación de esta actividad. "Se produce así la
privatización de YPF como Sociedad Anónima, y con ello la modificación de la
política de precios, el destino de la producción y el derecho a la libre
disponibilidad del crudo" (Prov. del Neuquén, 1997)
Con la privatización de esta actividad, se genera un
incremento en la producción del petróleo y en la localización de nuevos
yacimientos gasíferos, principalmente en el sector oriental de la provincia del
Neuquén.
En cuanto a la injerencia del Municipio en la
explotación del recurso petróleo, éste puede regular o reglamentar la actividad
petrolera sin contradecirse con las leyes nacionales, orientándose
fundamentalmente al cuidado del ambiente. Sin embargo en muchos casos "las
municipalidades aparecen como las grandes ausentes, cuando su obligación debe
ser el asegurar un ambiente sano y equilibrado, (...), haciendo un uso racional
de los recursos naturales y preservando el patrimonio natural. Debe preservar,
mejorar y defender al ambiente, desarrollando instrumentos de control e
implementando un registro permanente y público de los resultados de sus estudios
y evaluaciones del medio ambiente". (Ordenanza Nº 7609/96, Concejo Deliberante
Neuquén).
El artículo 20 de la citada Ordenanza faculta a la
municipalidad a decretar el cese inmediato, transitorio o permanente de toda
actividad hidrocarburífera que pueda provocar contaminación, ya sea en la
exploración, explotación del petróleo o en la comercialización del producto en
sus últimas etapas. En los municipios donde existe la preocupación por el
cuidado y preservación del ambiente, las normativas suelen superar la capacidad
de los mismos en lo que respecta a recursos económicos, técnicos y humanos que
son necesarios para el control de la actividad.
En el caso de la explotación hidrocarburífera en
tierras agrícolas, al ser el Estado propietario del subsuelo, es quien otorga y
deniega permisos, cobra regalías, impone restricciones y regulaciones. De esta
manera el propietario o productor rural no puede oponerse al ingreso en su
propiedad.
Este problema es considerado en el Decreto 861/96 el
cual reglamenta "Las empresas que dentro del régimen de las leyes 17.319 y
21.778 desarrollan actividades de exploración, explotación y transporte de
hidrocarburos en zonas de tierras de secano (tierras que no cuentan con un
sistema de riego) y en tierras bajo riego. El Art. 4º señala que la ocupación
parcial o total de una propiedad en las tierras bajo riego, por las petroleras
para cualquier tipo de actividad que realicen, (...), "generará una
indemnización que se liquidará en proporción a la superficie ocupada o plantas
afectadas, ya sea por su deterioro o erradicación impidiendo o dificultando al
superficiario el desarrollo de las labores del cultivo pertinente".
El Art. 44 de este Decreto, señala que "La unidad de
superficie en tierras bajo riego para las indemnizaciones que se establecen en
la presente norma será de una hectárea (1 ha)". En líneas generales, los
restantes artículos - 44 al 61 inclusive -, hacen referencia a que se pagará en
concepto de gastos de control y vigilancia, de lucro cesante y daños emergentes
inherentes a las actividades. "Cesada la actividad, la petrolera deberá devolver
las tierras previa limpieza de la superficie, libre de instalaciones y
sistematizada, en condiciones el supeficiario de iniciar las labores de cultivo,
caso contrario se deberá abonar el lucro cesante correspondiente a un año más.
Si el predio presenta cultivos permanentes, los valores se pagarán de acuerdo a
la edad que tuviera la plantación al momento del ingreso de la petrolera a la
propiedad, mientras dure la ocupación y aun cuando la misma sea menor a un año.
Finalizada la actividad se abonará una indemnización por planta destruida o
afectada, según la especie y edad, y se deberá devolver la tierra en las mismas
condiciones señaladas anteriormente."
La explotación hidrocarburífera y los posibles efectos
ambientales
Las principales causas de impacto ambiental están
asociadas al desarrollo de la actividad hidrocarburífera en sus distintas fases
de exploración, explotación, transporte y distribución de petróleo.
En estas etapas las principales implicancias
ambientales son:
- Impacto ambiental asociado al petróleo crudo: Los derrames
ocasionados por roturas de oleoductos, pérdidas en boca de pozos, rebalses de
tanques, etc., producen contaminación del suelo, del agua y deterioro de la
vegetación.
- Impacto ambiental asociado a los residuos de perforación:
Generalmente los mayores inconvenientes ambientales se generan durante la
ejecución del pozo, ya que se puede producir la comunicación de formaciones de
petróleo y agua salitrosas con agua dulce subterránea, o bien con el manejo
inadecuado de los residuos denominados "lodos de perforación". Estos en
ocasiones suelen ser volcados en piletas localizadas cerca de los pozos, con
lo cual un mal manejo puede originar contaminación de los suelos con la
consiguiente degradación y pérdida de tierras productivas.
- Impacto ambiental asociado al volcado de las aguas de
producción: La extracción de petróleo representa un problema ambiental. El
petróleo llega a la superficie con agua impulsado por presión. El agua que
surge del pozo, llamado de "formación" o de "purga", constituye un residuo con
alto contenido salino. Ambos fluídos son separados en las baterías o plantas
de tratamientos. Mientras el crudo ingresa a los oleoductos, las aguas con
sales disueltas y con partes de hidrocarburos, pueden seguir varios caminos:
(Revista "Cuencas Argentinas" 1997)
- ser reinyectadas al nivel productivo para la recuperación
secundaria,
- ser reinyectadas a otro nivel del subsuelo,
- ser dispuestas en piletas naturales o revestidas,
- volcarse directamente al suelo o
- vertirse a cursos de agua.
De todas estas posibles acciones a seguir, la primera
de ellas constituye la mejor opción desde el punto de vista
ambiental.
- Impacto ambiental asociado a los venteos de gases: A partir
del año 1992, la actividad petrolera en la provincia fue acompañada de un
aumento importante de los valores de los gases de aventamiento. A partir de
las últimas leyes sancionadas, se intenta reducir paulatinamente la emisión de
gases a la atmósfera hasta su eliminación total, en el año 2000. Esto
redundará en beneficio del ecosistema natural, no sólo a nivel regional, sino
también global y permitirá una explotación más racional de este recurso no
renovable.
- Impacto ambiental asociado a las tareas de prospección sísmica:
Para la ejecución de estas tareas se recurre a la apertura de las
denominadas "picadas" sísmicas mediante la utilización de maquinaria vial
pesada. Esta actividad provoca el deterioro del ecosistema natural ya que se
elimina la vegetación existente y los suelos quedan expuestos al accionar de
los procesos erosivos.
- Impacto ambiental asociado a otros movimientos de suelos:
Se consideran aquellos provenientes de actividades que se realizan durante la
explotación de los yacimientos, tales como apertura de las locaciones de pozos
y de piletas, construcción de caminos, oleoductos, gasoductos, baterías de
petróleo, plantas de reinyección, etc., las cuales producen importantes
volúmenes de movimientos de suelos. Estos alteran el perfil edáfico y dañan la
cobertura vegetal.
Incidencia de la actividad petrolera en un ámbito donde la
fruticultura domina el paisaje
En el área de estudio existen tres zonas de explotación
de petróleo denominadas Area Río Neuquén, Area Centenario y Area Agua del Cajón,
las que comenzaron a explotarse aproximadamente hace unos veinte años. La
Empresa YPF era, en ese entonces, la que realizaba los estudios, exploración y
explotación del recurso bajo el régimen estatal.
"Cabe destacar que Neuquén ha sido y es una Provincia
esencialmente energética y el desarrollo y continuidad de la industria
petrolera, constituye uno de los principales ingresos económicos, percibido
directamente por el ingreso de las regalías e ingresos brutos" (Cuencas
Argentinas, 1998). Esto señala la fuerte dependencia que existe de la renta
energética para el funcionamiento del Estado provincial.
Sin embargo, en el área de estudio, la fruticultura es
la principal actividad económica y la que ocupa mayor superficie, cuyo
desarrollo depende del aprovechamiento de los recursos suelo y agua, recursos de
alto valor por estar insertos en una zona árida. Esta actividad se expandió a lo
largo del Valle y tiene su continuidad en el tiempo debido a la preservación de
estos recursos renovables.
A partir de la propiedad del recurso suelo y del
subsuelo, surgen conflictos en la zona por la competencia entre la actividad
petrolera y la frutihortícola. (Foto 1). Dadas las características que presentan
dichas actividades no se pueden desarrollar simultáneamente en condiciones
óptimas, ya que la rentable actividad petrolera genera importantes problemas
ambientales incompatibles con la producción agrícola.
Los conflictos derivados de la superposición espacial
de estas actividades han sido analizados a partir de entrevistas realizadas a
los productores afectados y a organismos provinciales y municipales relacionados
con la temática. De las mismas surgen los siguientes resultados:
- Referente a la contaminación de los recursos suelo y
agua: Los derrames, filtraciones, infiltración, pinchaduras de
oleoductos, contaminación de canales de riego y desagües entre otros, han
provocado la contaminación de la napa freática. Esto ocasiona serios riesgos a
los pobladores rurales dado que se abastecen de agua a través de pozos a una
profundidad aproximada de 6 m. Igualmente el problema de la contaminación se
extiende a un área mayor por la circulación del agua subterránea. A modo de
ejemplo se puede mencionar que en el Barrio Valentina Norte de la ciudad de
Neuquén, a partir de denuncias efectuadas por algunos productores, el municipio
está obligado a abastecerlos de agua potable hasta que se finalicen los análisis
de calidad de agua y suelo requeridos por la Justicia.
Foto 1.
Otro problema manifestado por los chacareros se refiere
a la disminución de los rendimientos de la producción en aquellas áreas aledañas
a los pozos de explotación. Si bien no hay estudios de suelos, se puede inferir
que existe algún tipo de afectación en la calidad de los mismos.
Las tierras de relleno de las piletas de lodo de
perforación no han dado buenos rendimientos para la producción, debiendo los
propietarios realizar una serie de ensayos con distintos cultivos sin lograr
hasta el momento buenos resultados.
Se han observado derrames en canales de riego y
desagües por roturas de cañerías en mal estado de conservación. Esta situación
es sumamente grave dado que afecta la calidad del agua de riego, recurso
indispensable para el desarrollo de la actividad agrícola .
- Referente a la compensación económica al
productor: Normativamente está contemplado que el productor debe recibir
pagos en concepto de servidumbre y daños causados por la actividad petrolera.
Durante el tiempo en que la explotación estaba a cargo
del Estado, los productores no recibieron ningún tipo de pago a cambio de la
tierra afectada o del daño producido. Asimismo el propietario de la chacra no
tenía derecho a negar el permiso a la explotación, puesto que la empresa estaba
facultada a iniciarle juicio o expropiarle la superficie destinada a esta
actividad.
A partir de las entrevistas realizadas se pudo detectar
que, en la actualidad, el productor recibe el pago por parte de las empresas
petroleras privadas cuyo monto, en muchos de los casos, es fijado a través de un
acuerdo entre la empresa y cada productor.
Teniendo en cuenta el artículo 44 Del decreto 861/96 el
productor debe recibir el equivalente al valor de la producción de 1 hectárea de
frutales en óptimas condiciones, esta actividad se podría presentar como una
alternativa para el pequeño productor ya que elimina los riesgos que la
producción frutícola presenta ante la ocurrencia de heladas, granizos,
fluctuaciones del precio de la fruta en el mercado, etc. Esta opción aparece
como más atractiva para aquellos productores con menos de 5 hectáreas, como así
también para aquellos que, teniendo otra actividad económica, poseen una chacra
sin fines productivos.
Sin embargo es de destacar que los productores que
tradicionalmente se han dedicado a la fruticultura se oponen firmemente al
desarrollo de la actividad hidrocarburífera en zonas de cultivos. Entre las
razones que se manifiestan cabe mencionar el deterioro y contaminación de los
recursos suelo y agua. Recursos que son de uso sostenido a través del tiempo
para la actividad frutícola y muy difíciles de recuperar por su alto costo una
vez contaminados.
- Referente a la contaminación atmosférica:
Otros problemas ambientales asociados a esta actividad y denunciados por los
afectados han sido los siguientes: ruidos molestos producto de las radios y
maquinarias pesadas las cuales están en funcionamiento día y noche durante la
etapa de perforación, polvo en suspensión, contaminación por venteo de
gas.
- Referente a otros deterioros ambientales: Durante la
etapa de prospección sísmica, no se abren picadas como en las áreas de secano,
sino que se utilizan los caminos rurales existentes lo que ocasiona el deterioro
de los mismos y muchas veces la rotura de puentes por el uso de maquinarias
pesadas.
Como ya se explicitara anteriormente el suelo afectado
por la explotación se debe recuperar y devolver en óptimas condiciones al
chacarero. Sin embargo esto no se condice con la realidad ya que la reposición
de este suelo no presenta la aptitud del original.
El impacto mas notorio ocurrido en el área de estudio
esta dado por los derrames producidos por el descontrol de pozos afectando las
alamedas, plantaciones y en consecuencia la producción.
Conclusión
El estado neuquino posee las herramientas legales y
normativas necesarias para una regulación ambiental de las actividades
hidrocarburíferas en un todo de acuerdo a las facultades respaldadas por la
Constitución Nacional. El Poder Ejecutivo por su parte, sostiene en su discurso
la intensión de sancionar con dureza cada uno de los incidentes de contaminación
detectados. En la práctica, sin embargo, se tiende a una negociación con las
empresas, a través de inversiones que no siempre revierten el daño ambiental
producido.
Si bien, "la actividad hidrocarburífera ha
provocado, por un lado, un impacto positivo, desarrollando diversas actividades
económicas, generando oportunidades de empleo, financiando con el pago de las
regalías la promoción de otras actividades productivas y de infraestructura
social" (PNUD, 1997), no hay que dejar de considerar el riesgo ambiental que
supone la práctica de esta actividad.
La contaminación de los recursos naturales, el
deterioro del sistema natural, la alteración del ecosistema son efectos
negativos de un costo ambiental difícil de cuantificar pero mas aún de
recuperar. Hasta tanto no se tomen los recaudos necesarios para minimizar el
riesgo , será difícil la convivencia de la actividad frutícola con la actividad
hidrocarburífera
Bibliografía:
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Plus Ultra. Bs.As.
- de Jong, G et al. 1994. El minifundio en el Alto
Valle del Río Negro. Universidad Nacional del Comahue. Neuquén.
- Iribarren, F. 1997. "Evaluación de Impacto Ambiental.
Su enfoque jurídico". Ediciones Universo. Buenos Aires.
- Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
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- Provincia del Neuquén, 1997. Diagnóstico Provincial
Expeditivo para la Gestión ambiental del Desarrollo Sustentable (DGMADS).
Neuquén.
- Revista "Cuencas Argentinas"– Nº 1 y 2. 1997 y 1998.
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- Saint Lary, B. ,1995 "Desierto, petróleo,
ciudades..." en Colantuono .R. M. (coordinadora) "Neuquén. Una Geografía
Abierta". Grupo Hache. Bs.As.
- Valdez, A. 1996. "Hidrocarburos: recurso no
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