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Asunto: | NoticiasdelCeHu 388/04 - ¿ Qué es el MOCASE ? ( Santiago del Est ero ) | Fecha: | Jueves, 25 de Marzo, 2004 00:21:23 (-0300) | Autor: | Humboldt <humboldt @............ar>
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NCeHu
388/04
Nota relacionada:
387
Argentina/Noroeste
El Movimineto Campesino de Santiago del
Estero by Juan Manuel Wednesday March 17, 2004 at
07:53 PM
Estimados amigos, copia aquí parte de una nota, realizada y publicada en
Dic. de 2003 a un miembro del MoCaSe, por la Agencia LaVaca: www.lavaca.org
Reinaldo Ledesma, del MOCASE
"Hay zonas del país en las que el 83 no llegó" El
Movimiento Campesino de Santiago del Estero
reúne a unas 9.000 familias que enfrentan acaso lo peor de un mundo político y
empresario sumergido en toda clase de crímenes, mientras expulsa a comunidades
enteras de los campos a fuerza de topadoras y grupos parapoliciales. El MOCASE,
por su lado, se organiza hablando de autoestima, amor y esperanza. Y también de
autonomía, lucha y poder. Desde Kirchner hasta la historia de un tejido,
Reinaldo Ledesma habla de las ideas y la vida cotidiana de un movimiento
decidido a perder el miedo.
Si hubiera sido actor, Reinaldo Ledesma
no habría necesitado maquillaje alguno para interpretar el papel de Don Quijote.
Flaco y de barba, es secretario de Medio Ambiente y Derechos Humanos del
Movimiento Campesino de Santiago del Estero, MOCASE, agrupación dedicada a
diversas quijotadas, entendidas como la convicción de enfrentar riesgos un tanto
desmesurados, pese a la desigualdad de fuerzas.
Ledesma estuvo en Buenos
Aires, y citó a lavaca para conversar en un coqueto bar de la estación de
Retiro, que motivó su asombro y cierta molestia: "No sabía que este lugar era
así, me dijeron que podía ser un punto de encuentro. Nuestra gente no tiene
acceso a estas cosas. Pensé que ni me iban a dejar entrar".
Con el
paisaje de la Torre de los Ingleses presidiendo el manicomio de Retiro, en esa
especie de frontera ruidosa que suelen ser las estaciones ferroviarias, en un
café con aires terratenientes, mucha madera lustrosa y chicas a las que
disfrazan de mozas dentífricas, Ledesma logró abstraerse para conversar con una
calma profunda sobre la construcción de otro estilo de vida.
Se sabe que
en Santiago del Estero una serie de crímenes descubrieron de qué modo ha operado
la violencia, haciendo desaparecer y matando personas. Un hombre fuerte del
caudillo Carlos Juárez, Carlos Musa Azar, tiene causas por la desaparición de
personas desde tiempos de la dictadura, pero además ha sido acusado de múltiples
homicidios y desapariciones recientes y de manejar una asociación ilícita
versátil y oficialista, que incluye desde el secuestro hasta el narcotráfico,
monitoreando a los grupos parapoliciales de la provincia. Hasta el zoológico
privado, o "reserva ecológica" de dicho comisario podría ser el cementerio de un
ex campo de concentración.
-¿Cómo está la situación en Santiago del
Estero?
-Lo que reflejan los medios es parte de la realidad. Hay muchas
personas que ahora salen a la luz, mecanismos que salen a la luz. Durante
décadas han cumplido una función muy específica: lograr que todo se mantenga
quieto.
Cuando se tocó a algunas personas claves, ayudó a que otros
sectores comiencen a movilizarse más. Esto está afectando fuertemente al sector
político. Pero este resquebrajamiento de la hegemonía política no tiene que ser
visto como un desplome del mismo centro del poder, porque actores más vinculados
al poder económico, seguían sin verse tocados por este tema. Pero ahora también,
con eso de "si yo caigo, caen conmigo", el poder puede verse más afectado aún,
incluso el económico.
Como movimiento a esa realidad no sólo la hemos
sufrido con otros sectores durante décadas, sino que también nos hemos opuesto y
luchado para que esto pueda revertirse.
-¿Tuvieron algún efecto las
visitas de la Secretaría de Derechos Humanos o de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos?
-Fueron positivas porque sirvieron como un instrumento
para poner a la luz lo que pasaba. La Secretaría (viajaron Eduardo Luis Duhalde
y Pablo Lanusse) recopiló lo que se venía denunciando. Nosotros lo pedíamos: más
allá de que me reciban la denuncia, vení y mirá. No te quedes sólo con que
decimos que hay grupos paramilitares. Vení, que te los mostramos. Ahí están,
esos son.
-Hay quien imaginaba que "grupos paramilitares" era un
concepto del pasado.
-No, no, siguen estando. Además son paramilitares
fotogénicos, se dejan fotografiar. Era tal el nivel de impunidad que decían
"vení y fotografiame, que no te va a servir de nada". Esas fotos circularon por
todo el país. Bandas con uniformes camuflados, con armas de guerra y perros
dogos, contratados por grupos de poder económico que usurpan tierras de
campesinos y queman los bosques.
-¿Queman, o talan?
-Eso es de
otros tiempos, talaban los bosques para aprovechar la madera. Pero ahora es tal
la fiebre de la soja que ya ni siquiera les importa la madera. Incendian el
bosque para tener más tierra para sembrar más soja.
-¿Son grupos de
capital argentino o extranjero?
-No sé si son contratistas o
subcontratistas de las grandes multinacionales vinculadas a la agricultura, la
elaboración de transgénicos y demás.
-Y desplazan a los campesinos con
grupos paramilitares.
-Hay toda una estrategia de intervención, donde
van graduando el miedo. Primero llegan con un rostro paternalista. Cuando no
consiguen por esa vía desplazar a los campesinos de sus tierras, asumen
actitudes pseudo negociadoras. Cuando esa vía tampoco funciona, comienzan a
recurrir a prácticas de mayor imposición de miedo. Y cuando ven que no queda
otra, recurren a la más explícita: traer grupos armados.
-En plan
paternalista y negociador, ¿qué ofrecen?
-El progreso de la provincia.
-¿Y a los campesinos?
-Que van a tener trabajo. El gobierno de
Santiago, cuando desde fines del 2002 empezó a ser sistemática la penetración de
estos usurpadores, anunció que la provincia estaba pasando por el mejor momento
de su historia económica, porque grandes inversores invertirían para reactivar
la actividad agroindustrial, y que esto iba a generar ingresos tanto para el
sector público, como generación de empleo y un gran movimiento para toda la
economía de la provincia. Ese es el discurso con el cual se legitima el accionar
de estos grupos. Cuando hace crisis este discurso legitimador, por la
resistencia que ofrecen los compañeros para no ser desalojados de sus tierras,
muestran su verdadero rostro. Acá no hay un buen empresario que viene a generar
fuentes de trabajo, sino un usurpador dispuesto incluso a usar armas para
apropiarse de lo que no le pertenece.
-Deja de haber discursos.
-Exacto. Se tienen que ir. ¿A dónde? No es problema del empresario. El
empresario quiere plantar soja, a cualquier precio.
-Empalma con el
llamado "milagro" de la exportación de soja.
-Claro, como fue a
principios del siglo pasado la explotación forestal. Son objetivos económicos
que responden a la racionalidad capitalista: maximizar el beneficio. No a menor
costo, sino a cualquier costo.Hoy es la soja. Con el agravante de esta
manipulación que se viene dando a través de la ingeniería genética con el
surgimiento de los transgénicos, la destrucción del ecosistema y el
medioambiente. En nuestra provincia se profundiza más porque esa destrucción
empezó allá a finales de 1800 en el gigantesco proceso de deforestación que
destruyó al ecosistema de la provincia, y que es una de las causas del
progresivo empobrecimiento de la provincia. El desequilibrio es cada vez mayor.
-Ustedes están planteando entonces no sólo una reivindicación sobre los
derechos campesinos, sino un debate productivo sobre qué es lo que conviene
hacer allí.
-La acción del movimiento no termina en la pura denuncia.
Parte de la sabiduría acumulada por la comunidad campesina, que durante siglos
ha sido custodia del medio ambiente, el bosque y el monte, y ha organizado
actividades productivas sin romper ese equilibrio. Queremos recuperar esa mirada
y ese saber distinto, y desde allí plantearnos crecer todos. Esta propuesta no
es sólo para el campesino sino para que nos beneficiemos todos. El que está en
el campo y el que está en Buenos Aires, aunque a veces no lo entienda. Apuntamos
a darle sustentabilidad a un modo de crecer como pueblo.
-¿Qué es lo que
no se entiende en los centros urbanos?
-Cuando denunciamos la
destrucción del bosque y decíamos que no se estaba perjudicando solamente a
Santiago sino que iba a haber efectos, lo que estábamos preanunciando era, entre
otras cosas, las inundaciones de Santa Fe. El desastre económico, ecológico y
sobre todo humano que fueron esas inundaciones, que aún hoy estamos viviendo,
tiene como una de sus causas esa destrucción del bosque que veníamos
denunciando. Cuando como organizaciones campesinas trabajamos en pro de la
soberanía alimentaria, eso no es sólo para que coman sano los hijos de
campesinos sino que nos demos cuenta que a los sectores más pobres de la
sociedad se los está envenenando metódicamente. Desde la soja solidaria, por
ejemplo. Y un pueblo que pierde su soberanía en la producción y distribución de
sus alimentos, pierde en general la soberanía.
-Envenenamiento, ¿en qué
consiste?
-Estamos consumiendo transgénicos, no sólo desde la soja sino
también a través de otros productos. El transgénico se transmite de un organismo
a otro inclusive por la vía del consumo. Esto puede tener graves consecuencias
incluso sobre las generaciones futuras, porque incide sobre la cadena de ADN. Lo
perverso es que quienes están operando en este sentido, son plenamente
conscientes de que la tercera generación de los sectores más pobres nace con un
coeficiente intelectual menor. Es un proceso de pérdida de humanización. La
persona nace enferma, con una esperanza de vida menor. Si a esto le sumamos el
sistema sanitario, y todo lo demás, nos damos cuenta de que hay montado un plan
casi metódico para destruir a este sector social.
-El extremismo de la
desigualdad: económica, y también física.
-Es casi un plan pensado con
mentalidad nazi. No los estamos eliminando en una cámara de gas, pero los
estamos eliminando. ¿Y quiénes van a sobrevivir a esto? Los que estén
genéticamente en mejores condiciones. ¿Quiénes son? Los que están posicionados
socialmente de tal forma que acceden a alimentos sanos, a un sistema sanitario
hecho para ellos. Eso es lo perverso del plan. Lo genocida.
-Frente a
todo ese panorama ¿cómo se ha gestado y crecido el MOCASE?
-Nace a
partir de la lucha por la defensa del derecho de la tierra. Pero eso implica
solamente la reivindicación de un derecho jurídico sobre una parcela o sobre un
territorio. Detrás de la lucha por la tierra está la reivindicación de otros
derechos directamente ligados a la tierra para la vida campesina. Cuando nos
quitan la tierra nos están quitando el derecho a una forma de vida, de
identidad, de cultura. Nos están condenando a un exilio dentro de nuestro propio
país, y a la miseria. A perder el derecho a la salud, a la educación. Nos
condenan a que nos desapropiemos de lo que por derecho nos corresponde que es
eso que llamamos el Estado.
-¿Cómo nació la idea de crear el MOCASE?
-Hay una génesis que se remonta a muchas décadas atrás. Hay una herencia
organizativa y de lucha de los sectores campesinos y del obrero rural también,
en algún momento de la historia del campesinado, que tiene un corte como
tuvieron todas las organizaciones populares de este país a partir del 76, y que
se recupera a inicios de la década del 80 donde empieza a reconstruirse
tímidamente todo este tejido social. En el caso de los sectores campesinos se
empiezan a reconstituir las comunidades campesinas, y esas comunidades comienzan
a vincularse solidariamente entre ellas. A medida que nos vamos dando cuenta de
los beneficios de la solidaridad, se va plasmando esta idea de darle una forma
más orgánica. Al inicio surge de pocas centrales campesinas. Son como
organizaciones de segundo grado que reúnen a varias comunidades, que son
organizaciones de base. Hoy está prácticamente toda la provincia integrada al
movimiento campesino.
Fuente : Indymedia
Argebtina.
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