LONDRINA, Brasil.- La maquinaria de producción sojera de
este país está en condiciones de adicionar a los 18 millones de hectáreas
existentes en la actualidad otros 50 millones en forma casi inmediata. En
el mejor de los casos, la Argentina cuenta con 5 millones potenciales.
¿Cuál sería el impacto de esta potencialidad de la soja
del Brasil sobre los intereses argentinos? Las posibilidades de expansión
de la soja en el Brasil son inéditas en todo el globo. Esta situación
empieza a ser una realidad palpable, y se podría generalizar en un lapso
de 3 a 5 años. Lo primero que conviene saber es que la posibilidad de una
eventual y gigantesca producción sojera brasileña seguramente afectará el
precio en los mercados. Obviamente, el mayor o menor efecto dependerá de
innumerables factores; entre ellos, la voluntad asiática (especialmente de
los chinos) de transformar decididamente las proteínas vegetales de la
soja en similares vacunas, de pollo, de cerdo o de pescado. Las
autoridades de la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa),
el equivalente al INTA argentino, estiman que, si se dan las condiciones
óptimas, habría en poco tiempo 150 millones de toneladas adicionales a las
casi 60 millones de toneladas actuales: casi el equivalente a 4 veces la
actual producción de soja de nuestro país.
"Esta gigantesca transformación se asienta sobre la base
productiva de Los Cerrados , una monumental sabana ubicada en el
centro-oeste del Brasil, especialmente en el estado de Mato Grosso, de
tierras con matorrales fácilmente extraíbles, con fertilidad pobre, pero
que, con un manejo agronómico adecuado, ya está brindando un promedio de
rendimientos de soja en varios años que supera las 3 toneladas por
hectárea, con lluvias regulares de más de 1000 milímetros en el verano",
comentó Amelio Dalla Agual, investigador y extensionista de la entidad,
ante 100 ingenieros agrónomos y algunos pocos productores argentinos que
viajaron en una delegación organizada por la empresa Syngenta.
En esta región vive el gobernador del estado de Mato
Grosso, Blairo Maggi, quien, según se comenta, es el mayor productor
sojero del mundo, con 150.000 hectáreas en producción.
Lo cierto es que, con 91 millones de toneladas de soja,
el Mercosur está produciendo más que el mismísimo Estados Unidos, que
alcanzaría en la próxima campaña 75 millones de toneladas de la
oleaginosa.
Lo segundo que conviene atender es que la colonización en
Los Cerrados se está gestando fundamentalmente sobre variedades no
transgénicas, lo cual tiene un costo de producción más alto que en el caso
de los materiales que contienen el gen RG (resistente al glifosato).
Cuando se introduzcan legalmente las variedades
genéticamente mejoradas, el incentivo por producir soja puede alcanzar la
cúspide de la velocidad. Todo hace pensar que, más tarde o más temprano,
la soja RG se generalizará a lo largo y a lo ancho del Brasil.
En el estado de Rio Grande do Sul, los técnicos de
Embrapa estiman que ya hay un 70 por ciento de este tipo de materiales que
se originaron en la Argentina. "Las autoridades gubernamentales ya han
autorizado a usar soja transgénica a todos aquellos que tengan semilla en
su poder", aseguran los productores.
En tercer término, conviene mencionar que la expansión
sojera brasileña representa una oportunidad de negocios viable para
pooles, jóvenes empresarios y pioneros que deseen comenzar una nueva vida
en una región que, por su dinamismo económico, está transformando, con la
facilidad del manejo de una plastilina, a pequeñas villas y pueblos en
urbes modernas y metrópolis que cuentan con el mayor confort para la vida
diaria.
Algunos datos de Embrapa pueden alertar sobre ciertos
aspectos agronómicos: 1) Cada hectárea virgen en Los Cerrados
cuesta unos US$ 1000, si está cerca de las carreteras, y la mitad, si
está algo alejada.
2) La sabana puede transformarse en tierra productiva con
el simple paso de tractores que llevan una cadena que derriba la
vegetación arbustiva y que cuenta con raíces superficiales a razón de la
increíble velocidad de 100 hectáreas por día.
Fuente: diario La Nación,
de Buenos Aires, Argentina.Suplemento El Campo,
14/2/04.