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Júcar, geografía de un río en coma
Juan García Mollà correo@juangarciamolla.com
Levante - EMV
Si no cambiamos la actual tendencia, el río, antaño
llamado furioso o Xúquer, desaparecerá dentro de poco para convertirse en una
cloaca al aire libre, como son los otros dos ríos que discurren por territorio
valenciano, el Vinalopó y el Segura. Un recorrido por él, nos servirá para
valorar ese gran tesoro al alcance de todos los valencianos.
El río Júcar se acerca a nuestras tierras ya
desangrado por los nuevos regadíos creados en tierras manchegas. Estas
transformaciones se han realizado en aras de corregir desigualdades económicas
del interior con la costa, pero como siempre sucede las desigualdades no se
intentan corregir mediante una mejor redistribución o planificación, sino
mediante crecimientos “insostenibles”. Antes de entrar en la provincia de
Valencia sus aguas se embalsan en el pantano “El Molinar”, paraje impresionante
de los cañones del Júcar y en cuyas paredes se encuentra la población de Villa
de Ves y su ermita colgada sobre el río. Esta presa se utiliza para llevar el
caudal del río al “Salto de Basta” en Cofrentes, ya tierras valencianas. Este
tramo del río sólo se puede recorrer a pie, partiendo desde la base de la presa
del Molinar se puede seguir un pequeño recorrido hasta la antigua central
eléctrica abandonada por encontrarse en una zona inundable. A partir de la
central no hay camino ni senda, por lo que si queremos admirar los primeros
metros valencianos del Xúquer lo haríamos con buen tiempo y ropa y calzado
adecuados para andar dentro del cauce pues la abundante vegetación de las
laderas hace muy complicado avanzar hasta llegar a Jalance.
En este
cañón es fácil ver cabras hispánicas, águilas y multitud de otras aves, y con
suerte nos podemos topar con un gato montés. La nutria, la trucha y otros
habitantes del río desaparecieron por que Iberdrola cortó totalmente el paso del
agua secando el río desde la presa del Molinar hasta las inmediaciones de
Jalance. Sólo cuando medió denuncia penal, la empresa hidroeléctrica volvió a
proveer al río de caudal, pero el daño ya estaba causado. La empresa se escudó
en que no estaba asignado caudal ecológico a este tramo del río (lo que era
verdad) y en consecuencia procedieron a utilizar toda el agua para su
aprovechamiento dejando el cauce seco.
El Xúquer tras pasar debajo de Jalance se vuelve a
calmar a la altura de la central nuclear de Cofrentes que utiliza su agua para
refrigerar el reactor. La presa que lo detiene ya no es la antigua del embalse
de “Embarcaderos” sino la de “Cortes II” que a pesar de encontrarse muchos
kilómetros río abajo tiene mas altura que la primera. Además, el embalse de
“Embarcaderos” se encuentra casi lleno de sedimentos que aportan el Xúquer y
sobre todo el río Cabriel que se une al Xúquer bajo Cofrentes.
El embalse “Cortes II” tiene unas aguas limpias y
estabilidad en su nivel de agua, lo que le convierte en lugar privilegiado para
la pesca deportiva, en el mismo se puede pescar el lucio, black-bass, la carpa,
el barbo y últimamente las especies introducidas de forma ilegal del lucio-perca
y el alburno. Sin embargo, la riqueza natural de este embalse esta siendo dañada
por la sobre-pesca, ya que no se ha adoptado por los pescadores valenciano la
cultura de “captura y suelta” que permite no agotar los recursos. Estas aguas
son navegables para embarcaciones a motor, y eso se aprecia en sus orillas
cuando en zonas totalmente inaccesibles se encuentran basuras.
El embalse nos proporciona unos paisajes
sorprendentes por su belleza, al sur la imponente Muela de Cortes, y al Norte en
una península el Castillo de Chirel, a cuyos píes podemos visitar la Cueva
Hermosa. Contrastando con el resto de elementos paisajísticos podemos ver desde
cualquier punto las inmensas tuberías que suben desde el valle hasta la cima de
la Muela para desembocar en la “Balsa de Cortes”, el embalse totalmente
artificial más grande de Europa (o eso dicen). La utilidad de este complejo es
aprovechar el sobrante de energía de la cercana central nuclear en las horas
nocturnas para bombear el agua desde el embalse hasta la balsa, soltando agua
cuando existe demanda energética. Esta infraestructura se va a intentar
aprovechar para el trasvase Júcar-Vinalopó, añadiendo otra obra más al ya muy
dañado “Macizo del Caroig”
Sin solución de continuidad el Xúquer después de
“Cortes II” vuelve a remansar sus aguas en el embalse de “El Naranjero”. Para
acceder a él habrá que ir desde Dos Aguas hasta casi Millares, tomando una
pequeña pista asfaltada que facilita unas vistas impresionantes del cañón del
Xúquer , eso sí, casi sin arbolado por los múltiples incendios que ha sufrido la
zona. “El Narajero” también dispone de aguas limpias donde se puede practicar la
pesca deportiva, pero siendo casi imprescindible la utilización de una
embarcación a remo o con motor eléctrico ya que el pantano se encuentra
totalmente encajonado en el valle, sin que existan apenas orillas practicables.
Poco después de la presa del “Naranjero” en un
barranco de la vertiente norte del río esta el vertedero de Dos Aguas, donde va
a parar todos los desechos del área metropolitana de Valencia. En Millares
dicen: “Igual que sube la basura, un día bajará toda de golpe”. El río en este
tramo, tras la entrada en funcionamiento de la “Central de Millares” tiene un
caudal ecológico muy escaso que dificulta la vida de las especies propia de un
tramo de montaña como este.
El Xúquer, tras recorrer penosamente este tramo
encuentra su último obstáculo importante: el embalse de Tous. A pesar que su
presa es la puerta a la comarca de “La Ribera”, Tous tiene unos paisajes muy
agrestes y desolados, al paraje sólo se puede acceder por una única carretera
que llevaba hasta al antiguo pueblo de Tous, totalmente inundado, excepto la
torre de su iglesia que, cuando el nivel de aguas es bajo, asoma desde el fondo
del pantano. A partir de esa carretera sólo se puede utilizar embarcación sin
motor a combustión, aunque no es raro ver a quien incumple la normativa. Navegar
por sus orillas castigadas por los incendios e internarse por los cañones hasta
Millares es toda una experiencia de soledad a sólo unos kilómetros de la
“civilización”. Desde la canoa es muy fácil ver a familias enteras de cabras
hispánicas o jabalíes, así como gran variedad de aves, tanto de montaña como
acuáticas.
Tras la presa de Tous el Xúquer deja la montaña y
llega a la llanura, primero se aprovecha sus recursos mediantes sucesivos azudes
o pequeñas presas, entre ellos el “ L'Assut d' Antella” presa que el Rey Jaime I
el Conquistador mandó construir y del que nace la Acequia Real del Xúquer, con
la consiguiente pérdida del caudal, que ya no recuperará. El Xúquer desde que
entra a la provincia de Valencia no ha tenido un sólo tramo con su caudal
íntegro.
Ya en La Ribera, y pesar que ya se encuentra entre
campos de cultivo, nuestro río mantiene sus aguas transparentes, aunque escasas,
flanqueado por un espeso bosque fluvial. Descendiendo el río se observa que
cuando algún agricultor ribereño acaba con esta vegetación el río arrastra las
tierras de su parcela.
Cada vez circulando por terreno más llano, su último
y pequeño desnivel lo salva en Benimuslem, pero el río empieza a morir en
Carcaixent y se convierte en una alcantarilla en Alzira, en pocos kilómetros sus
aguas limpias se transforman en una masa maloliente con multitud de residuos
flotantes,. El Xúquer ya sin corriente que favorezca la renovación de sus aguas,
languidece hasta el azud de La Marquesa, donde son pocos los días en que el río
logra superarlo, por lo que ya a 3 km del mar, el agua del río es ya agua
salada.
Los valencianos nos encontramos ante la agonía de
una de nuestras más importantes bellezas naturales, un patrimonio que
ciudadanos, autoridades e instituciones deben conservar antes de que sea
demasiado tarde. De todos ellos depende que nuestros hijos y nietos puedan
seguir viendo las cabras hispánicas y los jabalíes, puedan pescar y volver a
entregar al río, lucios, carpas y barbos o navegar por las cristalinas aguas del
Xúquer.
Fuente: www.rebelión.org , 10 de febrero de 2004.