NCeHu
125/04
Sociedad Geográfica de
Lima
Al servicio de
la Nación desde el 22 de febrero de
1888
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426-9930
Notas Profesionales
de Opinión y Ciencia N°
70
La Sociedad
Geográfica de Lima es conciente de la coyuntura política que vive el país y que
temas de real interés, como el presente, se puedan analizar con propiedad. Pese
a ello, insistimos en poner en discusión todo lo que tiene que ver con el
bienestar y felicidad de la NAción Peruana, asi como con su seguridad y
trascendencia.
En esta ocación
reproducimos el artículo "El Mar para Bolivia" de Isaac Bigio, con los
agradecimientos a "Noticias Latin America" por el envío.
Sociedad
Geográfica de Lima
El Mar para
Bolivia
Isaac
Bigio
El asunto de una salida al mar para Bolivia ha vuelto a salir al tapete.
En la cumbre iberoamericana de noviembre en Santa Cruz Chávez habló de querer
bañarse en una playa boliviana. Luego Castro le ha secundado, y Lula, Annan y
Carter se han propuesto como intermediarios.
Santiago en ese aspecto está diplomáticamente aislado. Sin embargo,
existen muchas dificultades para poder llevarse a un acuerdo. Bolivia carece de
dinero, ejércitos o armas como para poder recuperar militarmente el litoral que
perdió contra Chile. En la guerra de 1879 Chile le arrebató Antofagasta a
Bolivia y Tarapacá y Arica al Perú.
Si Chile cediera un corredor para Bolivia al norte de Arica, Perú puede
vetar de acuerdo a tratados internacionales. Si le otorga una salida al mar al
sur de Arica, Chile quedaría incómodamente partido en dos.
Bolivia no acepta una salida al mar que no sea soberana. Si Chile pidiese
a cambio de una concesión territorial un pedazo de suelo boliviano o una mayor
participación en el negocio del gas, esto generaría resistencias en el
Altiplano. En los 1970’s Pinochet y Bánzer estuvieron discutiendo un intercambio
territorial pero muchos bolivianos cuestionaron que le cederían ricos
yacimientos de litio en la cordillera.
El asunto de la mediterraneidad boliviana es algo que constantemente
aparece, sobre todo cuando hay conflicto social y se busca azuzar el patriotismo
para desviar la presión interna. El antichilenismo está muy enraizado incluso en
sectores sindicales. Esto pese a que muchos de ellos promueven el
“internacionalismo proletario” o se formaron bajo la influencia originaria de
los sindicatos chilenos del cobre.
Bolivia y Paraguay son los únicos países sin costa de los cuarentaitantos
que hay en las Américas. Durante la bipolaridad Bolivia era la mayor república
capitalista sin mar. La ausencia de litoral es percibida en Bolivia como una de
las causas del atraso. Sin embargo, antes de la guerra de 1879, Antofagasta
estaba escasamente poblada y desarrollada o conectada a La Paz o Sucre. Bolivia,
a diferencia de Perú, no fue invadida en su centro histórico y no defendió
dichos territorios en una guerra total.
La pobreza boliviana es similar a la de la sierra peruana y se debe a
otros factores. Los recursos naturales allí extraídos beneficiaron a potencias y
elites del exterior, las mismas quienes poco invirtieron en el país o mejoraron
las condiciones sociales o laborales.
Suiza, Austria y los países del centro geográfico europeo también son
mediterráneos pero han podido desarrollar prósperas economías. Hungría y
Checoslovaquia fueron los centros más avanzados dentro del fenecido bloque
económico europeo oriental. Austria y Hungría perdieron su añejo literal cuatro
décadas después que Bolivia. Sin embargo, ambas han logrado salida a varios
mares (como el Mediterráneo o el del Norte) a través de bloques económicos y
políticos, como es el de la Unión Europea.
El diferendo limítrofe entre Bolivia y Chile no es el único en
Latinoamérica. Bolivia ha perdido la mayoría de su territorio en las primeras 11
décadas de vida independiente. Paraguay fue diezmado humana y geográficamente en
la guerra contra Argentina, Uruguay y Brasil. Este último se ha agigantado
absorbiendo territorios del grueso de sus vecinos. Chile y Argentina han chocado
por la Patagonia y tienen disputas por la Tierra del Fuego. Ecuador ha reclamado
su salida directa al Amazonas y que Perú le entregue el norte de Loreto.
Colombia sigue disconforme con el hecho que hace cien años le separaron a Panamá
para que los Estados Unidos construyan allí su canal y zona propia. Bogotá tiene
pleitos territoriales alrededor de los pozos de la frontera con Venezuela o con
Nicaragua por las islas San Andrés. Venezuela reclama dos tercios de Guyana y
Guatemala todo Belice. La lista en sí puede continuar e incluir rencillas por el
subsuelo o el mar.
Estas disputas no conducen al progreso de la región y son levantadas
demagógicamente para distraer a la opinión interna sobre sus verdaderos
problemas. Por otra parte, casi no se habla en la región que aún hay colonias de
Francia, Reino Unido, EU y Holanda en Latinoamérica y el
Caribe.
Lo que tienen en común todos los estados latinoamericanos, aparte de
similares raíces culturales, históricas e idiomáticas, es el que todos viven
dependientes de potencias externas, en particular de EU. Las rencillas entre
ellos les debilitan.
Bolivia podría tener acceso directo al mar (y por varias rutas)
confederándose con Perú, Chile, Argentina o Brasil. Una unión económica y
política de la región ayudaría a potenciar a todos sus componentes, disminuiría
las tensiones fronterizas y permitiría que las etnias y regiones marginadas
tengan mayores libertades. Aymaras, quechuas y otras nacionalidades
indígenas divididas por fronteras artificiales tendrían la posibilidad de
entrelazarse mejor.
(*) Isaac Bigio es un analista internacional que ha
obtenido grados y posgrados en historia y política económica en la London School
of Economics, donde también ha
enseñado.