“LOS
CAMINOS DEL VINO”.
UNA
OPCIÓN PARA VALORAR EL TERRITORIO Y SU CULTURA
Estela Prieto de
Alvarez
María Eugenia Cepparo de Grosso
Facultad de Filosofía y Letras-
U.N.Cuyo
CONICET
ebprieto@logos.uncu.edu.ar
mcepparo@logos.uncu.edu.ar
“. .
.
Canto al
camino
que en
Mendoza crece al costado del fruto,
. . .
Digo el
secreto canto del silencio
que
duerme en maderas de toneles,
de cubas
y piletas
. . .”
(Fragmentos de “Canto a
Mendoza en la vendimia” de Santos De Paula)
INTRODUCCIÓN
En los
fragmentos anteriores se destacan, desde la literatura, algunas características
que identifican la principal actividad de la provincia de Mendoza, la
vitivinicultura. Durante la última década, las transformaciones logradas en el
agro han mejorado notablemente, no sólo la calidad de los cepajes, sino también
las cualidades internas del vino. A su vez, la internacionalización del comercio
favoreció su difusión a escala mundial. Difusión que se amplió a través de los
nuevos estilos de promoción comercial, en los cuales se resalta el valor de la imagen que tiene
el producto. Imagen que lo asocia a su territorio y su
cultura.
Actualmente a las
características comerciales tradicionales se le ha incorporado otro valor
agregado con rasgos más cualitativos, el atractivo turístico. La sociedad le otorga a la imagen del
espacio y del recurso un nuevo significado. Como lo expresa Vera, es necesario,
además que esa valoración social conduzca a “la "adecuación" de los recursos o
atractivos y a su conversión en producto y oferta, objeto de la venta y consumo
turísticos". Respondiendo a estos cambios, nos ocuparemos en este trabajo de
un proyecto local que desde hace pocos años identifica a Mendoza y sus vinos a
través de circuitos que unen las principales áreas cultivadas con vid, sus
bodegas, y lugares de interés cultural, histórico y paisajístico. A estos
recorridos se los denomina "Los caminos del
vino".
Sus
objetivos son: resaltar el significado, los orígenes y evolución de este nuevo
atractivo, enmarcado en el peso que tiene el turismo en el desarrollo
territorial. Además se relacionará con el panorama de la vitivinicultura actual,
con los agentes intervinientes, y
con la localización de los espacios adaptados a la
actividad.
Entrevistas con los promotores de esta idea y con sus hacedores,
sirvieron de información básica y original. Los recorridos por los diferentes
"caminos" completaron este estudio.
1- EL TERRITORIO, SU IMAGEN
Y SU PATRIMONIO. UNA VISIÓN DESDE EL TURISMO
El
territorio es aquel que engendra "la suma
de las prácticas y de las aventuras individuales, esas trayectorias innumerables
que describen los hombres en su relación cotidiana -personal y social- que se
anudan con el espacio de su vida".
Las prácticas y aventuras
individuales y colectivas movilizan los recursos, alimentan el patrimonio cultural y consolidan la imagen territorial. Hay ciertos
recursos que se vinculan más estrechamente con el territorio que otros y según
las etapas de su vida generan nuevas relaciones con el espacio geográfico. Un
ejemplo concreto de estas relaciones se da en la vitivinicultura mendocina,
enfocada en este estudio a través de los llamados "Los
Caminos del Vino".
Consideramos que es necesario destacar el valor del territorio y
la territorialidad porque son símbolos de la identidad de cada grupo social y de
sus transmisiones patrimoniales. En el territorio se manifiestan los proyectos
sucesivos de esos grupos, de sus apropiaciones y transformaciones de los ámbitos
rurales y urbanos del pasado, resultados de una vida colectiva. Sobre estos
ámbitos se yuxtaponen nuevas redes organizacionales, movidas por los intereses económicos actuales. Intereses económicos que intentan revalorizar la asociación de
la producción regional con el terruño, el paisaje, el patrimonio, la historia;
es decir la conjunción del territorio con su cultura. En la vitivinicultura, es
evidente la correspondencia entre todas estas formas de manifestaciones
geográficas y culturales. Entre ellas "Los Caminos del Vino" no sólo están
relacionados con estas manifestaciones sino también con una renovada actividad
que contribuye a difundir la imagen del vino, el
turismo.
El
objetivo principal de estos recorridos es darle más calidad a un producto local,
atrayendo al cliente al territorio donde el vino se gestó. Hay distintas
categorías de visitantes según sus intereses: turistas, profesionales y
periodistas de la vitivinicultura, empresarios, inversores, operadores
turísticos. . . . Según los medios y el objetivo de captar clientes, los
proyectos pueden tomar varias formas: desde un itinerario señalizado hasta la
organización de una estadía, muchas veces combinada con otros productos y
servicios turísticos. En todos los casos los bodegueros buscan aumentar el
prestigio de sus productos y las ventas directas. Para las grandes bodegas lo primero es esencial, mientras que las
bodegas pequeñas obtienen ganancias importantes con la comercialización en el
establecimiento.
Es oportuno acotar los conceptos de recurso turístico y producto
turístico. “Se sabe que toda actividad
turística se apoya en un recurso y se entiende por recurso turístico todo elemento
natural, toda actividad humana o todo resultado de esta actividad humana que
puede mover y generar un desplazamiento por motivos esencialmente de ocio”.
Por otro lado, “un producto turístico es una combinación
de prestaciones y elementos tangibles e intangibles que ofrecen beneficios al cliente como respuesta a
determinadas expectativas y motivaciones. Constituyen la base sobre la que se desarrolla la actividad
turística; son aquellos atractivos que en el contexto de un destino pueden
generar interés, determinar la elección y motivar el desplazamiento. Hasta hace
poco no se vislumbraba la importancia que podía adquirir el turismo del vino
para la economía provincial. Ni tampoco el conjunto de bienes, servicios y
paisajes relacionados con la vitivinicultura que el visitante percibe o utiliza
durante su viaje o estancia. De hecho, cuando la Subsecretaría de Turismo del
Gobierno de Mendoza realizó el Tur Plan 2000-2005, la actividad “Los Caminos del Vino”,
incluida en el “producto” Turismo Rural y Educativo y también en Turismo
Cultural e Histórico, se la consideraba en una etapa potencial y de desarrollo
incipiente.
Desde la
visión de la actividad turística, el territorio, el entorno y el medio ambiente;
constituyen el fundamento del recurso turístico y configuran el producto
turístico; como espacio de
producción y espacio de consumo". Estos dos aspectos movilizan los agentes, vinculados al recurso
turístico, modificando y
acondicionando todo lo que le confiere calidad al producto y al lugar. De hecho
las interacciones entre actores locales, privados y públicos conjugan voluntades
en un continuo proceso de cooperación y coordinación para dinamizar los recursos
territoriales (paisaje, terruño, ecosistema, denominaciones de origen, etc.)
con el fin de mejorar la producción
y el patrimonio.
La
actividad turística no se
distribuye en el espacio de manera homogénea sino que sus pautas de localización
muestran una concentración espacial, puntual o zonal. La "especialización
productiva" del espacio a escala regional
refuerza este supuesto de
localización espacial del turismo. Combinando los factores que condicionan una
localización turística (espaciales; ambientales: naturales y culturales; y
técnicos) con los principios que guían la localización industrial, el
proceso se hace aún más complejo. A los factores estrictamente económicos de las
instalaciones empresariales, se suman los extraeconómicos: sociales, culturales,
sicológicos y políticos. En efecto, actualmente las empresas vitivinícolas que de por
sí, se ajustan a los factores de
localización industrial, si a su vez, quieren participar de proyectos turísticos
locales tienen que estar predispuestas a asumir el riesgo, la innovación y los
continuos cambios.
Si bien
una empresa no va a determinar su localización según las posibilidades de atraer
turistas, la elección y la motivación de los visitantes hacia una u otra bodega
forma parte de los intereses de los empresarios por los beneficios indirectos
que les significa la venta de sus productos en el lugar, la identificación del
establecimiento con su nombre y con su imagen. La armonización del sistema de
producción y consumo con el entorno biofísico y el cultural forma parte de una
de las tantas características del nuevo modo de enfocar la vida económica.
2.
PANORAMA DE LA VITIVINICULTURA MENDOCINA
ACTUAL
El
paisaje vitivinícola mendocino conjuga una serie de elementos que lo organizan.
La combinación de clima, suelo y agua constituyen la base de su existencia, condiciones ideales para la plantación
de viñedos y la elaboración de vinos. El sistema de riego, a través de sus
diques, canales, hijuelas y acequias, inició el diseño original. Los caminos
rurales y los paños de vid, muchas veces intercalados con olivos y frutales, se
adaptaron a esta trama. Cortinas de álamos rodean los cultivos. Por último, las
bodegas y las viviendas rurales constituyen puntos dispersos que completan el
panorama de una agricultura pujante y armoniosa. La actual modalidad de elaboración el vino como actividad de
"elite" se apoya en la valoración de este paisaje como un importante atractivo
turístico.
Si bien
la vid se cultiva en varias provincias argentinas, Mendoza ocupa un lugar muy
significativo. Por las privilegiadas condiciones agroecológicas antes
mencionadas, y por las variedades de uva cultivadas se diferencian cinco áreas:
cuatro de ellas localizadas en el oasis norte (Alta del río Mendoza, Norte, Este
y Valle de Uco) y una en el oasis sur (Sur). Desde fines del siglo pasado a este
marco se sumó un entorno político, económico y social muy favorable.
Intervención estatal, legislación adecuada, inmigración proveniente de países
europeos de tradición vitícola y la llegada del ferrocarril fueron las
principales causas de la intensidad y continuo crecimiento de la actividad
vitivinícola.
Finalizada la etapa de predominio de la producción en masa,
dedicada especialmente al consumo interno, a partir de 1992 hay evidentes
indicios de reconversión hacia una producción en donde la calidad y la
exportación son los pilares de esta transformación. Transformación que obedece a
factores externos e internos. Entre los primeros a partir del crack de 2001,
hubo un reverdecer de la industria que se relacionó específicamente con llegada de inversiones, con el
interés por desarrollar nuevos mercados donde las exportaciones juegan un
importante rol, y con el ingreso de nuevos actores. Un ejemplo de ello es el caso de Valle de Uco que se benefició
con inversiones superiores a los U$S 100 millones en los últimos años
provenientes de países como Holanda, Francia, Italia y Estados Unidos, lo cual
se ha traducido en la aparición de establecimientos modernos y expansión de
zonas cultivadas.
Entre
los factores internos, debido al aumento de las exportaciones y a las exigencias
del mercado internacional, los bodegueros se vieron obligados a mejorar la
calidad y a diferenciar la
producción tanto desde el punto de vista industrial, tecnológico como comercial.
También la calidad se ha consolidado desde la etapa de labores culturales en la
viña o el parral hasta llegar al resultado final, envasado en botella y listo
para consumir.
Las
transformaciones descriptas se manifiestan en el territorio, la economía y la
sociedad. En el marco de la globalización resulta difícil analizar cada uno de
estos elementos por separado, ya que en la realidad están íntimamente
relacionados. De hecho el nuevo sistema económico mundial ha impactado en la economía regional
mendocina creando una nueva imagen de la región. Se redescubrió un producto como
también la asociación, que siempre existió, entre ese producto, su territorio y
la cultura que lo engendró.
3.“LOS
CAMINOS DEL VINO”. SUS ORÍGENES
En la
última década la apertura de la Argentina hacia los mercados internacionales del
vino generó una inquietud por conocer y mostrar al mundo, el panorama vitivinícola mendocino. Los promotores
de esta apertura no son sólo los
actores relacionados con la industria propiamente dicha, sino también los
relacionados con el turismo. Para lograrlo se coordinaron, con diferentes grados
de responsabilidad, movilizándose colectivamente para darle más calidad a la
“imagen” del territorio y de sus productos.
La
actual Bodegas de Argentina A.C., antes conocida como Centro de Bodegueros de
Mendoza, fue la iniciadora en promover al vino como imagen de Mendoza a través
del proyecto “Los
caminos del Vino”. A semejanza de lo realizado por los países vitivinícolas
tradicionales de Europa, y los del Nuevo Mundo Vitivinícola, bodegueros
mendocinos decidieron difundir sus vinos en los lugares donde se gestan. En una
de las tantas informaciones periodísticas que aparecen en los diarios locales
referida a la industria vitivinícola y sus impactos territoriales se pone de
manifiesto que: "Si por potencial
paisajístico fuera, el Valle de Uco, una de las zonas de mayor crecimiento
vitivinícola en los últimos tiempos, no tendría nada que envidiar a los
principales circuitos del mundo, como Burdeos, Napa Valley, Jerez o la Toscana,
donde el enoturismo ha dado muestras de ser un negocio rentable”.
El
surgimiento del interés turístico por las bodegas y viñedos mendocinos,
coincidió con una decisión política nacional de hacer conocer a la Argentina, a
través de sus carnes y de sus vinos, pensada por la Secretaría de Agricultura de
la Nación, junto a la Asociación Vitivinícola Argentina. Se lanzó una campaña
nacional e internacional para promocionar el consumo y exportación de vinos,
vinculada con un proyecto similar de consumo de carne vacuna argentina (en
franca caída dentro y fuera del país). En efecto, a partir de esa motivación, el Ministerio de Economía
de Mendoza, a través de la Subsecretaría de Turismo, le confirmó a los
funcionarios nacionales que en la provincia ya se había iniciado un proyecto
relacionado con esa propuesta. A pesar del deseo manifestado por las autoridades
por promocionar los vinos, las relaciones entre ellos y Bodegas de Argentina
fueron totalmente informales, sin convenio de por medio. El compromiso fue sólo
colaborar en la difusión y promoción de “Los
caminos del vino”. Los únicos que financiaron el proyecto fueron las
bodegas participantes.
El
principal objetivo de esta asociación fue mostrar al mundo una imagen atractiva
de las empresas y de sus marcas, a través de las cuales el turista también
percibe un idea general de la industria vitivinícola argentina. Para lograrlo,
Bodegas de Argentina A.C., contrató
a dos ingenieras agrónomas que conocían la temática de la vid y el vino no sólo
en los países de tradición vitícola sino en los nuevos. El producto final debía
ser un folleto creado por una diseñadora, que orientara a los visitantes
interesados en conocer la principal actividad de la provincia en sus dos
manifestaciones espaciales: los viñedos y las bodegas. Las profesionales
contratadas coordinaron las
visiones de los empresarios y de los organismos estatales, que más tardíamente
se involucraron en el proyecto.
La
iniciativa de promover un recorrido por bodegas, viñedos y atractivos
culturales, históricos y paisajísticos mendocinos (museos, posadas, estancias,
restaurantes, solares, miradores y fábrica de productos artesanales) no tiene por objeto, solamente,
incrementar las ganancias de las empresas que intervienen en el proyecto. Hay
otras fuerzas que impulsan esta inquietud, relacionadas con dos sentimientos que
unen la población a su territorio, el sentido de pertenencia y la identidad con
el mismo. Llama la atención lo bien expresados que están estos sentimientos por los diseñadores de las
etiquetas de los vinos. Según ellos, la imagen del vino comienza en sus fuentes,
el terruño. De allí que para captar la esencia del producto, la etiqueta tiene
que hacer referencia a la autenticidad del terruño, que es único. “Es importante que el vino se presente con
vida, autenticidad y energía”. Profesionales que también destacan que las bodegas tradicionales
argentinas recién están empezando a descubrir la importancia de la imagen y el
peso que tiene como factor de elección para el consumidor, en cambio las bodegas
nuevas ya nacen conscientes de la importancia de una imagen cuidada porque sus
productos no son aún conocidos.
Así como
cada vino es una creación singular, cada bodega es un mundo peculiar. Esta fue
una de las ideas motivadoras de “Los Caminos del Vino”. La propuesta
estuvo abierta a todas las bodegas. En la etapa de selección, se tuvieron en
cuenta una serie de características, que conformaban un “piso de
dignidad”, necesarias para asegurar un servicio de atención adecuado a los
visitantes de los establecimientos. Las bodegas seleccionadas debieron
comprometerse a respetar una serie de condiciones durante su participación en el
proyecto, materializado en la publicación de una colección de folletos. De no cumplirlo, la misma
sería excluida en las ediciones posteriores. Asimismo deberían aceptar y adaptarse a nuevos requisitos.
Los gastos que demandó el proyecto fue solventado por las bodegas participantes.
Las
condiciones requeridas fueron:
. Elaborar y
fraccionar vinos que sean comercializados con marca propia de la empresa, en el
mercado interno o externo.
. Poseer una tecnología acorde con la
elaboración de vinos de calidad.
. Asegurar una imagen de estética y de
orden que tenga un impacto positivo ante la mirada de los
turistas.
. Reunir
estrictas condiciones de higiene, propias de cualquier industria
alimenticia.
. Cumplir con las
normas de seguridad, de modo de evitar accidentes a los turistas en las
visitas.
. Ser capaces de
establecer y respetar horarios de atención al turismo en forma regular y
permanente.
. Contar con una
persona disponible en los horarios de atención, que esté capacitada para actuar
como guía durante el recorrido por la bodega y la degustación de los
vinos.
. Poseer un
ambiente adecuado para la recepción de los turistas y la degustación de los
vinos.
. Contar con una
serie de servicios en cuanto a infraestructura, para la recepción de turistas,
como sanitarios para hombres y mujeres, distintos de los utilizados por el
personal de la bodega.
. Vender sus
vinos al turista en el mismo establecimiento que se visita..
4.
RECORRIDOS ENTRE VIÑAS Y BODEGAS.
El
proyecto de “Los Caminos del Vino” se
concretó con el diseño y la edición
de cuatro folletos sobre la base de las áreas agroecológicas detalladas en las
primeras páginas de esta presentación. Estos son los que corresponden a las
llamadas regiones Centro-Oeste, Valle de Uco, Sur de Mendoza y Valle
Central.
El
primero que se concretó fue el del Centro-Oeste (Fig. 1). Comprende los
departamentos de Godoy Cruz, Guaymallén, Luján de Cuyo y Maipú. Se encuentra
ubicado entre 750 y 1100 metros
s.n.m. y sus viñedos se alimentan con las aguas del río Mendoza. Está
integrado por siete circuitos distintos que intentan combinar la visita a un
establecimiento de gran producción y altos niveles de tecnología con pequeñas
cavas o bodegas artesanales atendidas por sus propios dueños. En ambos se
ofrecen degustaciones de vinos. Los senderos están también matizados por
edificios históricos o sitios de interés turístico, enmarcados por el típico
paisaje vitícola.
Los
recorridos están pensados para paseos de medio día o día entero. Ellos
son:
1- Del valle viejo: abarca el
núcleo histórico de la ciudad de Mendoza, y algunos distritos de Guaymallén y
Godoy Cruz. El Museo del Área Fundacional es el punto de partida para luego
visitar dos centenarias bodegas, Bodegas y Viñedos Santa Ana y
Escorihuela.
2- De acequias y arboledas:
comprende el distrito de Gutiérrez del departamento de Maipú. Se visitan Bodegas
López y el Museo Nacional del Vino-Casa de Giol; la antigua Casona Baquero, que
ofrece hospedaje; Viñas El Cerno; Trapiche, una de las más grandes bodegas
argentinas; y finalmente Bodegas La Rural con su propio
museo.
3- Las barrancas del río: se
recorre parte del departamento de Maipú a lo largo del río Mendoza. A 30 km de
la ciudad de Mendoza pasando por la ciudad de Luján y por el Seminario de Lunlunta, se llega a la
finca y bodega Flichman; muy
próxima a la antigua capilla de
Nuestra Señora del Rosario; la
bodega Cruz de Piedra y el Solar de Juan de Cruz Videla. El recorrido termina en
la ciudad de Mendoza pasando previamente por la ciudad de Maipú.
4- Los altos del río 1:
comprende los distritos de Perdriel y Agrelo del departamento de Luján de Cuyo.
Se parte del Condor de la ciudad de Mendoza y por la ruta nacional nº 40 se
llega a Bodegas Etchart, luego Bodegas Chandon muy conocida por sus champañas y
finalmente Dolium. Ya volviendo a la ciudad se puede acceder al dique
Cipolletti, su hostería-restaurante y área
recreativa.
5- Los altos del río 2: en los distritos Perdriel y Drummond se
pueden visitar, a 23 km de la ciudad de Luján, la Bodega familiar Cabrini y la
Bodega Norton. Regresando por el acceso sur a la ciudad de Mendoza, la Bodega
Viniterra ofrece un atractivo wine shop.
6- De la Carrodilla: comprende
los distritos de Carrodilla, Drummond y Chacras de Coria de Luján de Cuyo. La
Iglesia de La Carrodilla donde se
venera la Virgen Patrona de los Viñedos puede ser el punto de partida del
recorrido por la vieja ruta 40 enmarcada por los históricos plátanos. Luego de
visitar la restaurada bodega Viña Amalia, se encuentran el Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Museo Provincial de Bellas Artes, Emiliano
Guiñazú, Casa de Fader. La Facultad de Ciencias Agrarias es el paso obligado
para llegar a las Bodegas Alfredo Catena en Chacras de Coria; y muy próxima a
Luján se encuentra la centenaria Bodegas Lagarde.
7- Del valle de Vistalba:
abarca La Puntilla y Vistalba del departamento de Luján de Cuyo. Por la ruta
Panamericana en La Puntilla se encuentra La Pequeña Bodega, que ha incorporado a
sus instalaciones, un restaurante de comidas típicas. Ya en Vistalba y con el fondo del Cordón del Plata se
ubican las Bodegas Nieto y Senetiner. Camino a Luján, la Bodega Domaine
Vistalba, es el último establecimiento del circuito.
El
segundo folleto es el del Valle de
Uco. Comprende los
departamentos de Tupungato, Tunuyán y San Carlos ubicados a 100 km al sur de la
capital de Mendoza. Tradicionalmente frutihortícola, hoy es la zona elegida por
las inversiones extranjeras que prefieren mayores alturas y amplitudes térmicas
para obtener vinos de mejor calidad. El oasis original ha avanzado con las vides
hacia el oeste, superando los 1000 metros s.n.m., lo que provoca la conjunción
del espectacular paisaje montañoso con las aptitudes agroecológicas,
condiciones prometedoras para el
desarrollo turístico.
Partiendo de la ciudad de Luján y por el camino de Los Cerrillos
se llega a San José en el departamento de Tupungato. Allí la pequeña bodega
familiar Estancia Ancón recibe a sus visitante brindando también alojamiento;
hacia el norte por el imponente camino a Potrerillos, está la opción de conocer
dos estancias-hospedaje de cordillera. Mientras que hacia el sur y por la ruta
nº 89, en el distrito de Los Árboles, se ubica la Bodega Salentein, destacada
por su original arquitectura y tecnología de avanzada. Bodega que fue precursora
en invertir en el sector de alojamiento, con su Posada
Salentein.
Camino
al Manzano Histórico, siempre en Tunuyán, se llega a la Bodega de Jacques y
François Lurton. En San Carlos, en el distrito La Consulta, la Bodega Fapes se
destaca por ser una de las más antiguas de la zona. Finalmente en Eugenio
Bustos, la tradicional finca La Celia, de propietarios chilenos, ha incorporado
la más moderna tecnología.
Los tres
intendentes de los municipios del Valle de Uco, dispuestos cooperar con “Los
Caminos del Vino” junto al subsecretario de Turismo de Mendoza, y a
propietarios de establecimientos frutihortícolas, fincas, hoteles y
restaurantes, se han comprometido a adecuar sus estructuras para recibir al
turismo. Además para tal fin, se han acondicionado algunas calles y caminos
secundarios y se ha avanzado en el diseño de cartelería y señalización. Uno de
los recorridos más interesantes es el denominado Corredor Productivo, que enlaza
las más significativas explotaciones agrarias.
El
tercer folleto es el que comprende el Sur mendocino. Se ajusta al área de
oasis de los departamentos de San
Rafael y General Alvear, regada por los ríos Diamante y Atuel. Cursos que
conforman imponentes paisajes muy valorados por los turistas. La actividad
vitivinícola es un atractivo más,
donde se conjugan bodegas de tradicionales familias mendocinas y extensos paños
de viñedos. Debido a las
dimensiones de ésta área cultivada y a la dispersión de las bodegas se han
planificado dos circuitos:
1-
Portal del sur: entrando a
la ciudad de San Rafael por la ruta nacional nº 143, se pueden visitar bodegas
cercanas entre sí. Ellas son: la
nueva bodega champañera Valentín Bianchi, Bodegas Balbi, Bodega Suter y Bodega
Jean Rivier, de origen suizo. Ya en el centro de la ciudad se encuentra la
bodega fundadora de Valentín Bianchi, construida en
1928.
2-
San Rafael del Diamante: en
dirección a General Alvear, luego de cruzar el río Diamante se puede conocer la
Bodega Roca dirigida por la cuarta generación de la familia fundadora. A 2 km la
Bodega Lavaque, y antes de llegar a Villa Atuel se ubica la Bodega Goyenechea,
también con una historia de cinco generaciones comprometidas con la industria.
El circuito se completa con una estancia que brinda alojamiento y comidas
típicas cuyanas en una casona tradicional mendocina, la Estancia Los
Álamos.
El
folleto que no se diseñó fue el del
Valle Central, a pesar de que es la
zona que posee la mayor extensión de viñedos de Mendoza. Abarca los
departamentos del este, San Martín, Rivadavia, Junín y Santa Rosa, cuya área
cultivada se encuentra entre los 640 a 750 m. s.n.m, y cercana a la ruta
nacional nº 7. Los empresarios bodegueros consideraron que no era oportuno el
momento para acondicionar sus establecimientos para la visita de
turistas.
Los tres
folletos realizados cuentan con información detallada de la dirección de las
bodegas, teléfono, correo
electrónico, horarios de visitas
guiadas, idiomas de los guías, si
es necesario un contacto previo y cupo máximo de personas.
Si bien
la presentación de “Los Caminos del Vino” se realizó con éxito en la Expo Vinos
y Bodegas 2000 en Buenos Aires, aún faltaban ajustar algunos detalles que no son
menores. El turista novato en visitar Mendoza no encuentra todavía la debida
señalización vial. Aunque podrá guiarse por los mapas contenidos en los
folletos. La difusión de las guías turísticas de Los Caminos del Vino se
realiza en la Subsecretaría de Turismo de la provincia de Mendoza, las
Municipalidades y agencias de turismo de los distintos departamentos, la Casa de
Mendoza en Buenos Aires y
hoteles.
Por otro
lado se promocionaron “Los Caminos del Vino” a través de distintos eventos que
combinaron actividades artísticas, cursos para enófilos, competencias
deportivas, rallys de autos antiguos, etc. Uno de los que tuvieron mayor
aceptación del público y que este año se realizó por tercera vez, fue el de
“Música Clásica por los Caminos del Vino”, organizado por la Subsecretaría de
Cultura de la Provincia. Coincidiendo con la época de Vendimia, se ejecutaron conciertos en bodegas,
iglesias, hoteles y paisajes mendocinos que fueron los escenarios elegidos para
cada jornada musical.
Es
importante destacar que a diferencia del proyecto objeto de estudio,
promocionado por agentes privados, existe otra propuesta promovida por un actor
público. Nos referimos al Municipio de Maipú, con “La ruta del Vino y el Olivo”, que reúne
doce bodegas, algunas con sus propios museos y restaurantes, industrias
olivícolas y otros establecimientos de productos
tradicionales.
Finalmente no podemos dejar de mencionar un antecedente del
proyecto actual, realizado por la Subsecretaría de Turismo de Mendoza y
auspiciado por el Fondo Vitivinícola, llamado “Mendoza. Ruta del Vino”. El mismo
fue concretado a fin de celebrar el 30 de mayo como el Día Mundial del Vino.
También en este caso se idearon cuatro circuitos, cada uno con su folleto
correspondiente que representaban las principales áreas vitivinícolas
mendocinas. Sin embargo no tuvo el éxito ni la difusión
planificada.
CONCLUSION
La
industria vitivinícola mendocina está pasando por un buen momento en materia de
inversiones, y sus empresarios tienen interés por posicionarse mejor en los
nuevos mercados. Este dinamismo está relacionado con la internacionalización que
adquirió el comercio de los vinos finos en los últimos años. Las bodegas, no
sólo volcaron sus esfuerzos por mejorar la calidad de su oferta vínica, sino que
salieron al mundo a conquistar paladares exigentes y curiosos por conocer la
estructura de los vinos. En esa búsqueda continua fueron los mismos consumidores
quienes ávidamente se acercaban a las bodegas a vivir directamente cómo nacía un
buen vino y cómo se identificaba con su territorio. Para ello, toda empresa debe
consolidarse a través de su terruño y su patrimonio. Una vez consolidado, es más
fácil no sólo atraer visitantes, sino salir al exterior a buscar los nuevos
mercados.
Es un
hecho que profesionales del vino, periodistas especializados, viajeros,
empresarios y operadores turísticos se interesan cada vez más, por el vino
argentino. “Los Caminos del Vino” son una
opción para hacer conocer la industria desde adentro, vinculada al territorio y
su cultura. Es necesario capitalizar la pasión que despierta el mundo del vino.
Este proyecto es un medio para lograrlo a
pesar que su difusión está
en una etapa inicial, pero potencialmente fuerte. Es necesario seguir
fortaleciendo la imagen de nuestros vinos en el mundo. Quien visita una bodega y
su entorno, se queda con esa imagen para siempre, convirtiéndose en un futuro
cliente. Estas relaciones constituyen las ideas generadoras de “Los
caminos del Vino”.
Con
respecto a la acción de los agentes locales ante el compromiso de lograr el
objetivo inicial del proyecto, pensamos que no alcanza con la aparición de
iniciativas empresariales locales en forma aislada. Es necesario un consenso
colectivo a fin de coordinar voluntades para alcanzar la meta propuesta. Y en
concordancia con esos objetivos se hace imprescindible un marco institucional y
legal que facilite y encauce el desarrollo de los circuitos
turísticos.
Consideramos que la elección de “Los Caminos del Vino”, es una de
las estrategias prioritarias para la difusión de la actividad vitivinícola y del
turismo. A través de ellos se podrá identificar mejor a Mendoza con su territorio y su
cultura.
BIBLIOGRAFÍA
.
Archivos periodísticos de los diarios “Los Andes”, “Uno” y “La
Provincia”