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Asunto: | NoticiasdelCeHu 916/03 - Otra de las utopías posibles: la ciudad global | Fecha: | Viernes, 4 de Julio, 2003 11:39:34 (-0300) | Autor: | Humboldt <humboldt @............ar>
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Ataque radial
NCeHu 916/03
Buenos Aires en un
mundo hiperurbano |
Por Enrique Olivera
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La campaña
por la jefatura del Gobierno está culminando sin demasiadas certezas sobre el
futuro de la ciudad. La proximidad de un nuevo mandato hace oportunas algunas
reflexiones sobre el telón de fondo que tendrá cualquier programa para Buenos
Aires. Me refiero a la creciente urbanización que se está dando en todo el mundo
y a las transformaciones que este proceso está impulsando en la familia, la
sociedad, la economía y la política.
. La mitad de la población
mundial vive hoy en ciudades, cuando 25 años atrás sólo algo más de un tercio
era urbana. En cifras absolutas, las ciudades albergan hoy más de 3000 millones
de habitantes, mientras que en 1975 vivían en ellas 1500 millones, en cifras
redondas. En un cuarto de siglo, la población urbana se ha duplicado.
. Dos tercios de la población
de los países desarrollados viven en las ciudades. Algo menos es la proporción
urbana en América latina, mientras que en Asia y Africa esa condición la tiene
alrededor de un tercio de los habitantes.
. A principios del siglo XX
había sólo 16 ciudades con más de un millón de habitantes. Hoy existen casi 400,
de las cuales dos tercios están en los países de ingresos medios y bajos. Se
prevé que en los próximos 30 años el crecimiento poblacional se va a dar, sobre
todo, en las ciudades de países pobres, de las cuales algunas ya alcanzan
dimensiones inimaginables algunas décadas atrás.
. La vida familiar está
hondamente influenciada por la urbanización. Se constituyen familias con tasas
de fertilidad más bajas y una orientación a privilegiar el nivel de educación,
que en los entornos urbanos es más accesible. Lo mismo sucede con los servicios
de salud que, en las áreas urbanas, llevan los índices de mortalidad infantil
muy por debajo de los que se detectan en las áreas rurales. En coincidencia, las
expectativas de vida crecen más en las ciudades. Sin embargo, se estima que la
tasa de crecimiento demográfico mundial, que fue del 1,6 entre 1975 y 2000,
bajará al 1,2 en los próximos 15 años.
. La diversidad cultural,
social, económica y espacial es una característica de las ciudades, pero la
polarización y la segregación espacial entre ricos y pobres crece
constantemente.
. No obstante, las grandes
ciudades se están revelando como mejores proveedoras de servicios de educación,
de agua, recolección de residuos y suministro de energía que las más pequeñas,
contradiciendo una creencia muy arraigada.
. Se nota también una
reconfiguracion del espacio urbano por la expansión de las ciudades hacia las
zonas netamente rurales, a través de la incorporación de industrias, centros
comerciales y recreacionales y viviendas suburbanas. En las ciudades de los
países emergentes se han acentuado las diferencias entre el núcleo urbano y los
suburbios, tanto en el nivel socioeconómico de sus habitantes como en la calidad
de los servicios públicos.
.
Los mayores desafíos
. La penetración de las
ciudades en las áreas rurales está poniendo en cuestión la dicotomía tradicional
entre lo urbano y lo rural, y haciendo más confusos los límites administrativos
y jurisdiccionales históricos, obligando a la creación de regiones para
coordinar las estrategias de grupos de ciudades vecinas.
. Crece así la complejidad de
la tarea de gobernar ciudades. Un informe preliminar de la National Academy of
Sciences de USA, del que se han tomado muchos de los datos comentados,
identifica cinco desafíos mayores a la administración urbana: a) capacidad para
proveer los servicios públicos; b) habilidad para recaudar los recursos
económicos necesarios; c) aptitud para hacer convivir la diversidad cultural y
combatir la desigualdad social; d) eficacia en la gestión de suministrar
seguridad a las personas y a los bienes públicos y privados; e) inteligencia
para coordinar las diferentes jurisdicciones territoriales.
. La respuesta más difundida a
estos desafíos ha sido la descentralización, tanto desde la Nación hacia la
ciudad como dentro de la propia ciudad. Esta descentralización ha tenido
diferentes profundidades y amplitudes -que abarcan tanto la provisión de
servicios como la recaudación de recursos-, originando nuevas exigencias a la
gestión local, cuyos dirigentes no están, a menudo, adecuadamente preparados.
. Junto con la
descentralización, ha crecido en todos lados la participación de la sociedad
civil, tanto en el diseño de políticas públicas como en el control de su
aplicación. En muchos casos las ONG locales se han convertido en verdaderas
transnacionales, especialmente en materia ambiental y de recursos humanos. Y
estas tendencias demográficas ocurren en un contexto de profundos cambios en la
economía mundial, impulsados por la globalización. Ciudades de los países
emergentes se industrializan y ciudades de los países más adelantados se
orientan a los servicios de mayor valor agregado, buscando más actividad
económica sin descuidar la protección del ambiente.
. Al mismo tiempo, el
protagonismo del mundo actual se va estableciendo en unas pocas metrópolis.
. La influencia real de la
globalización sobre las inequidades urbanas es un tema de debate. Las últimas
crisis financieras han puesto en evidencia la mayor vulnerabilidad a los
fenómenos globales de la fuerza de trabajo en las ciudades, pero también las
posibilidades que ofrecen estas últimas de sobreponerse con rapidez y de
desarrollar ventajas competitivas en el mercado global.
.
La utopía posible
. En pinceladas muy gruesas es
éste el escenario urbano internacional en el que el nuevo gobierno de la ciudad
deberá plasmar sus propuestas.
. Es también en este mundo
cada vez más urbano en el que Buenos Aires deberá intentar la utopía posible:
convertirse en una ciudad global. Tomará su tiempo, y deberá plantearse en clave
metropolitana. Agregar a las actividades tradicionales las que potencia el mundo
global es el camino para evitar que la concentración económica y el reemplazo de
mano de obra por tecnología profundicen el desempleo, el mayor riesgo para la
calidad de vida de una ciudad. Estas actividades son principalmente servicios de
alto valor agregado, turismo, investigación científica, informática, finanzas,
expresiones culturales, y aquellas destinadas a atraer la instalación en el
lugar de los grandes gestores sociales, económicos y culturales.
. Deberá, claro, competir con
otras ciudades que buscan lo mismo, mejorando la seguridad, la educación, el
sistema de salud, la calidad del aire, los espacios verdes y los servicios,
incluyendo aquellos que nos vinculan con el resto del mundo.
. Hay que profundizar la
descentralización, llegando a las comunas. A fines de 1999 presenté como jefe de
Gobierno un proyecto de ley de comunas, elaborado por los mejores especialistas
de la ciudad. Es imperdonable que no se haya sancionado esta ley, violándose la
Constitución.
. La identidad cultural y la
gobernabilidad democrática de la ciudad son argumentos competitivos muy fuertes.
De aquí la necesidad de una cultura política que privilegie el diálogo como
alternativa permanente a la violencia, la participación de la sociedad civil
como enriquecedora de las políticas públicas y el desarrollo humano como
paradigma del progreso. Y esto último nos conduce a una cuestión crucial: la
lucha contra la marginación social y la pobreza como condición para una ciudad
igualitaria, cabalmente democrática.
. Como hemos dicho más de una
vez, para orientarse en el mapa del mundo hiperurbano no hay que perder de vista
la Isla de Utopía.
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El autor fue jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fuente: Diario La Nación, del 14 de agosto de 2003. Buenos Aires -
ARGENTINA.
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