De
la desigualdad social a la sociedad de las mascotas
 “Los
animales del mundo existen por su propia razón. No fueron hechos para los
humanos†Alice Walker.
Alfredo
César Dachary
Â
En el estudio de
Oxfam para el 2021, en el que colaboraron economistas muy destacados a nivel
mundial, como Jayati Ghosh, Jeffrey Sachs y Gabriel Zucman, se concluyó que el
87 % prevé que aumentará la desigualdad de ingresos como consecuencia de la
pandemia.
Por ello, los economistas
de 77 de los 79 paÃses encuestados compartÃan esta opinión y, a la vez, creen
también que es muy probable que la desigualdad de género aumente, y más de dos
tercios de ellos piensan lo mismo respecto a la desigualdad racial.
Dos tercios de los
economistas consultados consideran también que sus gobiernos no han adoptado
ningún plan para luchar contra la desigualdad y ésta generó una desigualdad
extrema que tiene un coste humano inmenso y asà las mil mayores fortunas del
mundo tan solo han tardado nueve meses en recuperar su nivel de riqueza previo
a la pandemia, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza del
mundo esta recuperación podrÃa prolongarse catorce veces más, a lo largo de más
de una década.
La fortuna acumulada
por los 10 milmillonarios más ricos del mundo desde el inicio de la crisis es
más que suficiente para evitar que ninguna persona del mundo se vea sumida en
la pobreza a causa del virus, asà como para financiar la vacunación contra la
COVID-19 de toda la población mundial.
Con este cuadro, la
sociedad deberÃa prestar más atención a este desarrollo desigual, que ha
generado el neoliberalismo en el mundo, pero ello nos ha llevado a conocer y
ver como la sociedad logra nuevos consumos, que se transforman en nuevos intereses
muy por encima de los de la humanidad, que el individualismo parece que los ha
borrado.
Este distinto
consumo viene a reparar la nueva sociedad que se está imponiendo de libre juego
de las personas y falta de compromisos, y mucho menos de bebés, ya que las
parejas son más informales, en una sociedad donde se dan motivos para mantener
el individualismo, a una generación que le cuesta mucho salir adelante.
Llama la atención la
correlación que hay entre el incremento de las mascotas como parte de las
familias y la reducción de las familias numerosas y estables en el mundo más
desarrollado y su periferia.
En el caso de México,
hoy hay entre 4 y 5 millones de parejas que sufren problemas de infertilidad y
cada año se suman más, de acuerdo con información del Instituto Nacional de GeografÃa
y EstadÃstica (INEGI).
Esta cifra demuestra
que un porcentaje considerable de parejas tiene dificultades para concebir y
como consecuencia se ha incrementado el número de personas que se someten a
tratamientos de reproducción asistida en los últimos años.
La infertilidad
afecta a mujeres y hombres por igual y según los especialistas este problema de
salud va en aumento por diferentes circunstancias como el estrés, el consumo de
alcohol y tabaco, la mala alimentación y la postergación de la maternidad,
además de factores genéticos y hormonales y, entre las principales causas de
infertilidad femenina, se encuentra la endometriosis que afecta la calidad de
vida de siete millones de mexicanas, según la Organización Mundial de la
Salud.Â
El individualismo y
las demás consecuencias de una sociedad que se forma por grupos muy diferentes
a los tradicionales de la época anterior, la del fordismo, hoy comienza a plantearse
un nuevo modelo social con distintas instituciones.
Pero el tema que
abordamos no llega allÃ, sino que tomamos un ejemplo de como la tradicional mascota
que históricamente se daba en muchas familias hoy ha cambiado y se transformado
no solo en un miembro más de estas nuevas formas sociales, que van desde los
animales a los robots que simulan algo similar, pero con otras caracterÃsticas.
Según la
consultora Euromonitor
International, el consumo de productos para mascotas ha alcanzado el
valor de 1,900 millones de dólares y, con un crecimiento regular anual, para el
2022 podrÃa llegar a 2,000 millones, y esto pese a estar en medio de la
pandemia y con grandes restricciones para poder sacar a los niños o las
mascotas de esos minúsculos departamentos que caracterizan a las grandes
ciudades. Â
Hay un informe sobre
animales domésticos realizado por la agencia GFK que asegura que más del 56 % de
la población mundial tiene por lo menos una mascota en casa. En el caso de Europa
occidental, para el 2019 la diversidad y el número de mascotas era
impresionante, asà tenemos:
Ø Reptiles
9.420,000. - Â peces ornamentales 15.540,000
Ø Gatos
106.424,000 -Â perros: 87.510,000
Ø Pequeños
mamÃferos 28.565,000 – aves ornamentales 51.686,000
Ante esta expansión
masiva hay una gran cantidad de productos y servicios dirigidos a los dueños de
animales de compañÃa, que han mantenido un crecimiento importante en los
últimos años, y según reportes de IBIS World, para este año se estima un
crecimiento del 2.2% en la tenencia de mascotas por parte de las personas,
pese a la pandemia.
Ante la pandemia global del COVID-19 habÃa dudas sobre si el auge de
las mascotas cambiarÃa, ya que los habitantes habÃan resentido los impactos en
sus ingresos. Sin embargo, y mientras en Europa no se podÃa adoptar animales,
en Estados Unidos y Australia sà estaba permitido y se han vaciado los refugios
porque el confinamiento ha impulsado las adopciones de perros y gatos de
quienes buscaban compañÃa.
Ha habido medidas que han favorecido mucho, como es el caso de la
normativa española durante el confinamiento que favorecÃa a los propietarios de
mascotas, quiénes podÃan salir a la calle a pasear a sus perros, incluso en lo
peor de la pandemia, algo necesario ante los reducidos espacios urbanos de las
familias u otros grupos sociales. Â
Lo que parece claro es que el impacto del COVID-19 podrÃa resultar
positivo para el sector, que generarÃa una nueva industria del cariño, la
compañÃa, temas que ya estaban fuera de agenda en ciertos grupos de la sociedad
y por ello este podrÃa ser un buen nicho de mercado dentro del sector consumo,
ya que el neoliberalismo transforma en productos para el mercado todo lo que
aparezca, porque es su esencia y consecuencia de un sistema que vive de la
sociedad del consumo.
En el caso de Japón, destaca por ser la vanguardia de la sociedad donde
la tecnologÃa convive con los actores sociales y se ha comprobado que estos robots
pequeños, similares a perros, han sido muy bien aceptados y se están imponiendo
en ese paÃs.
De acuerdo con las estadÃsticas del Ministerio de Salud, Trabajo y
Bienestar, en 2014 habÃa 6.9 millones de perros registrados en Japón donde el
registro es obligatorio dentro de un plazo de 30 dÃas después de adoptar un can
como parte de las medidas contra la rabia. El Gobierno anima a los dueños de
gatos a castrar y vacunar a sus mascotas y mantenerlas dentro del hogar, lo
cual no siempre se logra.
La Asociación Japonesa de Comida para Mascotas calculó en 2015 que habÃa
unos 9.8 millones de gatos en hogares japoneses y el número de perros,
incluyendo aquellos no registrados, en 9.9 millones. En la última década el
número de gatos se ha mantenido estable, pero la suma de canes ha ido
descendiendo paulatinamente, lo que señala un leve cambio en las preferencias
de los japoneses en cuanto a mascotas.
Entre el tema inicial, la gran crisis y la pobreza y el otro del nuevo
consumo mundial de las mascotas, hay un camino en que los actores sociales lo
hacen sin ver, ya que entre alimentar animales y niños que mueren de hambre me
parece habrÃa grandes diferencias.
Pero al final, ésta es una sociedad nueva, profundamente individualista y
contraria a los compromisos, encuentra en las mascotas a algo que no responde o
cuestiona, que no pretende cambiar las cosas y que la relación se puede romper
en cualquier momento con el abandono.
De allà que el nuevo consumo superfluo se transforma en sentimental, el
que era de apoyo o custodia se transforma de compañÃa, ya que el individualismo
ha logrado crear una gran sociedad de solitarios.Â
cesaralfredo552@gmail.com
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