En la Legislatura de Bahía
Blanca
En agosto de 2008 el concejal radical Roberto (Tucho)
Ursino propondría que una plaza de la localidad de Ingeniero White, llevara el
nombre de mi padre: Ampelio Liberali.
Ingeniero White pertenecía al partido de Bahía
Blanca, y era en el Honorable Concejo Deliberante de ese Municipio donde se
debatiría dicha presentación.
Viajé con mi madre y mi hijo Martín para estar
presente en esa ocasión, pero además, también asistieron varios miembros de mi
familia bahiense, amigos y representantes del grupo scout “Ernesto Pilling”, al
cual mi padre había pertenecido.

Honorable Concejo Deliberante del Municipio de Bahía
Blanca
Durante la lectura del proyecto, Ursino adujo que no
sólo mi padre había nacido y se había criado en Ingeniero White, sino que a
pesar de su residencia en Bahía Blanca y posterior radicación en Buenos Aires
había seguido participando en el grupo scout y colaborando con las actividades
desarrolladas en el pueblo, además de haber escrito dos libros directamente
relacionados con él, como “Historietas Whitenses” e “Historietas Comercialinas”,
haciendo referencia al Club Atlético Puerto Comercial, importante institución
del lugar. Y además, que había sido durante muchos años Presidente del Centro de
Residentes Whitenses en Buenos Aires. Luego otros concejales pidieron la
palabra, y todos apoyaron la iniciativa.
Con ansiedad esperamos la votación, y con enorme
satisfacción nos encontramos con que fue aprobado por
unanimidad.

El Concejal Roberto Ursino presentando el proyecto de denominar
con el nombre de “Ampelio Liberali” a una plaza de la localidad de
Ingeniero White

Otro legislador apoyando la presentación de
Ursino

Néstor Mazzello e integrantes del Grupo Scout “Ernesto Pilling”
esperando el resultado de la
votación
Acto seguido le entregaron una medalla de la
Municipalidad de Bahía Blanca a mi madre, y como ella estaba muy emocionada, yo
dije unas palabras de agradecimiento, invocando a un dicho de mi padre que
mostraba su amor por el pueblo, al margen de que no se tratara de un sitio
atractivo: -“Si el mundo tuviera forma de persona, sin dudas, el culo sería
Guaite; pero yo lo quiero porque es mío”.

Mi madre junto a Roberto Ursino y otros legisladores
recibiendo una medalla de la Municipalidad de Bahía
Blanca
Luego mi madre se tranquilizó y dio varias
entrevistas a la prensa local, y junto con amigos y familiares salimos a
festejar ese tan maravilloso homenaje.

Mi madre siendo entrevistada por los medios
locales

Junto a mi prima Nilda Sensini, Roberto Ursino y mi primo Néstor
Zanzi,
contentos por la aprobación del
proyecto

Con mi prima Nilda Sensini, mi hijo Martín y mis primas Gloria y
Marta Rossini,
festejando el resultado de la votación por
unanimidad
Después de descansar en el departamento de la calle
Alsina, fui con mi madre, mi hijo Martín y mi prima Nilda a Ingeniero White a
visitar la plaza, que se encontraba frente a la escuela
técnica.

Ya en el departamento, mi madre orgullosa con la medalla
recibida

Medalla de la Municipalidad de Bahía Blanca en homenaje a mi
padre

Plaza que sería denominada “Ampelio Liberali” en la localidad de
Ingeniero White
Si bien Ingeniero White nunca había sido un pueblo
agradable, tal como lo expresara mi padre, debido al fuerte viento del mar, a
las frecuentes inundaciones y a la marginalidad con que habían sido construidas
sus viviendas, en ese momento, se le agregaba la contaminación resultante de la
planta petroquímica instalada en sus cercanías. Y la plaza era un fiel reflejo
de todo eso.

El viento del invierno la había dejado con un aspecto
desolado
Sin embargo, a pesar de lo negativo, en la plaza
había un recordatorio de “La Noche de los Lápices” y un buen número de juegos
para niños, que siempre alegran todos los
espacios.

En la plaza había un recordatorio de “La Noche de los
Lápices”

Mi hijo Martín, mi madre y mi prima Nilda en un banco de la
plaza

Juegos para niños en la plaza

Martín aprovechó para hamacarse un
rato

Dejando Ingeniero White, pueblo tan querido por mi
padre
Además del reconocimiento a mi padre, la visita a
Guaite me volvió a generar una grata sensación interna, no sólo por tenerlo a él
tan presente en sus recuerdos, sino porque también formó parte de los de mi
niñez.
Ana María
Liberali