Declaración del Frente de Izquierda
Abajo el acuerdo con el FMI. Paro activo nacional y plan de lucha contra
los tarifazos, el techo salarial, los despidos y la reforma
laboral
En las últimas semanas asistimos a un nuevo salto en la crisis
económica y política en la que nos sumió el gobierno de Macri, crisis que
pretenden que sea pagada por los trabajadores y los sectores populares con un
nuevo ajuste y saqueo.
La decisión de buscar un salvataje del FMI es la confesión de que
todas las medidas anunciadas hasta el momento para enfrentar la crisis han
fracasado. En estas últimas semanas el Banco Central financió la fuga de casi
7.000 millones de dólares al servicio de la timba financiera y sigue pagando la
fraudulenta deuda externa. Las tasas exorbitantes que le ofrecieron a los
especuladores no detuvieron la corrida contra el peso, pero sí agravaron el
pasivo del Banco Central y las fuertes tendencias recesivas que redundarán en
miles de nuevos despidos.
Asimismo, el pacto con el FMI representa la confesión de que el
ajuste anunciado la semana pasada no era suficiente para los especuladores
internacionales. En el informe elaborado por el Fondo se “recomienda” bajar los
salarios, subir la edad para jubilarse a los 70 años, reducir las partidas de
gasto social e imponer una dura reforma laboral.
En pocas semanas la devaluación del peso superó el 7%, lo que
incrementará aún más una inflación que ya se estima superará el 25% anual,
mientras el gobierno ratificó, en complicidad con la burocracia sindical de la
CGT y las CTA, el techo salarial del 15% y encima mandó la reforma laboral
antiobrera al Congreso, la cual rechazamos de plano.
La respuesta del
gobierno de Macri a la bronca popular contra los tarifazos a los servicios
públicos fue el pago en cuotas del gas, con intereses. Una provocación contra
las mayorías populares que ya sufre los despidos y el robo salarial.
Ante esto, el
peronismo que le había dado los votos al gobierno para sancionar todas las leyes
de ajuste y entrega, mientras aplicaban las mismas políticas en las provincias
que gobiernan, ahora posa de opositor y presentó un proyecto de ley en el
Congreso que le pone límites a los ajustes de las tarifas a futuro, pero que
convalida los aumentos hasta noviembre del año pasado. O sea, en complicidad con
el gobierno, pensando en las elecciones de 2019 y no en los millones que sufren
los tarifazos. En estos momentos siguen negociando con el gobierno nacional y
los gobernadores para intentar llegar a un acuerdo. Pero Macri y su camarilla ya
decidió no dar el brazo a torcer, ni siquiera ante un proyecto de estas
características. Por eso asistiremos a todo tipo de maniobras para dilatar
cualquier ley que cuestione el actual esquema tarifario, y ya Marcos Peña
adelantó un veto de Macri en caso de aprobarse en el
Congreso.
El kirchnerismo, que
tildaba a los gobernadores y sus legisladores como "traidores", va a la saga de
éstos. No tienen ningún programa alternativo. Durante su gobierno sostuvieron el
esquema privatizador del menemismo y beneficiaron con subsidios multimillonarios
a las petroleras vaciadoras como Repsol y, entre otros, subsidiaron a los
Cirigliano-TBA que llevaron a la masacre de Once.
La burocracia sindical
en todas sus expresiones no sale de su pasividad. Después de haber dejado pasar
todos los despidos en el Estado en los últimos meses y firmar los aumentos
paritarios a un 15%, ahora dicen estar en contra de los tarifazos
“desproporcionados”, pero no se plantean ninguna medida de acción contundente
que pueda derrotar la voluntad de este gobierno del gran capital, sus tarifazos
y sus salarios de hambre. La CGT peronista sigue en el pacto con Macri y está
dispuesta a negociar la reforma laboral en el parlamento de la mano del conjunto
del peronismo. El sector que convocó al 21F llama a movilizarse el miércoles 9
contra los tarifazos, pero sin paro alguno, y a la par hablan de la realización
de un paro sin movilización: una medida no para derrotar los planes de ajuste,
sino para "descomprimir" el creciente odio obrero y
popular.
Todas las fracciones
políticas de la burguesía tienen programas que atentan contra los intereses de
las mayorías laboriosas de la Argentina. Unos sosteniendo un ajuste y
"enfriamiento" de la economía. Otros alentando a una mega devaluación que
golpeará aún más a los bolsillos del pueblo trabajador. Son viejas recetas
capitalistas con las cuales perdieron los trabajadores y se beneficiaron los
grandes empresarios, las multinacionales, los bancos y el
imperialismo.
El Frente de Izquierda
y de los Trabajadores sostiene un programa alternativo al de los ajustadores y
devaluadores: no al pacto con el FMI, que la crisis la paguen los capitalistas,
no los trabajadores.
En la Argentina
todo aumentó, menos el salario de los trabajadores. Abajo el techo salarial del
15% y en cuotas. Reapertura de las paritarias con cláusulas gatillo. Aumento de
emergencia para los jubilados. Anulación del robo jubilatorio votado en
diciembre. Que nadie gane menos de lo que cuesta una canasta
familiar.
No convalidamos ningún
aumento de tarifas, sostenemos la anulación de todos los tarifazos. Exigimos la
apertura de los libros de contabilidad de las empresas prestatarias de servicios
públicos y de transporte y de las petroleras y gasíferas, para investigar qué
hicieron con los multimillonarios subsidios recibidos en "la década ganada"
kirchnerista.
Nuestra salida es de
fondo. Planteamos la nacionalización y estatización integral de los
hidrocarburos y de las empresas privatizadas de servicios públicos y de
transporte, sin pago, para ponerlas a funcionar bajo control y gestión de
trabajadores y organizaciones de usuarios.
Ante las corridas
cambiarias y la descomunal fuga de capitales sostenemos la necesidad de
nacionalizar la banca y crear un banco estatal único que concentre el ahorro
nacional y otorgue créditos baratos a los sectores populares y pequeños
comerciantes. Asimismo, sostenemos la necesidad del monopolio estatal del
comercio exterior.
Planteamos que se deje
de pagar ya la deuda externa para destinar esos fondos a salario, trabajo,
salud, educación y vivienda, no para los usureros
internacionales.
Estas son medidas
elementales de soberanía nacional en función de un plan económico dirigido por
los trabajadores para frenar la sangría que se está produciendo con la fuga de
capitales. Con esos fondos e impuestos progresivos a la banca y a los grandes
grupos económicos se podrá financiar un plan de obras públicas para generar
trabajo genuino, combatir la pobreza y desigualdad social y que toda la
población pueda acceder a servicios públicos baratos y de
calidad.
El gobierno del gran capital no va a ceder en sus pretensiones con
paros aislados. El paro activo nacional como parte de un plan de lucha,
preparado para garantizar que cientos de miles de trabajadores puedan participar
en las calles de una imponente movilización retomando la rebelión de diciembre
contra el robo jubilatorio y otras expresiones de lucha, es la herramienta que
tenemos para acabar con los planes de ajuste y entrega y comenzar a imponer un
programa de los trabajadores para que la crisis la paguen ellos, los
ajustadores.
Este miércoles 9, el Frente de Izquierda convoca a movilizarse
frente al Congreso desde las 10 hs. por la anulación de los tarifazos, la
nacionalización sin pago de las empresas privatizadas y la exigencia a un paro
activo nacional.