La nueva lucha por la hegemonía mundial
“Cuando me preguntaron por un arma capaz de contrarrestar el poder de
la bomba atómica, yo sugerí la mejor de todas: la Paz” Albert
Einstein.
Alfredo César
Dachary
Desde el final de la segunda guerra mundial al
día de hoy no habido un solo día en que no esté vigente un enfrentamiento armado
de forma regular entre países o irregular a través de guerrilla, terroristas y
otros grupos más.
En 1990, se da por finalizada la guerra fría
entre Estados Unidos y la ex URSS, pero fue un triunfo a lo pírrico, ya que la
potencia hegemónica no tenía una solidez económica para festejar el haber
quedado sola, un período que le duró muy poco al emerger al final de la década,
primero China y luego en el siglo XXI, Rusia, al ser no solo países capitalistas
exitosos sino potencias militares alternativas.
La guerra fría se reinició como un nuevo
ejercicio de poder y además de controlar la sociedad: el 11-S, hecho vandálico y
terrorista cuyos verdaderos autores aún están en las tinieblas, por afirmaciones
de expertos occidentales, tanto franceses y españoles que no aceptan la versión
oficial del 11-S; de la tragedia quedó una falta de libertades en Estados
Unidos, reducidas por el Acta Patriótica.
La excesiva afición de Estados Unidos por
la observancia de los derechos humanos en otros países, que se manifiesta en los
informes anuales del Departamento de Estado a este respecto, le impide a
Washington percibir hasta qué punto algunos modelos de su propia legislación
entraron en contradicción con la democracia, como lo ha sido el Acta Patriótica,
las cárceles clandestinas e ilegales como Diego García, Guantánamo y muchas más.
Hoy en la segunda etapa de guerra fría, que
parece ser una necesidad psicológica de la sociedad norteamericana de tener un
enemigo para de allí dividir entre aliados, amigos indecisos y enemigos, aunque
luego de ver el accionar de Trump, nos viene a la memoria la famosa frase de
John Foster Dulles, Secretario de Estado del Presidente Eisenhower: “Estados
Unidos no tiene amigos solo socios”, y como tal actúa hoy.
La nueva guerra fría se prolongó en Medio
Oriente, donde está el eje central de las contradicciones, no por Israel, que es
una pieza clave en el juego, sino por los países árabes productores de petróleo,
ya que la negociación de este producto vital para la sociedad moderna, solo se
hace con el dólar y por ello este respaldo es la única base de sustentación del
poder “imaginario” del dólar.
Cuando en 1971, la gran deuda de Estados Unidos
lo llevó a una situación crítica, sacar el respaldo oro al dólar, solo quedó lo
que una jugada magistral del Departamento de Estado y la Reserva Federal,
apalancar el dólar como moneda obligatoria en las transacciones petroleras, lo
cual fue respaldado por la naciente OPEP, a cambio de que las fuerzas militares
de Estados Unidos y sus aliados protejan el petróleo y los países productores,
las monarquías más atrasadas del Oriente Medio.
Años atrás, Muamar el Gadafi comenzó a vender
petróleo y recibir euros, el costo de la osadía fue su muerte y destrucción de
todo el país, hoy un territorio sin ley ni futuro.
Luego fue el caso de Sadam Hussein en Irak que
también comenzó a vender y a intercambiar petróleo por otros productos, y su
costo fue similar en lo personal y para su país que lo ocurrido en
Libia.
Hoy la historia vuelve a repetirse, pero esta vez
es con dos países fuertes militar y económicamente: China, que ya es la gran
alternativa para compartir la hegemonía con Estados Unidos, y Rusia que se
perfila como potencia militar de primer nivel
mundial.
La propuesta china cambia las reglas del juego en
una industria que está dominada por el dólar y abre nuevas posibilidades de
comercio y pago por materias primas introduciendo el oro en la
ecuación.
Así este nuevo producto chino podría convertirse
en el referente para fijar el precio del petróleo de Asia, dado que China es el
mayor importador de petróleo del mundo, con alrededor de 7,6 millones de
barriles diarios en 2016, que se negocian en contratos a largo plazo entre las
principales compañías petroleras de China y las petroleras extranjeras.
Las ofertas también tienen lugar entre las
grandes multinacionales chinas y las refinerías chinas independientes, y entre
las grandes petroleras extranjeras y las empresas comerciales mundiales. Todo
este mercado perdería, como referencia del precio del petróleo, indicadores como
el Brent o West Texas Intermediate, ambos denominados en dólares
estadounidenses, y pasarían a negociarse con el nuevo contrato
chino.
Esta
decisión de China permitirá, además, que exportadores como
Rusia e Irán puedan burlar con facilidad las sanciones estadounidenses y
dejarlas sin efecto, mediante el comercio en yuanes convertibles en oro. Y de
ahí que el producto puede extender su uso más allá de estos dos primeros
candidatos, porque el yuan será totalmente convertible en oro en Shanghái y Hong
Kong.
En 2014, Rusia y China firmaron dos gigantescos contratos de 30 años
para el gas ruso a China. Los contratos especificaban que el intercambio se
haría en renminbi [yuanes] y rublos rusos, no en dólares. Ese fue el comienzo de
un acelerado proceso de desdolarización que está en marcha hoy
, según
el consultor de riesgo estratégico F. William Engdahl.
“Una alternativa ruso-china al dólar en forma de
rublo respaldado por oro y renminbi o yuan respaldado por oro, podría comenzar
una salida en forma de bola de nieve del dólar estadounidense, y con ella, una
severa disminución en la capacidad de Estados Unidos de usar la reserva dólar
para financiar sus guerras con el dinero de otras personas”, concluye
Engdahl.
Aunque el yuan no es todavía una divisa aceptada
para realizar pagos en el ámbito comercial global (China proyecta convertirla en
ello), el país va a sacar adelante
sus planes respaldando el yuan con oro para el pago de las importaciones de
petróleo, una commodity de la que China también es el mayor importador
global.
Hasta ahora, la divisa comúnmente aceptada para el pago de
las importaciones de petróleo era el dólar. China cree que el yuan
respaldado por oro sería un elemento que cambiaría el modelo y que permitiría que el oro se convirtiera en el
medio de pago “de facto”, a pesar de que no todos los contratos
podrían convertirse en oro.
Este contrato de futuros de petróleo cotizaría en
la Bolsa
Internacional de Energía de Shanghai y será el primer
contrato de futuros de China que esté abierto a las firmas
internacionales de inversiones.
En palabras de Nigam Arora, analista de mercados
internacional, a Business Standard “…este plan de China supone la introducción de una nueva forma de patrón
oro en el mundo del comercio internacional. El oro es más una divisa que
una commodity, ya que el contrato está respaldado por este metal. Si este plan
sale adelante, el oro tiene el potencial de disparar su
precio”.
Además, la puesta en marcha de este contrato de
futuros permitiría crear un nuevo
índice de referencia para el precio del petróleo. En la actualidad, las
dos referencias mundialmente aceptadas para este precio son Brent y WTI. Pero
según este analista, “…si triunfa esta iniciativa, se creará una nueva
referencia similar a estas dos. De momento, no hay oro disponible en el mundo
para respaldar todos los contratos. Pero si el precio del oro se dispara de
manera significativa, la situación puede cambiar”.
Según los datos del Consejo Mundial del Oro, el Banco Popular de China posee 1,842.6
toneladas de oro, que apenas representan el 2% de sus reservas totales.
Es el quinto mayor poseedor de oro, si no se cuenta al Fondo Monetario Internacional.
Su demanda en 2016 se elevó a 915
toneladas, frente a las 666 que constituyeron la demanda de la India, el
segundo mayor consumidor mundial.
Este revolucionario plan puede cambiar la forma en que funciona el comercio
mundial del petróleo y otras materias. Para realizar cualquier
transacción internacional, en la que no participen los Estados
Unidos, los compradores tienen que
adquirir dólares para pagar las importaciones. El euro ha asumido un
discreto segundo puesto para el comercio
internacional.
En opinión de Surendra Mehta, Secretario nacional de la
Asociación de Vendedores de Oro y Joyería de la India, “China quiere acabar con el actual sistema de petrodólares
introduciendo un ‘petroyuan’ respaldado por oro en los contratos de
futuros del petróleo. Al ser el mayor importador mundial de petróleo, este
importante alejamiento respecto del petrodólar podría significar malas noticias
para los Estados Unidos pero muy buenas para los poseedores de
oro”.
China ha intentado varias veces desmarcarse del uso internacional del
dólar, aunque sus intentos hasta ahora no habían obtenido resultados. La
presente iniciativa fue inspirada por las sanciones estadounidenses contra Rusia
e Irán. Estados Unidos puede forzar estas sanciones porque controla el flujo de
dólares que circulan a través del sistema bancario. Salirse del dólar es la
mejor fórmula para eludir las sanciones.
Aquí están las bases de los actuales conflictos
con Rusia e indirectamente con China, el envenenamiento del ex espía ahora héroe
para los Estados Unidos, el bombardeo con bombas químicas en Siria hecho por el
principal aliado de los Estados unidos y otros que vendrán, recordemos que hay
una larga historia de mentiras para iniciar guerras, desde El Maine volado por
órdenes del gobierno norteamericano para provocar la invasión a Cuba, a Pearl
Harbor para enardecer a un pueblo que no quería guerra y el incidente del golfo
de Tonkín en que justificó los bombardeos masivos, al 11-S y la una gran duda de su autoría,
ya que nunca se encontraron las armas que motivaron la invasión a Irak.
No nos engañemos, no hay contradicciones
políticas hoy, sino de poder, el conflicto por la hegemonía mundial, que deberá
ser compartida, por el control de armas nucleares que es saltado día con día y
muchas cosas más para lograr un verdadero orden mundial, ya que el desorden
actual rebota de muchas maneras en los diferentes países operado por distintos
actores.
alfredocesar7@yahoo.com.mx