Abajo el bombardeo
imperialista a Siria
Gustavo Montenegro
El ataque aéreo combinado de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia
en territorio sirio es la última expresión de una guerra devastadora donde se
cruzan los intereses de las grandes potencias y que en siete años ha causado más
de 350 mil muertos y millones de desplazados. Una rotunda desmentida a los que
pregonan un desarrollo pacífico del capitalismo.
Las fuerzas de esta coalición localizaron sus ataques en
presuntos depósitos de armamento químico del régimen de Bashar Al Assad, pero
según la BBC (15/4) éstos “fueron diseñados específicamente para evitar daños a
las fuerzas rusas e iraníes”, que apoyan en el terreno al gobierno del primero.
Tan calculado habría sido el ataque que Francia reconoció que Moscú fue
notificada previamente de éstos (ídem).
El trasfondo del ataque sería, según coinciden varios
analistas, una advertencia del imperialismo a Rusia e Irán en la disputa por el
reparto de Siria. Yanquis, británicos y franceses buscan subordinar a Putin.
Israel y Arabia Saudita, temerosos de un crecimiento de la influencia iraní en
la región, se alinean con los primeros. El sionismo desarrolló en estos días un
ataque contra objetivos persas en Siria.
Los
ataques buscarían, entonces, una renegociación del reparto de
Siria.
A todo esto, la justificación usada por Trump para llevar a
cabo el bombardeo, un presunto ataque con armas químicas sobre la población
civil en Duma (en la región de Ghouta) que dejó decenas de muertos, sigue
sumando controversias. Trump no ha presentado una sola prueba que involucre a Al
Assad o a Rusia. Se escuda en que se trata de información reservada y llega al
absurdo de proponer (junto a May y Macron) en el Consejo de Seguridad de la ONU
una investigación sobre los ataques con armas químicas, ahora, una vez que la
represalia militar ya ha sido consumada. (Que no haya pruebas contra Al Assad y
Rusia en este caso puntual no desmiente, por supuesto, los bombardeos contra la
población civil y terribles sufrimientos que ambos han infringido al pueblo
sirio).
El otro motivo que habría influido en el ataque, aunque
menor en referencia al primero, es de características domésticas. Trump se
encuentra preocupado por el “Rusiagate”, la publicación del libro de un ex jefe
del FBI que lo sindica como un “capo mafia”, y el allanamiento de las oficinas
de su abogado por el affaire del primer mandatario con una estrella porno. En
resumen, por la aguda crisis política norteamericana, a pocos meses de las
elecciones de medio término.
El ataque en Siria ha vuelto a mostrar ante los ojos del
mundo el horror de la guerra imperialista. Como afirma una reciente declaración
del PO, es necesario que los pueblos oprimidos y los trabajadores de los países
imperialistas unan fuerzas en una acción internacional contra el imperialismo y
para derrotar las guerras imperialistas y reaccionarias mediante la revolución
social.