El fin de los
mitos
“Es más fácil imaginar el fin del mundo que
el fin del capitalismo” Anónimo.
Alfredo César
Dachary
La segunda década de este nuevo siglo ha sido
rica en acontecimientos que, aisladamente nos sorprenden, pero al hilarlos nos
agobian por la magnitud de los mismos ya que pasan de ser audaces ideas a
generar una verdadera crisis en el futuro de la humanidad.
Por ello me sigue sorprendiendo un hecho que
sintetiza estos profundos avances y los retos que a la vez implican. Primero, la
robótica como sistema para reemplazar al humano en el rol central del trabajo;
por la otra, la incapacidad de generar nuevos trabajos que nos están empujando a
una zona gris donde la carencia de un futuro mejor nos lleva al pragmatismo
pesimista.
Sobre éstas, que son las ideas que pueden
amoldarse a más del 70% de la población, la que no podrá re-emplearse y quedará
para recibir una renta universal básica o caer en las redes de la ilegalidad en
todas sus formas, existe un restringido grupo de personas, las que tiene más y
viven mejor en el mundo que también son pesimistas, aunque por otras razones,
pero todas están íntimamente ligadas.
Esto que hoy ocurre principalmente en Estados
Unidos es algo muy serio que nos hace reflexionar sobre la humanidad y su
destino, ya que ambos grupos no creen en el futuro, o sea, no hemos podido
construir una esperanza de futuro mejor, y por oposición, hemos creado un
escenario de crisis, de final de apocalipsis.
La reflexión no es superficial porque afecta a lo
que no se puede ver, pero si sentir, ya que mucha gente considera que la pobreza
es algo que no les llega hasta que llega la inseguridad y su vida deja de tener
sentido y pasa de ciudadano a sobreviviente.
Esta idea que hoy vuelve a dominar a los ricos,
especialmente en Estados Unidos, es una expresión de que los problemas del mundo
están íntimamente relacionados y nada escapa a la lógica del sistema. Jóvenes
que matan a compañeros de clases, pandillas que sacrifican personas en aras de
más poder, tráfico de drogas que envenenan a las sociedades, tráfico de
personas, de órganos, de todo lo que tenga valor, aunque sea antiético e
inmoral.
El miedo que hoy hace temblar a los ricos en el
país del norte se construye en la calle y en los medios, que le dan una
publicidad sobre-dimensionada, sin medir el daño que realizan al promover el
efecto demostración, del “yo puedo hacer lo mismo”.
Por ello no es difícil comprender esta nueva
filosofía del pesimismo o del apocalipsis y los ejemplos sobran. Así, Antonio
García Martínez, un ex gerente de producto de Facebook de cuarenta años que
vivía en San Francisco, compró cinco acres boscosos en una isla en el noroeste
del Pacífico y trajo generadores solares, páneles y miles de cartuchos de
municiones. "Cuando la sociedad pierde un mito fundador sano, desciende al
caos", dijo.
Estados Unidos es un país que se construyó en
base a mitos y mucho trabajo, por lo que es muy difícil hoy enfrentar las nuevas
realidades de una sociedad partida por los disturbios raciales, que plantea el
supremacismo blanco por un lado y los grupos islamistas por el otro, ambos están
enterrando la piedra del mito fundador de ese país.
Otro grupo de ciudadanos exitosos que están en la
zona más rica y con mayor potencial, el Valle del Silicio, describían sus
propios preparativos, para este negro futuro y lo fundamentaban en algo
aparentemente simple pero muy profundo: "Creo que las personas que están
particularmente en sintonía con las palancas por las que la sociedad realmente
trabaja entienden que estamos patinando en el hielo cultural muy delgado en este
momento”.
Steve Huffman, de 33 años, co-fundador y C.E.O.
de Reddit, que está valorado en seiscientos millones de dólares está cada vez
más preocupado por la estabilidad política básica estadounidense y el riesgo de
disturbios a gran escala, por algún tipo de colapso institucional, que en los
blogs de Prepper llaman tal escenario WROL, "sin estado de derecho".
Huffman ha llegado a creer que la vida
contemporánea descansa en un frágil consenso ya que, en cierta medida, “todos
colectivamente tomamos la fe en que nuestro país funciona, que nuestra moneda
(dólar) es valiosa, todas estas cosas que tenemos y queremos porque creemos que
funcionan, aunque creo que son bastante recientes, y hemos pasado por mucho, sin
duda vamos a pasar por mucho más”.
Los más poderosos saben de la debilidad del dólar
que es el talón de Aquiles de Estados Unidos, que hoy controlan el comercio
mundial con su moneda desvalorizada y sin respaldo alguno, un escenario que ya
se prevé de corta vida.
En grupos de Facebook “survivalistas” comparten consejos sobre
máscaras antigás, construcción de búnkeres, sistemas de filtrado de aire y mapa
con lugares estratégicos donde no se verán afectados ante una eventual
catástrofe mundial, aunque también está el intercambio de lugares más seguros para
enfrentar una catástrofe, y la mayoría desconfían en Estados Unidos de sus
vecinos u otros ciudadanos dado el nivel de violencia que hoy hay sin llegar al
apocalipsis.
En la década de los 50´a los 60´ durante el auge
la guerra fría, la gran tendencia derivada del miedo que se había logrado
instalar en la sociedad norteamericana había sido la construcción de refugios
atómicos para sobrevivir un holocausto, para protegerse de una futura guerra
mundial.
Hoy, medio siglo después, en una situación
totalmente diferente cuando Estados Unidos comienza a entender que tiene que
compartir la hegemonía mundial con Rusia y China, las construcciones de refugios
comerciales se han vuelto populares, en este gran público.
Uno de ellos, Survival Condo Project, es un condominio de
15 pisos ubicado en Kansas en un antiguo almacén subterráneo de misiles
nucleares. Larry Hall, quien compró la construcción y la remodeló,
ya ha vendido casi la totalidad de los apartamentos que lo conforman con un
valor entre 1,5 y 3 millones de dólares, incluido uno que se quedó para el
propietario del proyecto.
Como éste era un área bajo seguridad militar es
fácil ante una eventual catástrofe el acceder a los nuevos propietarios que
llegarían a los apartamentos refugios a través de un aeropuerto ubicado a 48
kilómetros o en camiones blindados.
Este proyecto tiene grandes ventajas, ya que fue
seleccionado por el ejército para ser un sitio de misiles intercontinentales, de
allí que esta área donde hoy se
encuentra Survival Condo Project fue originalmente estudiada por los militares y
seleccionada por tener mínima actividad
sísmica.
Aparte de los muros, capaces de resistir una
bomba nuclear, el complejo está
protegido por guardianes armados y francotiradores, y tiene almacenado
suficiente comida y combustible para 75 personas para cinco años, un área
médica, una piscina, un cine, un gimnasio y una biblioteca, entre otras
instalaciones.
Pero hay un importante grupo de potenciales
“survivalistas”, que consideran más seguro alejarse de Estados Unidos, algo que
no ocurrió con un país con muchos refugios atómicos como Suiza. Esto llevó a que
la gente busque emigrar a zonas o países considerados muy seguros. Con el
ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, más de 15,000 estadounidenses, que
vienen a ser 17 veces más de lo usual, se registraron en la agencia inmigratoria de
Nueva Zelanda.
Pero el flujo migratorio empezó desde mucho
tiempo antes de la victoria de Trump, ya que en sólo los primeros 10 meses del
año 2016 ciudadanos de diferentes
países compraron en Nueva Zelanda más de 3,600 kilómetros cuadrados de
tierras, cuatro veces más que en el mismo período en
2015.
Esto se debe a que en los ‘ratings’ globales, Nueva Zelanda lidera en
términos de democracia, gobierno y seguridad, y además según el último reporte del Banco Mundial, Nueva Zelanda es el mejor
país del mundo para hacer negocios.
El tema a destacar hoy no es la construcción de
refugios, que viene a formar parte de la paranoia de grupos que tienen poder e
influencia en Estados Unidos, sino la falta de perspectivas y de creencia de los
poderosos sobre el futuro de su país. Hoy, ante la carencia de justificación a
la crisis de la sociedad que logró llevar a la Casa Blanca a un supremacista
blanco, las justificaciones de su crisis son infantiles, los rusos, que son más
capitalistas que ellos o los chinos, que ya llevan la delantera en varios
frentes, incluido el comercio y la globalización.
La crisis de un país construido a base de mitos
es que cuando éstos se comienzan a mover no hay otra respuesta más que pensar en
el apocalipsis, porque parte del mito es que, si el país cae, cae el mundo; algo falso, porque no hay imperio
que supere a un siglo y menos pueblos que lo soporten.
alfredocesar7@yahoo.com.mx