En el barrio Santo Domingo Savio de
Medellín
Desde la estación Carlos Gardel tomamos el Metroplus para
dirigirnos a la estación Acevedo de la línea K, generalmente llamada Metrocable,
que contaba con noventa cabinas y tres estaciones. Hicimos una larga fila ya que
no se trataba de un cablecarril turístico sino del medio público que utilizaban
los habitantes de la Comuna Uno para arribar a ese sector elevado de la ciudad
de Medellín.

Vista de la ciudad de Medellín desde el Metrocable

Vista general del Metrocable desde la estación
Acevedo

Cruzando el río
Medellín

La avenida Carabobo desde el
Metrocable
Uno de los barrios de la Comuna Uno era el Santo Domingo Savio, una
especie de favela donde se habían hecho intervenciones que reportaron grandes
cambios.

Barrio Santo Domingo
Savio
La malla vial desordenada y conflictiva era el fiel reflejo de la
formación espontánea, no planificada, característica de todos los barrios de la
Comuna Uno. Se observaban entonces calles laberínticas sin una clara continuidad
donde las veredas eran algo accidental, casi inexistente, discontinuo, con
diversidad de alturas y materiales, construidas sólo por tramos y como producto
del empeño particular e individual y no de la acción comunitaria o de entidades
municipales.

Malla desordenada y
conflictiva
A nivel comunal existían, en dirección norte-sur, sólo tres ejes
viales que atravesaban esta unidad territorial, lo que se debía, además de la
urbanización no planificada, a las barreras topográficas como cauces y quebradas
que interrumpían la continuidad de la mayoría de las carreras, por lo que eran
sinuosas, estrechas y con un alto flujo vehicular. En dirección este-oeste
poseía calles cuya característica general era su elevada pendiente, su estrecha
sección vial y un alto porcentaje con sólo flujo peatonal, produciendo problemas
de accesibilidad y abastecimiento.

Calles estrechas, sinuosas y con elevada
pendiente

La mayor parte de las construcciones eran
precarias

La lluvia no se hizo esperar durante el
ascenso

Vista parcial del barrio Santo Domingo Savio desde
el Metrocable

Acercándonos al barrio Santo Domingo
Savio

Una de las cabinas del
Metrocable
Anteponiéndose a las viviendas y comercios levantados precariamente
con ladrillo hueco a la vista, no como ornamentación sino como consecuencia de
la imposibilidad de cubrirlos con revoque, se divisaba un gran edificio que más
que un “elefante blanco” podría decirse que era un “elefante negro” y
correspondía a una gran biblioteca construida por el gobierno
español.

Edificio de la biblioteca
España
Un cambio importante que había afectado positivamente a toda la
Comuna había sido la creación del Metrocable. Y si bien había surgido con el
propósito de mejorar las condiciones de movilidad de los habitantes,
indirectamente se convirtió en un detonante para el desarrollo urbano,
mejorándose algunas vías y creando un nuevo espacio público de
calidad.

El Metrocable, un verdadero impulsador del
barrio

El barrio Santo Domingo Savio en medio de una
intensa niebla

Viviendas precarias en el barrio Santo Domingo
Savio
Se trataba de una zona enteramente residencial por lo cual carecía
de una estructura económica plenamente desarrollada, presentándose sólo
comercios y servicios complementarios a la vivienda, especialmente por los
principales corredores viales. En el sector de influencia del Metrocable se
experimentaba una intensa articulación de microempresas y famiempresas
construidas a partir de políticas públicas como el Banco de las Oportunidades y
el proyecto Cultura E, de desarrollo empresarial. Uno de los tres ejes
principales era la carrera 32, donde se encontraban todo tipo de comercios y
servicios.

Intensa actividad en la Carrera
32

Fina llovizna en la Carrera
32

Comercios y servicios en la Carrera
32

Una de las callejuelas peatonales con pronunciada
pendiente
A cien metros de la estación Santo Domingo se encontraba la
biblioteca España, donación hecha por el gobierno español. Su sencillo, pero
espacioso lugar, contaba con varias salas con ejemplares disponibles para todo
tipo de lector.

Adornos de Navidad en las cercanías de la
biblioteca España

Omar con Alberto Gutiérrez, profesor de la Universidad de
Antioquía, junto a la biblioteca España

Moderna biblioteca España…

Junto a una zona de edificaciones
precarias

Viviendas con ladrillo hueco a la vista, por
imposibilidad de ser cubiertas con revoque

Acumulación de basura en muchas
esquinas

Vista de Medellín desde la biblioteca
España

Las nubes no nos permitían ver las
montañas

Estructura urbana sumamente
compleja
Con el profesor Gutiérrez recorrimos el barrio mientras nos hacía
conocer los episodios de violencia frecuentes en el lugar y el papel de la
Iglesia intentando recomponer la situación.

Listado de quienes perdieran la vida en el barrio, víctimas de la
violencia

Cruz armada con ladrillos
huecos
Tomamos la merienda con algunas tortas elaboradas por mujeres que
habían iniciado un pequeño emprendimiento. El lugar estaba muy limpio y los
alimentos eran de buena calidad. Pero ellas eran muy tímidas y les costaba
relacionarse, y cuando Alberto les comentó que éramos argentinos, quedaron muy
emocionadas por haber podido atendernos.
Y ya antes de que oscureciera, tomamos nuevamente el Metrocable
para regresar temprano al Centro de Medellín.

Descendiendo en el
Metrocable

Dejamos atrás la biblioteca
España

Gran cantidad de viviendas sobre la
ladera
Regresamos al hotel y siendo las ocho de la noche, nos dispusimos a
cenar. El menú del día era sopa de cebolla, carne mechada, ensalada de lechuga,
fresa y arroz con plátano dulce, acompañado por jugo de maracuyá. Y costaba sólo
tres dólares y medio. ¡Un regalo!
Ana María
Liberali