Fraude: ¿comedia o verdad?
“El llamado ‘sueño americano’ es ya una ilusión debido a que los
estándares de vida en EE.UU. están deteriorándose” N.
Chomsky.
Alfredo César
Dachary
Falta más de un mes para que el Presidente electo de Estados Unidos
asuma su función ejecutiva, pero para sorpresa de todos, la falta de democracia
en ese país ha aflorado en todas las dimensiones comenzando con la polémica y
nunca bien vista Hillary Clinton.
La falta de apego a los resultados electorales y la búsqueda de
motivos para anular la elección son parte de un programa de “lavado de cerebro”
de la sociedad, no solo de Estados Unidos, sino mundial.
En pocos meses han satanizado a Trump, como si lo que se opone fuera
lo contrario, lo cual ni remotamente es muy diferente, ambos son modelos de
derecha, los Demócratas, el neoliberalismo con tintes populistas en el estrecho
margen de una sociedad individualista y profundamente anti-solidaria y, por el
otro, los Republicanos con el individualismo sin mascaras.
Para los Demócratas, las pérdidas de puestos de trabajo no importan
porque se reflejan luego en el aumento de la riqueza global, pero no aclaran que
ésta se da tan asimétricamente que se ha llegado a la crisis que hoy no
entienden, no aceptan y no pueden digerir.
Los Republicanos son un modelo de sujeto similar al que hoy toma
Trump, el del actor con Hollywood como escenario, planteó la economía del
gotero, la vieja parábola del balde lleno que comienza a rebasarse y a gotear
hacia abajo, teoría que tampoco funcionó en la práctica y él es uno de los
principales responsables de la asimetría que hoy domina a la sociedad
norteamericana.
Bush, con el mismo criterio intentó una nueva versión del capitalismo
neoliberal al hablar de la creación de una “sociedad de propietarios”, en lo que
la gente común y corriente podría disfrutar de beneficios gracias al capital
acumulado, una visión mesiánica que nunca llegó a ningún éxito, ya que se
profundizó la pobreza y emergió la pérdida de las libertades civiles a partir
del 11-S, con la aprobación del Acta Patriota.
Entre estos “genios” del neoliberalismo norteamericano, aparece
Trump, con una propuesta muy simple, donde la gente lo que quiere es poder
mantener con holgura a sus familias con el fruto de su trabajo, o sea, el
salario, o el de ambos miembros de la pareja, algo racional, pero difícil de
lograr.
Aparentemente la caída de salarios ha sido amortiguado porque las
grandes compañías de abastecimiento básico como Wal-Mart, han manejado los
precios adecuándolos a la baja de salarios, a partir de compras muy grandes que
implican una gran reducción del valor y con productos que se abaratan por ser
fabricados fuera de Estados Unidos con muy bajos salarios y en el caso de los
alimentos la masividad que emerge del manejo transgénico, en síntesis, lo único
que ha bajado es la calidad de éstos, ya que son de menor valor que los antes
consumidos.
Esta propuesta de Trump está planteada en ocho puntos que ha resumido
Káiser en su análisis sobre la política laboral de Trump, en una entrevista
realizada a Michael Carmichael, asesor y estratega político de Hillary Clinton, donde analizó la nueva visión del futuro
Presidente.
El primer punto es el que afecta principalmente a México, y es la
restricción de la inmigración a fin de que ésta no compita con los nacionales
sobre los nuevos puestos de trabajo. A esto lo complementa una segunda idea que
es la de generar restricciones comerciales que harían más rentables a los
productos nacionales, frente a los importados, algo que contradice los
principios básicos del libre comercio, y que afectaría directamente a muchos
productos mexicanos.
En tercer lugar estaría un complemento de los dos anteriores que es
una desregulación bancaria para impulsar el crédito, lo cual se complementaría
con una cuarta medida que es la de reducir los impuestos principalmente a los
empresarios a fin de que inviertan en el país sus beneficios.
Reducir las restricciones para la producción interna en el país, de
energía, algo que ya se ve en el futuro gabinete que acompaña al Presidente
Trump y que beneficiará a las grandes trasnacionales del petróleo, y su
explotación por fracking, con altos costos para los ecosistemas de América del
Norte y que podrán afectar seriamente a sus vecinos.
En sexto lugar hay una medida que recuerda a Franklin D. Roosevelt y
al Presidente Eisenhower, la inversión federal en infraestructura que ha sido
uno de los puntos oscuros del neoliberalismo respecto a la nación. Pero la
contraparte es el aumento del gasto militar.
La última propuesta ha sido la implementación de nuevas ayudas del
gobierno para el cuidado de niños y de apoyo a la maternidad, para lograr la
“conciliación de la vida familiar con la laboral”.
Las propuestas son en parte banderas demócratas y otras republicanas,
lo cual nos podría llevar a sostener que Trump ha planteado una tercera vía, y
si es así, veremos hasta donde llegan hoy estas propuestas.
El capitalismo actual en Estados Unidos está dominado por las grandes
corporaciones financieras, es un capitalismo de accionistas, sin más limites que
los que puede dar el mercado, aunque a veces se lo suelen saltar. Pero éste no
es un modelo mundial, ya que en Europa se han aplicado otras experiencias como
es el caso del capitalismo participativo que se da en Alemania. Un modelo que se
ha ajustado frente a las grandes inversiones extranjeras, principalmente chinas,
haciendo que éstas se adecuen al mismo a fin de que no generen las asimetrías
profundas que ha traído el modelo neoliberal en Estados
Unidos.
El modelo alemán no está basado en el individualismo sino en un
sentido de espontánea solidaridad que responde a las tradiciones del artesanado
medieval donde el jefe manda, pero al mismo tiempo, protege y forma a sus
subordinados.
Para éste cumplir con el deber es más importante que observar las
normas legales porque el deber es un imperativo categórico surgido de la propia
conciencia, y la desconfianza por la especulación financiera quedaron marcados
en el modelo, donde el clima cultural imperante no es el de la anarquía creadora
sino el profundo respeto por el orden, la jerarquía y la disciplina
industrial.
Pero el secreto del capitalismo alemán se encuentra en las
famosas Mittelstand, que
son empresas grandes o pequeñas de origen familiar y dirigidas por personas de
clase media donde la regla máxima es el respeto por las tradiciones y las
costumbres.
Este modelo le ha dado a Alemania el liderazgo político y económico
de la Unión Europea, y pareciera ser que sería el modelo más viable que el
actual para lograr lo planteado por el futuro Presidente.
Para Michael Carmichael,
asesor y estratega político de Hillary Clinton, no habrá los
tradicionales 100 días de gracia para Trump, porque impondrá, según lo plantea
éste un modelo más dinámico de las primeras 100 horas donde generará parte de
los grandes cambios que pretende implementar.
El fracaso de las encuestas de las grandes empresas que diseñaron la
campaña para Hillary y el acompañamiento de los principales medios en Estados
Unidos y el resto del mundo, presagian un cambio radical en la información,
dejando a los grandes medios en un segundo lugar, pero siempre en el marco de
una libertad de prensa muy acotada, ya que Estados Unidos está ubicado en el
puesto N° 41, muy lejos de las verdaderas democracias con libertad real de
prensa, aunque queda la audacia de regirse como modelo de
libertad.
Para Timothy Pool, periodista independiente, galardonado por su
innovador uso de la tecnología móvil y las redes sociales sobre el papel de los
memes y los medios en el triunfo electoral de Trump, y que no apoyó a la demócrata Hillary Clinton ni al republicano Donald
Trump, asegura que si Estados Unidos quiere que la gente despierte y
adquiera un mayor grado de implicación política, a quien necesitan es a Trump,
ya que la victoria del magnate en las elecciones presidencias celebradas el
pasado ocho de noviembre ha provocado numerosas manifestaciones y la gente está
saliendo a las calles más que en cualquier otra reacción política que se haya
visto antes.
Para terminar este acto de la comedia que le denominamos el regreso
del macartismo, la Casa Blanca ha denunciado que el Presidente electo y sus
asesores mantienen vínculos económicos con Rusia.
Esto primero abre la puerta a otro acto, que es que la Casa Blanca ha
acusado a Trump de orquestar junto a Rusia un intento de desestabilizar el
sistema político estadounidense y de solicitar directamente a los rusos que
hackeen a su oponente.
De todo esto, lo único cierto es que Donald Trump representa la
demostración de que Estados Unidos ya ha dejado la hegemonía absoluta del mundo
y el sueño americano de hoy es una pesadilla, y que ambos hechos forman parte
del preámbulo del ocaso de este último imperio.
alfredocesar7@yahoo.com.mx