El cambiante mundo del trabajo
Alfredo César Dachary
Las grandes revoluciones en el mundo han tenido
como eje el cambio de modelos laborales y lugares de trabajo; así con el
nacimiento del capitalismo, la inmigración de los campesinos transformó las
pequeñas ciudades en grandes urbes, y dos siglos después una nueva revolución
transforma el trabajo y con ello la ubicación de la gente, ya que el trabajo a
distancia se impone cada vez más en varias actividades, incluido la educación.
Éste es el mayor reto de esta nueva era, más
gente, que vive más y menos puestos de trabajos, más necesidad de dinero ante el
mundo “idílico” de la sociedad del consumo, y más precariedad en las
contrataciones, haciendo de las personas sujetos dependientes de los bancos a
través de sus tarjetas.
La robotización y la expansión de la memoria
artificial han traído al futuro a estos años, y con ello la gran desesperación
de grandes masas que ven que se van los mejores puestos y quedan los precarios
de los servicios desde las comidas rápidas a los servicios diversos.
China, el país más poblado del mundo, ha tenido
que escoger entre la competitividad y el empleo y un ejemplo de ellos es
Foxconn, empresa electrónica, proveedora de Apple y Samsung, que redujo la
plantilla de su fábrica de Kunshan de
110,000 a 50,000 empleados.
Esta gran corporación ha explicado que los nuevos
robots realizarán las tareas más
mecánicas del proceso de producción, pero que sus centros seguirán
necesitando trabajadores que se dediquen a la investigación y al desarrollo, los
salarios más elevados pero mínimos frente a la masividad de la producción.
Preocupa que la empresa no aclare si los 60,000 trabajadores remplazados
recibirán formación para realizar estas tareas más complejas y, por
tanto, podrían seguir
trabajando para la compañía, o simplemente se van al paro, algo
difícil en un país con tanta mano de obra en
oferta.
Kunshan, una ciudad satélite del gran Suzhou, ubicada en la provincia de Jiangsu, es la localidad más
importante del mundo en producción
de ordenadores portátiles y sede de 4,800 empresas
taiwanesas.
Pero Foxconn no es la única en haber anunciado
planes similares, ya que Canon también ha emprendido el camino de la
automatización en una de sus plantas en China, y según datos de la Federación
Internacional de Robótica, el número de
robots trabajadores se ha incrementado en China un 42% desde 2011 al 2012. En la actualidad se calcula
que ya funcionan en China 75,000
robots, pero los cambios tan drásticos llevan el cálculo a que en 2019 esta cifra sería
de un millón de
trabajadores artificiales.
El uso de robots permitirá reducir los costes
laborales en un 33% en Corea del Sur, 25% en Japón, 24% en Canadá y 22% en
Estados Unidos y Taiwán y es que mejores robots y más baratos sustituirán a los trabajadores
humanos en las fábricas del mundo a un ritmo mayor del esperado en
la próxima década, bajando los costes laborales en un 16%, reveló un estudio
publicado recientemente.
Boston Consulting Group pronostica que la
inversión en robots industriales crecerá en un 10% anual en las 25 principales
naciones exportadoras hasta 2025, y esto supone un aumento del ritmo actual, que
es del 2% al 3% anual, debido a que la inversión resultaría en menores costos y
traería aparejado un aumento de la eficiencia.
Hoy sólo el 10% de los empleos que pueden
automatizarse están ocupados actualmente por robots, y para 2025, las máquinas
supondrán más del 23% de esos puestos, según las previsiones de Boston
Consulting.
Estos cambios se aceleran ya que los robots son
cada vez más baratos, y hoy el costo de poseer y operar una soldadora robótica,
por ejemplo, ha caído de 182,000 dólares en 2005 a 133,000 dólares el año
pasado, y se reducirá a 103,000 dólares en 2025, según la misma
consultora.
Así mismo, las nuevas máquinas pueden hacer más
cosas, y es que los robots antiguos sólo podían operar en ambientes predecibles,
mientras los más nuevos usan sensores mejorados para reaccionar ante lo
inesperado.
RBC Global Asset Management subraya que cuando
los productos de una empresa se actualizan o sustituyen, los robots pueden ser
reprogramados mucho más rápido y más eficientemente que cuando se re-entrena a
seres humanos, y esto es una ventaja crucial en momentos en que los teléfonos
inteligentes y otros productos caen rápidamente en la obsolescencia. A medida
que aumentan los costos laborales en todo el mundo, es cada vez más crítico que
los fabricantes tomen medidas rápidamente para mejorar su producción por
trabajador a fin de mantenerse competitivos. Así el humano es menos competitivo
que el robot en la búsqueda de una mayor competitividad.
Esto ha llevado a mucha empresas se están dando
cuenta de que los avances en la robótica y otras tecnologías de la fabricación
ofrecen algunas de las mejores oportunidades para mejorar drásticamente la
productividad, y a un costo menor al que implica recalificar a un trabajador.
Boston Consulting dijo que estudió
21 industrias en 25 países el año pasado, entrevistando a expertos y clientes,
además de consultar los informes del gobierno y de las ramas de la
economía.
El uso intensivo de los robots, no se limitará a
los países desarrollados, donde sus fuerzas laborales tienen más edad y cuestan
más, y un ejemplo es China, con sus salarios bajos, utilizará robots para
reducir los costos de la mano de obra en un 18%, lo cual le genera otros
problemas sociales en su compleja estructura
social.
El aumento de la automatización cambiará la forma
en que las empresas evalúen dónde abrir fábricas o expandirlas, ya que los
fabricantes dejarán simplemente de enfocarse en buscar mano de obra barata y las
fábricas darán empleo a menos personas y quienes estén altamente calificados
tendrán más probabilidades de quedarse.
Esto puede jugar a favor de los países más
desarrollados porque podría atraer a más fábricas de vuelta a su territorio, con
el consecuente cierre en países de mercados emergentes y salarios bajos, que ha sido la base
del proceso de deslocalización industrial.
En medio de esta polémica sobre empleo y posibilidades de competencia
de la gente con los robots emerge una posición nueva que puede ser muy
interesante ya que el que la presenta es el multimillonario mexicano, Carlos
Slim, que en una entrevista concedida a Bloomberg, plantea la revolucionaria idea de que los trabajadores laboren tres días a la semana.
Carlos Slim ha asegurado que esta medida
potenciaría la productividad de las empresas, aumentaría la calidad de vida y
fomentaría actividades económicas como el turismo, el ocio, los deportes, la
cultura y la educación. El magnate mexicano ha argumentado que en la época en la
que nos encontramos, en la que las personas viven más tiempo y ha aumentado
la productividad, la sociedad necesita a trabajadores con más conocimientos, más
experiencia y menos esfuerzo físico para aumentar la productividad.
De allí que Slim cree que es importante que las
personas no se retiren con 50, 60 o 65 años, sino que lo hagan más tarde porque
tienen más conocimientos y experiencia, pero ellos deberían trabajar tres días a
la semana, así se crearían puestos para otros, logrando una nueva relación menos
días de trabajo a la semana a cambio de más años en una
empresa.
Así en lugar de recortar personal, se puede
introducir un esquema como éste, donde se puede tener a más personas, quizás
pagar más salarios, pero se estará evitando tener que pagar a los trabajadores
cuando se jubilen pronto, pero él considera que este cambio tiene que ocurrir
gradualmente.
Slim ha puesto de ejemplo Telmex, una de sus
principales empresas, y en ella se comenzó a proponer a los trabajadores con más
experiencia permanecer más tiempo en la empresa y trabajar menos días, y un 40%
de los que recibieron la oferta aceptó la
misma.
Para Slim, este modelo es posible y lo está haciendo realidad en sus
empresas más importantes, pero sin embargo afirma que en general el sector de
empresarios y los mismos trabajadores son reacios a estos profundos
cambios.
El tema del trabajo seguirá siendo uno de los
ejes de la polémica actual, ya que la sociedad cada vez vislumbra una mayor
cuota laboral del robot, y con ello una menor posibilidad de empleo, además de
que se está perdiendo el control de los procesos ante el auge de estas máquinas
inteligentes.
El reto está en el aire, los robots no solo se
limitan a las fábricas, ya llegaron al hogar, a los hospitales y hasta en el
mundo del placer, en todos hay inteligencia artificial, hoy controlada, mañana
no sabemos, pero son parte de los riesgos que el sistema exige para aumentar la
competitividad mundial.
alfredocesar7@yahoo.com.mx