México y Cuba: una nueva relación en el mundo del
turismo
Alfredo César
Dachary
En diciembre del 2014, un cuarto de siglo después
del fin de la guerra fría, que se inició con la caída del muro de Berlín,
Estados Unidos y Cuba dieron el primer paso para normalizar sus relaciones y
poner fin a una de las últimas medidas de la política exterior norteamericana,
que se dictaron en pleno enfrentamiento de la URSS con Estados Unidos y el
obsoleto sistema de sanciones vigentes, ya rechazado por estar fuera de lugar en
la mayoría de las votaciones de las Naciones
Unidas.
Así, el primer presidente afroamericano de
Estados Unidos, Barack Obama, comienza el desmantelamiento de una serie de
medidas que deberían concluir con las relaciones plenas entre dos estados
soberanos a partir del respeto de ellos entre sí y el mundo, como ha sido el
deseo de uno de los principales protagonistas de este hecho histórico: el Papa
Francisco, un negociador silencioso, con autoridad moral para acercar posiciones
encontradas que al final se logró hacer realidad, como lo comenta la Stampa de
Turín, Italia.
Durante los 53 años que duró esta política de
exclusión, México jugó un papel importante ya que fue un puente entre ambos
países enfrentados y, a su vez, este país generó un importante puente aéreo no
solo desde Cancún, sino de varias partes del país para llevar turistas, cubanos
y norteamericanos que querían conocer a Cuba, además de artículos de primera
necesidad.
Hoy la situación ha cambiado, con el inicio de
relaciones diplomáticas y tras éstas, una larga serie de acuerdos que están
aceleradamente redefiniendo la relaciones entre Estados Unidos y Cuba,
principalmente en el comercio y el turismo, que son negocios de grandes
magnitudes y que hay en el país del norte como emisor de una gran reserva de
turistas, prácticamente de dos tipos: por un lado, lo que se denomina la
población de la diáspora, los cubanos nacidos en Estados Unidos o en Cuba que
viven principalmente en La Florida y, por el otro, los norteamericanos que hace
medio siglo, sus padres, amigos o familiares habían viajado a Cuba y esto había
servido para construir un imaginario en la gente que hoy ya ve como posible el
hacerlo realidad y viajar a la isla.
México es el principal destino de los viajeros
estadounidenses y el segundo de los turistas canadienses, y éstos representan
más del 70% de los turistas extranjeros en México, por ello es que esta apertura
preocupa a algunos grupos empresarios mientras consideran el impacto, si bien
existirá, será menor por otras razones.
Es por ello que ante el revuelo que ha causado la
apertura de cielos entre Estados Unidos y Cuba, México podría resentir
directamente la dura competencia con grandes aerolíneas ya que desde hace muchas
décadas las aerolíneas mexicanas han
sido el vehículo casi exclusivo para que los viajeros de la región visiten la
isla.
Un ejemplo de este liderazgo de los vuelos mexicanos a Cuba lo da el
hecho que Aeroméxico tiene en la actualidad 21 vuelos semanales hacia La Habana
desde la Ciudad de México, y desde Cancún, ya que fueron los pioneros en saltar
el bloqueo a la isla.
A su vez, una línea más nueva, Interjet, ofrece
desde octubre pasado las rutas México-Varadero y La Habana-Monterrey,
adicionales a los 24 viajes semanales entre la capital mexicana y la cubana, y
los 14 trayectos entre Cancún y La Habana y Aeromar anunció el año pasado que durante
2016 abriría una ruta entre Mérida, Yucatán y La Habana, una ruta que inició la
Pan American y luego retomó México en el siglo pasado.
Pero las mismas causas que algunos sectores
empresariales han tenido para rechazar una política de cielos abiertos, se ve
ahora reflejada en este caso concreto con el mismo de México frente a Estados
Unidos, donde el país del norte tiene la flota más grande de este continente y
de las más importantes a nivel mundial. El convenio entre Cuba y Estados Unidos
establece la posibilidad de abrir 110 conexiones diarias de ida y vuelta, con
veinte vuelos al día a La Habana y diez vuelos diarios al resto de aeropuertos
en la isla. American Airlines, la mayor de todas, planea dar este servicio desde
Miami, que es la ciudad desde la que parten muchos de sus vuelos hacia América
Latina y el Caribe.
Cuba entra a competir en el turismo del
Caribe a partir de los años 90, siendo de los últimos países en ingresar a
este importante mercado, sin embargo, este país se ha convertido en uno de los
destinos más demandados del Caribe y su sector turístico es el principal negocio
para las empresas españolas en la isla, concentrando el 75 % de las inversiones
españolas en el país.
La primera hotelera española en llegar fue Meliá,
que lo hizo hace 25 años. Actualmente, explota 27 hoteles en territorio cubano,
con 13,000 habitaciones que suponen un 15 % de su portafolio, por ello es que
Cuba es para Meliá el segundo país de habla hispana en volumen de plazas
hoteleras y un destino prioritario en el Caribe, en donde tiene varios proyectos
en marcha.
Entre las empresas españolas destaca también
Iberostar con 10 hoteles y Barceló con dos, el mismo número que Globalia a
través de la cadena Be Live y que podría incorporar un nuevo complejo en
Varadero. La oferta de NH se extiende a un hotel, al igual que la de
Riu.
Con todo ello no es de extrañar que el
vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, vea en este nuevo
contexto un "mundo inmenso" de oportunidades comerciales con el primer mercado
emisor del mundo y una excelente noticia para el sector turístico español, que
aglutina el 50% de la capacidad total de alojamiento de la
isla.
A esto se le suma la expansión de grandes
competidores estadounidenses como las cadenas hoteleras Marriott o Hilton y la
entrada de turoperadores norteamericanos, que saben de ese imaginario colectivo
que mueve a importantes grupos de norteamericanos hacia la
isla.
Si bien Cuba cuenta con 60,500 habitaciones
hoteleras y para 2020 prevé llegar a 85,000, pero esto que para muchos
empresarios es su principal debilidad, para otros es su gran ventaja en momento
en que el mundo gira hacia la economía
colaborativa.
Esto debido a que hoy el turista busca explorar y
tener nuevas experiencias y una de ellas, de las más deseadas, es mezclarse con
sus habitantes, lo cual es posible por una vigorosa red de alojamientos
particulares, operados por sus dueños y familiares, y esto no es debido a esta
nueva situación, ya que los cubanos vienen practicando este alojamiento informal
desde los 90’ con el alquiler de casas particulares, de habitaciones, y
servicios de restaurantes que se daban en los famosos
“paladares”.
Hoy que esta modalidad ha alcanzado niveles
insospechados con la apertura de nuevas licencias para el sector privado y el
boom turístico que ha significado el restablecimiento de relaciones diplomáticas
con Estados Unidos y apoyado por el comienzo de las operaciones de nuevas líneas
aéreas como Air China, Eurowings y Aerolíneas Argentinas, el regreso de Iberia,
así como el inicio de vuelos de Copa Airlines hacia el centro del país.
El dueño de una casa colonial ubicada en pleno
Vedado, en La Habana, considera que van a seguir aumentando quienes se dediquen
a este negocio en Cuba, pues señala “hoy casi no damos a vasto”. Su casa, con
dos cuartos para rentar y capacidad hasta para cuatro personas cada uno, se
vacía apenas dos días entre reserva y reserva.
El mismo está adscrito al sitio que
Grupo Excelencias y su agencia de viajes, (Hostal Excelencias Travel), crearon para
gestionar reservas en casas particulares cubanas, www.alquilercasacuba.com,
también considera que es un negocio muy competitivo. Este hostal se abrió en la
primavera de 2015 y está adscrito a Airbnb, la compañía norteamericana de
publicidad on-line, líder en este mercado, con presencia en 192 países.
El presidente ejecutivo de la compañía, Brian
Chesky, mencionó en una entrevista que Airbnb se lanzó en Cuba con 1,000
habitaciones disponibles para alquilar y la cifra se había duplicado. Luego
acotó: “Creemos que Cuba podría convertirse en uno de los mercados más grandes
de Airbnb en Latinoamérica”, aunque falta por resolverse un escollo
significativo: que esta plataforma estadounidense tenga autorización de su
gobierno para realizar pagos por transferencia bancaria a clientes en
Cuba.
El Stonegate Bank informó en noviembre del 2015
que ofrecerá tarjetas de débito para estadounidenses en Cuba, hecho que ocurre
por primera vez desde el comienzo de las conversaciones entre ambos países.
Stonegate notificó que los propietarios de la tarjeta MasterCard podrán usarlas
en hoteles, restaurantes y otros negocios en Cuba.
El 16 de abril de este año, el gobierno de
Estados Unidos anunció nuevas regulaciones para seguir aumentando el comercio y
los viajes con Cuba, entre las que destaca permitir por primera vez desde que
está vigente el embargo el uso del dólar a los cubanos en instituciones
financieras de la isla para ciertas transacciones, y a partir del día 17 de
abril se abre el servicio de correo postal directo con un vuelo inaugural.
Este es comienzo de una reflexión, que solo el
tiempo podrá ir dando resultados como se esperan, un turismo en ascenso en Cuba
y México tiene grandes emisores a los que puede llegar, por lo que la apertura
de la isla puede servir de aliciente, referente y complementación al continuo
proceso de modernización y competitividad a que está sujeto éste y todos los
países turísticos; México, como líder latinoamericano, tiene una mayor
oportunidad.
alfredocesar7@yahoo.com.mx