La ofensiva lanzada por todos los grupos armados de la "oposición"
siria contra la ciudad de Alepo, que se encuentra parcialmente en manos del
gobierno de Damasco, ha abierto muchos interrogantes sobre el futuro de las
negociaciones de Ginebra y sobre la evolución de la guerra. La situación es muy
cambiante, y la "oposición" no ha dudado en bombardear a la población civil,
aunque, convertida la ciudad en un frente de guerra, tanto los habitantes de la
zona controlada por el gobierno sirio como quienes se encuentran en los barrios
en poder de la "oposición" padecen los bombardeos.
John Kerry [canciller del régimen de EEUU], que se ha entrevistado en Ginebra
con el ministro de asuntos exteriores de Arabia, Adel al-Jubeir, y con su
homólogo jordano, Dzhoda, quiere evitar que el gobierno sirio recupere en su
totalidad Alepo, la mayor ciudad del país, y cree que la continuidad de los
combates podría agravar la debilidad de la "oposición", que ha retrocedido en
las últimas semanas tanto en el frente de Alepo, como en la periferia de
Damasco, en Latakia, en Palmira, y en la zona central del país, hacia Deir
er-Zor y Raqqa, ambas en poder de Daesh.
Sin embargo, en el drama sirio hay otros actores relevantes: Arabia,
Turquía e Israel (que no desdeña atacar ocasionalmente a las fuerzas de
Damasco), y en los últimos días se ha producido un pacto tácito entre el HNC (el
Alto Comité de la “oposición moderada”, según la jerga de Washington), el Frente
de al-Nusra (la filial de al-Qaeda en Siria) y Daesh, que han combinado sus
fuerzas para atacar al ejército sirio en Alepo. Turquía y Arabia apuestan por
aumentar la presión sobre Damasco y reforzar a las fuerzas yihadistas
que se le oponen, mientras que EEUU, aunque mantiene su rechazo oficial contra
Daesh, no desdeña contribuir para conseguir el principal objetivo de
Washington: derribar a Bachar al-Assad y configurar una nueva Siria en manos de
sus clientes y aliados en la zona.
Al mismo tiempo aparecen otros signos preocupantes: EEUU ha pedido
contribuciones económicas a sus aliados de la Unión Europea para reforzar a los
grupos que respalda en Siria, la conjunción de grupos terroristas y armados que
denomina la “oposición moderada”, y el propio Obama ha decidido, en una
descarada violación del derecho internacional, dar el visto bueno al envío a
Siria de doscientos cincuenta miembros de Operaciones Especiales: verdaderos
asesinos profesionales que cuentan con una preparación muy rigurosa para tareas
letales. Además, Noruega (miembro de la OTAN) ha decidido enviar a sesenta
militares a Jordania para que entrenen a la "oposición" armada, y el futuro es
tan impredecible que un analista tan relevante como Noam Chomsky afirmaba
recientemente que EEUU “podría no cumplir el acuerdo nuclear con Irán”, con las
peligrosas consecuencias que ello tendría para la situación en Oriente Medio:
Irán, que se opone a Arabia y Turquía, es una pieza muy relevante en el complejo
jeroglífico de las guerras de Oriente Medio.
La "oposición" siria, que ha bombardeado un hospital en Alepo, busca la
victoria militar a cualquier precio y, aunque el HNC se retiró de las
negociaciones de Ginebra, escucha con mucha atención las recomendaciones de
Washington, sabedor de que es, junto con Arabia [Israel] y Turquía, uno de sus
principales valedores. Adel al-Jubeir ha mostrado el rechazo de Arabia a lo que
denomina la “violación de las leyes humanitarias” por parte del gobierno de
Damasco, aunque sin interrogarse sobre la responsabilidad de su país en la
dramática situación siria ni sobre la emergencia en Yemen, directamente
vinculada a los bombardeos de su aviación sobre la población civil yemenita.
Además, al-Jubeir ha vuelto a exigir la salida de Bachar al-Assad de la
presidencia siria, a sabiendas de que con ello pone un impedimento fundamental
para la continuación de las negociaciones de Ginebra. Arabia continua siendo un
fiel aliado de EEUU, pero ello no excluye que tenga su propia agenda y que
mantenga algunas diferencias con Washington.

La lucha se lleva a cabo calle a calle, pero la mayor parte de
las víctimas son causadas por los bombardeos de los
terroristas.
Pese a todo, el ministro de asuntos exteriores ruso, Lavrov, consciente de la
relevancia de que toda la "oposición" (incluidos el Frente de al-Nusra y Daesh,
excluidos de Ginebra y considerados terroristas por el propio gobierno de
Washington) haya confluido en ese pacto tácito para atacar Alepo y de sus
repercusiones sobre las paralizadas negociaciones de Ginebra, asegura que puede
crearse en los próximos días un centro conjunto ruso-norteamericano para evaluar
la situación en Alepo y asegurar el mantenimiento de la tregua. Por su
parte, Stefan de Mistura, el mediador de la ONU, no excluye la reanudación de
las conversaciones de Ginebra a lo largo del mes de mayo.
EEUU quiere impedir que el gobierno de Damasco avance hacia la frontera con
Turquía, asestando así un duro golpe a la “"oposición" moderada” que sigue
apoyada por el gobierno de Obama, y, a la vista de los fracasos que ha cosechado
su política exterior en Oriente Medio, ha llegado a la conclusión de que debe
negociarse en Ginebra el futuro de Siria, aunque ello no excluye que sus aliados
en la región (Arabia, Turquía, Israel, y sus tentáculos sobre los grupos
terroristas) puedan imponer al país la continuidad de una guerra sanguinaria que
ya ha entrado en su sexto año.
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