La tecnología: un nuevo modelo de dominación
“El solucionismo interpreta las dificultades como enigmas que
tienen solución y no como problemas que tienen respuesta” Gilles
Paquet.
Alfredo César
Dachary
Quizás la diferencia entre solución y respuesta sea a primera vista
una cuestión semántica o de forma, pero en la realidad no es así y más cuando
hablamos de tecnología, esta nueva magia que ya ha encantado a las jóvenes
generaciones y se va transformando rápidamente en un nuevo santuario de las
soluciones mágicas a los complejos problemas que nos tocan
vivir.
De allí que en el mundo real haya diferentes interpretaciones del
desarrollo de la tecnología que van desde los que piensan que nos ayuda a los
que creen que solucionan todo. Entre los más extremistas están los mismos
actores del Silicon Valley, cuya consigna es “mejorar o morir”, porque ellos no
están planteando una revolución tecnológica sino total, que incluye lo social,
por ello hay esa percepción trotskista de la “revolución
permanente”.
Para los tecnólogos que están redefiniendo y ajustando Facebook, la
misión de la compañía es hacer que el mundo sea más abierto y conectado, porque
ya pasaron a la segunda etapa de esta revolución en la que la tecnología no se
centra en el hardware ni el software, sino en la extracción y el uso de ese
enorme mundo de datos, que ellos mismos han logrado con todos los diferentes
modelos de redes, programas y muchas cosas más que van dominando la sociedad
desde hace cerca de dos décadas.
Para Evgeny Morozov, los grandes avances que se tendrían en Silicon
Valley para el 2020, llevarían a una serie de grandes transformaciones, todo
esto de la posición solucionista y, a la vez, totalmente convencida que los
grandes problemas de la humanidad los lograrán vencer estas nuevas tecnologías.
Comienzan por esa combinación que nos remite al libro “1984”, donde
la humanidad equipada con poderosos dispositivos de auto-vigilancia, pero
controlada por un grupo selecto, vence a la obesidad, el insomnio y el
calentamiento global, posiblemente a través de una disciplina-control sobre una
sociedad más universal.
Frente a ello comienza a verse el proceso de cambio de lo humano, o
sea, su remplazo por nuevos equipos, que complementan la vida hasta transformase
en una parte esencial de éste, por ejemplo ante la falibilidad de la memoria
humana, estarán los dispositivos de vigilancia que graban y almacenan todo lo
que hacemos, el fin de la vida privada y pública.
Como beneficio de este control-disciplina, la política queda libre de
la corrupción, debido a que se vigila todo y así se evitan acuerdos secretos,
pero también la intimidad familiar de pareja y de grupos afines que se reúnen
hoy para discutir y acordar hacer cosas comunes.
Esto lleva a la instauración de una seudo-democracia light, porque se
desintegran los partidos y hay
campañas políticas al estilo “Groupon” (la oferta más atractiva gana), los
ciudadanos se unen para apoyar unas y luego se separan para ver otras ofertas,
el nuevo ciudadano tecnológico busca en las propuestas su mayor beneficio y así
la política se transforma en un producto del mercado donde cualquier sujeto la
compra o la vende.
Como todo está controlado incluido las respuestas, los grupos de
presión de todo tipo se han extinguido, porque todos pueden ver en línea toda la
información existente y no hay “reservada” para los lobistas, y con ello también
desaparece la contraparte o el diálogo político, todo es por sí o por no, como
un test.
El ciudadano ha perdido el derecho de planificar su vida, tener
utopías y otras esperanzas ya que todo está bajo control: sus agendas, lo que
comen, los gastos de viaje y la vida privada. Amansados, desprovistos de nuevas
ideas, las máquinas piensan por el ciudadano y los alimentan en lo que más les
atrae, todo para hacerlos más tecno-dependientes y no
utópicos.
Ante la pérdida del diálogo, la polémica o la gran discusión, los
ciudadanos se agrupan en torno a ideas en los blog, como nuevas formas de
agrupamiento, remplazan a otras formas de asociacionismo, aquí siguiendo una
idea o ayudando a imponerla, porque está aceptada por el “gran
hermano”.
Como ya hemos perdido la vida privada y controlada la vida social,
ahora tenemos una pérdida mayor: la movilidad, porque los nuevos vehículos son
autónomos y nos llevan a todas partes.
La nueva utopía de los tecnólogos solucionistas y transformadores de
la sociedad es que no habría delitos ya que las calles, las casas y toda la
sociedad estaría bajo un control a través de diversos mecanismos que tendrán la
memoria de lo que pasó, lo cual inhibiría el delito ya que sería imposible pasar
desapercibido y menos poder huir, eso también significa que no habría cárceles,
ya que la propia ciudad lo sería en términos amplios al estar vigilados durante
todo el día.
Las ideas, esa expresión de la libertad humana, estarán según estos
desarrollándose en un floreciente mercado de ideas, nada puede dejar el mundo
del mercado, otro elemento de control global y las instituciones culturales
serán más eficientes ya que se
ajustan a las leyes de la oferta y la demanda.
Todo es medible, todo es vendible y se hará realidad la idea del
Ministerio de Educación de Japón que ha pedido a las universidades que eliminen
las careras de Ciencias Sociales y Humanidades para concentrarse en las
Ingenierías y Tecnologías, porque es lo que exige el mercado, y esto se propuso
en el 2015.
La libertad no tiene límites y más cuando es controlada y manipulada
por un poder central, que transforma las ideas de éste en mito, los avances en
utopías conquistadas y sus consecuencias en costos aceptables para vivir en
“paz”, la paz homogenizada de una sociedad que ha dejado de pensar y busca en el
mundo construido por una mega imaginación artificial, el nuevo paraíso, el ocio
eterno.
Según Morozov, los avances irán cada vez más lejos pero siempre
dentro de este “retorno al medioevo” como ya lo planteaba cuatro décadas atrás
Umberto Eco, entre estos nuevos “avances” los periódicos ya no publican
artículos que no les interesen a los lectores, el seguimiento automático
combinado con la información obtenida de las redes sociales, garantiza que todos
puedan leer un periódico altamente personalizado, pero ¿quiénes orientan o
alimentan las ideas de las redes sociales?, si todo está bajo control será un
círculo cerrado para evitar al otro, “la divergencia”.
Es que los seres humanos que han perdido la capacidad básica de
razonar, estarán haciendo como si construyen algo pero dentro de un “mundo
limitado de ideas”, ya que las instituciones culturales han perdido su peso en
la sociedad como tales y serán solo instituciones que cuidan sus finanzas, para
ser viables en un mundo donde todo pasa por el mercado.
Por ello es que en este mundo imaginado y en proceso de lograrlo se
va llegar a hacer realidad la utopía de la dictadura perfecta, en un entorno
social hiper-controlado, donde la simulación remplaza a la realidad ya que se va
a disparar el número de libros publicados, la mayoría son auto-publicados,
muchos tienen finales alternativos en tiempo real, que son posible gracias a los
datos que el rastreo visual arroja sobre el ánimo del lector, todo es
complacencia, porque no hay oponente.
La sociedad del espectáculo definida en los 70’ por Guy Debord,
llegará al súmmum en el mundo mágico del cine ya que las películas se ven con
lentes inteligentes, ya que solo permite asumir una de las formas de final
acorde al ánimo mientras ven el film, todo se adecua a la felicidad pero ésta es
“sin libertad”.
Y para facilitar la vida “cultural” en este mundo irreal no habrá
necesidad de críticos literarios porque son remplazados por la gente o por
reseñas algorítmicas personalizadas, Google lo puede todo, es el “nuevo Gran
Hermano” ¿Es así posible obtener una eficacia perfecta en el mundo de las
publicaciones?, ya que éstas no alimentan el espíritu sino entretienen, la
cultura pasa a ser parte del mundo del ocio, algo que ya es evidente
hoy.
En este “nuevo mundo” que se plantean los tecnólogos o
revolucionarios sociales, donde todos los entornos pueden ser inteligentes, las
personas irán a votar porque solo están jugando un juego, ya que los regímenes
autoritarios han sabido utilizar las tecnologías digitales para su propio
beneficio.
Por ello es que el objetivo de los “revolucionarios del Silicon
Valley” es meternos una camisa de fuerza digital fomentando la eficacia, la
transparencia, la certeza y la perfección y eliminado: la fricción, opacidad,
ambigüedad e imperfección.
Esto es lo que Morozov plantea como la búsqueda de “un futuro sin
fricciones, el cual aparentemente es tentador e inevitable” pero en la realidad
puede y llegará a ser “aterrador”, ya que el hombre ha perdido la libertad de
pensar y decidir, o sea, ha tomado la segunda manzana del nuevo edén tecnológico
y ello los llevará a ser expulsados de la tierra como mundo natural a uno nuevo
totalmente artificial, donde hasta las plantas estarán regidas por la nueva
“Inteligencia artificial”.
Éste es el “costo” que permanece oculto a la vista del público, y es
porque se lo considera negativo y forma parte de un esfuerzo para eliminar la
libertad, porque esto nos lleva a enfrentarnos a lo humano donde la ignorancia
puede ser peligrosa pero también la omnisciencia y la eficacia es útil pero la
ineficacia es la que motivaba la innovación y hoy es la idea de
dominación.
alfredocesar7@yahoo.com.mx