Y volvimos a subir al ómnibus
turístico de Roma…
En cuanto terminamos de almorzar, Omar y yo,
decidimos repetir el recorrido que habíamos hecho durante la mañana para poder
observar con mayor detenimiento los lugares que más nos atraían. Y subiendo
frente a la estación de trenes Roma Termini, enseguida arribamos a la Piazza
dellla Repubblica.
La
Piazza della Repubblica se caracterizaba por ser semicircular y estar situada
encima del antiguo emplazamiento de la exedra del edificio hecho en tiempos de
Diocleciano, momento en que también había allí termas; mientras que los pórticos
que se veían alrededor de la plaza databan del siglo XIX realizados por Gaetano
Koch en memoria de las antiguas construcciones que se habían hallado en el
lugar.

Piazza della
Repubblica
Tomando la Via Venti Settembre y luego la Via del
Quirinale, volvimos al Palazzo del Quirinale, edificio cuya construcción
comenzara a fines del siglo XVI por orden del Papa Gregorio XIII como residencia
vacacional por considerarla un área más sana que la Colina Vaticana.
Posteriormente se le hicieron una serie de ampliaciones y reformas y se le
agregó un campanario en la Torre de los Vientos o
Torrino.
El Palazzo Quirinale fue residencia estival del
Papa hasta 1870, cuando Roma fuera conquistada por el Reino de Italia, momento
desde el cual pasó a ser la residencia oficial del Rey hasta la llegada de la
República en 1946, en que lo fuera del Presidente. En febrero de 2014, momento
en que nosotros nos encontrábamos allí, se estaba habitado por Giorgio
Napolitano y su familia.

Fachada principal del Palazzo
Quirinale

Explanada frente al Palazzo
Quirinale

Palazzo Quirinale con el campanario en la Torre de
los Vientos o Torrino
Cerca del Pallazo Quirinale se encontraba el
antiguo edificio del “Istituto Nazionale per l’assicurazione contro gli
infortuni sul lavoro”. Había sido creado por el Real Decreto del 23 de marzo de
1933 como INFAL (acrónimo fascista de Instituto Nacional para el Seguro de
Accidentes de Trabajo), pasando a denominarse INAIL después de la caída de
Mussolini, extendiendo, además, su ámbito de
aplicación.

Antiguo edificio del “Istituto Nazionale per
l’assicurazione contro gli infortuni sul
lavoro”
Desde la Via Celio Vibenna tuvimos una nueva
visión del imponente Coliseo y luego volvimos a pasar por la Basílica de Santa
Maria in Aracoeli.

Vista de la Piazza del Colosseo desde la Via Celio
Vibenna

El imponente
Coliseo

Basílica de Santa Maria in Aracoeli y su larga
escalinata
Nuevamente cruzamos el Tevere por el Ponte Vittorio Emanuele II ingresando a la Ciudad del Vaticano, y continuamos por la Via San Pio X para
tomar la Via della Conciliazione que conducía directamente a la Piazza San
Pietro.
En ese trayecto, donde se encontraban diversos comercios, incluyendo
casas de comida y entidades financieras, nos detuvimos a admirar el Palazzo Cesi-Armellini, uno de los pocos edificios renacentistas que
se mantenían en el Rione Borgo, uno de los catorce distritos en que se dividía
la ciudad de Roma.

Cruzando nuevamente el río Tevere por el Ponte
Vittorio Emanuele II

Via della
Conciliazione

Palazzo Cesi-Armellini
La Piazza San Pietro consistía en una gran
explanada trapezoidal proyectada por Gian Lorenzo Bernini entre los años 1656 y
1667. Y estaba limitada lateralmente por dos pasajes con forma elíptica, de
columnatas rematadas en una balaustrada sobre la que se asentaban las figuras de
ciento cuarenta santos de diversas épocas y lugares.

Ingreso a uno de los pasajes laterales de la
Piazza San Pietro
En el centro de la plaza se erigió un monumental
obelisco de veinticinco metros de alto llevado desde Egipto. Este monumento se
encontraba en el centro de un circo romano y fue el Papa Sixto V quien decidió
colocarlo frente a la Basílica de San Pedro en memoria del martirio de San Pedro
en el Circo de Nerón. Se lo conocía como “testigo mudo”, ya que junto a él fuera
crucificado Pedro. La esfera de bronce de la cúspide que, según la leyenda
medieval, contenía los restos de Julio César, fue reemplazada por una reliquia
de la cruz de Cristo.

Vista panorámica de la Piazza San
Pietro
con el obelisco, dos fuentes laterales y la
Basílica al fondo

Vista lateral de la Piazza San
Pietro
Al llegar a la Via dei Corridori nos topamos con
una gran muralla, llamada “Leonina”, por haber sido ordenada a levantar por el
Papa León IV entre los años 848 y 852, para defender al Vaticano de los ataques
sarracenos, quienes habían saqueado la Basílica en el año 846. El gran muro
protegía a la gran Basílica y sus tesoros, a las iglesias menores, a los
monasterios, a las casas del clero y de acogida a los peregrinos. A través de él
se habían abierto diversas puertas de comunicación con el resto de la ciudad,
siendo la más grande de ellas por la cual pasaban los
emperadores.

Gran muralla
“Leonina”

Vicolo delle Palline desde la Via dei
Corridori

Vicolo d’Orfeo entre la Via dei Corridori y el
Borgo Sant’ Angelo

Vista de la muralla “Leonina” desde el Borgo
Sant’Angelo

Vicolo del Campanile desde el Borgo Sant’ Angelo
Tampoco en esta oportunidad bajamos del ómnibus
turístico porque el guía nos indicó que ya era tarde para ingresar a los museos,
por lo que decidimos regresar al día siguiente.

Cruzamos la Via della Conciliazione

Pasamos por la Via Giovanni
Vitelleschi…

Y por la intersección de la Via Crescencio con Via
Terenzio

Volvimos a cruzar el Tevere por el Ponte
Cavour…

Vista del río Tevere desde el Ponte
Cavour
Habíamos estado gran parte del día dando vueltas
en Roma sin hacer un solo paso, así que en cuanto nos acercamos a la Piazza di
Spagna nos bajamos para continuar paseando, pero esta vez, de a pie.
Ana María
Liberali