El Encuentro Humboldt de Rosario y el nacimiento de
Melina
Entre los días 13 y 17 de octubre de 2008 se llevaría a cabo en la
ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, el X Encuentro Internacional Humboldt,
programado como siempre con más de un año de antelación.
Y ya había organizado mis actividades anticipadamente para
concurrir durante toda la semana cuando mi hijo Enrique me anunció que Silvia,
su mujer, tenía la cesárea programada para el miércoles 15 de octubre,
¡exactamente en medio del Encuentro! Yo debía participar de manera activa en más
de una mesa, pero como había tenido la mala experiencia de no poder estar
presente durante el nacimiento de Laurita, mi segunda nieta, decidí partirme en
dos.
El Encuentro comenzó el lunes 13 por la mañana en los salones de la
AMMA (Asociación Mutual Mercantil Argentina), momento en que Omar Gejo como
Presidente del Centro Humboldt, y Gustavo Buzai como Coordinador General, dieran
la bienvenida. Luego yo, como Representante Argentina ante la Unión Geográfica
de América Latina y Coordinadora de la Red Latinoamericana de Estudios
Geográficos de la Unión Geográfica Internacional, dije unas
palabras.

El Prof. Omar Gejo y el Dr. Gustavo
Buzai
durante el Acto de Apertura del X Encuentro
Internacional Humboldt
Acto seguido, un grupo de jóvenes profesores de Geografía de
Rosario hicieron una breve reseña sobre las características de la ciudad y su
región.

Daniel Martín Gernero, Érica Mariana Lugo, María
del Carmen Lascano Peralta,
Franco Martínez Carrieri y Elián Babini Ribes
durante la presentación de Rosario y su Región
Durante el resto de la jornada se expusieron una conferencia,
varias ponencias y tuvo lugar un panel. Y al terminar el día, con algunos de los
participantes tuvimos una reunión informal en el bar Capote, una especie de
“after office” donde nos sirvieron una típica picada acompañada por
bebidas con y sin alcohol.

Omar en el bar Capote

Joao Villa Boas Simoncini, de Minas Gerais
(Brasil)
degustando los manjares rosarinos acompañados por
café de su país
A lo largo de todo el martes 14 se desarrollaron una mesa redonda y
varios simposios donde oficié de comentarista. Y después de cenar, algunos
argentinos, mexicanos y brasileños fuimos al bar “El Cairo”, a continuar
con la sobremesa.

Mexicanos, argentinos y brasileros compartimos la Mesa del Negro
Fontanarrosa

Con Telma Souza Chaves
(Brasil)
Al día siguiente, miércoles 15, se dictaría una
conferencia, se desarrollaría otro panel y se continuaría con la exposición de
las ponencias, además de la presentación de libros y revistas, pero yo ya estaba
en otra cosa. En cuanto salimos de “El
Cairo” tomé un taxi hasta la terminal de ómnibus y me fui a Buenos
Aires.
En la puerta del sanatorio Anchorena me estaba
esperando Enrique, nervioso como todo padre primerizo, y comenzó el tiempo de
espera de la llegada de mi tercera nieta.
Cuando a Silvia la llevaron al quirófano yo
permanecí en la sala de espera junto con Salvador, su padre, y su hijo Santi.
Desde ya que todos estábamos muy tensos, pero tratábamos de disimularlo
mutuamente. Y como Salvador era pescador, se lo pasó todo el tiempo narrándome
sus aventuras, y desde ya, como era de esperar, a medida que pasaban los
minutos, sus piezas eran cada vez más grandes. Evidentemente, el pez es el único
animal que continúa creciendo después de muerto.
Mientras nosotros nos entreteníamos con esos
relatos, Santi (11) se ponía cada vez más inquieto, por lo que decidí acercarme
junto con él a la sala previa al quirófano, donde supuestamente no estaba
permitido el ingreso. Y allí, en ese preciso momento, apareció un enfermero
trayendo una cuna, y lejos de echarnos, nos preguntó si éramos familiares de
Melina.
-“¡¿Es ella?!”, le preguntamos ansiosos.
-“¡Siiiiiiiiiiii!”, nos contestó
sonriente.
Y después de ver a esa gorda preciosa con
semejantes cachetes, nos abrazamos y lloramos de
emoción.

Melina recién
nacida

Melina con sus
papis

Melina con su mami y su
hermano Santi
Permanecí todo el día allí. Si bien es realmente
hermoso ser madre, mucho más lo es ser abuela. Así que no tenía ninguna gana de
irme, pero debía hacerlo; y viendo que todos estaban bien y que no me
necesitaban, rumbeé para la terminal de ómnibus de Retiro y a la mañana
siguiente, nuevamente estaba en Rosario.
El jueves 16 escuché varias exposiciones y
participé de la Asamblea Anual del Centro Humboldt durante la cual me nombraron
Presidenta por el siguiente período de dos años.
Esa noche fuimos a cenar al Club Español de
Rosario, creado el 8 de octubre de 1882 por la colectividad hispana. Considerado
madre de otras instituciones como el Hospital Español de Rosario, no sólo se
había destacado por ser uno de los principales centros culturales de la ciudad,
sino por la belleza de su arquitectura.

En
las escalinatas del Club Español de Rosario con Diego de Souza Pérez, Alfredo
César Dachary, Omar, Santiago Böndel, Edson Trajano Vieira, Stella Maris Arnaiz
Burne y Nilde Ferreira Balçao

Edificio de la Asociación Española, entidad
fundada en 1857
Si bien el lema del X Encuentro era “El Mundo como Geografía”, el viernes 17
la mayor parte de la actividad estuvo dedicada a la problemática de la soja, por
ser Rosario la ciudad más impactada debido a ser epicentro de su
comercialización. Y ese día yo debí exponer mi ponencia “La Culpa no es de la Soja…”, haciendo
referencia a que se trataba simplemente de una de las consecuencias del sistema
capitalista, y no necesariamente, de un recurso en particular.

Durante la exposición de mi
ponencia
Después de otras presentaciones, se llevó a cabo
un panel donde el Ing. Oscar Maroelli del Ministerio de la Producción de la
Provincia de Santa Fe, y el Dr. Eduardo Spiaggi de la Universidad Nacional de
Rosario, intentaron explicar las razones que justificaban la elección del
cultivo de soja por parte de los agricultores y
empresarios.

El
Ing. Oscar Maroelli y el Dr.
Eduardo Spiaggi en el panel “La Problemática de la Soja”
Ya avanzada la tarde se puso fin al Encuentro
formal, pero quedaba pendiente el otro, el que tenía más que ver con lo afectivo
que con lo académico, y por ende, más importante.
Nos reunimos para cenar y luego regresar al bar
“El Cairo”, y así despedirnos hasta
el año siguiente en la localidad de Ubatuba,
Brasil.

Fueron muy emotivas las palabras que pronunciara
Nathan Belcavello de Oliveira
durante el brindis de despedida

Diego, María del Carmen, Solange Redondo y
Darío

Solange, Érica, Elián y Darío en el bar “El Cairo”
En cuatro horas estuvimos nuevamente en Buenos
Aires. Como en todas las primaveras los jacarandás estaban florecidos y la
temperatura era muy agradable. Pero a pesar de que todo se presentaba ideal para
salir a caminar sin rumbo, yo sólo pretendía encontrarme con mis nietas y jugar
con ellas.

Jacarandás florecidos durante la primavera
porteña

Con mis nietas Laurita, Ludmila y
Melina
Había pasado una semana muy cargada de vivencias y emociones. Todo
había resultado muy positivo, pero me sentía agotada. Sin embargo, todavía
faltaba algo más de dos meses para finalizar el año y poder tomarme unas
merecidas vacaciones.
Ana María
Liberali