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Ampelio
Liberali nació en Ingeniero White (Provincia de Buenos Aires), el 23 de
noviembre de 1917 y falleció en la ciudad de Buenos Aires el 7 de diciembre de
2006, a los 89 años d edad.
Su profesión lo obligaba a residir casi
permanentemente en Buenos Aires y, aunque viajó alrededor de todo el mundo,
siempre se hacía un espacio para visitar a su ciudad natal aunque sea un par de
veces al año e, incluso, compartió con la Agrupación de Scouts "Ernesto
Pilling", los campamentos itinerantes hasta poco antes de su
fallecimiento.
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Entre
sus numerosas actividades, a lo largo de su vida, destaco:
Las primeras
lecciones de fotografía, las recibió de parte del profesor Mario Teobaldelli y
comenzó su actividad profesional como fotógrafo en el diario La Nueva
Provincia.
En 1943, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, se desempeñó en
LU8 como locutor del servicio informativo y cronista deportivo, conservando sus
tareas como fotógrafo.
Dos años más tarde, regresa a Bahía Blanca para
trabajar en el diario El Atlántico y en las radios LU3 y LU7.
Trabajó en el
diario La Época y se destacó por su actividad y su voz inigualable, en LR3 Radio
Belgrano, LR4 Splendid, LR1 El Mundo y LS5 Rivadavia.
Participó como locutor
en los Encuentros Humboldt.
Tuvo a su cargo la proyección de audiovisuales
con aporte geográfico como “Argentina de Punta a Punta” y “Tres Paisajes de
Catamarca”, entre otros.
Durante 10 años escribió notas para la revista El
Gráfico. Fue relator y comentarista de fútbol de radio y televisión y en 1956
ingresó a Radio El Mundo en la que permaneció hasta 1976.
Fue Director de
Información Pública del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e
Islas del Atlántico Sur.
Escribió infinidad de notas para diarios de todo el
país.
Asistió a dos Campeonatos Mundiales de Fútbol y a conferencias
internacionales en representación de Radio El Mundo.
Realizó 25
audiovisuales, entre ellos “El Partido que Nadie Ve”, que obtuvo el Primer
Premio del Círculo de Periodistas Deportivos Medalla de Oro “Félix Daniel
Frascara”, en 1970.
En 1991 recibió la Manzana “Al Maestro con Cariño” junto
con Andrés Cascioli, Adolfo Castelo, Antonio Legarreta, Diego Lucero, Quino,
Magdalena Ruiz Guiñazú, Fernando Salas, Félix Luna y otros, otorgada por TEA y
DEPORTEA a maestros
reconocidos.”
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Entre
su obra literaria, se destacan:
Historietas
Whitenses, donde cuenta historia de viejos pobladores y el
cosmopolitismo de los inmigrantes, y en donde no falta su visión ante la llegada
de barcos durante los gloriosos años de una Argentina - Granero
del mundo.
Historietas
Comercialinas, dedicada al Club Puerto Comercial, del cual su
padre y sus tíos fueran miembros fundadores. Los colores verde y amarillo
representaran a la tuna en flor que se encontraba en el patio de su casa en la
calle Mascarello.
Dante Panzeri - Entretelones,
aquí, Ampelio Liberali, demuestra todo su cariño y todo su respeto, hacia quien
fuera su gran amigo y maestro. Son anécdotas de los momentos vividos junto a
Dante y uno, al releerlo, nunca termina de asombrase del pensamiento lúcido y
adelantado de Panzeri.
Una verdadera joya que muchos “supuestos” periodistas
deportivos deberían leer.
“60 Años de Fútbol Mundial” - EEUU
1994, apareció poco antes del inicio de ese inolvidable evento y
editado en formato de revista, mostraba las estadísticas puntillosamente
elaboradas de todos los mundiales de fútbol, desde 1930 hasta 1990.
Un
trabajo que le llevó a Ampelio Liberali, muchos años de elaboración y en el cual
ayudé a su terminación, edición y distribución del mismo.
Tuvo una buena
acogida por lo estricto del trabajo, pero lamentablemente, ese año también salió
una guía parecida editada por Clarín y que se vendía junto al diario. Si bien la
obra de Ampelio era mejor en cuanto a la parte técnica y estadística, la de
Clarín era más lujosa, en forma de libro y tuvo mayor difusión.
De todos
modos, fue una obra memorable del insigne periodista, de la cual aún poseo,
media docena de ejemplares. Toda una joya inhallable.
PENSAMIENTO VIVO DE AMPELIO
LIBERALI
“Generalmente estoy en desacuerdo con los abogados.
Tristes experiencias me inducen a desconfiar. Pero se ha producido una
excepción. Y el doctor Carlos Valiente Noailles (h.), con su carta publicada en
LA NACION el 11/7 me ha reconciliado.
“Se refiere Noailles a un concepto
vertido por el licenciado Juan Antonio Lázara –carta anterior–, en la que
expresa su tristeza “porque algunos alumnos llegaron tarde a su clase con motivo
de un partido de fútbol”. Y agrega que por eso se han perdido la oportunidad de
admirar la obra de Brunelleschi, Miguel Angel o Rafael.
“Personalmente me
encantaría asistir a una clase del licenciado Lázara sobre tan calificados y
admirados artistas. Tengo la seguridad de que eso contribuiría a atenuar en
parte mi ignorancia acerca de la labor imperecedera de aquellos genios de la
humanidad que en buena ley se han ganado la gloria.
“Pero esa sensación no se
iba a perder por una razonable y tolerante postergación de unos minutos ante un
suceso deportivo que –en este caso– se produce cada 4 años.
“Ignorar –o
tratar peyorativamente– la trascendencia popular del fútbol no deja de ser una
expresión de discriminación. El fútbol se ha transformado en un sentimiento
universal. Si ha llegado a conmover a millones de seres en todo el mundo hay que
aceptar que alguna virtud debe de tener.
“No creo aquello de que «las
mayorías nunca se equivocan» porque generalmente son las que más y más
frecuentemente se equivocan (y de eso tenemos sobradas muestras), pero tampoco
me siento inclinado a despreciar el entusiasmo, la vocación sana y desinteresada
de tantos ciudadanos del mundo que viven el suceso futbolístico con tanta pasión
y tan sincero sentimiento.
“Negarles ese derecho no es, precisamente, una
manifestación cultural.”