NCeHu
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La masacre en Gaza y las
palabras correctas
Maciek Wisniewski*
La
Jornada
México, 15/6/14
Ya muchos lo han dicho
muchas veces: las palabras también son un arma. En las semanas pasadas los
palestinos no sólo enfrentaban la poderosa máquina militar israelí, sino también
la máquina mediática global que hacía todo para deshumanizar e invisibilizarlos.
Sobre sus cabezas caían no sólo las bombas, sino también las palabras y a veces
algo más letal: el silencio. Igual fue durante las otras masacres en
Gaza.
Y mientras Israel
desde hace años sigue con su política de limpieza étnica (por cierto, una de las
palabras vedadas en los medios), repitiendo las mismas mentiras, nosotros sus
críticos seguimos condenados a irlas desglosando una y otra vez.
Mientras sigue
gozando de sus privilegios derivados del sufrimiento del pueblo judío, pudiendo
hacer y decir todo –Norman Finkelstein demostró cómo el Holocausto se volvió el
arma ideológica de Israel para pintarse de víctima y evitar toda
crítica ( The Holocaust industry, 2000)–, nosotros a veces nos sentimos
limitados por el manual de buena conducta .
Éste dicta, por
ejemplo, que hay palabras imposibles de usar –vinculadas en su mayoría con las
atrocidades nazis–, privatizadas por Israel y
prohibidas .
Prohibidas no porque su pronunciación fuera a traer el Armagedón,
sino porque su uso en el caso de los palestinos los humanizaría, los dotaría de
derechos y les ganaría más simpatía.
¿Pero qué hacer si
resultan las palabras más adecuadas para hablar de la vida y la muerte en los
territorios ocupados? Rescatarlas. Usarlas.
Aquí hay
algunas:
• Campo de
concentración . El filósofo italiano Giorgio Agamben, para quien el campo de
concentración es el paradigma de la modernidad, citando un poema de Celan que
evocaba el exterminio de judíos escribía que la muerte ya no es el maestro en
Alemania –como apuntaba el poeta–, sino en Israel, que hizo de Palestina
el gran campo de concentración ( Il Manifesto, 3/6/10).
• Gueto . No
es lo mismo que el campo de concentración, pero en Gaza los dos conceptos se
funden creando uno nuevo, el gueto-campo , un producto original de la
ingeniería represiva-militar israelí.
• Pogromo .
Masacre de gente indefensa , término acuñado en Rusia para denominar los
violentos ataques antisemitas, sirve bien para describir lo de Gaza y la
atmósfera anti-árabe/racista en todo Israel.
• Genocidio .
El acto de barbarie contra los civiles de Gaza atacados por pertenecer a
determinado grupo étnico cae en la canónica definición de genocidio del
polaco-judío Rafal Lemkin (1933). No obstante, el objetivo de Israel no es el
exterminio de los palestinos: es tenerlos golpeados, reducidos a homo
sacers, despolitizados y dependientes de la ayuda humanitaria/oenegera.
Divididos entre varios guetos-campos (Gaza/Cisjordania) y mantenidos como
una controlable amenaza y combustible para la política interna y el complejo
militar-industrial israelí.
• Fascismo .
Michel Warschawski, el veterano activista antisionista, por años se abstuvo de
llamar a Israel un Estado fascista : pero si algo parece pato y camina
como pato, entonces es un pato ( AIC, 29/5/12).
• Nazismo .
Igual y no (recordemos la vieja fórmula: todo nazi es un fascista, pero no
todo fascista es un nazi ). El adjetivo nazi es mejor reservarlo para
el nacionalsocialismo y sus crímenes, evitando su relativización.
El lugar desde donde
hablo es particular. Por un lado los polacos tenemos nuestros propios pecados
antisemitas. Por otro, junto con otros polacos-judíos sufrimos los horrores de
la ocupación alemana. Es parte de nuestra identidad. Mi abuelo fue prisionero
del campo de concentración en Dachau, por ser miembro de la resistencia. Crecí
en los terrenos donde una vez estuvo el gran gueto de
Lodz/Litzmannstadt.
Todo esto no otorga
ningún derecho especial para hablar de esta historia, pero tal vez da un poco
más de sensibilidad al significado y al sufrimiento detrás de las palabras en
cuestión. En esto se basa la nada fácil decisión de volver a usarlas (o dejar
algunas fuera).
Algo así, en mucho
mayor grado, hace interesante la posición de Finkelstein, hijo de sobrevivientes
de Auschwitz, quien también hace esta observación: en la sociedad israelí todos
comparan a todos con Hitler o se tachan de nazis .
Incluso los más
prominentes sionistas: “A Rabin lo llamaban ‘nazi’, Ben Gurión llamó ‘nazi’ a
Jabotinsky, Jabotinsky llamó ‘nazi’ a Ben Gurión, Begin llamó ‘nazi’ a Ben
Gurión…” ( Defamation, 2010).
En Israel, aunque
hubo planes de criminalizar la palabra nazi , nadie se escandaliza tanto
por eso (el mismo Finkelstein creció con este lenguaje en su casa en Estados
Unidos).
Pero cuando alguien
de afuera se atreve a hablar de un campo de concentración o gueto
en Gaza, condenar el genocidio palestino o llamar al Estado de Israel
fascista o nazi por las masacres de los palestinos –por ejemplo,
Gianni Vattimo, filósofo católico y homosexual declarado, que igual por su
propia condición acabaría en Auschwitz o Dachau, como gitanos, comunistas y
tantos otros, no solo judíos–, los israelíes y el mundo liberal políticamente
correcto quedan indignados . Lo denuncian como discurso de odio . Y
–claro– como antisemitismo .
¿O será la palabra
correcta para hablar de la hostilidad antijudía causada por lo de Gaza? Steven
Beller, autor de Antisemitism: a very short introduction (Oxford,
2007), argumenta que no: otra vez es sólo el afán israelí de neutralizar las
críticas ( Louis Proyect blog, 8/8/14).
El escritor Etgar
Keret es la voz liberal en su país. A los críticos de Israel como Naomi Klein
los llama (sólo) fascistas de izquierda ( Gazeta Wyborcza,
23/11/09).
Escribiendo de su
padre, sobreviviente del Holocausto, que una vez les gritó nazis a unos
skinheads noruegos que agredían a unos chinos, concluía: A veces es
la palabra correcta ( The New York Times, 17/1/14).
¿Y qué serían las
palabras correctas para hablar de lo que hicieron unos extremistas judíos que el
mes pasado secuestraron en Jerusalén a un joven palestino, le echaron gasolina
en la garganta y le prendieron fuego?
¿Y de la masacre en
Gaza, en la que murieron más de mil 900 personas, la vasta mayoría civiles,
incluidos 450 niños?
Sólo las más
fuertes: pogromo, genocidio, fascismo.
El adjetivo
nazi ya dejémoslo de lado.
* Periodista
polaco
Twitter: @periodistapl
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