NCeHu
621/14
Pérdida del oremus
Hemos visto docenas imágenes que parecían muñecas
en sus cajas de cartón y que resultaron ser cadáveres de crías
gazatíes
El
País
Madrid,
10/8/14
Parece una muñeca rota, descoyuntada al menos, a la que intentan
recolocar los brazos y las piernas. Se trata, en cambio, de una niña de carne y
hueso que, dentro de lo que cabe, ha tenido suerte, pues quizá logren repararla.
Hemos visto docenas de ellas que parecían muñecas muertas en sus cajas de cartón
y que resultaron ser auténticos cadáveres de crías gazatíes. Enterradas como
semillas infecundas, brotarán sin embargo en la memoria. Hemos seleccionado una
de las imágenes menos duras para no herir la sensibilidad de Obama, Putin,
Rajoy, Hollande, Merkel y el etcétera de dueños del mundo que ustedes deseen
añadir. Hasta ahora, vienen ejerciendo de plañideras, fingiendo, y quizá
cobrando, por un dolor inexistente frente al exterminio sistemático de una
población inerme.
Todo ello en
nombre del “derecho de Israel a
defenderse”. He ahí un mantra de una
descomunal eficacia. Significa que mientras por los ojos nos entra una
información por los oídos nos introducen la contraria. No hay genocidio, no hay
masacre ni liquidación ni exterminio. Tampoco hay instalaciones civiles
minuciosamente bombardeadas, no hay edificios enteros, con sus familias
apiñadas, destruidos por misiles que donde ponen el ojo comenten el crimen. Es
como si nos obligaran a comer un plato de mierda al tiempo de que una voz con
propiedades hipnóticas nos hablara de su excelente sabor y sus ventajas
nutritivas. Cuando la información que reciben los sentidos es tan contradictoria
y machacona, pierde uno el oremus, signifique lo que signifique oremus. A ver si
algún mandamás lo recupera.
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