NCeHu 600/14
Ucrania: Un tablero de ajedrez empapado en
sangre
Pepe
Escobar
La
Haine
3/8//14
La tragedia de MH17
-convertida en arma de destrucción masiva- puede ser vista como una retorcida
repetición deformada de la política imperial en
Irak
«Los datos de inteligencia y los hechos están
ajustados a la política». Todo el mundo recuerda el Memorando de Downing Street,
que reveló la «política» de Bush/Blair en el período que llevó al bombardeo /
invasión / ocupación de Irak en 2003. La «política» era deshacerse de Saddam
Hussein a través de una guerra relámpago. La justificación era el «terrorismo» y
(las inexistentes) armas de destrucción masiva (ADM), que han «desaparecido»,
montadas en camiones, profundamente en Siria. Olvidemos los datos de
inteligencia y los hechos.
La tragedia de MH17 -convertida incidentalmente en
un ADM- puede ser vista como una retorcida repetición deformada de la política
imperial en Irak. Esta vez no hay necesidad de un memo. La «política» del
Imperio del Caos es clara, y multifacética; diversificar el «pivote hacia Asia»,
estableciendo una cabeza de playa en Ucrania para sabotear el comercio entre
Europa y Rusia; expandir la Organización del Tratado del Atlántico Norte a
Ucrania; romper la asociación estratégica entre Rusia y China; evitar por todos
los medios la integración económica y comercial de Eurasia, desde la asociación
entre Rusia y Alemania para la Nueva Ruta de la Seda convergiendo desde China
hasta (la cuenca del) Ruhr; mantener a Europa bajo la hegemonía de EE.UU.
La razón clave por la que el presidente ruso,
Vladimir Putin no «invadió» el Este de Ucrania -tanto como él fue tentado por
Washington / OTAN- para detener un facilitado asesoramiento militar de EE.UU.
que va hacia la matanza de civiles es que él no quiere antagonizar con la Unión
Europea, el principal socio comercial de Rusia.
De manera crucial la intervención de Washington en
Kosovo invocando R2P -Responsabilidad de Proteger- se justificaba en su momento
exactamente por las mismas razones que una intervención rusa en Donetsk y
Lugansk pueden justificarse totalmente ahora. Salvo que Moscú no va a hacerlo
-ya que el Kremlin está jugando un juego de muy largo alcance.
La tragedia MH17 quizás ha sido un error terrible.
Pero puede también haber sido una maniobra desesperada de los esbirros de Kiev
al servicio del Imperio del Caos. Por ahora, los datos de inteligencia rusos ya
han quizás dominado los hechos claves. El predecible modus operandi de
Washington era disparar desde la cadera, encendiendo y en teoría ganando la
guerra de cómo presentar los hechos, y doblando la apuesta mediante la
presentación del proverbial ejército de «altos funcionarios» rebosantes de
pruebas de los medios sociales. Moscú tomará su tiempo para constituir un
meticuloso expediente, y sólo entonces lo presentará en detalles.
La hegemonía perdida
La «gran imagen» nos muestra a las elites del
Imperio del Caos como extremadamente incómodas. Tomemos al Dr. Zbigniew «El Gran
Tablero de Ajedrez» Brzezinski, quien como ex mentor de la política exterior
tiene los oídos del cada vez más abatido repartidor de periódicos de la Casa
Blanca. Este domingo el Dr. Zbig estaba en CNN desafiando a los líderes europeos
para que «hagan frente a Putin». Se preguntó si «Europa quiere convertirse en un
satélite» y se preocupa por «el momento de importancia decisiva para el futuro
del sistema -del sistema mundial».
Y todo es culpa de Putin, por supuesto:... «No
estamos comenzando la Guerra Fría. Él [Putin] la ha comenzado. Pero él mismo se
ha metido en un atasco terrible. Yo tengo la firme sospecha de que una gran
cantidad de personas en Rusia, incluso cercanas a él están preocupadas de que el
estatus de Rusia en el mundo está siendo socavado de manera dramática, que desde
el punto de vista económico está comenzando a caer, que Rusia está amenazada por
la perspectiva de convertirse en un satélite de China, que Rusia está aislándose
y desacreditándose».
Obviamente el Dr. Zbig es dichosamente ignorante de
los puntos más finos de la asociación estratégica entre Rusia y China, así como
de sus voces concertadas dentro de los BRICS, el G-20 y una miríada de otros
mecanismos. Al final su conocida rusofobia siempre saca lo mejor de él. ¡Y
pensar que en su último libro, Strategic Vision (2012), el Dr. Zbig estaba a
favor de un «Occidente» ampliado que anexaría Turquía y Rusia, con el Imperio
del Caos actuando como «promotor» y «garante» de la unidad más amplia en el
Occidente, y actuando como «equilibrador» y «conciliador» entre las grandes
potencias en el Este. Una mirada rápida en el registro desde 2012 -Libia, Siria,
Ucrania, el encerclamiento de China- revela el Imperio del Caos sólo como
fomentador de, qué otra cosa, el caos.
Ahora comparemos el temeroso Dr. Zbig con Immanuel
Wallerstein -quien fue de una gran influencia en mi combado libro de viaje
geopolítico Globalistan, en el 2007. En esta obra (en español) Wallerstein
sostiene que el Imperio del Caos simplemente no puede aceptar su decadencia
geopolítica -y que es por eso que se ha vuelto tan peligroso. Restaurar su
hegemonía en el sistema-mundo se ha convertido en la obsesión suprema; y ahí es
donde toda la «política» que es el trasfondo esencial para la tragedia MH17
revela a Ucrania como el campo de batalla definitivo.
En Europa, todo gira en torno a Alemania. Sobre
todo después de que el escándalo de la Agencia de Seguridad Nacional y sus
ramificaciones, el debate clave que hace estragos en Berlín es cómo posicionarse
geopolíticamente pasando por alto a EE.UU. Y la respuesta, como presionan
amplios sectores del gran capital alemán, se encuentra en una asociación
estratégica con Rusia.
Muéstrame el misil
Poco a poco, sin exageraciones y sin sesgar, los
militares rusos están empezando a entregar las mercancías. Aquí, por cortesía
del blog Vineyard of The Saker, es su presentación clave hasta este momento.
Como lo pone The Saker, Rusia tenía -y tiene- una «visión radar 20/20», o
vigilancia de espectro completo, sobre todo lo que sucede en Ucrania. Y así, sin
duda, lo hace la OTAN. Lo que el Ministerio de Defensa ruso está diciendo es tan
importante como las pistas que está presentando para que las sigan los
expertos.
El dañado motor a reacción de estribor del MH17
sugiere deformaciones por la explosión de un misil aire-aire -y no un Buk; eso
es consistente con la presentación gráfica del Ministerio de Defensa de Rusia,
que destacó un SU-25 ucraniano siguiendo el vuelo MH17. Cada vez más, el
escenario Buk -histéricamente pregonado por el Imperio del Caos- está siendo
descartado. Por no hablar, de nuevo, que ni un solo testigo ocular vio el muy
gráfico grueso trazo de un misil, que habría sido claramente visible de haberse
utilizado un Buk.
Mucho más allá del hecho establecido de un SU-25
ucraniano seguía el MH17, hay un montón de preguntas sin respuesta, algunas
sobre un turbio procedimiento de seguridad en el aeropuerto de Ámsterdam
Schiphol -donde la seguridad es operada por ICTS, una empresa israelí con sede
en los Países Bajos y fundada por ex oficiales de la agencia de inteligencia
israelí Shin Bet. Y luego está la presencia inexplicable de asesores
«extranjeros» en la torre de control de Kiev.
Por mucho que Bashar al-Assad en Siria no tenía
absolutamente ningún motivo para «gasear a su propio pueblo» -como afirmaba la
histérica narrativa del momento- los federalistas del Este de Ucrania no tienen
motivo alguno para derribar un avión civil. Y de la misma manera que a
Washington le importa un comino la masacre actual de civiles en Gaza, también le
importa un comino las muertes de civiles del MH17; la única y sola obsesión es
forzar a los europeos a sancionar a Rusia a la muerte. Traducción: romper la
integración comercial y geopolítica de Europa y Rusia.
Una semana antes de la tragedia MH17, el Instituto
Ruso de Estudios Estratégicos ya estaba sonando la alarma en relación con la
«política» del Imperio del Caos y su negativa a «adherirse a los principios y
normas del derecho internacional y a las normas y el espíritu del sistema
existente de las relaciones internacionales».
Moscú, al constituir su caso sobre la tragedia del
MH17, aguardará el momento propicio para desacreditar las afirmaciones de Kiev y
maximizar su propia credibilidad. El juego ahora se traslada a las cajas negras
y el registrador de voz de cabina. Pero Ucrania seguirá siendo el campo de
batalla de vida o muerte -un tablero de ajedrez empapado en sangre.
Asia Times Online. Traducido
del inglés para El Correo por Alberto Rabilotta.
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