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Más de 500 palestinos muertos en la ofensiva
israelí en Gaza
El 20% de los muertos son niños
Un proyectil impacta en un hospital de la Franja
El
País
Gaza, 21/7/14
Yunis Baker no deja de vigilar el cielo cuando sale de casa. El
niño, de siete años, busca los drones armados que revolotean sin pausa sobre
Gaza, teledirigidos desde algún lugar de Israel. El Ejército no aclara si fue
uno de estos aparatos el que mató el miércoles pasado a cuatro
de sus primos, de entre 9 y 11 años,
mientras jugaban en una playa de Gaza con él y con su hermano Hamad, de 13. Los
chicos huían de una primera explosión en el muelle cuando, a unos 200 metros,
les alcanzó de lleno otro proyectil ante los ojos atónitos de un grupo de
periodistas. Su padre, Jamís, señalaba este lunes a Hamad en el patio anterior
de su casa: “Tenía metralla en el pecho y está curándose, pero Yunis tiene algo
peor”. Apenas habla, no sonríe, no duerme. Lo encuentran acurrucado bajo la cama
todas las mañanas. El pescador gazatí, de 52 años, reprimía el llanto al
explicar que su hijo pequeño “es otra persona al 90%”. Si nadie les ayuda, cree,
están “a punto de perderlo del todo”.
Grupos de hombres se apiñan en
la morgue para identificar cuerpos
Las muertes en
Gaza aumentaron rápidamente desde que Israel comenzó su invasión
terrestre, el pasado jueves. Los muertos
palestinos superaban este lunes los 500. Según cálculos del Centro Palestino de
Derechos Humanos (PCHR), más del 75% son civiles y, de ellos, más de un centenar
eran niños.
Entre los
objetivos alcanzados este lunes por los israelíes destaca el hospital Al Aqsa.
Cuatro personas murieron en este segundo ataque contra un centro sanitario. Este
estaba lleno de pacientes, incluidos 135 niños. El ataque obedeció a que “había
un depósito de proyectiles antitanque almacenados en un vecindario aledaño al
hospital”, según una nota del Ejército citada por Efe. Israel denunció este
lunes que las milicias habían disparado cohetes desde el hospital Wafa,
alcanzado hace días tras ser evacuado.
El Ejército
confirmó que ha sufrido 25 bajas. Es una cifra considerable para las Fuerzas
Armadas de Israel, acostumbradas a avanzar con gran cautela y protegidos por su
abrumadora superioridad militar. Los palestinos no tienen Armada, aviación ni
vehículos blindados. Cuatro de los soldados cayeron este lunes en el asalto
desde la retaguardia de un grupo de milicianos de Hamás provistos de uniformes
israelíes.
Los niños Yunis
y Hamad Baker son supervivientes, pero los constantes bombardeos y ataques
israelíes por tierra, mar y aire se están cobrando tasas espeluznantes de vidas
infantiles. Era un niño uno de cada cinco palestinos que han muerto bajo las
bombas desde que Israel empezó esta operación militar, hace dos semanas. El 43% de los habitantes de la Franja
tiene menos de 14 años. El área está tan densamente poblada como una gran
ciudad. La noche de este lunes llegaban noticias de un bombardeo que había
matado a 13 personas en el centro de Gaza. Entre ellas había al menos cinco
niños.
El
funcionamiento de la morgue del hospital de Al Shifa se beneficia de la
costumbre musulmana de enterrar a los muertos antes de 24 horas. Los cadáveres
entran en sacos blancos manchados de rojo. A la puerta se apiña una multitud de
hombres que esperan para reconocer a sus muertos y llevarlos al cementerio. En
las horas punta tras los bombardeos más duros hay que cuidarse para no resbalar
en los charcos de sangre entre los forcejeos de docenas de hombres. Un empleado
del hospital va abriendo las cremalleras de los sacos alineados por el suelo, lo
justo para descubrir el rostro. Entrar requiere esfuerzo, pero el grupo se
aparta para que salgan los que acaban de ver a un familiar en una de las bolsas.
En el trajín de este lunes, a las cuatro de la tarde, un empleado se tapaba la
nariz para abrir el armario de aluminio donde guardan los restos de los niños
por identificar.
El 75% de las
víctimas mortales son civiles, según una ONG gazatí
Mahmud Yazgui,
de 20 años, acababa de ver salir los cadáveres de sus sobrinos Hatem y Yasmín,
de 2 y 4 años. Murieron por el proyectil de tanque que reventó la vivienda de
sus abuelos. Sus padres los habían mandado a dormir allí porque creyeron que era
un sitio seguro. Los ancianos también murieron. Horas antes, también en el
centro de Gaza, cuatro niños de la familia Hallaq habían muerto en un bombardeo
aéreo que destrozó tres pisos en el edificio Córdoba del barrio de Rimal.
Algunos vecinos limpiaban la sangre de la escalera, mientras buscaban los restos
de uno de los niños entre los cascotes. En la devastación de las viviendas se
veían cuadernos escolares con dibujos de Bob Esponja.
Esta acumulación
de víctimas infantiles en los ataques llevó a que Washington pidiera a Israel
que “tome mayores precauciones” para proteger a los civiles. No solo a los
niños, también a los ancianos, las mujeres y los cientos de hombres que, como
comprueban cuidadosamente los empleados del Centro Palestino para los Derechos
Humanos, mueren sin haber tenido ninguna relación con las milicias
islamistas.
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