Al puerto de
Pireás
Después de una mala noche, dormí toda la mañana. Y
no sé si por efecto del ibuprofeno o por las fuerzas que hice para continuar con
el paseo, es que logré levantarme y, aunque despacio, pude caminar las cuadras
que separaban el hotel de la plaza Omonia.
Allí nos ubicamos en una mesa de la calle bajo
sombrillas de un restorán de nivel medio, y después de comer unos spaguetti a la
bolognesa que estaban un tanto pesados, subimos al ómnibus de turismo para hacer
el circuito del puerto de Pireás.
Había sido el puerto de la antigua Athina, siendo
modernizado en 1834 cuando la ciudad fue refundada. Y posteriormente quedó unido
al área metropolitana debido a la expansión urbana del
Ática.

Una de las principales avenidas de la ciudad de
Pireás
Pireás era uno de los más atractivos e importantes
puertos de Grecia, así como el punto de partida para la navegación de las islas
del mar Egeo, y también una escala casi obligada para las compañías navieras del
Cercano Oriente.

Paquebote de una de las
principales líneas navieras griegas en el puerto de
Pireás
Una de las principales empresas que operaba en
Pireás era Minoan Lines, creada en 1972 con capitales griegos, pasando a formar
parte en 2008 del Grupo Grimaldi, con sede en Napoli. Se trataba de una de las
que más pasajeros trasportaba en el mar Adriático, uniendo puertos griegos con
los italianos.

Buque de Minoan Lines, que
cubría los mayores destinos del mar
Adriático
Tanto el turismo internacional como su condición de centro
industrial, con astilleros, fábricas de maquinarias agrícolas, productos
químicos, vidrio y textiles, además de las exportaciones de aceitunas, aceite de
oliva y jabones, habían generado un centro comercial y bancario de importancia,
vislumbrándose a partir de las edificaciones y de los niveles de consumo, un
elevado poder adquisitivo.

Iglesia con columnas de orden corintio y edificios muy
modernos

Yates y cafés con vista al mar
Egeo

Puerto deportivo de
Pireás
Si bien nos hicieron saber de la existencia de muy
buenas playas, no era el momento del año para disfrutarlas. De todos modos, nos
conformamos con las maravillosas vistas del golfo Sarónico y la colina de
Castella como fondo. La zona se había renovado, en gran medida, a tiempo para
los Juegos Olímpicos de 2004 con la creación del paseo marítimo y la plantación
de gran cantidad de árboles.

Vista del golfo Sarónico y de
la colina de Castella desde el paseo
marítimo

Parque automotor de alta
gama

Puerto naval de
Pireás
Por encontrarse unida a Athina, durante los Juegos Olímpicos de 2004,
dos estadios de Pireás, fueron sede de algunas de las actividades deportivas. El
de la Paz y la Amistad, conocido también por el acrónimo S. E. F. (Stadio Erinis
Kai Filias), acogió la competición de voleibol; mientras que el Karaiskaki, hizo
lo propio con el fútbol. Ambos pertenecían al conocido equipo
Olympiakos.

Estadio de la Paz y la
Amistad
La visita al puerto de Pireás fue relativamente
corta, así que siendo las cinco de la tarde ya estábamos de vuelta en la plaza
Omonia.
Como la temperatura estaba descendiendo, casi sin pensarlo, nos
dirigimos al bar “Pesto” para tomar sendos cafés con leche acompañados por
porciones de tortas de elevadas calorías. Omar pidió una de chocolate con
mousse, y yo una de naranja y chocolate.

Torta de chocolate con
mousse

Torta de naranja y chocolate
Pasada esa deliciosa merienda, ya en camino hacia
el hotel comencé a sentirme mal nuevamente. Fiebre y tos me hicieron pasar una
noche de perros. Al ibuprofeno le agregué amoxilina 250, pero no pude evitar
quedarme todo el día siguiente en la cama. ¡Qué garrón!
Ana María
Liberali