NCeHu
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Rumbo al
XVI EnHu (91)
América Latina como
geografía
Argentina como
geografía

La imponente marcha de 50.000 docentes en La Plata aplastó el
“decretazo” de Scioli. La consigna de la hora de los partidarios del ajuste es
derrotar la huelga docente. Los trabajadores necesitamos su victoria. El
“Rodrigazo” K-K tiene que ser derrotado.
Para zafar de una
declaración de la cesación de pagos en que ya se encuentra, el gobierno del
‘desendeudamiento’ se ha lanzado a una carrera desesperada por obtener un
socorro internacional. Después de acordar con Repsol un resarcimiento usurario y
otorgarle un indulto por el pasivo ambiental, el kirchnerismo sigue la misma
ruta con el Club de París y con los fondos que litigan en Nueva York. Con la
entrega de nuevos títulos, con rendimientos leoninos, el gobierno pretende
recrear un ‘mercado’ internacional para la deuda argentina. Esto significaría,
en último término, volver al régimen neoliberal, pero con una hipoteca acumulada
considerablemente superior: hoy, la deuda pública de Argentina, cerca de 300 mil
millones de dólares, es cinco veces superior a la que dejó Raúl Alfonsín. El
patrimonio que se pondrá a remate ya no podrán ser las empresas estatales -como
ocurriera bajo Menem-Cavallo-, sino, supuestamente, las reservas no comprobadas
de gas especial. Como sucedió bajo Martínez de Hoz, en los años de la dictadura,
YPF sale a endeudarse en el exterior para aportar divisas al Banco
Central.
El empecinamiento del
gobierno K-K (Kirchner-Kicillof) en vender el país al capital financiero queda
demostrado en la decisión de pagar el cupón del PBI, unos 4 mil millones de
dólares, que no corresponde hacer y de acuerdo con las propias cláusulas de
emisión. Son 40 mil millones de pesos, que equivalen al 40% del déficit
financiero del sector energético. Cuando, para sorpresa de todo el mundo, el ex
ministro Lavagna impugnó su pago, por las razones mencionadas, fue denunciado
por su entorno de promover una declaración de ‘defol’. Ahora le llegará el
telegrama de despido de Sergio Massa.
Agravamiento
El oficialismo celebra
un ‘planchazo’ del dólar con la pasión que pondría un economista del
‘establishment’ o un converso. Pero es difícil encontrar a un analista que no
prevea nuevas devaluaciones. Es que la tasa anual del 30% que se paga para que
los ‘inversores’ pongan sus dólares en pesos, es una hipoteca insostenible. Ha
reforzado la recesión -caída del consumo y de la inversión-; en febrero se
registraron diez mil despidos. La restricción a las importaciones, para contener
la sangría de divisas, acentúa esa crisis industrial. El costo de financiar al
Tesoro se ha encarecido brutalmente. Incluso el ingreso de divisas por las
exportaciones agrarias no constituye una salida, porque obliga al Banco Central
a absorber los pesos, que emite a cambio, a tasas de interés usurarias. Por
último, la inundación del mercado internacional con títulos de deuda, para pagar
deudas e indemnizaciones, no significa todavía un ingreso de divisas. Para eso,
la banca internacional exige dos cosas sencillas y explosivas: el tarifazo
eléctrico y del transporte, y el levantamiento del ‘cepo’. Para entrar, los
capitales exigen, primero, el derecho a salir. Para sobrevivir entre estas
contradicciones, los nac & pop recurren al canje del cepo cambiario por el
cepo salarial. Las ganancias y los dividendos podrán salir, pero los salarios
deberán bajar en términos reales.
Cuando se echa una
mirada de conjunto se observa que K-K han salido a pedir un rescate
internacional, como hicieron el griego Samaras, el italiano Berlusconi y los
españoles Zapatero y Rajoy, pero con mayores desventajas. El pedido de socorro a
la banca extranjera para evitar una declaración formal del ‘defol’ que se ha
producido, no viene acompañado todavía de ‘fondos frescos’, al menos para las
arcas del Tesoro. El Deustche Bank, en cambio, se ha quedado con la comisión por
los bonos de indemnización a Repsol y con el libre arbitrio de 6 mil millones de
dólares de deuda argentina, a casi el 10% de interés anual. El ajuste violento
contra los trabajadores y los jubilados es solamente el primer episodio de un
salvataje a medio hacer y del guión de un nuevo relato.
La consigna de la hora
de los partidarios del ajuste y del rescate internacional es derrotar la huelga
docente. El mascarón de proa de esta ‘patriada’ antiobrera son Scioli y la
comparsa de Unidos y Organizados, que para salvar el proyecto están dispuestos a
no ahorrar sangre de trabajadores. El gobierno apunta contra los maestros desde
hace tiempo, y se ven las razones. Para CFK es una causa familiar y popular,
porque lo mismo pasó en Santa Cruz en la década ganada por los K, entre
1990/2000, cuando declaró a los docentes de la provincia sus enemigos ‘number
one’. El asesino vuelve siempre al escenario del crimen.
Llamamos a todos los
sindicatos y organizaciones combativas a marchar hombro con hombro con los
maestros, maestras y profesores en todas las manifestaciones de lucha, y a
reclamar una huelga general por la victoria de los docentes, que será la de
todos y todas.
Equipo de redaccion de Prensa Obrera
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