Athina desde el ómnibus de
turismo
Ya habíamos caminado bastante por Athina por lo
que decidimos tomar el ómnibus que hacía un circuito turístico dando
explicaciones en varios idiomas.
Subimos en la plaza Omonias y tras algunas vueltas
por las avenidas céntricas aparecimos nuevamente en Monastiraki donde en las
áreas aledañas a la plaza, una gran cantidad de comerciantes exponían sus
mercancías en la calle. Había absolutamente de todo, souvenirs, prendas de
vestir, objetos de arte, antigüedades o librerías de segunda
mano.

De todo por todas partes en el barrio de
Monastiraki
Pero el centro comercial por excelencia era el
viejo mercado donde convivían los puestos de frutas y verduras con los locales
destinados a la venta de joyas, los de numismática, y los de las famosas
sandalias griegas hechas a mano… Todo al regateo.

Mercado de
Monastiraki

Bebidas, frutas, especias, infusiones, y mucho
más…

Los vendedores conversaban, tomaban bebidas y
fumaban mientras esperaban a sus clientes
Y ya en la avenida Stadiou pasamos por la plaza
Kolokotrónis, dedicada al principal militar y político de la Guerra de
Independencia de Grecia.
Se destacó en la recuperación del Peloponeso y la
toma de los bastiones turcos en la región las ciudades de Tripoli, Nauplia y
Corinto, donde realizó una voraz limpieza étnica de otomanos. Y combatió con
éxito la posterior invasión de tropas albano-egipcias en 1823, empleando
tácticas guerrilleras. Todo esto lo llevó a cabo al mando de una temible banda
de “kleftes”, bandidos que vivían en las montañas de Grecia. Estando el poder y
las riquezas en manos del ocupante turco, los kleftes se convirtieron en sus
enemigos naturales, asaltando los convoyes, atacando a las patrullas turcas, y
saqueando las propiedades de los poderosos. Como enemigos de los odiados turcos,
los kleftes se fueron ganando el apoyo del pueblo, que ayudaba a protegerlos y a
esconderlos, erosionando al régimen otomano. Y fue así como pasaron de
bandoleros a ser considerados auténticos héroes nacionales en Grecia, siendo los
más famosos, Theodoros Kolokotrónis, Georgios Karaiskakis y Nikita
Stamatelopoulos. Con la instauración del independiente estado griego,
Kolokotrónis fue partidario de la asimilación de albaneses, apoyando a Ioannis
Kapodistrias aunque discrepaba con la excesiva occidentalización de Grecia.
Luego se opuso a la monarquía bávara de Otto de Wittelbasch abogando por una
alianza con Rusia por lo que fue acusado de traición a la corona, y encarcelado.
Durante su cautiverio aprendió a leer y escribir pudiendo entonces redactar sus
memorias.
Frente a la plaza Kolokotrónis se encontraba el
edificio que acogió el Parlamento de Grecia entre 1875 y 1932, pasando luego a
ser la sede del Museo Nacional de Historia de
Grecia.

Museo Nacional de Historia (antiguo Parlamento);
y estatua ecuestre de Kolokotrónis, héroe máximo
de la nación e ícono de la revolución
Continuamos el paseo por centros comerciales más
modernos donde se bajaron varias personas, pero para nosotros no constituían
atracción alguna.

Galería comercial
céntrica
En Athina el recorrido turístico clásico incluía
una visita al famoso Arco de Adriano, una construcción de mármol pentélico
situado al sudeste de la Acrópolis, donde estaba el Ágora. Construido por los
romanos, era el típico arco de triunfo, y resultaba increíble que aún se
conservara en el mismo sitio, justamente en el límite entre la antigua ciudad de
Athina y el barrio nuevo creado por el emperador. La puerta medía un metro y
medio de ancho por dieciocho de alto, mientras que el arco de medio punto se
basaba en pilastras de orden corintio; el ático (la parte superior de la
puerta), contaba con tres aberturas también enmarcadas en pilares corintios, que
tenían la función de sujetar el arquitrabe, a su vez sostenido por columnas
ligeramente en saledizo, con un frontón que remataba la parte
central.

Arco de Adriano
Volvimos al nuevo edificio del Parlamento de
Griego, muestra del Neoclasicismo Griego, que fuera construido entre 1836 y 1840
según los planos del arquitecto F. Goertner. Sirvió como palacio a Otón, el
primer rey de Grecia tras la ocupación turca. En 1884 y 1909 sufrió daños por
incendios y en 1910 fue abandonado por la familia real, para posteriormente ser
remodelado y ser sede del Parlamento.

Edificio del
Parlamento Griego con la tumba del soldado
desconocido
Ya en la zona sur de los Jardines Nacionales nos
encontramos ante el Zappeion, de estilo neoclásico diseñado por el arquitecto
Theofil Hansen, finalizándose su construcción en 1888. El edificio, un hermoso
megaron, era utilizado para la realización de exposiciones de arte y conciertos,
y en algunas ocasiones, también para recepciones. Su nombre se eligió en honor a
Zappas, quien donara su fortuna para que renacieran las antiguas Olimpíadas,
dando origen así a los Juegos Olímpicos Modernos.

El Zappeion, en los Jardines Nacionales de
Athina
George Gordon Byron, más conocido como Lord Byron,
fue un poeta inglés considerado uno de los escritores más versátiles y
destacados del Romanticismo. Era excéntrico, polémico, ostentoso y
controvertido, al punto que muchos han atribuido sus capacidades extraordinarias
a un trastorno bipolar, también conocido como síndrome maníaco-depresivo. Ácido
y cruel, se inclinó por los desheredados, los marginados, y los miserables como
los corsarios y cosacos; y a todo lo demás lo consideraba hipocresía: la
nobleza, la sociedad… Siempre defendió a los más débiles y a los oprimidos, por
lo que apoyó a España frente a la invasión napoleónica, a la independencia de
las naciones latinoamericanas y, por supuesto, a la libertad de su querida
Grecia, siendo un gran admirador de Rosseau. En marzo de 1823 lo designaron
miembro del Comité de Londres para la independencia de Grecia del Imperio
Otomano, la que no pudo ver cumplida debido a su prematura muerte de malaria en
1824. En la calle Leóforos Amalías de Athina, se le ha hecho un monumento en su
honor.

Monumento a Lord
Byron
La Academia de Athina era la Academia Nacional de
Ciencias de Grecia, el centro de investigación más importante del país. Su
organización, cuyo nombre hacía referencia a la antigua Academia de Platón,
contaba con centros de investigación y una biblioteca central, creándose a
principios del siglo XXI la Fundación para la Investigación Biomédica. Desde su
fundación ha sido miembro de la Asociación Internacional de Academias y del
Concejo Internacional de Uniones Científicas.

Academia Nacional de Ciencias, con las esculturas
de Atenea y de Apolo en columnas jónicas
El edificio principal de la Academia fue diseñado en 1859 como parte
de una trilogía arquitectónica, por el arquitecto danés Theophil Hansen, junto
con la Universidad y la Biblioteca Nacional. Los fondos fueron proporcionados
por el magnate Simon Sinas, las esculturas por el griego Leonidad Drosis,
mientras que los murales y cuadros por el austríaco Christian
Griepenkerl.

Academia Nacional de Ciencias rodeada de árboles
frutales

Universidad Nacional y
Kapodistríaca de Athina

Biblioteca Nacional de
Grecia
Otro monumento destacado era el dedicado a Melína
Merkoúri, una ateniense nacida en 1920, quien fuera actriz, cantante y activista
política. Merkoúri se hizo muy popular internacionalmente cuando en 1960 tuviera
una nominación al Oscar a la mejor actriz por su actuación en la película “Nunca
en domingo”. Durante el Régimen de los Coroneles (1967-1974) se exilió en
Francia donde grabó cuatro álbumes tanto en griego como en francés. Y cuando la
dictadura le retiró su ciudadanía griega, ella respondió diciendo: “Yo nací
griega y moriré griega. Stylanos Pattakos nació siendo fascista y morirá siendo
fascista”. Al reinstaurarse la democracia, Merkoúri regresó y se convirtió en
miembro del Parlamento por el Movimiento Socialista Panhelénico; y en 1981 sería
la primera mujer en Grecia en ocupar el puesto de ministra de Cultura. Durante
su gestión logró que Athina fuera nombrada Capital Europea de la Cultura.
También abogó por el regreso de los llamados Mármoles de Elgin, que Thomas
Bruce, conde de Elgin, se llevara de la Acrópolis en el siglo XIX, para ser
exhibidos en el Museo Británico; pero sus esfuerzos resultaron infructuosos.
Melína Merkoúri murió en 1994 en un hospital de New York debido a un cáncer de
pulmón. Su féretro fue trasladado a Athina donde recibió un funeral de estado en
el Proto Nekrofateio (Primer Cementerio); y como había sido una fumadora
empedernida, como casi todos los griegos, cientos de ciudadanos griegos
colocaron en su tumba cajetillas de su marca favorita de cigarrillos, a modo de
homenaje.

Estatua de Melína
Merkoúri
Y después de algunas vueltas más, cuando el bus
llegó a las cercanías de las puertas de ingreso de la Acrópolis nos bajamos para
hacer esa tan ansiada visita.
Ana María Liberali