Enfrentamientos
armados para defender la Plaza de la Dignidad y del Honor de Ramadi
En la madrugada de ayerse produjeron los primeros enfrentamientos armados de
la batalla por Ramadi, capital de las protestas populares iraquíes que se
reactivaron hace un año contra el régimen político heredero de la ocupación. Los
enfrentamientos se han extendido también a Mosul y áreas de Bagdad y
Saladino.
La nueva escalada de tensión comenzó el sábado pasado cuando el ejército
iraquí detuvo al diputado Ahmed al-Aluani, y asesinó a su hermano Ali. Según
algunas fuentes, también asesinaron a la esposa de Ahmed y a siete miembros de
su guardia personal.
Según informan fuentes sobre el terreno, en el combate que se prolongó
durante más de dos horas también murieron al menos 14 miembros del equipo de
asalto. El escándalo político por haber violado la inmunidad parlamentaria que
al-Aluani posee como diputado de la formación Al Iraquiya la ha solventado el
gobierno iraquí acusándolo de fomentar el terrorismo.
Esta detención llegó apenas unas horas después de la advertencia del primer
ministro Nuri al Maliki, asegurando que el rezo celebrado el pasado viernes
sería el último que se realizaba en la plaza Dignidad y Honor. El domingo, Saad
Duleimi, ministro de Defensa en funciones desde la formación del gobierno en
2011, concedió dos días a los jeques de las tribus para levantar el campamento
asegurando que si esto no sucede “la situación se irá de
las manos”. El anuncio lo hizo público en una rueda de prensa en Ramadi en
la que estuvo acompañado por Sabah al Karhut, presidente del Consejo de Gobierno
de la provincia de al-Anbar.
A raíz de esta rueda de prensa, diversas
fuentes han difundido que en
una reunión con los jeques de las tribus en la que se trataron sus peticiones se
habría pactado el desalojo de la plaza. Pero la respuesta sobre el terreno a la
que ha tenido acceso la CEOSI, ha sido toda la contraria enviando un mensaje
claro de que el desalojo de la plaza no se va a producir. La rueda de prensa ha
servido para que algunos líderes tribales y el propio gobernador se hayan
retratado, después de mantener una postura equívoca tras casi un año de
ambigüedad pretendiendo nadar y guardar la ropa.
Durante toda la tarde y la noche de anteayer se desplegaron elementos armados
de la resistencia y de las tribus por distintos barrios de la ciudad, al tiempo
que se producía la llegada de tropas a Ramadi, especialmente vehículos militares
tipo humvee y carros de combate del ejército y de
las fuerzas especiales.
A este respecto, ayer mismo el Comité de los Jóvenes de la Revolución emitió
un comunicado muy duro que se puede considerar prácticamente una declaración de
guerra. En él aseguraban que estaban listos para defender la plaza y su
revolución. Además, acusaban al Partido Islámico, al que pertenece el gobernador
de Al Anbar, y a los líderes tribales que se han posicionado con el ministro de
Defensa de traicionar la revolución.
La detención de Aluani, que ya intentaron sin éxito hace unos meses cuando su
guardia personal logró repeler el ataque, parece ser que se ha debido —según
algunas fuentes— a sus recientes declaraciones contra el líder supremo de la
revolución iraní, el ayatolá Ali Hamenei, y contra el líder de Hezbolá, Hasan
Nasrala. Sus últimas
declaraciones criticando la
operación militar que el ejército iraquí desató la semana pasada contra
supuestos campamentos
de entrenamiento de Al Qaeda en varias provincias no es más que una
excusa para poner en práctica los planes de “un país vecino”, en referencia a
Irán.
Lo que parece cierto es que la política de Maliki de permitir o fomentar la
escalada de violencia en el país (más de 8000 muertos en 2013 por violencia
según datos de Naciones Unidas) ha dado su fruto, pues ha empezado a recibir
armamento estadounidense para
apoyar la lucha de su gobierno contra el “terrorismo”. A los 75 misiles
aire-tierra Hellfire recibidos la semana pasada se sumarán
en marzo 10 drones de reconocimiento ScanEagle. Pero no solo
estadounidense, pues ante las continuas excusas estadounidenses para retrasar la
entrega de helicópteros Apache al ejército iraquí, Bagdad ha comprado
helicópteros de combate rusos MI-35, cuyas primeras cuatro unidades recibieron
el mes pasado y está a la espera de recibir otras dos docenas.
La complicada y cambiante lógica de la zona hace que la que fuera una fallida
visita de Maliki a Washington hace apenas dos meses, se haya transformado ahora
en una renovada, aunque calculadamente limitada, colaboración militar con el fin
de lograr objetivos comunes.
Por una parte, tanto Washington como el eje Teherán-Bagdad quieren reducir la
presencia sobre el terreno del Estado Islámico de Iraq y de al-Shams (Daesh)
puesto que ni a uno ni a otro le interesa un Daesh fuerte, y menos si el acuerdo
nuclear iraní puede ser un preludio para un acuerdo también sobre Siria. En
cualquier caso, hay que tener en cuenta el interesado sobredimensionamiento por
parte tanto de Washington como de Bagdad, del fenómeno Daesh en Iraq para
justificar sus propias carencias.
El burdo vínculo que ha hecho el primer ministro iraquí entre Al Qaeda y los
manifestantes acampados en diversas plazas de las provincias ‘rebeldes’ iraquíes
no ha hecho pestañear al gobierno de Obama, por lo que se entiende que a cambio
de la colaboración de Maliki en la lucha contra Al Qaeda los
estadounidenses están dispuestos a permitir que se aplaste la acampada de
Ramadi, como se hizo en con los manifestantes de Hawiya en abril pasado. La
deriva de la situación en Siria hacia una guerra civil sin control donde los
principales agentes son el dictador que supuestamente quería derrocar Washington
y grupos islamistas ultrarradicales (Daash y Frente al Nusra) o moderadamente
radicales (Frente Islámico) no parece el mejor precedente para preocuparse
porque desaparezca una revuelta de inciertas consecuencias en Iraq.
A tenor de los avisos y amenazas contra el desmantelamiento por la fuerza del
campamento de Ramadi de distintos políticos como el portavoz de la lista Al
Iraquiya,Haidar
al Mula, del líder chií Muqtada al Sáder, del referente religioso Abdelmalik al
Saadi, de la Asociación
de Ulemas Musulmanes, líderes de tribus o del citado consejo de los Jóvenes
de la Revolución estaba claro que no iba a haber otra salida que el
enfrentamiento armado que ha estallado.
Diversas fuentes de la CEOSI han asegurado que se han producido importantes
deserciones en el ejército y en la policía local de Al Anbar negándose a
participar en el ataque sobre Ramadi. Igualmente fuentes de la CEOSI en sur
confirman que varias tribus de esta zona están dando órdenes a sus hijos para
que no participen en esta operación.
El toque de queda impuesto no se ha respetado sino que ha sido desafiado
por grupos
de manifestantes y civiles
armados. Según las últimas informaciones recibidas desde el interior, en el rezo
del amanecer de esta misma mañana, desde las mezquitas se ha hecho un
llamamiento para que la gente se manifieste en Faluya y Ramadi en defensa de la
revuelta popular.
El órdago de Maliki no parece tener marcha atrás. El resultado y las
consecuencias de esta acción son del todo imprevisibles pues finalmente se verá
cual es la capacidad militar real de la resistencia popular iraquí tras diez
años de combate y aislamiento internacional como de la preparación y lealtad de
las fuerzas de seguridad iraquíes a las órdenes de un primer ministro iraquí es
sus horas más bajas acosado por la corrupción y su servilismo hacia Irán.
Fuente original: http://www.iraqsolidaridad.org/2013/12/enfrentamientos-armados-para-defender-la-plaza-de-la-dignidad-y-del-honor-de-ramadi/