Para
Giaime Pala que me ha hecho ver un error: Europa, por supuesto, no es la
Unión Europea del Capital (y el
mal)
Seis
autobuses cargados de agentes de policía se desplegaron el pasado 3 de enero por
las calles céntricas de Hamburgo, declaradas “zona de peligro” de forma
indefinida por las autoridades de la ciudad, según comenta Rosalía Sánchez [1].
Esta especie de estado de excepción, son palabras de la enviada especial de El Mundo, permite a los
policías registrar y detener a
cualquier persona sin ninguna
sospecha concreta. Los agentes policiales efectúan frecuentes controles
callejeros, pidiendo la documentación “aleatoriamente” a los ciudadanos que van
encontrando en su camino, según el portavoz de la policía Herr Mirko Streiber,
con el objetivo de controlar a grupos de “personas relevantes". Incluso el líder
regional de los ultraliberales y socialmente insensibles del FDP, Carl-Edgar
Jarchow, criticó estas medidas, por "desproporcionadas". La portavoz de Los
Verdes, Frau Antje Möller, denunció que "se está restringiendo el movimiento de
personas a escala masiva y de forma arbitraria". De hecho, no es sólo ese
control: se sugiere a la ciudadanía que no salga de casa pasadas las 20:00
horas. ¿En Hamburg, en Europa, en 2014, en Deutschland über alles? Aquí,
precisamente aquí, no en el Chile de Pinochet.
¿Y por qué
estas medidas? Porque la policía ha decidido tomar cartas en el asunto, orden y
control, “a causa de los
disturbios de los últimos días”. ¿Disturbios? Los que se iniciaron con una
manifestación el pasado 21 de diciembre a favor del mantenimiento del centro
cultural de izquierda “Rote Flora”. Según diversas fuentes, unos 500
manifestantes y más de 100 policías resultaron heridos.
Pero hay
más. Según las fuerzas de (des)orden, la canción suena muy oída, “grupos
organizados que reunirían en torno a unas 200 personas se han dedicado a atacar
sistemáticamente comisarías de policía y oficinas administrativas
en intervenciones nocturnas coordinadas, así como a propinar
palizas entre 15 o 20 individuos a parejas de agentes que hasta ahora venían
patrullando las calles de dos en dos y sin mayor protección que una porra”.
Según el portavoz policial, una ola de ataques generalizados contra
instituciones policiales y policías, con piedras, botellas y artefactos
incendiarios caseros, se han adueñado de la ciudad.
El último
informe de detenciones, señala R. Sánchez, confirmó que hay 16 personas en
prisión pero no ha facilitado datos sobre manifestantes heridos “a causa de las
porras, los cañones de agua y el gas pimienta, empleados generosamente en las
respuestas policiales” a las que, por supuesto, llaman manifestaciones violentas de extrema izquierda.
La radio local emite llamamientos a la población, para que muestre “coraje
civil”. ¿Coraje civil? Se trata de proteger…a los policías. Streiber, el
portavoz, no se ha mordido la lengua: "Queremos dejar muy claro con esta medida
que la policía de Hamburgo agotará todas las opciones legales para proteger la
vida y la integridad física de sus funcionarios". Es fácil entender el
significado de “agotará todas las opciones legales”.
Esta es
una cara de la actual Unión Europea, próxima al centro de sus tinieblas. Hay
otras no muy alejadas. Está también la “barbarie invisible” de los centros de
internamiento para extranjeros. El de Barcelona tiene relevancia en este caso
[2]. La muerte-asesinato de Aramis Manukyan en el CIE corrobora las peores
sospechas sobre estos espacios donde se vulneran, sistemáticamente, todos o casi
todos los derechos humanos.
Y hay más
derechos básicos vulnerados.
El
global-imperial señalaba del pasado lunes 6 de enero que la desigualdad corroía
el actual proyecto europeo [3]. ¿De verdad lo destruía? ¿No será más bien que el
proyecto de la UE, el realmente existente, el que las políticas económicas
dominantes llevan a término, a la praxis social anticiudadana –las que
“erosionan la cohesión social, disparan los niveles de pobreza y ensanchan la
brecha de renta entre las clases”- es parte del programa de las élites europeas,
que el proyecto de la UE, de ninguna de las maneras, no puede ser corroído por
algo que está en el ADN de sus Tratados y de su dogmáticamente incuestionable
cosmovisión neoliberal?
Algunos
datos de la situación. La población en riesgo de pobreza social en Italia (datos
de 2012) alcanza la cifra de 18,19 millones de personas (el 7% de los hogares
pasó 2012 en pobreza absoluta –el doble que en 2005-, el 13% de las familias
vivía en condiciones de pobreza relativa, con menos de 990 euros mensuales; la
pobreza aumenta mucho más en el sur del país). La cifra es de 15,91 millones en
Alemania, el motor europeo, la cuarta economía del mundo. Son más de 15 millones
las personas en riesgo de pobreza en el Reino Unido y más de 13 millones en
España (algo más del 25% de la población total). En Grecia, son 3,8 millones de
personas; 2,67 millones en Portugal (un incremento del 26% en estos tres últimos
años); 1,32 en Irlanda (incremento de un 15%).
La
relación entre la renta (los ingresos) que obtiene el 20% más rico de la
población respecto al 20% más pobre alcanzó, también en 2012, la cifra de 7,2 en
España, de 6,6 en Grecia, de 5,8 en Portugal, de 5,5 en Italia, de 5,4 en Reino
Unido, de 4,6 en Irlanda, de 4,3 en Alemania. Si comparamos el 10% o el 5% más
rico con el 5 o el 10% más pobre las cifras son escandalosas. El número de
ciudadanos británicos que después del arranque de la crisis-estafa se ven
obligados a acudir a instituciones benéficas para comer se ha multiplicado por
20. El número de españoles atendidos por Cáritas supera ya los 1,3 millones. La
peste y la malaria han vuelto a Grecia.
La UE, en
2007, era ya más desigual que en 1970. Pero la brecha sigue incrementándose de
forma acelerada Los países europeos más desiguales son los bálticos, los países
latinos (España especialmente) y algunos países del Este europeo. En 1976, el
presidente de “la tercera entidad bancaria española” (tal vez el BBVA) ganaba 8
veces más que un trabajador medio de la entidad; actualmente gana 44 veces más
(un incremento del 450%) [4].
En Grecia
y España más de la mitad de los jóvenes están desempleados. En Irlanda y
Portugal superan el 30%; en Italia se aproximan al 40%. Alguien tan poco
sospechoso de radicalismos izquierdistas como Giovanni Vecchi, asesor del Banco
Mundial, catedrático en la Universidad de Roma 2, lo ha expresado así: “La
fractura territorial con la cual Italia nació hace 150 años y nunca saneada por
completo ahora vuelve a ampliarse. Un paro juvenil del 40% es digno de un país
en vías de desarrollo, para ser más claros”.
El editor
de sin permiso ha apuntado al núcleo esencial de la
situación y ha señalado recientemente el corazón de las tinieblas de la
contrarrevolución europea (y mundial) en marcha. “[…] los terribles escenarios
venideros con que amaga el proceso político, abiertamente deconstituyente, a que
las clases rectoras se libran por doquiera (particularmente en Europa, y
particularísimamente, en el Reino de España) a caballo de una gestión
procíclica, macroeconómicamente desastrosa de la crisis que estalló en 2008”
[5].
No es que
el enemigo se prive de hablar alto y claro, prosigue el autor de El eclipse de la fraternidad, el
profesor Antoni Doménech, tal vez lo esté haciendo con mayor claridad que nunca.
Añade: “Denis Kessler, ex vicepresidente del MEDEF [la organización de la gran
patronal francesa], por traer un ejemplo entre mil, lo tiene dicho desde 2007:
“hay que salir de 1945 y deshacer metódicamente todo el programa [puesto por
obra en los primeros diez años de posguerra] del Consejo Nacional de la
Resistencia” antifascista francesa”.
Esa es la
gran finalidad del proyecto de la Unión Europea (que no es Europa), de sus
clases dominantes, ese es el objetivo de la UE neoliberal que están
construyendo, el núcleo básico del programa de la hora del enemigo-adversario al
que tenemos que seguir enfrentándonos. Nada –nada es nada- que ver con la unión
de los pueblos europeos de la que se habló y se publicitó ad nauseam y con la
que, admitámoslo, se nos engañó una, diez, cien y mil veces. Pero no más
cuentos, como nos advirtiera León Felipe, los conocemos todos. No más engaños,
no más infamias. Amar, luchar, combatir, organizarse, analizar-estudiar, apoyar
a los más desfavorecidos, apoyarnos todos y todas solidariamente, de todo eso
nos habló miles veces un europeo, palentino y barcelonés, republicano y
socialista que nunca creyó en la UE del capital. Se llamaba Francisco Fernández
Buey.
Notas:
[1] http://www.elmundo.es/internacional/2014/01/04/52c870c0ca4741e4588b456b.html
[2] http://www.publico.es/492882/la-barbarie-invisible-de-los-centros-de-internamiento-de-extranjeros
[3] El País, 6 de enero de 2014, pp.
4-5.
[4] Las
desigualdades son aún mayores en Estados Unidos. 1968, el primer ejecutivo de la
General Motors ganaba 66 veces el sueldo de un obrero medio; en 2012, el
presidente ejecutivo de Wal-Mart gana 900 veces más.
[5] “El
objetivo de autofinanciación cubierto, en 2014 se abre una nueva etapa en
SinPermiso”. Carta del Editor de SP. Editor de sin permiso. www.sinpermiso.info
Salvador López Arnal es nieto del cenetista asesinado en mayo de 1939
–delito: “rebelión militar”-: José Arnal Cerezuela.