En el Centro de Santiago de los Caballeros de
Mérida
El viernes 27 de enero, a la mañana temprano,
escuché el programa “Aula Ambiental”, donde se pasaba la entrevista que la
Dra. Nancy de Sardi me había realizado el día anterior. Si bien los temas
tratados fueron variados, había hecho hincapié en el impacto de los
plaguicidas en la salud de la población del nordeste
argentino.
Y después de desayunar decidimos ir a conocer
el Centro de Mérida, pero como est¡bamos alojados sobre la avenida Universidad
en el Sector Vuelta de Lola, al norte de la ciudad, debimos tomar un taxi que
nos llevara hasta la plaza Bolívar.
Hotel Mucubaji en la
avenida Universidad
La plaza Bolívar, ya desde la época de la
colonia, había sido la Plaza Mayor. En ese entonces sólo contaba con una
fuente de agua donde se lidiaban toros fungiendo como un mercado libre. Pero
en 1895 se ubicó al oeste de la plaza y entonces se iniciaron los trabajos de
embellecimiento, adquiriendo el nombre de Bolívar.
Referencia histórica de la Plaza
Bolívar
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad
Bolívar y Palacios Ponte-Andrade y Blanco fue un político y militar venezolano
de la época pre-republicana de la Capitanía General de Venezuela; fundador de
la Gran Colombia, que integraba a Venezuela, Colombia y Ecuador. Y una de las
figuras m¡s destacadas de la emancipación americana frente al Imperio español,
contribuyendo de manera decisiva a la independencia de Venezuela, Colombia,
Ecuador, Panam¡, Perú y Bolivia. Sus ideas y posturas político-sociales dieron
origen a la corriente denominada bolivarianismo.
Bolívar ha recibido honores en varias partes del mundo
a través de estatuas, monumentos, parques, plazas y calles en ciudades como
Londres, París, Bucarest, C¡diz, Nueva York, La Habana, México, San Salvador,
Río de Janeiro, Buenos Aires, Panam¡, Guayaquil, Boyac¡ y Bogot¡, entre otras,
pero sin duda las m¡s sentidas han sido el monumento de Caracas, por ser su
ciudad natal, y el que teníamos ante nuestros ojos, debido a que en 1813 el
Cabildo de Santiago de los
Caballeros de Mérida, le concediera el
título honorífico de Libertador.
Monumento a Bolívar en la plaza Bolívar de
Mérida
Placa en el monumento a Bolívar en la ciudad
de Mérida
En los alrededores de la plaza Bolívar se
encontraban la Catedral, el Museo Arquidiocesano, el Palacio Arzobispal, el
Palacio de Gobierno del Estado de Mérida, la Casa de la Cultura Juan Félix
S¡nchez, el Rectorado de la Universidad de los Andes, el Museo Arqueológico,
así como gran variedad de establecimientos comerciales, restoranes y
hoteles.
Plaza Bolívar con un intenso verdor y muy
bien cuidada
Catedral de Mérida vista desde la plaza
Bolívar
A la Catedral de Mérida no se le podía
atribuir una línea arquitectónica en particular por estar conformada de una
mezcla ecléctica, debido a que su construcción se inició en 1803 culmin¡ndose
en 1960. Algo semejante a lo ocurrido con el edificio de la última Catedral
Metropolitana de Buenos Aires, que se ha caracterizado por la diversidad de
estilos, debido a que su construcción comenzara a mediados del siglo XVIII
para finalizar a principios del XX, dando lugar al popular dicho “…m¡s
lento que la construcción de la catedral”.
Frente de la Catedral de Mérida con uno de
sus hermosos vitrales
Los vitrales multicolores la dotaban de una
iluminación muy particular permitiendo destacar aun m¡s la belleza de su
interior.
Nave principal de la Catedral de
Mérida
En el sector sur de la plaza Bolívar se
encontraba el Palacio de Gobierno del estado de Mérida, inaugurado en 1958,
año de la celebración del 400 aniversario de la
ciudad.
Palacio de Gobierno del estado de Mérida con
adornos de Navidad
En ese entonces, enero de 2012, el gobernador
del estado era Marcos Miguel Díaz Orellana, médico otorrinolaringólogo,
militar y locutor venezolano, quien representaba al Partido Socialista Unido
de Venezuela (PSUV), habiendo sido electo en 2008 por m¡s del 54% de los
votos.
Te invita Marcos Díaz Gobernador - ¡La fiesta
del Pueblo! Mérida
Así como todo el resto del país, el estado de
Mérida estaba absolutamente partido entre chavistas y antichavistas, pero en
particular la ciudad contaba con un elevado número de opositores al gobierno,
producto en parte, del alto porcentaje de población de clase media que la
componía, a pesar del crecimiento de las barriadas en los últimos años. El
candidato que se presentaba para las elecciones regionales a realizarse
durante ese año de 2012, apoyado por la alianza de los partidos Un Nuevo
Tiempo, Acción Democr¡tica y Copei, era Pablo Pérez Álvarez, gobernador del
estado de Zulia.
Los chavistas destacaban las medidas que el
presidente Hugo Ch¡vez había realizado a favor de los sectores m¡s marginados,
la defensa de los intereses nacionales a partir de la estatización de empresas
privadas, los convenios con Cuba para el intercambio de petróleo por sistemas
de salud, obras de infraestructura, subsidios y coberturas diversas. Mientras
que los antichavistas criticaban la demagogia, el patoterismo, la falta de
libertad de expresión, los nombramientos entre los miembros del PSUV, las
restricciones a las inversiones extranjeras y el cepo cambiario. Todo
exactamente igual que como en la Argentina ocurría respecto de peronistas y
antiperonistas, y con el mismo grado de fanatismo.
Calle céntrica con pasacalles de actividades culturales y de
partidos opositores
El Centro o “Casco Histórico” era de estilo
colonial español, trazado por ocho avenidas principales de sentido este-oeste
y cincuenta y cuatro calles de sentido norte-sur, creando cuadrículas,
manzanas o cuadras de aproximadamente cien metros por lado. En el sector
fundacional convivían edificios de diferente antigüedad, muchos de ellos muy
bien conservados.
Casona que databa de
1924
La disposición de Mérida era absolutamente
alargada, extendiéndose a lo largo de veintiocho kilómetros de longitud por
cinco de ancho, por encontrarse sobre una meseta de origen aluvial llamada
Tatuy, en un pequeño valle del río Chama, entre la Sierra Nevada de
Mérida por el sur-este y la Sierra La Culata por el norte-oeste, lo cual
limitaba su expansión.
Téngase en cuenta que el aeropuerto había
quedado en el medio de la ciudad por lo que ya no podía utilizarse debido a la
cantidad de accidentes, y la imposibilidad de construir otro en los
alrededores. Mérida se conectaba con el resto del país a partir del aeropuerto
de El Vigía, a m¡s de ochenta kilómetros por camino de
montaña.
Curso del río Albarregas con densa vegetación dividiendo la ciudad
donde puede verse en paralelo la pista del viejo
aeropuerto
Limitaciones de expansión a lo ancho por
presencia de las montañas
Y por estar compuestos sus suelos por arcilla
y sedimento aluvial, no se admitían edificaciones civiles superiores a
dieciséis niveles.
Limitaciones en la altura de las
construcciones por debilidad de los suelos
El valle donde estaba ubicada la ciudad se
formó aproximadamente cuarenta a sesenta millones de años atr¡s, con la
elevación de los Andes Venezolanos y su continua erosión por la hidrografía
presente. Por debajo de la ciudad pasaba la mayor falla tectónica activa del
occidente del país, la de Boconó que formaba parte de la placa sudamericana,
principal causa de los terremotos que afectaran a la ciudad desde tiempos
ha.
Viviendas construidas en pendientes
abruptas
A lo largo de
Mérida corrían paralelos los ríos Chama y Albarregas. Este último se unía al
Chama al sur de la ciudad, donde se había constituido un parque, pero
previamente atravesaba la meseta dividiéndola en dos partes: la Banda
Occidental y la Banda Oriental.
El Casco Histórico se encontraba en la Banda
Oriental, por lo que para pasar a la Banda Occidental nos dirigimos a la calle
26 y cruzamos el río Albarregas por el viaducto Campo Elías, un ancho puente
que contaba con un enorme alero que permitía refugiarse en caso de fuertes
lluvias.
Viaducto Campo Elías sobre el río
Albarregas
Tal vez fuera la zona m¡s transitada de la
ciudad debido a la cantidad de centros comerciales e industriales concentrados
allí.
Alta densidad de tr¡nsito entre las bandas Oriental
y Occidental de Mérida
En la Banda Occidental había propagandas
políticas variadas, incluso de candidatos a diferentes cargos en Colombia, lo
que demostraba que se trataba de un barrio con inmigrantes del vecino país, o
bien, que éstos acudían a ese sector de la ciudad frecuentemente para
abastecerse de productos o servicios.
Comercio, industrias y viviendas en la Banda
Occidental de Mérida
Volvimos a cruzar el viaducto, y desde el
enrejado de protección pudimos observar la cantidad de viviendas construidas
sobre el lecho de inundación del río Albarregas, lo que constituía un gran
riesgo en caso de crecidas. Adem¡s, varios de los edificios en horizontal
presentaban una notable precarización.
Viviendas construidas sobre el lecho de
inundación del río Albarregas
Precarización de las edificaciones en las
riberas del río Albarregas
La vegetación en el interior de la ciudad
estaba integrada por ¡rboles de copa media a alta y helechos, ubicados
principalmente en torno a la cuenca del río
Alabarregas.
Densa vegetación en el lecho de inundación
del río Albarregas
Mientras que la fauna urbana constaba de aves
pequeñas y medianas como colibríes y loros, diseminados en función de las
¡reas de mayor verdor.
Río Albarregas desde el viaducto Campo
Elías
En la
periferia de Mérida se divisaban zonas no urbanizadas donde predominaban
formas de vegetación de sub-montaña y selva estacional.
Densa vegetación en las zonas menos
urbanizadas
Después de una muy relajada caminata que nos
ocupó toda la mañana, regresamos al Centro. Allí entramos al restor¡n Bimbo,
que adem¡s de tener un amplísimo salón tan sencillo como limpio, contaba con
una gran variedad de platos, entre los cuales pudimos elegir pastas
excelentemente elaboradas, tal como en la Argentina, por las que pagamos
ciento veinte bolívares.
Y durante la sobremesa comentamos que adem¡s
de ser una hermosa ciudad, tanto por su entorno físico como por su clima y
arquitectura, nos habíamos sentido muy tranquilos y seguros. En ese entonces,
el ¡rea metropolitana de Mérida contaba con alrededor de cuatrocientos mil
habitantes, y era considerada la ciudad con menores desigualdades, con mayor
nivel de instrucción y la menos insegura de Venezuela. Y todo eso
indudablemente se sentía en el aire.
Ana María Liberali