NCeHu
482/13
Túnez: entrevista a
Ahlem Belhadj
¿Cómo actuar frente al fracaso
del gobierno Ennahdha?
Dominique Lerouge
Viento
sur
Viernes 26 de julio de
2013
[Menos de seis meses
después del asesinato de Chokri Belaid, un segundo dirigente del Frente Popular,
Mohamed Brhami acaba de ser asesinado siguiendo el mismo operativo, al salir de
su domicilio, delante de su esposa y de sus hijos, por 11 balas disparadas por
dos motoristas.
La entrevista a
Ahlem Belhad que publicamos a continuación ,junto con el artículo publicado en
VIENTO SUR sobre la situación tunecina, http://www.vientosur.info/spip.php?article8112, pueden servir para conocer los antecedentes de una
situación que no dejaremos de analizar en los próximos días]
¿Cuál es el balance
de 18 meses de gobierno islamista?
El fracaso de los
islamistas es algo que no provoca mucha controversia. Pienso que la mayoría de
tunecinos está de acuerdo en que el gobierno ha fracasado en las tareas cuya
responsabilidad tenía.
Había sido constituido
para gestionar un período de transición de un año. Finalmente han pasado 18
meses, y las tareas esenciales por las que estaba ahí, entre ellas la
Constitución, no han sido cumplidas.
Todo lo que el gobierno
ha emprendido, a nivel económico o político, plantea muchísimos problemas.
Estamos muy lejos de los objetivos de la revolución.
En el plano económico,
una de las primeras tareas habría debido ser adoptar las grandes líneas hacia un
modelo de desarrollo más favorable a las regiones pobres, a las capas más
desfavorecidas y al empleo de los parados. Pero ha ido incluso más lejos en las
opciones neoliberales de la dictadura de Ben Alí:
- El acuerdo de
asociación con la Unión Europea firmado el 19 de noviembre de 2012 es
desfavorable para Túnez. Se querría instaurar el librecambio total, en
particular para el sector agrícola y para el de los servicios, y eso sería una
catástrofe para esos dos sectores.
- El nuevo acuerdo con
el FMI del mes de junio de 2013, prevé liberalizar aún más los
mercados.
- El gobierno ha
arrastrado a Túnez a una política de endeudamiento aún más
pronunciada.
Vista la tasa de
inflación, la carestía de la vida, el aumento del paro, la política de
endeudamiento, la ausencia de nuevas medidas en favor de la justicia social,
estamos ante un fracaso total en el plano económico y social.
En el plano político
hemos conocido, bajo el gobierno de Ennahda, momentos extremadamente difíciles,
con mucha violencia, que ha llegado hasta el asesinato político.
Recientemente Sahbi
Atig, uno de los principales líderes de Ennahda, ha amenazado a los tunecinos
que se atrevan a poner en cuestión la legitimidad del poder, como ha ocurrido en
Egipto. Ese responsable de Ennahda ha intentado meter miedo a la gente
utilizando palabras extremadamente amenazadoras como “pisotearles” o “hacer
correr su sangre”. Esas palabras no han sido pronunciadas por un cualquiera,
sino por el presidente del grupo parlamentario de Ennahda. En el mismo sentido,
la presidencia de la república acaba de denunciar ante los tribunales a todos
los que han llamado a disolver la ANC y a no hacer derivar la legitimidad solo
del resultado electoral.
Otro punto concierne a
todas las reformas institucionales y de las estructuras del estado, que están en
punto muerto. Esto concierne, por ejemplo, a la independencia de la justicia o
la reforma de la policía. Cada vez más decisiones de la justicia son dictadas
por el poder ejecutivo, y esto es algo que me subleva.
Se han vivido momentos
muy duros y violentos con la policía y se ha hablado de la existencia de una
policía paralela. Nos preguntamos hasta donde llegará eso.
Por otra parte, el
estado de las libertades deja que desear. Hemos visto estos últimos tiempos
muchos procesos políticos. Unos jóvenes han sido detenidos por una canción de
rap. Una Femen ha sido detenida cuando no había hecho absolutamente nada, se
trata de un proceso político y una violencia política hacia ella.
Hemos visto múltiples
arrestos y múltiples procesos.
Hemos visto a
sindicalistas despedidos, el derecho de huelga y el derecho a la actividad
sindical están amenazados.
Reina en estos momentos
en la escena política una pesantez que amenaza las conquistas más queridas. En
efecto, lo que el proceso revolucionario en curso, en el plano práctico, ha
aportado por el momento es la libertad de organización, de expresión, de
manifestación. Y hoy muchas cosas son puestas en cuestión en este terreno. Se
intenta, por ejemplo, amordazar al máximo a la prensa. Según el Sindicato de
Periodistas y los informes del Observatorio Nacional de la Prensa, hay
verdaderamente motivos para inquietarse.
En lo que se refiere a
los derechos de las mujeres, por el momento, no ha sido puesta en cuestión
ninguna ley. Pero el proyecto de Constitución ha sido objeto de debates
acalorados sobre los derechos de las mujeres. Se nota el tipo de proyecto de
sociedad programado por los islamistas. En efecto, en lugar de la noción de
igualdad entre hombres y mujeres, introdujeron de entrada el concepto de
“complementariedad”, que constituía una puerta abierta de par en par a todos los
retrocesos y todas las regresiones.
Fue precisa una gran
batalla para que la noción de igualdad fuera reintroducida en el proyecto de
Constitución. Pero luego ha sido introducido otro artículo explicando que el
islam era la religión del estado, lo que permite a continuación cualquier
interpretación de esta noción de igualdad. Ridha Belhadj, el portavoz del
partido salafista Ettahrir, por ejemplo, ha explicado que no tenía problemas con
la igualdad a partir del momento en que la charia garantizaba la igualdad ¡Al
mismo, tiempo su partido hace promoción de la poligamia!
El mismo problema se
plantea en lo que concierne a los acuerdos internacionales que definen lo que
entendemos por igualdad. Ennahdha lleva a cabo una gran campaña contra el
acuerdo por la eliminación de todas las formas de discriminación hacia las
mujeres (CEDAW). Su ministro de asuntos religiosos ha iniciado esta campaña y,
en el Túnez profundo, los militantes de Ennahdha hacen firmar a las tunecinas y
tunecinos contra este acuerdo. Explican que éste permite el matrimonio
homosexual y prohíbe el matrimonio antes de los 18 años, cuando este último
punto está ya en la legislación actual. Esto muestra cual es la visión de esa
gente: quieren que las mujeres puedan ser casadas antes de los 18 años. Algunos
islamistas tunecinos elogian incluso el matrimonio de niñas a partir de los 13
años.
Lo que es aún más grave
sobre los derechos de las mujeres, es el hecho de intentar instaurar un estado
de hecho en la sociedad. Las regresiones marcan los comportamientos sociales, y
se ejercen enormes presiones sobre las mujeres, en particular a través de la
recrudescencia de las violencias en su contra. Existe todo un discurso que
legitima y banaliza esas violencias en ausencia de nuevas medidas para la
protección de las mujeres.
Hay también una presión
moral sobre las mujeres, sobre su comportamiento y su forma de ser. Muchas
mujeres se autocensuran ahora y se preguntan sobre la forma de vestirse antes de
salir de su casa.
Se han visto grupos que
agreden a las mujeres y que no han sido molestados.
Es en los
comportamientos sociales donde se ve más la regresión, por ejemplo en lo que
concierne a las dificultades de acceso al aborto y la contracepción, sin que
haya habido, sin embargo, modificación de la legislación en este
terreno.
¿Qué otros peligros
contiene el proyecto de constitución?
Varios puntos
fundamentales plantean problemas.
- El primero es la
relación con la religión: ¿estará basada la legislación tunecina en “leyes
positivas” o en la charia? Toda la discusión está ahí.
Los islamistas
tunecinos se han comprometido a poner en pie un estado civil que se base en
leyes positivas. Pero luego, han comenzado a querer introducir la charia como
fuente de las leyes en el proyecto de Constitución. Tras una batalla sobre este
punto, no han hablado más de la charia, pero en el preámbulo, han utilizado
formulaciones extremadamente vagas como “basándose o inspirándose en la charia”
o “inspirándose en los principios del islam”.
Al final ha venido un
consenso nacional que personalmente me plantea problemas. Concierne al artículo
1 de la Constitución de 1959: “Túnez es un estado libre, independiente y
soberano: su religión es el islam, su lengua el árabe y su régimen la
república”. Esta fórmula deja la posibilidad de varias interpretaciones para
saber si el islam era la religión del país o la religión del estado. Por
supuesto, los tunecinos son en su mayoría musulmanes, pero para mi, el estado no
debe tener religión. Si tal fuera el caso, querría decir que quienes gobiernan
lo hacen en nombre de lo sagrado y luego ya no hay medio de discutir.
Se trataba de un
consenso porque esto dejaba la cuestión abierta. Pero los islamistas, tras
haberlo aceptado, han añadido un artículo que bloquea esta apertura y permite
interpretar el artículo 1 como la afirmación de que el islam es la religión del
estado. Es algo grave, porque a partir de ahí deja el campo abierto a la puesta
en cuestión de todas las leyes que pueden ser consideradas como contrarias al
islam, o más bien como contrarias a una cierta interpretación del
islam.
- El segundo punto que
plantea muchos problemas se refiere a las libertades, porque muchas clausulas
limitan las libertadas, como la libertad de expresión o la libertad de creación
y de publicación.
- El tercer punto
concierne a la cuestión de la independencia de la justicia. El proyecto actual
de Constitución no favorece la independencia de la justicia: el fiscal supremo
de la república, que es el único habilitado para poner en pie instrucciones, es
dependiente del ejecutivo. Rechazamos esto totalmente. Es preciso que la
constitución garantice nteramente la independencia de la justicia.
- Un cuarto punto,
añadido en el último minuto al último proyecto, concierne al “período de
transición”. Prohíbe tocar durante tres años el texto de la futura constitución
una vez que éste sea adoptado. Resultaría de ello un alargamiento de tres años
del período de transición.
Y de una forma más
general, la cuestión de la adhesión de Túnez a los valores universales de los
derechos humanos ha sido un punto de discordia importante a lo largo de todo el
proceso de redacción de la constitución. Se han opuesto una visión que quería
reducir todo a la identidad arabo musulmana y una visión universalista de los
derechos, que quería inscribir a Túnez en un patrimonio humano universal. A
pesar de una mejora de los diferentes borradores, subsisten los problemas y esto
refleja divergencias importantes sobre el modelo de sociedad a poner en
pie.
¿Cómo está la
preparación de las próximas elecciones? ¿Están fijadas las
fechas?
Se trata de que las
elecciones tengan lugar a finales de 2013. Pero en mi opinión, es imposible que
estén preparadas para esa fecha en buenas condiciones.
La Troika en el poder
ha hecho todo lo posible para que no puedan ser organizadas a tiempo.
Existía, en efecto, una
alta comisión independiente para las elecciones, con gente que había tenido la
experiencia de las elecciones de 2011. Se había gastado dinero para formarla.
Esta instancia nacional disponía de estructuras a nivel regional. Pero el poder
y en particular Ennahda no quería que hubiera una instancia tan independiente.
Es la razón de los ataques que han sido realizados en su contra, y serían
precisos meses para poner en pie nuevas instancias, con todo lo que eso supone
en gastos y pérdida de tiempo. Y sobre todo como peligro en lo referido a su
independencia.
Pienso que las
elecciones no serán factibles antes de 2014. Es preciso que dejen de contarnos
historias, incluso si se ha oído recientemente hablar de una serie de reuniones
organizadas por Ennahda para que las elecciones tengan lugar en 2013.
Personalmente, esta fecha no me parece posible si las elecciones deben ser
libres, transparentes y democráticas.
¿En qué situación se
encuentra el tema de la seguridad?
A partir del momento en
que Ennahda no disuelve sus propias milicias y en el que no hay una verdadera
reestructuración del Ministerio del Interior, la cuestión de la seguridad sigue
para mí totalmente plantada.
La investigación sobre
el asesinato de Chokri Belaid no avanza. Para reivindicar la verdad, el Frente
Popular prepara una gran manifestación nacional el 6 de agosto, a los seis meses
del asesinato. El hecho de que esto continúe así prueba que se trata de un
asesinato de estado: no hay la voluntad de dar a conocer la verdad.
Históricamente, se sabe que los crímenes de estado son los más difíciles de
aclarar. Tras el asesinato ha sido pedida la disolución de las LPR (Ligas de
Protección de la Revolución). Habíamos creído por un momento que Ennahda iba a
recular un poco, pero finalmente no han hecho nada, persisten en su actitud.
Quieren mantener tropas utilizables en las elecciones así como contra las
movilizaciones populares que van a venir.
Cada vez más existe la
tendencia a criminalizar los movimientos sociales y hacer intervenir a la
policía y la justicia para luchar contra ellos.
¿Cuál es hoy la
legitimidad del poder?
Pienso que no tiene ya
ninguna legitimidad. La legitimidad no puede resultar únicamente de haber ganado
las elecciones en octubre de 2011. La Asamblea había sido elegida para realizar
unos objetivos y por un período bien determinado. Los objetivos no han sido
realizados y el período ha sido superado.
Además, reina un clima
de inseguridad y la situación económica se degrada cada día que pasa.
El poder ha fracasado
totalmente en el terreno económico y social. Está directamente implicado en el
desarrollo de violencias que han llegado al asesinato político. Unos jóvenes han
sido detenidos por una canción de rap. Una Femen ha sido detenida cuando no
había hecho absolutamente nada.
¿De qué legitimidad
hablan? Un proceso revolucionario está en curso, y la única verdadera
legitimidad es la legitimidad revolucionaria.
¿Cuál es el impacto
de la situación en Egipto?
Los y las tunecinos han
seguido mucho lo que ha ocurrido en Egipto. Ha constituido una ocasión de
reactivar a los tunecinos y tunecinas, y sobre todo a los y las
militantes.
Estamos en efecto en un
momento de reflujo en el proceso revolucionario en Túnez, con todo lo que ha
ocurrido como palizas, represión y limitación de las libertades. Egipto ha hecho
reemerger una esperanza entre gentes que estaban perdiendo un poco la
esperanza.
Se ha visto emerger en
Túnez un movimiento Tamarod (Rebelión) a la egipcia, y otro “Khnagtouna” (Nos
asfixiáis, nos oprimís) llamando a la disolución de la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC).
Se ha visto también a
las principales fuerzas políticas de la oposición demandar la disolución de la
ANC. Es el caso de Nidaa Tunes /1 y del Frente Popular.
Esto ha tenido
igualmente un impacto en Ennahda, porque muy rápidamente se ha visto que ponía
en pie medidas represivas y un discurso amenazador.
Del lado de Ennahda, es
evidentemente una gran pérdida: la destitución de sus hermanos de Egipto les
inquieta mucho e inquieta a todo su movimiento en la región. Una reunión de los
Hermanos Musulmanes ha tenido lugar en Turquía, a la que ha asistido Ghanouchi,
el presidente de Ennahda. Han considerado que lo que había ocurrido en Egipto
era un golpe de estado, y que había que apoyar a Ennahda para que mantuviera el
poder en Túnez, pues en caso contrario sería un golpe fatal para los Hermanos
Musulmanes en toda la región. Esta inquietud da lugar a discursos
amenazadores.
Lo que ocurre ahora en
Egipto, con el papel del ejército y la represión contra los islamistas me
inquieta, y pienso que le ocurre lo mismo a no poca gente.
En efecto, la represión
no resolverá ningún problema. Los islamistas han sido destituidos en Egipto
gracias a una movilización popular importante. Pero luego ha sido el ejército el
que se ha hecho dueño de esto y ha sembrado el terror en el seno del movimiento
islamista. No estoy de acuerdo. Esto no hará más que reforzar aún más la
posición de víctima de la que los islamistas se han beneficiado mucho estos
últimos años. Y tienen razón cuando se ve que una cincuentena de personas han
sido asesinadas en una sola jornada o que Morsi y otros Hermanos han sido
encarcelados. Estoy completamente en contra de esos actos que no tienen ninguna
legitimidad.
¿Podría el ejército
tunecino jugar el mismo papel que en Egipto?
El ejército tunecino
tiene una historia diferente. Le sería difícil intervenir de la misma forma.
Podría sin embargo jugar un papel, pero todo depende de la forma en que
evolucionen las cosas y si se producen movilizaciones importantes.
¿Cuáles han sido los
resultados concretos de las tentativas de búsqueda de consensos: diálogo de la
UGTT, conferencia contra la violencia?
Su objetivo es
reagrupar a todas las fuerzas para encontrar un consenso que permita llevar a su
término el período de transición. Todas esas iniciativas avanzan muy muy
lentamente.
Lo que ha ocurrido en
Egipto va sin duda a acelerar un poco las cosas a nivel de la
Constitución.
De forma global, no hay
avances en el tema de la violencia: por otra parte, Ennahda y el CPR se han
retirado del proceso en el último minuto de la conferencia contra la violencia y
no han ido hasta el final de sus compromisos iniciales.
Personalmente pienso
que un consenso con Ennahda es muy difícil.
¿Cuáles son los
puntos comunes y las diferencias entre la iniciativa de la UGTT y el gobierno de
salvación nacional propuesto por el Frente Popular?
La UGTT no se sitúa en
un planteamiento de puesta en cuestión del gobierno, solo propone tareas al
gobierno actual.
El Frente Popular, por
el contrario, propone un gobierno alternativo. Considera que el gobierno actual
ha fracasado y propone en su lugar un gobierno de salvación nacional. Éste no
debe limitarse solo a las cuestiones democráticas, sino que debe situar las
cuestiones económicas y sociales en el primer plano.
La UGTT ha comenzado
también a discutir sobre la puesta en pie de un pacto nacional con el gobierno y
la organización patronal, pero se trata de un debate diferente.
¿Qué responde el
Frente a quienes piensan que sus reuniones con la UPT /2 para la puesta en pie
de un congreso nacional de salvación podrían desembocar en una coalición
electoral?
La decisión oficial del
Frente adoptada en el consejo nacional de los días 1 y 2 de junio es no poner en
pie una coalición electoral, sino tener un trabajo puntual sobre tareas bien
definidas.
Sin embargo, algunos
militantes del Frente se inquietan por la puesta en pie de un marco permanente
de coordinación entre el Frente y la UPT.
¿Cómo están las
movilizaciones?
Desde hace algunos
meses, las movilizaciones sociales populares se han reducido un poco en las
ciudades y en los barrios. Esto se explica por la represión y la criminalización
de los movimientos sociales espontáneos para defender el derecho al trabajo, el
derecho al agua, a carreteras, etc.
Esto no quiere decir
que esos movimientos hayan desaparecido. Se trata simplemente de un pequeño
bajón momentáneo, pues el malestar sigue siendo muy profundo. La voluntad de
movilización permanece entera frente a la carestía de la vida, las dificultades
diarias, la amplitud del paro.
La ausencia de
respuesta política y económica a todas esas demandas sociales y populares hacen
que la crisis no se haya resuelto en lo más mínimo.
Se ve, al contrario,
que vuelven formas más tradicionales de lucha, como las huelgas organizadas por
la UGTT.
¿Qué iniciativas se
han tomado para protegerse de las milicias islamistas?
Cada vez más, y en
particular desde los ataques contra las reuniones, se ponen en pie formas de
autoprotección. Pero este movimiento sigue siendo embrionario.
18/06/2013
Ahlem Belhadj es
médica del hospital universitario, miembro de la LGO y por tanto del Frente
Popular, militante de la UGTT, y conocida sobre todo como presidenta de la
Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATFD).
http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article29336
Traducción: Faustino
Eguberri para VIENTO SUR
Notas
1/ De
orientación neoliberal, Nidaa Tunes es un partido fundamentalmente constituido
alrededor de antiguos de los regímenes de Burguiba y Ben Alí. Es la fuerza
dominante de la coalición Unión por Túnez (UPT).
2/ La
coalición electoral Unión por Túnez (UPT) está dominada por Nidaa Tunes. Se
encuentran en ella también un partido de centro-derecha salido de la oposición
legal a Ben Alí (ex-PDP), así como tres pequeños partidos con orígenes lejanos
en la izquierda (un partido salido del antiguo partido comunista, una escisión
de 2006 del PCOT, y un sector de las corrientes “Patriotas demócratas” de
tradición marxista-leninista).
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