Globalización y la
sociedad del riesgo
(Primera parte)
Alfredo César Dachary
¿Qué ocurre en esta sociedad de la segunda década
del siglo XXI?, ¿por qué las plazas públicas se cierran con rejas por la noche?,
¿por qué las calles se llenan de cámaras que nos filman?, ¿por qué para entrar a
una oficina hay un engorroso trámite de revisión - documentación?
La seguridad se transformó en el tema que nos
está haciendo creer que esto es una necesidad como el aire que respiramos, que
vivimos en una sociedad insegura. Este imaginario es el de la sociedad
norteamericana, la que está más armada del mundo ¿Por
qué?
En México, las televisoras no paran de mostrar
asesinatos y los repiten como novedad cada hora, ¿a dónde va dirigida esta
intimidación a la sociedad? ¿Nos quieren infundir el miedo o tienen miedo de que
ésta despierte del letargo y busque salir de la profunda e injusta asimetría que
está viviendo?
Son iguales los luchadores por derechos sociales
que los asesinos o secuestradores, todos “alteran el orden”, ponen en peligro el
“estado de derecho”, ese mismo que ha permitido que a varios generales se los
lleve a la cárcel por confesiones de narcotraficantes “arrepentidos” y no por delitos probados.
¿Qué está pasando, que ya no nos altera, que lo
vemos como normal, que lo comentamos como algo alejado, hasta el momento en que
golpea a un amigo o familiar y así se transforma en un hecho grave para el
círculo donde está la víctima? ¿Es ésta la nueva sociedad que está generando la
globalización, la misma que viene describiendo con lujo de detalles la ciencia
ficción y la novela negra como reflejo de los imaginarios dominantes?, ¿o el
miedo impuesto a una sociedad que está perdiendo la esperanza en el
futuro?
Siempre pensamos que antes era mejor, cuando
teníamos menos edad, menos responsabilidad, más libertad, pero en este caso esa
reflexión tiene mucho de realidad, ya que esta nueva forma de violencia y
delincuencia se origina cuando la URSS colapsa, una verdadera victoria pírrica
de Estados Unidos.
A fines de los 80´s, la caída del socialismo real
trajo aparejada la idea que las contradicciones habían concluido, cuando
Fukuyama propaga “el fin de la historia”, un acto de ignorancia y soberbia que
ocultaba nuevos y grandes problemas derivadas de la propia globalización.
En la ex URSS, un grupo de delincuentes de traje
y corbata, hoy reverenciados en el mundo de las finanzas, se apoderaron de las
grandes empresas de la ex potencia en confabulación con bancos externos,
“poderes externos” y las autoridades emergentes.
Los oligarcas rusos, la mayoría de ellos habían
vivido entre la legalidad y el delito, saquean el país, y dos décadas después a
lo que era su principal paraíso financiero, Chipre; son el ejemplo de la otra
cara de la denominada economía criminal, son la criminal economía.
Pero eso fue la punta del iceberg, miles de ex
funcionarios, asesores y delincuentes, en general, siguieron el saqueo de la ex
URSS y las economías del Este, que cayeron de golpe en un capitalismo salvaje
que empobreció masivamente a la población.
El economista norteamericano Mancur Olson
describe a los “oligarcas rusos” y los “intermediarios de la globalización” como
los “bandidos nómades” que actúan a partir de tomar todo lo que se pueden llevar
de un país, incluido el saqueo nuclear y no se preocupan de sus víctimas ni de
la población en general.
Esta nueva clase poderosa emergente de la
descomposición de la URSS y los países del Este y estaba liderada por tres
grupos de delincuentes, que navegaban con la bandera de grandes comerciantes y
ejecutivos de nuevas empresas, los oligarcas rusos, que no eran más de ocho, los
grandes negociadores de armas y proxenetas que eran los nuevos barones del sexo
libre, junto a ellos, traficantes de lo que podría haber, agrupados en la
renovada y en expansión mafia rusa.
Para el economista y Premio Nobel Joseph
Stiglitz, el proceso de extinción de la URSS y la falta de una política que le
permitiera a Estados Unidos aprovechar la situación en la que quedaba como líder
único, llevó a que en la década de los 90´s, Rusia sufriera el mayor robo de
recursos en poco tiempo, de 150,000 a 200,000 millones de dólares en una década,
según lo que algunos consideran que es un cálculo
conservador.
Para Raymond Baker, Director of Global Financial
Integrity y miembro del Centro de Políticas Internacionales de Washington, el
robo al antiguo Estado soviético fue de 350,000 millones de
dólares.
Esta situación de saqueo del país en todos los
frentes posibles llevó a la nueva Rusia a una profunda crisis en 1998, por lo
que el Fondo Monetario Internacional le tuvo que realizar un préstamo de
salvataje por 22,000 millones de dólares. Una vez más, los oligarcas rusos
exprimen al Estado, cambian sus rublos antes de la devaluación los que eran
comprados por el Banco Central que requería moneda local para pagar sueldos y
pensiones, y esos fondos de los oligarcas fueron llevados a Chipre.
El Plan Marshall realizado por Estados Unidos al
finalizar la segunda guerra mundial tenía por objetivo reactivar las economías
europeas a fin de que no cayeran en manos de sus enemigos y, a la vez, ampliar
el mercado. En ambas tareas este plan fue exitoso, ya que la nueva Europa
occidental estaba diseñada a la medida de la economía norteamericana, principal
acreedor y, por ende, principal vendedor a esos países.
La
caída de la URSS, según lo plantea luego Estados Unidos, se pretendía que
siguiera un camino similar al Plan Marshall, ya que tenía por fin crear nuevos y
amplios mercados para occidente mediante la transferencia de fondos para
reformar zonas muy amplias, como lo era la antigua URSS y los denominados países
del Este.
Sin embargo, esto falló porque el mercado había
roto las cadenas de la política y con ello la economía se había convertido en una
fuerza salvaje lista para reformar
el globo, pero descontrolada.
A comienzos de 1990, con la caída de la URSS
comienza el cambio violento de los países aliados a ella. Entre ellos destaca el
desmantelamiento de la antigua Yugoslavia, crisis que derivó en una guerra y
donde el caos se impuso a la política.
En Italia, país donde emerge la Camorra, la mafia
Cosa Nostra, la Sacra Corona y luego la “n´drangheta”, que es un cachorro de la
Cosa Nostra, y que fue fundada en 1860 por un grupo de picciotti, miembros de la
mafia siciliana, que fueron expulsados de su isla nativa por los gobernantes y
se asentaron en Calabria.
Hasta fines de 1980, ésta operaba dentro de las
fronteras de Italia, sus miembros los n´drine se metieron en bancos y empresas,
pero una década antes en 1970 se infiltraron en la masonería y los partidos
políticos.
Cuando estalla el conflicto en la antigua
Yugoslavia, coincide que la ruta tradicional del contrabando pasaba por los
Balcanes, por lo que los calabreses ofrecieron su control por el mar Adriático
para seguir una ruta alternativa y expandir los
negocios.
Desde Turquía y Albania se hacía contrabando de
mercancía y personas. Al terminar la guerra de los Balcanes las rutas no se
volvieron a abrir, pero estas nuevas se expandieron. Así la organización se
integró al nuevo escenario postguerra fría y le fue muy bien, y a partir de 1990
se alía con los colombianos y éstos se transforman en la llave de entrada a
Europa.
Así se comenzó a organizar la red mundial de
apoyo a sus actividades y expansión a nuevos mercados y productos, crearon
empresas legales, captaron bancos y se transformaron en grandes lavadores de
dinero con empresas bien estructuradas.
Según Federico Varese “las mafias emergen en
sociedades en transición que están yendo hacia una modernización económica, pero
carecen de una estructura legal que proteja los derechos de propiedad o que
resuelva las disputas en los negocios”. A esto se le sumó la introducción del
euro que no se hizo con un respaldo legal armonioso y homogéneo, lo que permitió
el blanqueo y la guerra iniciada por Bush amplió las fuentes de poder y
expansión de esta organización.
El S-11 es un parte-aguas en el mundo de la
mafia, ya que un total de 1.5 billones de dólares, generados por la economía
ilegal, se blanqueaban en Estados Unidos, el 80% entraba en efectivo, dinero
real y lo hacía vía los paraísos fiscales de las Indias Occidentales, Caimán,
Bahamas, etc.
En octubre 2001, el Congreso aprobó la Ley
Patriota, que entre otras cosas redujo drásticamente el blanqueo de dólares en
Estados Unidos ya que los bancos oficiales y los registrados no pueden hacer
negocios con los paraísos fiscales y por ello es que se encargó a las
autoridades monetarias en ese país controlar las transacciones de dólares en el
mundo. Un banco estadounidense o extranjero registrado en Estados Unidos comete
un delito penal si no advierte a las autoridades sobre transacciones sospechosas
de dólares en cualquier parte del mundo.
Así la mafia financiera se traslada a Europa, con
moneda única, ya que la entrada en vigor del euro facilitó este tránsito. En
Italia creció el blanqueo de capitales entre 2001 y 2004 en un 70%.
Hoy el blanqueo se hace mediante movimientos de
paquetes de dinero de un país a otro a precios bajos, ante la ausencia de una
legislación europea que obligue a informar de estos
movimientos.
En esta etapa de auge de la globalización de los
90´s a la actualidad se abren nuevos frentes en la economía criminal y ésta se
expande por ser ya un fenómeno global, que transforma todas sus actividades a
industrias de consumo global, comenzado por la industrialización del sexo.
alfredocesar7@yahoo.com.mx