“El 23 de febrero de 1981 yo pasé mucho miedo
porque pensé que venían de nuevo los franquistas. Ahora tengo miedo de que la
situación siga empeorando y de que mis hijos no vuelvan a encontrar trabajo”,
explicaba en Madrid Manuel, de 66 años. “Aquel fue un golpe militar y este es un golpe social y
económico”, añadía Felipe Ruiz, de 72 años.
“Este Gobierno ha barrido todo lo que hemos conseguido en democracia. Vamos a
sufrir mucho, por eso tenemos que salir a la calle y protestar todos juntos
contra los recortes y contra la corrupción y ese nombre que ahora el PP es
incapaz de pronunciar: Bár-ce-nas”.
Tanto Manuel como Felipe declaraban orgullosos
haber asistido a más de una decena de manifestaciones en el último año. En
Madrid, en 2012, hubo diez de media al día, un 74% más que el año anterior. En
la de ayer, como en las anteriores, había multitud de batas blancas (las
de los médicos que protestan contra la precarización de la
sanidad), de camisetas verdes (de los
profesores contra la privatización) o negras (empleados públicos), pero en el
paisaje de la protesta se impuso una novedad: compitiendo con la omnipresente
tijera en alusión a los recortes, los manifestantes portaban cientos de sobres
con gaviotas a modo de matasellos e idéntico remite: Luis Bárcenas.
Alejandro, de 30 años, estudiante de un máster de
agrobiotecnología, incluso acudió a la protesta de Madrid desde Salamanca
vestido de sobre. Muchos le habían imitado y a veces, entre los hombres-sobre,
se cruzaban otros que portaban ristras de chorizos en alusión a los
protagonistas de los últimos escándalos de corrupción.
“Yo ya sé que cuando termine de estudiar me toca
irme de España, por eso me he apuntado a un curso de inglés”, explicaba
Alejandro embutido en un sobre de tela, que, según decía, le estaba sirviendo
además para combatir el frío que ayer hacía en la capital. “Vengo a todas las
manifestaciones. Hay gente que cree que no sirven para nada, y es verdad que
mañana Rajoy seguirá en su sitio, pero cuantos más seamos y más protestemos, más
le va a costar ignorarnos”.
“¡Tus sobres, mis recortes!”, “¡Tijeretazo, tejerazo!”,
“Dimitir no es un nombre ruso”, “Mariano,
imita al Papa” y “¡Sí se puede!” fueron algunos de los lemas más coreados. Las
banderas republicanas y las pancartas contra Urdangarin y el Rey también eran
ayer, día en que el duque de Palma declaró ante el juez del caso Nóos,
más numerosas que en anteriores manifestaciones.
Los asistentes protestaron gritando, cantando y guardando un minuto de silencio con las manos en alto.
Representantes de las distintas mareas que confluyeron en la plaza de Neptuno,
la más cercana al Congreso de los Diputados, leyeron varios manifiestos y
finalmente uno común contra “la presión de los mercados financieros”, “las
brutales políticas de ajuste” y “la corrupción y la pérdida de legitimidad de
las instituciones”.
Un fuerte dispositivo policial, 1.400 agentes
antidisturbios, controló la manifestación en Madrid, donde no se produjeron
incidentes de gravedad, aunque al cierre de la protesta algunos asistentes
lanzaron contra los policías varias piedras que traspasaron la valla que
separaba a los manifestantes del Congreso.
En Barcelona también fueron miles de personas las
que salieron a la calle al grito de “¡Fem-los fora!” (Echémoslos).
Muchas de las pancartas se solidarizaban con Esther Quintana, la mujer que
perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma lanzada por los Mossos
d’Esquadra en una manifestación anterior. En San Sebastián, pese a la intensa
nevada, varios cientos de personas recorrieron el centro de la ciudad detrás de
una gran pancarta con el lema No a los recortes. En Valencia, los
manifestantes llevaron la protesta a la casa del expresidente de la Generalitat
Francisco Camps.
La protesta pacífica se vio ensombrecida por los
disturbios que se produjeron a última hora en las inmediaciones de la estación
de Atocha en Madrid. La Policía detuvo a un total de 12 personas tras los
incidentes tras cargar contra un grupo de varios jóvenes encapuchados, entre la
Glorieta CarlosV y la Calle Atocha. Según la Jefatura Superior de Policía de
Madrid, se prevén más detenciones por estos altercados.
Los efectivos de la Policía empezaron a cargar
después de que los jóvenes encapuchados les empezaran a increpar. Las cargas han
sido puntuales y han llegado hasta la zona del Museo Reina Sofía.
Con información de Álvaro de Cózar,
Lluís Pellicer, Javier Rivas, Miguel Ángel Medina y
Ferran Bono.